El presente
estudio se centra principalmente en los textos de Ez 34:2-23
y Jn 10:1-16, pero
antes quiero hacer una serie de consideraciones generales
relacionadas con todo lo que implica el ejercicio de pastorear.
ANTIGÜEDAD
DEL OFICIO DE PASTOR
Gn
4:2; Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue
pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.
De
este versículo se desprende que la actividad laboral de pastorear es
ancestral, quizá la más antigua, a excepción de la simple
recolección de los frutos del campo y el laboreo. La tierra ya fue
labrada por Adán en el Edén desde el principio (Gn 2:15);
sólo que entonces lo hacía de modo
placentero y sin esfuerzo,
mientras que después de caer en pecado y ser expulsado del huerto,
se vio obligado a hacerlo con esfuerzo y sudor (Gn 3:19).
La caza debió introducirse más tarde, ya que en principio Dios sólo
le permitió al hombre comer vegetales (Gn 1:29). De todas formas, al rebelarse
contra el Creador, es probable que el ser humano haya infringido esa
norma y comenzado a comer carne animal mucho antes de que Dios lo
autorizara, lo cual sucedió después del diluvio (Gn 9:3-4).
Gn
2:15; Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso
en el huerto de Edén, para
que lo labrara y lo guardase.
Gn
3:17-19; ...maldita será la tierra por tu causa; con
dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del
campo. Con el sudor de tu rostro comerás
el pan hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al
polvo volverás.
Gn
1:29; Y dijo Dios: he aquí que os he dado toda
planta que da semilla, que
está sobre toda la tierra, y todo árbol en que
hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
Gn
9:3-4; Todo lo que se mueve y vive, os será para
mantenimiento: así
como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado
todo. 4 Pero carne con
su vida, que es su sangre, no comeréis.
PROFUNDO
ARRAIGO DEL PASTOREO EN ISRAEL
Los
patriarcas que dieron origen a la nación de Israel (Abraham, Isaac y
Jacob) tuvieron como principal actividad la ganadería. Así continuó
siendo durante la estancia de Israel en Egipto (Gn 46:33-34),
y hasta su entrada en la tierra prometida (Nm 14:33). Una vez
asentados en la tierra de Canaán fueron diversificando su economía,
sin que por ello dejara de tener gran importancia la actividad
ganadera.
Gn
46:33-34; Y cuando Faraón os llamare y dijere: ¿Cuál es
vuestro oficio? 34 entonces diréis: hombres de ganadería
han sido tus siervos desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y
nuestros padres; a fin de que moréis en la tierra de Gosén,
porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas.
Nm
14:33; Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto
cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías,
hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.
PASTOREAR
PERSONAS
No
es de extrañar que la Palabra utilice esta actividad tan importante
y conocida en Israel, como es el pastoreo de ganado, para referirse
metafóricamente al pueblo y sus dirigentes. Desde que Dios formó su
pueblo, ha estado designando a determinadas personas para que lo guíe
y cuide, de modo muy similar a como lo hace un pastor con su rebaño
de ovejas. Los siguientes versículos pueden servirnos como ejemplos
del uso metafórico del oficio de pastor como cuidador de personas,
con el énfasis puesto en la parte espiritual de las mismas.
Nm
27:16-18; Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un
varón sobre la congregación, 17 que salga delante de
ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca,
para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor.
18 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el
cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él.
Jn
21:15; Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón,
hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor;
tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos
(la misma pregunta y respuesta
se repitió otra dos veces más).
Ef
4:11-12; Y él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros,
pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a
los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo…
DE PASTORES DE OVEJAS A PASTORES DE PERSONAS
Llama
la atención que algunos grandes personajes en la historia de la
Biblia dejaran de ser pastores de ovejas para convertirse en pastores
de hombres. Los casos más destacados son ciertamente los de Moisés
y David. En ambos casos, el rebaño que cuidaban no era propio, ya
que en el caso de Moisés era de su suegro y en el de David de su
padre.
Éx
3:1; Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro,
sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y
llegó hasta Horeb, monte de Dios.
1
S 16:10-11; E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de
Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. 11
Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él
respondió: queda aún el menor, que apacienta las
ovejas...
Después
de pastorear las ovejas de su suegro Jetro en Madián durante
cuarenta años (Hch 7:29-30),
Moisés cuidó de su pueblo,
guiándolo como un pastor a su rebaño (Nm 11:11-12).
Así que, aunque la Palabra apenas se refiere a él explícitamente como
pastor de Israel, es evidente que lo fue.
Nm
11:11-12; Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a
tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has
puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12 ¿Concebí
yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo
en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la
cual juraste a sus padres?
Por
el contrario, en el caso de
David la Palabra sí que resalta dicha faceta, como podemos ver en
las siguientes porciones:
2
S 5:2; Y aun antes de ahora, cuando
Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la
guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha
dicho: tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás
príncipe sobre Israel.
1
Cr 17:7 (2 S 7:8); Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: así ha
dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de
detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo
Israel…
Sal
78:70-72; Eligió a David su siervo, y lo tomó de las
majadas de las ovejas; 71 de tras las paridas lo trajo, para que
apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad. 72 Y los
apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con
la pericia de sus manos.
En
el Nuevo Testamento se da un caso similar a los dos anteriores, con
Simón Pedro y su hermano Andrés, a los que Jesús les pidió que
dejaran sus redes y lo siguieran para hacer de ellos pescadores de
hombres. El paralelismo entre ambos casos es notorio: Moisés y David
pasaron de ser pastores de ovejas a ser pastores del pueblo de Dios;
en tanto que Pedro, Andrés y otros discípulos, dejaron de pescar
peces para convertirse en pescadores de hombres.
Mt
4:18-19 (Mr 1:16-17; Lc 5:10); Andando Jesús junto al mar
de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su
hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y
les dijo: venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
EL
DIVINO PASTOR
Hay
un Dios en los cielos que cuida de todos y cada uno de sus hijos como
un pastor a su rebaño. Así que por
encima de cualquier pastor humano está Dios mismo como pastor
perfecto y eterno, que nunca falla. Los siguientes versículos son
una muestra de ello:
Sal
23:1; Jehová es mi pastor; nada me faltará.
Sal
80:1; Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como
a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.
Is
58:11; Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías
saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás
como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca
faltan.
Ez
34:31; Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto,
hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.
LOS
PASTORES PUESTOS POR DIOS
Pero
Dios no se limita a cuidar a los suyos desde el cielo, sino que desde
tiempos remotos también ha estado delegando en pastores humanos
escogidos por Él el cuidado de su rebaño.
Jer
3:14-15; Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy
vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada
familia, y os introduciré en Sion; 15 y os daré pastores
según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.
Hch
20:17, 28;
17
Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los
ancianos de la iglesia.
28
Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que
el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la
iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia
sangre.
Ef
4:11-12; Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros,
profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo...
EL
PRÍNCIPE DE LOS PASTORES
Lo más sorprendente es que, en un momento determinado de la historia
de la humanidad, Él mismo
tomó un cuerpo semejante al nuestro y descendió a la tierra en la
persona de su Hijo, el cual
volverá a visitar la tierra de nuevo.
A éste se refiere la Palabra
como el buen pastor (Jn 10:11),
el gran pastor de las ovejas (He 13:20),
o el príncipe de los pastores (1 P 5:4).
Así que, el
pastoreado de Dios se desplegó
en la persona del Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios y a la
vez Hijo del Hombre, o postrer Adán.
Is
40:10-11; He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder,
y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y
su paga delante de su rostro. 11 Como pastor apacentará su
rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará;
pastoreará suavemente a las recién paridas.
Mi
5:2 4;
2
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de
Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel;
4
Y él estará, y apacentará con poder de Jehová,
con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros,
porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra.
1
P 2:25; Porque vosotros erais como ovejas descarriadas,
pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
1
P 5:4; Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores,
vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
Ap
7:16-17; Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre
ellos, ni calor alguno; 17 porque el Cordero que está en
medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de
vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
PASTORES
CONTRARIOS A LA OBRA DE DIOS
Zac
10:15-16; Y me dijo Jehová: toma aún los aperos de un
pastor insensato; 16 porque he aquí, yo levanto en la tierra a un
pastor que no visitará las perdidas, ni buscará la pequeña, ni
curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas, sino que
comerá la carne de la gorda, y romperá sus pezuñas.
En
mi opinión, la porción anterior es una profecía sobre la bestia o
anticristo que aparecerá en los siete últimos años previos a la
segunda venida de Cristo. Dios mismo propiciará su venida, pero no
para que apaciente su rebaño, sino para utilizarlo como
desencadenante del juicio que vendrá sobre toda la tierra. Eso
ocurrirá cuando, en su desenfreno, las naciones alcancen el colmo de
la maldad que haga rebosar el lagar de la ira de Dios.
Hch
20:29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en
medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
Aparte
del caso excepcional al que acabo de referirme, Dios nos advirtió
que vendrían a su rebaño falsos profetas,
semejantes a lobos rapaces vestidos con piel de cordero (Mt
7:15). Aunque
este versículo se refiere expresamente a los falsos profetas, creo
que por similitud también
es aplicable a los falsos maestros, falsos pastores, etc.
Mt
7:15; Guardaos de los falsos profetas, que vienen a
vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
HAY
MUCHOS PRADOS, PERO UNO SÓLO DE DIOS
Sal
100:3 (Sal 79:13; Sal 95:7); Reconoced que Jehová es Dios; Él nos
hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y
ovejas de su prado.
Así
como hay pastores puestos por Dios para cuidar de su pueblo, existen
muchos más que arrastran y guían a multitudes por caminos de
perdición (Sal 49:14).
Dichos líderes son pastores fraudulentos, que usan el rebaño
exclusivamente en beneficio propio y que son levantados por otros
hombres, por sí mismos, o incluso por el mismo diablo. A la vez sus
seguidores, seducidos por el engaño de sus corazones, se complacen
consciente o inconscientemente en engordar a estos pastores.
Resumiendo, el mundo está lleno de pastores y ovejas que no son de
Dios, porque éstas no son llevadas a pastar en su prado ni se
recogen en su redil.
Sal
49:14; Como a rebaños que son conducidos al Seol, la
muerte los pastoreará, y
los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; se consumirá
su buen parecer, y el Seol será su morada.
PRIVILEGIO
Y RESPONSABILIDAD DE PASTOREAR UN PUEBLO
1
Ti 3:1, 5;
1
Palabra fiel: si alguno anhela obispado, buena obra desea.
2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible…
5
(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo
cuidará de la iglesia de Dios?).
1
Ti 4:16; Ten cuidado de ti mismo y de
la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te
salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
Vemos
que servir a Dios como obispo o pastor es un gran honor y un
privilegio, pero también entraña una alta responsabilidad, porque
además de cuidar de sí mismo y su familia, también tiene que
cuidar de sus hermanos en la fe.
PRIVILEGIO
Y RESPONSABILIDAD DE SER OVEJA DE DIOS
Is
53:6; Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada
cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de
todos nosotros.
He
13:17; Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos;
porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar
cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose,
porque esto no os es provechoso.
Las
ovejas que han sido colocadas por Dios en su prado, sirven, como los
pastores, al Señor, lo cual es en sí mismo un gran privilegio. Pero
independientemente de la responsabilidad asignada a los pastores, no
por ello las ovejas dejan de ser responsables de sus propios actos.
Así pues, éstas deben permanecer en el rebaño, sujetarse a sus
pastores y no dejarse seducir por pastores falsos, tal como lo
advierte reiteradamente Dios en su Palabra.
¿QUÉ
OCURRE CUANDO LOS PASTORES SON NEGLIGENTES?
Jer
10:21; Porque los pastores se infatuaron, y no buscaron a
Jehová; por tanto, no prosperaron, y todo su ganado se esparció.
Jer
50:6; Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las
hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte
en collado, y se olvidaron de sus rediles.
Mt
9:36 (Mr 6:34); Y al ver las multitudes, tuvo compasión de
ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no
tienen pastor.
Los
pastores que tienen un desmesurado concepto de sí mismos y no se
conducen con humildad y dependencia de Dios, sino que actúan con
presunción y vanidad, no pueden hacer bien su trabajo. Asimismo los
pastores egoístas que únicamente buscan su propio beneficio, abusan
de sus ovejas y las abandonan a su suerte, dejándolas desamparadas,
descarriadas y dispersas.
EL
CASTIGO DE LOS PASTORES PERVERSOS
Como
podemos observar en las siguientes porciones, Dios anuncia un duro castigo contra los pastores malvados que, en vez de cuidar sus
ovejas, las espantan y echan a perder.
Jer
23:1-2; ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las
ovejas de mi rebaño! dice Jehová. 2 Por tanto, así
ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi
pueblo: vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no
las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras
obras, dice Jehová.
Jer
25:34-37; Aullad, pastores, y clamad; revolcaos en el
polvo, mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días
para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis como vaso
precioso. 35 Y se acabará la huida de los pastores, y el escape de
los mayorales del rebaño. 36 ¡Voz de la gritería de los pastores,
y aullido de los mayorales del rebaño! porque Jehová asoló sus
pastos. 37 Y los pastos delicados serán destruidos por el ardor de
la ira de Jehová.
DIOS
MISMO VISITANDO A SU REBAÑO DISPERSO
Para
remediar el daño causado al pueblo de Dios por los pastores que, de
manera generalizada, abandonaron a sus ovejas, dejándolas vagar
desamparadas y dispersas, Dios mismo intervino, como ya había dicho,
por medio del Mesías para salvarlas. Así sucedió en la primera
venida de Cristo y así sucederá en la segunda, cuando venga
a recoger a su remanente de la casa de Israel.
Jer
23:3-4; Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de
todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas;
y crecerán y se multiplicarán. 4 Y pondré sobre ellas pastores que
las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán,
ni serán menoscabadas, dice Jehová.
Mi
2:12-13; De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré
ciertamente el resto de Israel; lo reuniré como ovejas de Bosra,
como rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por
la multitud de hombres. 13 Subirá el que abre caminos
delante de ellos; abrirán camino y pasarán la puerta, y saldrán
por ella; y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos
Jehová.
Zac
10:2-3; Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los
adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su
consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre
porque no tiene pastor. 3 Contra los pastores se ha encendido mi
enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos
visitará su rebaño, la casa de Judá…
LOS
PASTORES ENSEÑAN CON LA PALABRA Y UNA VIDA EJEMPLAR
Mt
23:2-4; En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y
los fariseos. 3 Así que, todo lo que os digan que
guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras,
porque dicen, y no hacen. 4 Porque atan cargas pesadas y difíciles
de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos
ni con un dedo quieren moverlas.
He
13:7; Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la
palabra de Dios; considerad cuál haya sido el
resultado de su conducta, e imitad su fe.
Es
indispensable que los pastores enseñen la sana doctrina de la
Palabra; pero además deben vivir en coherencia con ella. Las
actitudes hipócritas y las palabras que no van acompañadas de
hechos no convencen a nadie. Con todo, aun en el caso de que un
pastor viva en contradicción con lo que predica, el Espíritu Santo
puede traer a sus oyentes convicción de pecado justicia y juicio (Jn
16:8).
Jn
16:8; Y cuando él venga (el
Espíritu Santo), convencerá al mundo de pecado,
de justicia y de juicio.
LOS
PASTORES ESTÁN PARA SERVIR, NO PARA SER SERVIDOS
1
P 5:1-3; Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano
también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy
también participante de la gloria que será revelada: 2 Apacentad
la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por
fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con
ánimo pronto; 3 no como teniendo señorío sobre los que están a
vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
La
actitud de los pastores, como la de todo hijo de Dios, debe ser la de
servir, tal como nos lo enseñó Jesús (Mt 20:25-28). Cuidar
de la grey es completamente opuesto a enseñorearse de ella.
Mt
20:25-28; Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los
gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son
grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre vosotros no será
así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros
será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre
vosotros será vuestro siervo; 28 como el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos.
Tras
esta serie de apreciaciones, voy a centrarme en los textos más
completos de la Biblia sobre este tema, que a mi entender se
encuentran en el capítulo 34 de Ezequiel y en el 10 de Juan.
EZEQUIEL
34:2-23
2
Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y
di a los pastores: así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los
pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan
los pastores a los rebaños? 3 Coméis la grosura, y os vestís de la
lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. 4 No
fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis
la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni
buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con
dureza y con violencia. 5 Y andan errantes por falta de pastor, y son
presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. 6
Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo
collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis
ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.
En
primer lugar, aunque Dios esté hablando aquí a su pueblo en un
contexto histórico determinado, con Judá en el exilio, creo que
este mensaje trasciende a esa época y es extrapolable a cualquier
tiempo y lugar. La advertencia que lanza contra los pastores no puede
ser más dura y dolorosa (¡Ay de los pastores…!),
y los reproches no pueden ser más claros y rotundos.
Los
pastores se habían pervertido hasta tal punto, que no sólo habían
dejado de cuidar el rebaño, sino que incluso se habían enseñoreado
de él con dureza para satisfacer sus propios deseos egoístas. Las
consecuencias de dicha actitud fueron calamitosas: Israel se alejó
de Dios, perdió el santo temor y se rebeló obstinadamente,
entregándose a la idolatría. Por eso quedó abandonado, disperso y
desamparado, para ser presa de las fieras; es decir, de sus enemigos,
que destruyeron su tierra y los llevaron cautivos.
Los
pastores actuales deberían tomar buena nota de ello para no caer en
los mismos errores. Me refiero a los que son auténticos pastores,
porque muchos de los que ejercen de pastores no han sido puesto por
Dios. El engaño de éstos será manifiesto, ya sea en este mundo o
en el venidero, cuando comparezcan en juicio delante del Altísimo.
No olvidemos que todos los discípulos de Cristo son sus
ovejas, incluidos los propios pastores. Por tanto, si un pastor
tratara de desviar a sus ovejas del camino trazado por Jesús, que es
el buen pastor, es a éste a quien las ovejas deben seguir y no al
pastor que actúa como un guía ciego (Mt 15:14).
Luego, la responsabilidad de los pastores no excluye la de las
ovejas; de modo que si éstas se dejan arrastrar por el engaño,
tendrán que dar cuenta de ello a Dios, con independencia de la
responsabilidad exigible a los pastores.
Mt
15:14; Dejadlos (a
los fariseos); son ciegos guías de ciegos; y si
el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.
7
Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: 8 vivo yo, ha dicho
Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y
mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin
pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se
apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; 9 por tanto,
oh pastores, oíd palabra de Jehová. 10 Así ha dicho Jehová el
Señor: he aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis
ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los
pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis
ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.
Como
acabamos de comentar, las consecuencias derivadas de la negligencia y
desviación de los pastores afectan lamentablemente al rebaño, pero
también a ellos mismos, como principales responsables. Recordemos lo
que dijo Jesús, en referencia al mayordomo fiel y prudente:
Lc
12:47-48; Aquel siervo que conociendo la voluntad de
su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá
muchos azotes. 48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de
azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado
mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado,
más se le pedirá.
11
Porque así ha dicho Jehová el Señor: he aquí yo, yo mismo iré a
buscar mis ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el
pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así
reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que
fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. 13 Y yo las
sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a
su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las
riberas, y en todos los lugares habitados del país. 14 En buenos
pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su
aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán
apacentadas sobre los montes de Israel. 15 Yo apacentaré mis ovejas,
y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. 16 Yo buscaré la
perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la
perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la
fuerte destruiré; las apacentaré con justicia.
Esta
anunciada visita de Dios a las ovejas de su rebaño dispersas y
perdidas sabemos que se llevó a cabo por medio de su Hijo, el Señor
Jesucristo. Aunque el texto anterior se enfoca en el pueblo físico
de Israel y en el tiempo de la segunda venida del Mesías, cuando
éste vino a buscar y a salvar lo que se había perdido en su primera
venida (Lc 19:9-10),
comenzó por las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt
10:5-6), pasando después a
recoger a sus ovejas que están en el redil de los gentiles (Jn
10:16).
Lc
19:9-10; Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta
casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. 10 Porque
el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había
perdido.
Mt
10:5-6 (también Mt
15:24); A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones,
diciendo: por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de
samaritanos no entréis, 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la
casa de Israel.
Jn
10:16; También tengo otras ovejas que no son de
este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá
un rebaño, y un pastor.
Así que, no
debemos pasar por alto el hecho de que antes de presentarse a los
gentiles, Dios trató con el pueblo de Israel, dándole en primer
lugar a él la oportunidad de arrepentirse y creer en su Mesías;
como tampoco podemos ignorar que habrá una restauración futura de
Israel, porque Dios sigue siendo fiel a su pacto y no ha desechado a
su pueblo (Ro 11:11-12).
En todo caso ni judíos ni gentiles tenemos motivo alguno para
envanecernos porque, siendo pecadores, dependemos todos de la gracia
y misericordia de Dios (Ro 3:9).
Ro
11:11-12; Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen?
En ninguna manera; pero por su transgresión vino la
salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 12 Y si su
transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de
los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
Ro
3:9; ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que
ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a
gentiles, que todos están bajo pecado.
17
Mas en cuanto a vosotras, ovejas mías, así ha dicho Jehová el
Señor: he aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y
machos cabríos. 18 ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino
que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos
queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con
vuestros pies las que quedan? 19 Y mis ovejas comen lo hollado de
vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado.
20 Por tanto, así les dice Jehová el Señor: he aquí yo, yo
juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca, 21 por cuanto
empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con
vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las
dispersasteis.
En
este punto el mensaje cambia de destinatarios, dejando a un lado los
pastores para dirigirse a las ovejas. Se
observa aquí que Dios no trata a las ovejas como un colectivo
homogéneo, sino que distingue a las ovejas engordadas de las flacas,
a los carneros de los machos cabríos. En resumen, no todas las
ovejas son iguales, por lo que el Señor juzgará a cada una
individualmente.
Sin
embargo, su reproche se dirige a las ovejas envanecidas, que se
consideran superiores o más espirituales que otras; a las egoístas
que tratan de satisfacer exclusivamente sus propios deseos; a
aquellas que desprecian a las débiles, poniéndoles tropiezos en el
Camino y empujándolas hacia fuera del redil; a las que tratan de
monopolizar la Palabra para distorsionarla; a las que, aprovechándose
del descuido, pasividad o complicidad de sus pastores, hacen acepción
de personas; a las que promueven o apoyan la formación de grupos
elitistas y privilegiados dentro de las congregaciones; a los que
forman parte del rebaño como machos cabríos y no como carneros (Mt
25:31-33);
etc.
Mt
25:31-33; Cuando el
Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos y
apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de
los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a
su izquierda ángeles
con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán
reunidas delante de él todas las naciones; y
apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de
los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a
su izquierda.
22
Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré
entre oveja y oveja. 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él
las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les
será por pastor.
Dios
prometió que sus ovejas no estarían dispersas y desamparadas para
siempre, sino que a su tiempo les levantaría un pastor, simbolizado
por su siervo David, que las apacentaría. Este pastor tan singular
no es, sino el mismo Jesús.
JUAN
10:1-16
Este
capítulo se refiere principalmente a Jesús como la
puerta del redil de las
ovejas y como el buen
pastor o pastor modélico,
pero también al Padre celestial como el
portero,
y a los pastores y ovejas en general.
Si
comparamos Jn 10:1-16 con
el capítulo 34 de Ezequiel, observamos un notable paralelismo.
Ezequiel, hasta el versículo 10 trata acerca de los pastores
humanos, igual que Juan hasta el versículo 6; pero desde el 11 hasta
el 24 en Ezequiel y desde el 7 hasta el 16 en Juan, ya se refieren a
Jesús, el pastor humano y
divino a
la vez. En resumen, los
primeros seis versículos del capítulo 10 de Juan, si bien contienen
referencias a Dios Padre y a Jesús, se centran en los hombres que
son considerados pastores espirituales del pueblo.
1
De cierto, de cierto os digo: el que no entra por la puerta en el
redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y
salteador. 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas
es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus
ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera todas
las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque
conocen su voz. 5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él,
porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta alegoría les dijo
Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Para
un buen entendimiento de los versículos anteriores debemos analizar
su contexto. En primer lugar, Jesús está respondiendo a los
fariseos, que se ofenden al darse por aludidos, cuando Jesús se
refiere a su ceguera espiritual (Jn
9:40-41;
véase también la porción antes mencionada de Mt
15:14).
Jn
9:40-41; Entonces
algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le
dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? 41 Jesús les
respondió: Si
fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís:
Vemos, vuestro pecado permanece.
En
segundo lugar, en estos primeros seis versículos (Jn
10:1-6) no se está refiriendo
de modo principal a Jesús;
más bien se enfoca en los hombres llamados a pastorear a su pueblo,
como eran los fariseos, o los sacerdotes.
Así
pues, estos versículos describen a los pastores que agradan a Dios y
la relación que establecen con sus ovejas. Éstos son los que entran
en el redil accediendo por la puerta, que es Jesús, con el
beneplácito del portero, que es el Padre
(para
una mayor reflexión
pueden
leer en este mismo blog [http://amar-la-verdad.blogspot.com.es/]
mi estudio titulado “La Puerta”).
De modo que los que acceden por otro sitio, saltando o rompiendo la
cerca, son en realidad ladrones y salteadores.
Al
serle abierta la puerta de entrada al redil, el pastor es oído por
sus ovejas y establece una relación de familiaridad con todas y cada
una de ellas, sin exclusión. Él las conduce a buenos pastos y a los remansos de agua de la Palabra de Dios, donde se sacian y
reposan. Algo a tener en cuenta es que el que es buen pastor no
fuerza a las ovejas, fustigándolas con vara para que caminen, sino
que dando buen ejemplo, va delante del rebaño; eso anima a las ovejas
a seguir sus pasos, haciéndoles más llevadero el camino.
Otra
característica de un buen pastoreo, es la confianza de las ovejas en
el pastor y la seguridad que éste les trasmite, porque lo conocen
bien, debido a una larga experiencia de relación con él. Por eso no
seguirán a un extraño que les hable y se comporte de manera no
acorde con lo que se les ha enseñado. Así que puede decirse que
cada pastor tiene sus ovejas, porque las ama y siente como propias, a
pesar de que en realidad pertenecen a Dios, quien ha delegado en los
pastores su cuidado.
Todos
estos requisitos y otros no mencionados que califican para ser un
pastor genuino, los reúne de manera perfecta Jesucristo, el buen
pastor, a quien todos los pastores, junto con sus ovejas, deben
imitar.
7
Volvió, pues, Jesús a decirles: de cierto, de cierto os digo: yo
soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron,
ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy
la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá,
y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.
Vemos
que Jesús se presenta a sí mismo como la única puerta de entrada y
de salida al camino que lleva a la vida eterna (Jn
14:6),
como el único en quien podemos ser salvos (Hch
4:12);
de modo que cualquiera que proponga otra manera de acceder al cielo, es
ladrón y salteador. Así que, a diferencia de Jesús que, vino para dar a
sus ovejas una vida abundante, Satanás y sus secuaces vienen como
ladrones y salteadores para hurtar, matar y destruir.
Jn
14:6; Jesús le dijo:
Yo soy el camino,
y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Hch
4:12; Y en ningún
otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a
los hombres, en que podamos ser salvos.
11
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12
Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las
ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata
las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es
asalariado, y no le importan las ovejas.
Jesús
es el único y exclusivo buen pastor, que vivió y murió por y para
sus ovejas, simplemente porque las amó con amor eterno. En cambio a
los asalariados o falsos pastores, no les importa lo que les suceda a
las ovejas. Como están con ellas por puro interés, huyen
ante el peligro, dejándolas abandonadas y dispersas a merced del
enemigo.
14
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi
vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de
este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá
un rebaño, y un pastor.
Estando
las ovejas del rebaño alejadas y enemistadas con Dios, Jesús vino a
buscarlas y a salvarlas de la perdición eterna, entregando su vida a
cambio de la de ellas. ¡No puede haber mayor demostración de amor
hacia alguien! Jesús, quien conoce perfectamente a sus ovejas, se
dio a conocer a ellas para que lo siguieran y mantuvieran con él una
estrecha e íntima relación, semejante a la que existe entre él y
el Padre. Por otra parte, como ya habíamos mencionado, Jesús
anuncia en el versículo 16 que tiene también ovejas en el redil de
las naciones gentiles; que iba a traerlas para que oyeran su voz; y
que apacentaría a judíos y gentiles juntos en un mismo rebaño, el cual se
daría a conocer como su Iglesia, o como su esposa.
CONCLUSIONES
De
todo lo que hemos considerado y sin pretender ser exhaustivos,
podemos sacar, entre otras, las siguientes conclusiones:
1-.
Dios siempre tuvo ovejas de su prado; nunca dejó de haber un
remanente fiel (1 R
19:18; Sal 95:7; Jer 23:3-4; Mi 4:6-7).
2-.
Primero formó un redil en Israel (Ez
34:1-24) y luego otro al
unir a sus ovejas de las naciones gentiles con las de Israel en la
Iglesia.
3-.
Hay ovejas que no son de su prado, porque no lo siguen a Él sino a
otros líderes e ídolos mundanos, sean o no religiosos.
4-.
Así que, para ser pastores y ovejas verdaderas de Dios, hay que
entrar necesariamente por la puerta al redil y la puerta es Jesús
(Jn 10:2,3,7; 1 Ti 2:5).
5-.
En cuanto a los pastores, aquellos que entran en el redil sin pasar
por la puerta, como hacían los fariseos y como siguen haciendo
actualmente muchos falsos maestros y pastores, son ladrones y
salteadores, que vienen a hurtar, matar y destruir (Jn
10:1,8).
6-.
Jesús se pone a sí mismo como ejemplo de buen pastor. Todo
discípulo en general y aquél que haya recibido el don de pastor en
particular, debe imitar a Cristo, que es a la vez nuestro maestro y
buen pastor. Como buen pastor Jesús dedicó su vida a sus ovejas (Jn
10:11).
7-.
Por el contrario, el falso pastor se dedica a las ovejas en tanto en
cuanto obtiene de ellas beneficio, como un asalariado que es; por eso
cuando ve venir el peligro abandona a las ovejas, porque no son suyas
y no le importa que se pierdan (Jn
10:12-13).
8-.
El auténtico pastor no fuerza a las ovejas a seguirlo, sino que va
delante dando ejemplo y sus
ovejas lo siguen
libremente
porque conocen su voz, que coincide con la Palabra de Dios (Jn
10:4).
9-.
Las ovejas del Señor no se dejan seducir por la voz de los extraños,
que contradicen o tergiversan la Palabra de Dios (Jn
10:4-5).
10-.
Los verdaderos pastores, a semejanza del buen pastor, mantienen una
estrecha y afectuosa relación con sus ovejas.
11-.
Los pastores que agradan a Dios se esfuerzan por conocer a todas y
cada una de sus ovejas, incluso por su nombre, como hace nuestro
pastor divino ¡Qué gran privilegio para estas ovejas! (Éx
33:12,17; Jn 10:3).
12-.
El pastor que ama a Dios se preocupa por todas
las ovejas, no sólo por unas pocas (no hace acepción de personas).
13-.
Conduce a sus ovejas a lugares de buenos pastos y fuentes de agua,
saciando su hambre y sed; es decir, alimentándolos adecuadamente con
la Palabra (Jn 10:9).
14-.
Carga a cuestas con las ovejas perniquebradas y sana sus heridas.
15-.
Las recoge en el aprisco para que descansen.
16-.
Las mantiene a salvo, cuidándolas y protegiéndolas de todo enemigo
(Jn 10:9).
17-.
Va en busca de las perdidas y cuando las encuentra y trae al redil,
su gozo es tan desbordante, que no puede callarse y lo comparte con
sus amigos y vecinos, a los que también se une Dios mismo con sus
ángeles en el cielo (Mt
18:11-14; Lc 15:1-7).
18-.
Resumiendo, se entrega con gran amor a sus ovejas.
Bendiciones
en el Señor.