29/10/23

El error de querer judaizar el cristianismo

INTRODUCCIÓN

La adopción de determinados preceptos de la ley mosaica por algunas denominaciones que pretenden ser cristianas, forma parte de la apostasía del tiempo cercano a la segunda venida del Señor, entendiendo aquí la apostasía como una desviación de la fe que ha sido una vez dada a los santos (Jud 3).

Jud 3; Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

En dicho error incurren las iglesias adventistas, así como ciertos grupos denominados judíos mesiánicos, los cuales imponen a sus seguidores el cumplimiento de determinados preceptos legales dados bajo el antiguo pacto, a los que los cristianos no estamos sujetos. En este estudio abordaré diferentes cuestiones como son las leyes dadas por Dios en el Sinaí, las restricciones en el consumo de alimentos, el calendario de días festivos, el día de reposo, etc.

NO ESTAMOS BAJO LA LEY SINO BAJO LA GRACIA

Como todas estas cuestiones emanan de la ley de Moisés, lo primero que tenemos que preguntarnos es si son aplicables a los cristianos. Pues bien, el nuevo testamento no deja lugar a dudas, en el sentido de que no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia (Ro 6:14-15). No es que la ley haya desaparecido; la ley sigue vigente para los judíos que no creen en Jesucristo como el Mesías, del mismo modo que la ley moral de la conciencia rige para los gentiles inconversos (Ro 2:14-16). Pero los cristianos estamos libres de la ley porque hemos muerto a la misma, al morir y resucitar con Cristo (Ro 6:3-4), igual que la mujer queda libre de la ley del marido cuando éste muere, pudiendo casarse con otro (Ro 7:2-4,6).

Ro 6:14-15; Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. 15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.

Ro 2:14-16; Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Ro 6:3-4; ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Ro 7:2-4,6; Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. 4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios… 6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

La ley no fue dada para nuestra justificación y salvación, ya que por las obras de la ley nadie será justificado (Ro 3:28-31; Gá 2:14-16,21), sino para manifestar el pecado, haciéndonos conscientes de que somos pecadores (Ro 7:7,14-16), y también fue dada como nuestro ayo para llevarnos a Cristo (Gá 3:24-27; Ro 10:1-4).

Ro 3:28-31; Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. 29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. 31 ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.

Gá 2:14-16,21; Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado… 21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

Ro 7:7,14-16; ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás… 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

Gá 3:24-27; De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

Ro 10:1-4; Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. 2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

De manera que aunque la ley es santa (Ro 7:12-14), ha devenido en maldición para nosotros por nuestra incapacidad para cumplirla en su totalidad, a causa del pecado que mora en nuestra carne. Mas gracias sean dadas a Dios porque Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (Gá 3:10-14) al cargar sobre sí nuestras culpas sobre el madero para limpiarnos de todo pecado y darnos vida eterna (Gá 4.4-5). Así que la ley no puede hacernos perfectos delante de Dios, porque es sombra de los bienes venideros, pero Cristo sí que puede justificarnos delante del Padre, porque es la imagen misma de dichos bienes (He 10:1).

Ro 7:12-14; De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. 13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

Gá 3:10-14; Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Gá 4:4-5; Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

He 10:1; Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

A pesar de que el hombre caído de la gracia no ha podido cumplir la ley, que obliga a obedecer todos sus preceptos (Stg 2:10), ésta tiene que ser cumplida. Pero sabemos que la ley, y en general toda la Palabra tiene su cumplimiento en Cristo, que es el Verbo de Dios, así como el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia (Jn 1.1; He 1:1-3). Jesús mismo dijo que no vino para abrogar la ley, sino para cumplirla, y que no pasará el cielo y la tierra hasta que todo se haya cumplido (Mt 5:17-19). Pues bien, Jesucristo durante su vida en la tierra cumplió cabalmente la ley, siendo absolutamente justo y libre de todo pecado, al ser concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y vivir en perfecta obediencia al Padre (Lc 1:34-35; He 4:15).

Stg 2:10; Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

Jn 1:1; En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

He 1:1-3; Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas...

Mt 5:17-19; No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

Lc 1:34-35; Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

He 4:15; Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Resumiendo este apartado, cuyo entendimiento es fundamental para no caer en herejías y falsas doctrinas, la ley de Moisés no es aplicable a los discípulos de Cristo, porque hemos muerto a la ley para estar con Él, y por tanto no estamos bajo la ley sino bajo la gracia, a la cual accedemos mediante la fe (Ef 2:8-9). Eso no significa que estemos sin ley, sino que nos regimos por la ley de la libertad (Stg 2:12), la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús (Ro 8:2-4).

Ef 2:8-9; Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Stg 2:12; Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad.

Ro 8:2-4; Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

LA GRACIA Y LA LEY NO PUEDEN SER COMPARTIDAS

El apóstol Pablo es muy elocuente al exhortar a los gálatas que habían creído a permanecer firmes en la libertad que Cristo había traído a sus vidas, pues había judíos que trataban de volver a esclavizarlos, diciéndoles que se tenían que circuncidar y guardar la ley. Pero cuando un creyente gentil se circuncida, sin darse cuenta se compromete a guardar toda la ley, y por consiguiente está menospreciando el sacrificio de Cristo y rechazando la gracia, sin la cual nadie puede ser salvo (Gá 5:1-3; Gá 3:2-3). Por si estas dos últimas porciones no fueran suficientemente claras en cuanto a la inutilidad de guardar la ley de Moisés, fijémonos en la contundencia con que se expresa Gá 5:4,7.

Gá 5:1-3; Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. 2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.

Gá 3:2-3; Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?

Gá 5:4,7; De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído… 7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?

En el antiguo pacto la circuncisión era una marca o señal física de aceptación y sometimiento a las leyes de Dios, y por tanto un requisito indispensable para pertenecer a su pueblo. Pero tras la muerte y resurrección del Señor, Dios ha tomado para sí pueblo de entre los gentiles para que junto con los creyentes judíos conformen la Iglesia o cuerpo de Cristo (Ro 9:24-26; Ro 4:9-12). Así que hemos pasado a ser de Cristo, quien nos ha redimido de la maldición de la ley, y ya no tenemos que circuncidarnos físicamente, como así lo atestigua Hch 15:5-11,28-29, porque hemos recibido la circuncisión de Cristo, que es la marca invisible o sello del Espíritu Santo (Col 2:11,13-14; Ef 1:13-14).

Ro 9:24-26; ...a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles? 25 Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. 26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente.

Ro 4:9-12; ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. 10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. 11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; 12 y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.

Hch 15:5-11; Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. 6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.

Col 2:11,13-14; En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo… 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.

Ef 1:13-14; En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

NO HAY ALIMENTOS IMPUROS NI FIESTAS QUE DEBAN GUARDARSE

Bajo el nuevo pacto en la sangre de Cristo se puede comer toda clase de alimentos, excepto la ingesta de sangre y la carne de animal ahogado (Hch 15:28-29); de manera que ya no existen alimentos impuros, porque el Señor los ha hecho limpios (Mr 7:18-23; Hch 10:9-16).

Hch 15:28-29; Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.

Mr 7:18-23; ...¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. 20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.

Hch 10:9-16; ...Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10 Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; 11 y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; 12 en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. 13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 15 Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.

La Palabra enseña que tanto la dieta alimenticia establecida en el viejo pacto, como el calendario festivo y otros preceptos, eran una sombra de los bienes que habían de venir con Cristo. Pero ahora los cristianos estamos completos en Él, en quien habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y por eso no debemos volvernos a aquellos pobres rudimentos que nos esclavizan. Así que nadie debe juzgarnos por lo que comemos, o por no guardar las fiestas religiosas (Col 2:8-10,16-17; Gá 4:8-11).

Col 2:8-10,16-17; Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad... 16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.

Gá 4:8-11; Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; 9 mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? 10 Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. 11 Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.

No obstante, por amor a los débiles en la fe, los cristianos maduros debemos abstenernos de ejercer nuestra libertad, si con ello les ofendemos o escandalizamos, causándoles tropiezo (1 Co 8:4,7-9; Ro 14:1-3,5-7).

1 Co 8:4,7-9; Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios… 7 Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina. 8 Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. 9 Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles.

Ro 14:1-3,5-7; Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido… 5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios… 14 Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. 15 Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió… 20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come.

LA OBSERVANCIA DEL SÁBADO COMO DÍA DE REPOSO

Dios estableció para los hijos de Israel el séptimo día de la semana, ahora llamado sábado, como día de reposo para conmemorar la creación de Dios, el cual hizo todas las cosas en seis días y el séptimo descansó, santificando así ese día (Gn 2:2-3; Ex 20:8-11; Ex 31:14-17; Ex 35:3).

Gn 2:2-3; Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

Ex 20:8-11; Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

Ex 31:14-17; Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. 15 Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. 16 Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. 17 Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.

Ex 35:3; No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo.

Ahora bien, basándonos en los textos precedentes, guardar el día de reposo para dedicarlo a Dios conlleva una serie de restricciones, como es abstenerse de todo tipo de trabajo, o hacer fuego para cocinar; pero además conlleva un terrible castigo, como es la pena de muerte para quien incumpla este mandamiento. No basta con un cumplimiento parcial del día de reposo, porque eso equivale a su total incumplimiento, por lo que actualmente este precepto es de dudosa aplicabilidad, incluso en la propia tierra de Israel.

Entonces, si cumplir todas las normas del día de reposo es imposible incluso para los propios judíos, ¿por qué exigir que las cumplan los creyentes gentiles? Y el mismo problema se plantea con muchos otros preceptos como, por ejemplo, la circuncisión. Pero para los que estamos en Cristo no tiene ningún valor estar o no circuncidados (Ro 2:28-29; Ro 9:6-8), porque al producirse en nosotros un nuevo nacimiento espiritual somos una nueva creación y formamos parte del Israel de Dios (Gá 6:12-16).

Ro 2:28-29; Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

Ro 9:6-8; No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. 8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.

Gá 6:12-13,15-16; Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo. 13 Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne... 15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. 16 Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.

Concretando, entonces: ¿Por qué no tenemos que guardar los cristianos el sábado como día de reposo? Por varias razones: 1) Porque este mandamiento fue dado a la nación de Israel bajo el antiguo pacto, y nosotros ahora estamos bajo el nuevo. 2) Porque debemos dedicar todos los días de nuestra vida al Señor, no sólo uno de cada siete. 3) Porque estamos en Cristo y Él es nuestro reposo.

La tercera razón que acabo de mencionar se expone en He 4:3-4,7-9. Dios les prometió a los israelitas que sacó de Egipto llevarlos a la tierra prometida, donde hallarían el ansiado reposo; pero al caer en incredulidad en medio de las pruebas, casi toda esa generación murió en el desierto sin poder entrar en ella. Y aunque sus hijos, dirigidos por Josué, entraron, no obtuvieron completo reposo, porque no tomaron toda la tierra que Dios les dio, y tuvieron que compartirla con sus enemigos, que les fueron hostiles. Por eso David se refirió proféticamente a otro día de reposo, que es el que hallan en Jesús todos aquellos que un día creen en Él y se arrepienten de sus pecados (Mt 11:28-30). Como la base de nuestra salvación es la gracia de Dios, podemos descansar de nuestras obras, como Dios de las suyas al acabar la creación; y desde otro punto de vista, al ser perdonados y reconciliados con Dios por medio de Cristo, experimentamos paz y descanso para nuestras almas.

He 4:3-4,7-9; Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, no entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. 4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día… 7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. 8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. 9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.

Mt 11:28-30; Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Pero además de lo expuesto en este apartado, vemos que en el nuevo testamento no hay ninguna orden expresa a los discípulos de Jesús de guardar el sábado. En sus viajes misioneros Pablo se reunía a veces con los judíos de la diáspora los sábados en las sinagogas, pero no con la finalidad de guardar el día de reposo, sino para predicarles el evangelio en el día y lugar en el que se congregaban los de su nación.

En cambio hallamos dos textos que certifican que los cristianos solían congregarse el primer día de la semana, o sea el domingo. El propósito principal de estas reuniones era compartir el pan y el vino en conmemoración del cuerpo y la sangre de Jesús, tal como Él nos mandó, si bien en ellas también se cantaba, oraba, predicaba, recogían ofrendas, etc. (Hch 20:7; 1 Co 16:1-3).

Hch 20:7; El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

1 Co 16:1-3; En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. 2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. 3 Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén.

De manera que no fue el emperador romano Constantino quien cambió el día de descanso del sábado al domingo, como alegan los judaizantes, porque, como he mostrado, la iglesia primitiva ya se reunía los domingos. Y esto tiene que ver sin duda con el hecho de que Jesús resucitó en dicho día de la semana, tal como lo atestiguan los cuatro evangelios, y como lo anticipa la ofrenda de la gavilla mecida en Lv 23:10-13, en clara referencia simbólica a la resurrección de Cristo.

Lv 23:10-13; Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. 11 Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. 12 Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. 13 Su ofrenda será dos décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin.

Pero además en la fiesta de Pentecostés, que también cae en domingo, se produjo otro evento muy significativo: Jesús envió el Espíritu Santo a sus discípulos en forma de lenguas como de fuego descendiendo sobre ellos para darles el poder de predicar el evangelio por toda la tierra. A este acontecimiento también hace referencia Lv 23:10-13 (sobre estos dos textos de Levítico lo invito a leer los comentarios que hago de ellos en mi estudio “Comunión con pan y vino en los dos pactos”, que se encuentra en https://amar-la-verdad.blogspot.com).

Lv 23:15-19; Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. 16 Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. 17 De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová.

Sólo me queda aclarar un par de cuestiones, antes de pasar al siguiente apartado. Los judaizantes aducen que la observancia del sábado como día de reposo no es una mera ley ceremonial sino uno de los diez mandamientos, y que por consiguiente debemos obedecer este mandamiento, igual que los otros nueve. Esto por un lado, y por otro, que Dios les mandó a los hijos de Israel guardarlo por pacto perpetuo por sus generaciones; es decir, este mandato les fue dado para siempre.

Pues bien, la observancia del sábado como día de reposo es una parte integral del sistema legal dado por Dios a los hijos de Israel bajo el antiguo pacto y, tal como he venido argumentando en este estudio, es aplicable a los que no reconocen a Jesús como el Mesías y continúan practicando el judaísmo, basado en las obras de la ley; pero no a los que hemos entrado en el nuevo pacto. Con todo, hay muchas normas legales del antiguo testamento que siguen siendo válidas para los cristianos, porque concuerdan con los principios morales y las enseñanzas de Cristo y los apóstoles. Por ejemplo, un casamiento entre hermanos era repudiable entonces y lo sigue siendo hoy para la inmensa mayoría de los hombres, y en especial para los hijos de Dios, aunque el nuevo testamento no diga expresamente nada al respecto.

Y en cuanto a la perpetuidad de guardar el sábado, este mandato no es diferente al de otros muchos que ni siquiera los judíos pueden cumplir en la actualidad (ver nota al respecto a pie de página). El día de reposo, la circuncisión, las fiestas solemnes, y una buena parte de los antiguos ritos y ceremonias, serán restaurados cuando entre la plenitud de los gentiles, y Dios reanude con la nación de Israel el trato especial que mantuvo con ellos en la antigüedad. Esto será en los postreros días, cuando el remanente que haya quedado tras la gran tribulación o tiempo de angustia para Jacob reconozca a Jesús como su Mesías y se arrepienta con gran llanto y lamentación (Zac 12:10-11).

Zac 12:10-11; Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. 11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido.

SI JESÚS CUMPLIÓ LA LEY, ¿POR QUÉ SUS DISCÍPULOS NO?

Considero que ya he expuesto sobradamente con argumentos respaldados por textos bíblicos los motivos por los que un cristiano no debe guardar la ley mosaica. Pero me falta responder a la pregunta de por qué Jesús no sólo cumplió la ley, sino que estuvo de acuerdo en que los judíos la cumplieran (Mt 23:2-3).

Mt 23:2-3; En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. 3 Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.

Pues bien, esto fue así porque Jesús de Nazaret fue un judío que nació y vivió bajo la ley, a quien envió el Padre cuando llegó el cumplimiento del tiempo para redimir a los que estaban bajo la ley y adoptarlos como hijos (Gá 4:4-5). Entonces la clave de la cuestión es que Jesús estableció un nuevo pacto en su sangre para sustituir al antiguo pacto, y a través de las enseñanzas del evangelio del reino de los cielos nos otorgó un nuevo testamento (He 8:1-2,6-7). Pero, como bien explica Heb 9:15-17, éste no entró en vigor hasta después de su muerte, como ocurre con todos los testamentos. Así que Jesús y los judíos de su época debieron cumplir la ley, pero los que nacimos después ya recibimos el nuevo testamento, que nos libera de esa carga.

He 8:1-2,6-7; Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre… 6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.

He 9:15-17; Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16 Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.

LA ACTITUD CORRECTA DE LOS CRISTIANOS CON ISRAEL

En los países donde arraigó la cristiandad se ha estigmatizado a los judíos a lo largo de los siglos. Con el pretexto de que fueron ellos los que mandaron crucificar a Jesús fueron culpabilizados, denostados, perseguidos, desposeídos, asesinados y expulsados de sus tierras. Indudablemente Dios va a juzgar con severidad estas acciones (Zac 1:14-15).

Zac 1:14-15; ...Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion. 15 Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal.

Pero en la actualidad en muchos círculos cristianos, sobre todo evangélicos, se ha pasado al extremo opuesto, idolatrando a Israel. Por eso muchos gentiles, deseando ser judíos, buscan por sus apellidos su genealogía para ver si tuvieron antepasados de esa nación, como si eso fuera un privilegio. Así que ahora está de moda ser judío y proclamarlo a los cuatro vientos. Es como si tuvieran un complejo de inferioridad, como si las bendiciones que aguardan a los judíos fueran mayores que las que recibiremos los que pertenecemos a la iglesia de Cristo. Pero no es así, ya que los cristianos fieles heredaremos todas las cosas con Cristo (Ro 8:16-17). ¿Puede haber alguna bendición mayor?

Ro 8:16-17; El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Entonces lo correcto es mantener una posición equilibrada, pues no somos mejores ni peores que ellos. Lo que marca la diferencia tanto para los judíos como para los gentiles es creer en el Señor Jesucristo y pasar a ser parte de su iglesia, porque Dios no hace acepción de personas (Ef 2:14-18).

Ef 2:14-18; Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. 17 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Es normal que los verdaderos cristianos tengamos un sentimiento especial hacia los israelitas, como si se tratara de nuestros hermanos mayores; porque ellos fueron los elegidos de entre todos los pueblos de la tierra, de entre los cuales salieron los héroes de la fe del antiguo testamento, así como Jesús y los apóstoles; porque fueron los depositarios de la Palabra de Dios; y por tantas otras cosas que son de bendición para nosotros los gentiles (Ro 9:2-5).

Ro 9:2-5; ...tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3 Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; 4 que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; 5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

Pero eso no significa que debamos justificar todo lo que el actual estado de Israel hace. No se trata de una historia de buenos contra malos, en la que los de Israel son los buenos y sus enemigos los malos, pues, como dijo Jesús, sólo Dios es bueno. En Israel hay gente impía, como en todas partes, y siguen rechazando al Mesías; por eso van a tener que pasar por la gran tribulación antes de que reconozcan a Cristo como su señor y salvador, y se humillen delante de él arrepentidos.

Y si eso le aguarda a Israel, cuánto más a sus enemigos (1 P 4:17). Sobre estos recaerán las maldiciones que están escritas en la Biblia por no respetar las decisiones soberanas de Dios, tratando de oprimir e incluso destruir a su pueblo original (Zac 2:8-9). Pero nosotros los cristianos debemos actuar como mediadores, porque somos embajadores de paz. Dejemos que sea Dios quien haga lo que tenga que hacer; para eso no necesita que le ayudemos.

1 P 4:17; Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

Zac 2:8-9; Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. 9 Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.

Por otra parte el Señor nos manda que amemos a todos, incluso a nuestros enemigos. Por tanto debemos amar y orar no sólo por la nación de Israel, sino también por los que luchan contra ella. También debemos pedir por la paz de Jerusalén, que es la misma paz de Cristo que sobrepasa todo entendimiento, morando en los corazones de sus hijos. Esa tan anhelada paz no llegará hasta que el Señor venga a tomar posesión del reino en Jerusalén, que será cabeza de naciones para bendición en toda la tierra.

Porque aunque Israel invalidó el pacto, Dios sigue siendo fiel y tiene compasión ellos; por eso prometió atraerlos a sí y restaurarlos. Ahora la nación de Israel confía en el hombre tanto o más que en Dios, al contar con la incondicional ayuda del poderoso imperio que es los Estados Unidos de América. Pero esa estrecha alianza puede cambiar, por debilitarse su poder o incluso por traición (Jer 17:5,7). Entonces, cuando Israel se sienta indefenso, Dios actuará milagrosamente para protegerlo y castigar a sus enemigos; porque dice el Señor: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu” (Zac 4:6).

Jer 17:5,7; ...Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová… 7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.

Como hemos visto en Ro 2:28-29 y Ro 9:6-8, para Dios los verdaderos hijos de Abraham, así como los verdaderos israelitas y judíos, no son los descendientes según la carne, sino según la promesa, la cual se recibe por la fe en Jesucristo, el cual es el Mesías anunciado por los profetas del antiguo testamento. No obstante, Dios siempre se asegura de tener un remanente fiel de los descendientes naturales de Abraham, que en este tiempo son parte del cuerpo de Cristo. Por eso Pablo dice refiriéndose a Isaías: “...Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo… (Ro 9:27).

Así que a Israel le espera, como a nosotros los cristianos, un futuro glorioso, pero antes van a pasar por la angustia de Jacob tal como está profetizado. El gran resurgimiento de Israel se producirá cuando todos sus hijos vuelvan a su tierra, no antes, y por ahora aún hay muchos en la diáspora (Ez 39:28). También será en ese tiempo cuando se reunifique Judá con el resto de Israel (Ez 37:21-22), y cuando los hijos de Israel pasen de muerte a vida, como nos ha ocurrido a los cristianos, que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, y al creer en Jesucristo hemos nacido de nuevo. Eso es lo que vio Ezequiel con respecto a Israel en el valle de los huesos secos, cuando el Espíritu entró en los cuerpos ya formados con sus huesos, tendones, carne y piel. Aunque la tierra de Israel ya alberga un considerable número de retornados de la diáspora, y ese número va en constante aumento, a los ojos de Dios son como cuerpos sin espíritu; mas pronto llegará el día en que el Espíritu entrará en ellos y recibirán vida eterna.

Ez 37:21-22; Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; 22 y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos.

Ez 39:28; Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos.

Ez 37:7-8, ; ...y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu… 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

Aquí doy por finalizado mi trabajo con la exposición sin comentarios del siguiente texto, que puede ayudarnos a adoptar un enfoque o perspectiva correcta acerca de la Iglesia, de Israel y de la relación entre ambos.

Ro 11:1-2,5,16-26; Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2 No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció… 5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia… 16 Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. 17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, 18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. 19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. 20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. 21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. 22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. 23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. 24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? 25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26 y luego todo Israel será salvo...

Bendiciones en el Señor.

NOTA

-He aquí una amplia muestra de muy diversos pactos o estatutos perpetuos de Dios con Israel por todas sus generaciones:

-El pacto de no traer otro diluvio sobre la tierra (Gn 9:12-13).

-La circuncisión como señal del pacto de Dios con Abrahan (Gn 17:9-14).

-La fiesta de los panes sin levadura con todos sus detalles (Ex 12:14-15).

-Mantener constantemente encendido el candelabro (Ex 27:20-21; Lv 24:1-3).

-Llevar las vestiduras sagradas los sacerdotes cuando sirvan en el santuario o el altar (Ex 28:40-43).

-El pecho y la espaldilla de los animales sacrificados son para los sacerdotes (Ex 29:26-28; Lv 7:32-34).

-El holocausto diario de dos corderos acompañado de su correspondiente libación y ofrenda vegetal (Ex 29:38-42).

-La quema diaria de incienso por la mañana y al anochecer, cuando se alistan o encienden las lámparas (Ex 30:7-12).

-La obligación de lavarse en la fuente de bronce los sacerdotes antes de acercarse al altar o entrar en el santuario (Ex 30:18-21).

-El aceite de la santa unción (Ex 30:22-32).

-Los días de reposo, con especial referencia al séptimo día (Ex 31:12-17).

-La grosura de los animales en las ofrendas de paz y en otros tipos de sacrificio que se queman para Dios: igual que sucede con la sangre, nadie la comerá (Lv 3:12-17).

-El sobrante de las ofrendas vegetales, incluyendo las de la ceremonia de unción de los sacerdotes, la cual será comido por éstos (Lv 6:14-23).

-La prohibición a los sacerdotes de beber vino o sidra cuando entren en el tabernáculo (Lv 10:8-9).

-El mandato al pueblo de afligir sus almas para obtener el perdón de sus pecados en el día de la expiación (Lv 16:29-34; Lv 23:26-32).

-No hacer ningún sacrificio de paz u holocausto sin traerlo a los sacerdotes a la puerta del tabernáculo (Lv 17:1-8).

-No tomar los sacerdotes para sí las cosas santas que el pueblo dedique a Jehová ni acercarse, estando inmundos, a las cosas sagradas que el pueblo haya consagrado (Lv 22:1-3).

-La ofrenda de la gavilla mecida y la prohibición de comer pan, grano tostado, o espiga fresca, hasta el día que la misma sea ofrecida (Lv 23:9-14).

-La fiesta de Pentecostés con todos sus ritos ceremoniales (Lv 23:15-21).

-La fiesta de los tabernáculos en todos sus detalles (Lv 23:39-43).

-Los panes de la proposición (Lv 24:5-9).

-El toque de las trompetas de plata para convocar al pueblo (Nm 10:1-8).

-La cantidad de ofrenda vegetal y de libación por cada sacrificio u holocausto en función del tamaño del animal sacrificado (Nm 15:1-16).

-El encargo a los sacerdotes de cuidar de todas las ofrendas a Jehová y de todas las cosas consagradas por los hijos de Israel (Nm 18:8-11).

-La entrega de los diezmos por heredad a los levitas (Nm 18:21-24).

-El sacrificio de la vaca alazana con todo su ritual (Nm 19:1-10).

-La purificación de la inmundicia por contacto o exposición a cadáveres de personas o animales (Nm 19:14-20).