19/4/18

La figura del pastor en la Biblia


El presente estudio se centra principalmente en los textos de Ez 34:2-23 y Jn 10:1-16, pero antes quiero hacer una serie de consideraciones generales relacionadas con todo lo que implica el ejercicio de pastorear.

ANTIGÜEDAD DEL OFICIO DE PASTOR

Gn 4:2; Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.

De este versículo se desprende que la actividad laboral de pastorear es ancestral, quizá la más antigua, a excepción de la simple recolección de los frutos del campo y el laboreo. La tierra ya fue labrada por Adán en el Edén desde el principio (Gn 2:15); sólo que entonces lo hacía de modo placentero y sin esfuerzo, mientras que después de caer en pecado y ser expulsado del huerto, se vio obligado a hacerlo con esfuerzo y sudor (Gn 3:19). La caza debió introducirse más tarde, ya que en principio Dios sólo le permitió al hombre comer vegetales (Gn 1:29). De todas formas, al rebelarse contra el Creador, es probable que el ser humano haya infringido esa norma y comenzado a comer carne animal mucho antes de que Dios lo autorizara, lo cual sucedió después del diluvio (Gn 9:3-4).

Gn 2:15; Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

Gn 3:17-19; ...maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Gn 1:29; Y dijo Dios: he aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

Gn 9:3-4; Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.

PROFUNDO ARRAIGO DEL PASTOREO EN ISRAEL

Los patriarcas que dieron origen a la nación de Israel (Abraham, Isaac y Jacob) tuvieron como principal actividad la ganadería. Así continuó siendo durante la estancia de Israel en Egipto (Gn 46:33-34), y hasta su entrada en la tierra prometida (Nm 14:33). Una vez asentados en la tierra de Canaán fueron diversificando su economía, sin que por ello dejara de tener gran importancia la actividad ganadera.

Gn 46:33-34; Y cuando Faraón os llamare y dijere: ¿Cuál es vuestro oficio? 34 entonces diréis: hombres de ganadería han sido tus siervos desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moréis en la tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas.

Nm 14:33; Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.

PASTOREAR PERSONAS

No es de extrañar que la Palabra utilice esta actividad tan importante y conocida en Israel, como es el pastoreo de ganado, para referirse metafóricamente al pueblo y sus dirigentes. Desde que Dios formó su pueblo, ha estado designando a determinadas personas para que lo guíe y cuide, de modo muy similar a como lo hace un pastor con su rebaño de ovejas. Los siguientes versículos pueden servirnos como ejemplos del uso metafórico del oficio de pastor como cuidador de personas, con el énfasis puesto en la parte espiritual de las mismas.

Nm 27:16-18; Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación, 17 que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor. 18 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él.

Jn 21:15; Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos (la misma pregunta y respuesta se repitió otra dos veces más).

Ef 4:11-12; Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo…

DE PASTORES DE OVEJAS A PASTORES DE PERSONAS

Llama la atención que algunos grandes personajes en la historia de la Biblia dejaran de ser pastores de ovejas para convertirse en pastores de hombres. Los casos más destacados son ciertamente los de Moisés y David. En ambos casos, el rebaño que cuidaban no era propio, ya que en el caso de Moisés era de su suegro y en el de David de su padre.

Éx 3:1; Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.

1 S 16:10-11; E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. 11 Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: queda aún el menor, que apacienta las ovejas...

Después de pastorear las ovejas de su suegro Jetro en Madián durante cuarenta años (Hch 7:29-30), Moisés cuidó de su pueblo, guiándolo como un pastor a su rebaño (Nm 11:11-12). Así que, aunque la Palabra apenas se refiere a él explícitamente como pastor de Israel, es evidente que lo fue.

Nm 11:11-12; Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?

Por el contrario, en el caso de David la Palabra sí que resalta dicha faceta, como podemos ver en las siguientes porciones:

2 S 5:2; Y aun antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel.

1 Cr 17:7 (2 S 7:8); Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel

Sal 78:70-72; Eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas; 71 de tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad. 72 Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos.

En el Nuevo Testamento se da un caso similar a los dos anteriores, con Simón Pedro y su hermano Andrés, a los que Jesús les pidió que dejaran sus redes y lo siguieran para hacer de ellos pescadores de hombres. El paralelismo entre ambos casos es notorio: Moisés y David pasaron de ser pastores de ovejas a ser pastores del pueblo de Dios; en tanto que Pedro, Andrés y otros discípulos, dejaron de pescar peces para convertirse en pescadores de hombres.

Mt 4:18-19 (Mr 1:16-17; Lc 5:10); Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y les dijo: venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

EL DIVINO PASTOR

Hay un Dios en los cielos que cuida de todos y cada uno de sus hijos como un pastor a su rebaño. Así que por encima de cualquier pastor humano está Dios mismo como pastor perfecto y eterno, que nunca falla. Los siguientes versículos son una muestra de ello:

Sal 23:1; Jehová es mi pastor; nada me faltará.

Sal 80:1; Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.

Is 58:11; Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

Ez 34:31; Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.

LOS PASTORES PUESTOS POR DIOS

Pero Dios no se limita a cuidar a los suyos desde el cielo, sino que desde tiempos remotos también ha estado delegando en pastores humanos escogidos por Él el cuidado de su rebaño.

Jer 3:14-15; Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os introduciré en Sion; 15 y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.

Hch 20:17, 28;
17 Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia.
28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.

Ef 4:11-12; Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo...

EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES

Lo más sorprendente es que, en un momento determinado de la historia de la humanidad, Él mismo tomó un cuerpo semejante al nuestro y descendió a la tierra en la persona de su Hijo, el cual volverá a visitar la tierra de nuevo. A éste se refiere la Palabra como el buen pastor (Jn 10:11), el gran pastor de las ovejas (He 13:20), o el príncipe de los pastores (1 P 5:4). Así que, el pastoreado de Dios se desplegó en la persona del Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios y a la vez Hijo del Hombre, o postrer Adán.

Is 40:10-11; He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.

Mi 5:2 4;
2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel;
4 Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra.

1 P 2:25; Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

1 P 5:4; Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.

Ap 7:16-17; Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; 17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

PASTORES CONTRARIOS A LA OBRA DE DIOS

Zac 10:15-16; Y me dijo Jehová: toma aún los aperos de un pastor insensato; 16 porque he aquí, yo levanto en la tierra a un pastor que no visitará las perdidas, ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda, y romperá sus pezuñas.

En mi opinión, la porción anterior es una profecía sobre la bestia o anticristo que aparecerá en los siete últimos años previos a la segunda venida de Cristo. Dios mismo propiciará su venida, pero no para que apaciente su rebaño, sino para utilizarlo como desencadenante del juicio que vendrá sobre toda la tierra. Eso ocurrirá cuando, en su desenfreno, las naciones alcancen el colmo de la maldad que haga rebosar el lagar de la ira de Dios.

Hch 20:29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.

Aparte del caso excepcional al que acabo de referirme, Dios nos advirtió que vendrían a su rebaño falsos profetas, semejantes a lobos rapaces vestidos con piel de cordero (Mt 7:15). Aunque este versículo se refiere expresamente a los falsos profetas, creo que por similitud también es aplicable a los falsos maestros, falsos pastores, etc.

Mt 7:15; Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

HAY MUCHOS PRADOS, PERO UNO SÓLO DE DIOS

Sal 100:3 (Sal 79:13; Sal 95:7); Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

Así como hay pastores puestos por Dios para cuidar de su pueblo, existen muchos más que arrastran y guían a multitudes por caminos de perdición (Sal 49:14). Dichos líderes son pastores fraudulentos, que usan el rebaño exclusivamente en beneficio propio y que son levantados por otros hombres, por sí mismos, o incluso por el mismo diablo. A la vez sus seguidores, seducidos por el engaño de sus corazones, se complacen consciente o inconscientemente en engordar a estos pastores. Resumiendo, el mundo está lleno de pastores y ovejas que no son de Dios, porque éstas no son llevadas a pastar en su prado ni se recogen en su redil.

Sal 49:14; Como a rebaños que son conducidos al Seol, la muerte los pastoreará, y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada.

PRIVILEGIO Y RESPONSABILIDAD DE PASTOREAR UN PUEBLO

1 Ti 3:1, 5;
1 Palabra fiel: si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible
5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?).

1 Ti 4:16; Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

Vemos que servir a Dios como obispo o pastor es un gran honor y un privilegio, pero también entraña una alta responsabilidad, porque además de cuidar de sí mismo y su familia, también tiene que cuidar de sus hermanos en la fe.

PRIVILEGIO Y RESPONSABILIDAD DE SER OVEJA DE DIOS

Is 53:6; Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

He 13:17; Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.

Las ovejas que han sido colocadas por Dios en su prado, sirven, como los pastores, al Señor, lo cual es en sí mismo un gran privilegio. Pero independientemente de la responsabilidad asignada a los pastores, no por ello las ovejas dejan de ser responsables de sus propios actos. Así pues, éstas deben permanecer en el rebaño, sujetarse a sus pastores y no dejarse seducir por pastores falsos, tal como lo advierte reiteradamente Dios en su Palabra.

¿QUÉ OCURRE CUANDO LOS PASTORES SON NEGLIGENTES?

Jer 10:21; Porque los pastores se infatuaron, y no buscaron a Jehová; por tanto, no prosperaron, y todo su ganado se esparció.

Jer 50:6; Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.

Mt 9:36 (Mr 6:34); Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

Los pastores que tienen un desmesurado concepto de sí mismos y no se conducen con humildad y dependencia de Dios, sino que actúan con presunción y vanidad, no pueden hacer bien su trabajo. Asimismo los pastores egoístas que únicamente buscan su propio beneficio, abusan de sus ovejas y las abandonan a su suerte, dejándolas desamparadas, descarriadas y dispersas.

EL CASTIGO DE LOS PASTORES PERVERSOS

Como podemos observar en las siguientes porciones, Dios anuncia un duro castigo contra los pastores malvados que, en vez de cuidar sus ovejas, las espantan y echan a perder.

Jer 23:1-2; ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová. 2 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová.

Jer 25:34-37; Aullad, pastores, y clamad; revolcaos en el polvo, mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis como vaso precioso. 35 Y se acabará la huida de los pastores, y el escape de los mayorales del rebaño. 36 ¡Voz de la gritería de los pastores, y aullido de los mayorales del rebaño! porque Jehová asoló sus pastos. 37 Y los pastos delicados serán destruidos por el ardor de la ira de Jehová.

DIOS MISMO VISITANDO A SU REBAÑO DISPERSO

Para remediar el daño causado al pueblo de Dios por los pastores que, de manera generalizada, abandonaron a sus ovejas, dejándolas vagar desamparadas y dispersas, Dios mismo intervino, como ya había dicho, por medio del Mesías para salvarlas. Así sucedió en la primera venida de Cristo y así sucederá en la segunda, cuando venga a recoger a su remanente de la casa de Israel.

Jer 23:3-4; Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán. 4 Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.

Mi 2:12-13; De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel; lo reuniré como ovejas de Bosra, como rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la multitud de hombres. 13 Subirá el que abre caminos delante de ellos; abrirán camino y pasarán la puerta, y saldrán por ella; y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová.

Zac 10:2-3; Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor. 3 Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá

LOS PASTORES ENSEÑAN CON LA PALABRA Y UNA VIDA EJEMPLAR

Mt 23:2-4; En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. 3 Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. 4 Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.

He 13:7; Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.

Es indispensable que los pastores enseñen la sana doctrina de la Palabra; pero además deben vivir en coherencia con ella. Las actitudes hipócritas y las palabras que no van acompañadas de hechos no convencen a nadie. Con todo, aun en el caso de que un pastor viva en contradicción con lo que predica, el Espíritu Santo puede traer a sus oyentes convicción de pecado justicia y juicio (Jn 16:8).

Jn 16:8; Y cuando él venga (el Espíritu Santo), convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

LOS PASTORES ESTÁN PARA SERVIR, NO PARA SER SERVIDOS

1 P 5:1-3; Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.

La actitud de los pastores, como la de todo hijo de Dios, debe ser la de servir, tal como nos lo enseñó Jesús (Mt 20:25-28). Cuidar de la grey es completamente opuesto a enseñorearse de ella.

Mt 20:25-28; Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Tras esta serie de apreciaciones, voy a centrarme en los textos más completos de la Biblia sobre este tema, que a mi entender se encuentran en el capítulo 34 de Ezequiel y en el 10 de Juan.

EZEQUIEL 34:2-23

2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? 3 Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. 4 No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. 5 Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. 6 Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.

En primer lugar, aunque Dios esté hablando aquí a su pueblo en un contexto histórico determinado, con Judá en el exilio, creo que este mensaje trasciende a esa época y es extrapolable a cualquier tiempo y lugar. La advertencia que lanza contra los pastores no puede ser más dura y dolorosa (¡Ay de los pastores…!), y los reproches no pueden ser más claros y rotundos.

Los pastores se habían pervertido hasta tal punto, que no sólo habían dejado de cuidar el rebaño, sino que incluso se habían enseñoreado de él con dureza para satisfacer sus propios deseos egoístas. Las consecuencias de dicha actitud fueron calamitosas: Israel se alejó de Dios, perdió el santo temor y se rebeló obstinadamente, entregándose a la idolatría. Por eso quedó abandonado, disperso y desamparado, para ser presa de las fieras; es decir, de sus enemigos, que destruyeron su tierra y los llevaron cautivos.

Los pastores actuales deberían tomar buena nota de ello para no caer en los mismos errores. Me refiero a los que son auténticos pastores, porque muchos de los que ejercen de pastores no han sido puesto por Dios. El engaño de éstos será manifiesto, ya sea en este mundo o en el venidero, cuando comparezcan en juicio delante del Altísimo.

No olvidemos que todos los discípulos de Cristo son sus ovejas, incluidos los propios pastores. Por tanto, si un pastor tratara de desviar a sus ovejas del camino trazado por Jesús, que es el buen pastor, es a éste a quien las ovejas deben seguir y no al pastor que actúa como un guía ciego (Mt 15:14). Luego, la responsabilidad de los pastores no excluye la de las ovejas; de modo que si éstas se dejan arrastrar por el engaño, tendrán que dar cuenta de ello a Dios, con independencia de la responsabilidad exigible a los pastores.

Mt 15:14; Dejadlos (a los fariseos); son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

7 Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: 8 vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; 9 por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. 10 Así ha dicho Jehová el Señor: he aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.

Como acabamos de comentar, las consecuencias derivadas de la negligencia y desviación de los pastores afectan lamentablemente al rebaño, pero también a ellos mismos, como principales responsables. Recordemos lo que dijo Jesús, en referencia al mayordomo fiel y prudente:

Lc 12:47-48; Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.

11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: he aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. 13 Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. 14 En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. 15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. 16 Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia.

Esta anunciada visita de Dios a las ovejas de su rebaño dispersas y perdidas sabemos que se llevó a cabo por medio de su Hijo, el Señor Jesucristo. Aunque el texto anterior se enfoca en el pueblo físico de Israel y en el tiempo de la segunda venida del Mesías, cuando éste vino a buscar y a salvar lo que se había perdido en su primera venida (Lc 19:9-10), comenzó por las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt 10:5-6), pasando después a recoger a sus ovejas que están en el redil de los gentiles (Jn 10:16).

Lc 19:9-10; Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Mt 10:5-6 (también Mt 15:24); A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

Jn 10:16; También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Así que, no debemos pasar por alto el hecho de que antes de presentarse a los gentiles, Dios trató con el pueblo de Israel, dándole en primer lugar a él la oportunidad de arrepentirse y creer en su Mesías; como tampoco podemos ignorar que habrá una restauración futura de Israel, porque Dios sigue siendo fiel a su pacto y no ha desechado a su pueblo (Ro 11:11-12). En todo caso ni judíos ni gentiles tenemos motivo alguno para envanecernos porque, siendo pecadores, dependemos todos de la gracia y misericordia de Dios (Ro 3:9).

Ro 11:11-12; Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?

Ro 3:9; ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.

17 Mas en cuanto a vosotras, ovejas mías, así ha dicho Jehová el Señor: he aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos. 18 ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con vuestros pies las que quedan? 19 Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado. 20 Por tanto, así les dice Jehová el Señor: he aquí yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca, 21 por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis.

En este punto el mensaje cambia de destinatarios, dejando a un lado los pastores para dirigirse a las ovejas. Se observa aquí que Dios no trata a las ovejas como un colectivo homogéneo, sino que distingue a las ovejas engordadas de las flacas, a los carneros de los machos cabríos. En resumen, no todas las ovejas son iguales, por lo que el Señor juzgará a cada una individualmente.

Sin embargo, su reproche se dirige a las ovejas envanecidas, que se consideran superiores o más espirituales que otras; a las egoístas que tratan de satisfacer exclusivamente sus propios deseos; a aquellas que desprecian a las débiles, poniéndoles tropiezos en el Camino y empujándolas hacia fuera del redil; a las que tratan de monopolizar la Palabra para distorsionarla; a las que, aprovechándose del descuido, pasividad o complicidad de sus pastores, hacen acepción de personas; a las que promueven o apoyan la formación de grupos elitistas y privilegiados dentro de las congregaciones; a los que forman parte del rebaño como machos cabríos y no como carneros (Mt 25:31-33); etc.

Mt 25:31-33; Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

22 Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor.

Dios prometió que sus ovejas no estarían dispersas y desamparadas para siempre, sino que a su tiempo les levantaría un pastor, simbolizado por su siervo David, que las apacentaría. Este pastor tan singular no es, sino el mismo Jesús.

JUAN 10:1-16

Este capítulo se refiere principalmente a Jesús como la puerta del redil de las ovejas y como el buen pastor o pastor modélico, pero también al Padre celestial como el portero, y a los pastores y ovejas en general.

Si comparamos Jn 10:1-16 con el capítulo 34 de Ezequiel, observamos un notable paralelismo. Ezequiel, hasta el versículo 10 trata acerca de los pastores humanos, igual que Juan hasta el versículo 6; pero desde el 11 hasta el 24 en Ezequiel y desde el 7 hasta el 16 en Juan, ya se refieren a Jesús, el pastor humano y divino a la vez. En resumen, los primeros seis versículos del capítulo 10 de Juan, si bien contienen referencias a Dios Padre y a Jesús, se centran en los hombres que son considerados pastores espirituales del pueblo.

1 De cierto, de cierto os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

Para un buen entendimiento de los versículos anteriores debemos analizar su contexto. En primer lugar, Jesús está respondiendo a los fariseos, que se ofenden al darse por aludidos, cuando Jesús se refiere a su ceguera espiritual (Jn 9:40-41; véase también la porción antes mencionada de Mt 15:14).

Jn 9:40-41; Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? 41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

En segundo lugar, en estos primeros seis versículos (Jn 10:1-6) no se está refiriendo de modo principal a Jesús; más bien se enfoca en los hombres llamados a pastorear a su pueblo, como eran los fariseos, o los sacerdotes.

Así pues, estos versículos describen a los pastores que agradan a Dios y la relación que establecen con sus ovejas. Éstos son los que entran en el redil accediendo por la puerta, que es Jesús, con el beneplácito del portero, que es el Padre (para una mayor reflexión pueden leer en este mismo blog [http://amar-la-verdad.blogspot.com.es/] mi estudio titulado “La Puerta”). De modo que los que acceden por otro sitio, saltando o rompiendo la cerca, son en realidad ladrones y salteadores.

Al serle abierta la puerta de entrada al redil, el pastor es oído por sus ovejas y establece una relación de familiaridad con todas y cada una de ellas, sin exclusión. Él las conduce a buenos pastos y a los remansos de agua de la Palabra de Dios, donde se sacian y reposan. Algo a tener en cuenta es que el que es buen pastor no fuerza a las ovejas, fustigándolas con vara para que caminen, sino que dando buen ejemplo, va delante del rebaño; eso anima a las ovejas a seguir sus pasos, haciéndoles más llevadero el camino.

Otra característica de un buen pastoreo, es la confianza de las ovejas en el pastor y la seguridad que éste les trasmite, porque lo conocen bien, debido a una larga experiencia de relación con él. Por eso no seguirán a un extraño que les hable y se comporte de manera no acorde con lo que se les ha enseñado. Así que puede decirse que cada pastor tiene sus ovejas, porque las ama y siente como propias, a pesar de que en realidad pertenecen a Dios, quien ha delegado en los pastores su cuidado.

Todos estos requisitos y otros no mencionados que califican para ser un pastor genuino, los reúne de manera perfecta Jesucristo, el buen pastor, a quien todos los pastores, junto con sus ovejas, deben imitar.

7 Volvió, pues, Jesús a decirles: de cierto, de cierto os digo: yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Vemos que Jesús se presenta a sí mismo como la única puerta de entrada y de salida al camino que lleva a la vida eterna (Jn 14:6), como el único en quien podemos ser salvos (Hch 4:12); de modo que cualquiera que proponga otra manera de acceder al cielo, es ladrón y salteador. Así que, a diferencia de Jesús que, vino para dar a sus ovejas una vida abundante, Satanás y sus secuaces vienen como ladrones y salteadores para hurtar, matar y destruir.

Jn 14:6; Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Hch 4:12; Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.

Jesús es el único y exclusivo buen pastor, que vivió y murió por y para sus ovejas, simplemente porque las amó con amor eterno. En cambio a los asalariados o falsos pastores, no les importa lo que les suceda a las ovejas. Como están con ellas por puro interés, huyen ante el peligro, dejándolas abandonadas y dispersas a merced del enemigo.

14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Estando las ovejas del rebaño alejadas y enemistadas con Dios, Jesús vino a buscarlas y a salvarlas de la perdición eterna, entregando su vida a cambio de la de ellas. ¡No puede haber mayor demostración de amor hacia alguien! Jesús, quien conoce perfectamente a sus ovejas, se dio a conocer a ellas para que lo siguieran y mantuvieran con él una estrecha e íntima relación, semejante a la que existe entre él y el Padre. Por otra parte, como ya habíamos mencionado, Jesús anuncia en el versículo 16 que tiene también ovejas en el redil de las naciones gentiles; que iba a traerlas para que oyeran su voz; y que apacentaría a judíos y gentiles juntos en un mismo rebaño, el cual se daría a conocer como su Iglesia, o como su esposa.

CONCLUSIONES

De todo lo que hemos considerado y sin pretender ser exhaustivos, podemos sacar, entre otras, las siguientes conclusiones:

1-. Dios siempre tuvo ovejas de su prado; nunca dejó de haber un remanente fiel (1 R 19:18; Sal 95:7; Jer 23:3-4; Mi 4:6-7).

2-. Primero formó un redil en Israel (Ez 34:1-24) y luego otro al unir a sus ovejas de las naciones gentiles con las de Israel en la Iglesia.

3-. Hay ovejas que no son de su prado, porque no lo siguen a Él sino a otros líderes e ídolos mundanos, sean o no religiosos.

4-. Así que, para ser pastores y ovejas verdaderas de Dios, hay que entrar necesariamente por la puerta al redil y la puerta es Jesús (Jn 10:2,3,7; 1 Ti 2:5).

5-. En cuanto a los pastores, aquellos que entran en el redil sin pasar por la puerta, como hacían los fariseos y como siguen haciendo actualmente muchos falsos maestros y pastores, son ladrones y salteadores, que vienen a hurtar, matar y destruir (Jn 10:1,8).

6-. Jesús se pone a sí mismo como ejemplo de buen pastor. Todo discípulo en general y aquél que haya recibido el don de pastor en particular, debe imitar a Cristo, que es a la vez nuestro maestro y buen pastor. Como buen pastor Jesús dedicó su vida a sus ovejas (Jn 10:11).

7-. Por el contrario, el falso pastor se dedica a las ovejas en tanto en cuanto obtiene de ellas beneficio, como un asalariado que es; por eso cuando ve venir el peligro abandona a las ovejas, porque no son suyas y no le importa que se pierdan (Jn 10:12-13).

8-. El auténtico pastor no fuerza a las ovejas a seguirlo, sino que va delante dando ejemplo y sus ovejas lo siguen libremente porque conocen su voz, que coincide con la Palabra de Dios (Jn 10:4).

9-. Las ovejas del Señor no se dejan seducir por la voz de los extraños, que contradicen o tergiversan la Palabra de Dios (Jn 10:4-5).

10-. Los verdaderos pastores, a semejanza del buen pastor, mantienen una estrecha y afectuosa relación con sus ovejas.

11-. Los pastores que agradan a Dios se esfuerzan por conocer a todas y cada una de sus ovejas, incluso por su nombre, como hace nuestro pastor divino ¡Qué gran privilegio para estas ovejas! (Éx 33:12,17; Jn 10:3).

12-. El pastor que ama a Dios se preocupa por todas las ovejas, no sólo por unas pocas (no hace acepción de personas).

13-. Conduce a sus ovejas a lugares de buenos pastos y fuentes de agua, saciando su hambre y sed; es decir, alimentándolos adecuadamente con la Palabra (Jn 10:9).

14-. Carga a cuestas con las ovejas perniquebradas y sana sus heridas.

15-. Las recoge en el aprisco para que descansen.

16-. Las mantiene a salvo, cuidándolas y protegiéndolas de todo enemigo (Jn 10:9).

17-. Va en busca de las perdidas y cuando las encuentra y trae al redil, su gozo es tan desbordante, que no puede callarse y lo comparte con sus amigos y vecinos, a los que también se une Dios mismo con sus ángeles en el cielo (Mt 18:11-14; Lc 15:1-7).

18-. Resumiendo, se entrega con gran amor a sus ovejas.

Bendiciones en el Señor.