27/4/19

Espíritus encarcelados


TEXTO PRINCIPAL

1 P 3:18-22; Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. 21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, 22 quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.

INTRODUCCIÓN

Como ocurre en general con los textos de difícil comprensión, esta porción es objeto de diversas interpretaciones, algunas de las cuales amparan graves errores doctrinales que dan lugar a falsas creencias.

Hay quienes creen que cuando el cuerpo de Cristo yació en la tumba, su Espíritu se reunió con los espíritus de otras personas fallecidas para predicarles. Pero lo cierto es que ni el texto que estamos considerando ni ningún otro de la Biblia dice eso. Por el contrario, la Palabra enseña claramente que una vez que las personas mueren, ya es demasiado tarde para que se arrepientan y sean perdonadas, por lo que su destino eterno queda sellado en función de lo que hayan hecho o dejado de hacer mientras estaban vivas (He 9:27). Eso significa que no existe ningún purgatorio del que se pueda salir con la ayuda de rezos o indulgencias, tal como enseña la iglesia católica romana. Tampoco sirve de nada que los vivos se bauticen por los muertos, como hacen los mormones.

He 9:27; Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio...

Otra creencia similar sugiere que a quienes visitó Cristo en el Espíritu fue a los santos del antiguo testamento para anunciarles el evangelio eterno y trasladarlos del seno de Abraham al cielo (Lc 16:22-23). Pero tampoco aquí hay base para poder afirmar dicha remoción. Por otra parte, los creyentes del antiguo testamento, aunque no entendieran ciertas cosas que aún no habían sido claramente reveladas, fueron salvos por creer en Dios y esperar al Mesías prometido, y no por cumplir las obras de la Ley (Gá 3:11-12). Así que no era necesario que se les predicase el evangelio para que, mediante su aceptación, pudieran ser salvos, simplemente porque ya eran salvos. Y en cuanto al entendimiento de las cosas que aún nos están veladas, Dios nos las revelará a su tiempo, cuando estemos con Él en su gloria.

Lc 16:22-26; Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

Gá 3:11-12; Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.

ÁNGELES QUE FORNICARON CON MUJERES, ENGENDRÁNDOLES HIJOS

Jud 6-7; Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; 7 como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.

2 P 2:4-5,9; Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; 5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;...

Muchos estudiosos de la Palabra relacionan los anteriores pasajes de Jud 6-7, 2 P 2:4-5,9 y el siguiente de Gn 6:4, con el texto inicialmente expuesto de 1 P 3:18-22.

Gn 6:1-4; Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.

Mi punto de vista es que estas tres porciones están relacionadas entre sí, pero no tienen que ver con la de 1 P 3:18-22, con la que he empezado este estudio. Veamos dicha relación:

Jud 6-7 es muy claro respecto a que tanto Sodoma y Gomorra como los ángeles que no guardaron su dignidad, fueron puestos como ejemplo sufriendo un castigo eterno, en el primer caso consumidos por fuego y en el segundo encerrados en prisiones de oscuridad. Mediante la expresión de la misma manera que aquéllos” se compara a Sodoma y Gomorra con dichos ángeles, a los cuales el pronombre demostrativo aquéllos” hace referencia.

Por tanto, esta aclaración debería bastar para zanjar el debate sobre la identidad de los llamados hijos de Dios” en Gn 6:2,4, en el sentido de que los mismos son ángeles (Job 1:6; 2:1; 38:4-7) y no descendientes de Set, como muchos afirman. No sabemos si estos ángeles proceden de los que en su día secundaron la rebelión de Lucifer contra el Altísimo, o si estando entre los que habían sido leales, más tarde se corrompieron. El caso es que, a diferencia de los demás ángeles caídos, que tienen acceso tanto a la tierra para tentar a los hombres como al cielo para acusarlos delante del trono, los que forman parte de este grupo quedaron confinados por Dios en el tártaro a la espera del juicio del gran día.

Job 1:6 (Job 2:1); Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.

Job 38:4-7; ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. 5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? 6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, 7 cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios? (Nótese que estos hijos de Dios” ya se regocijaban, y por tanto existían, cuando Dios fundaba la tierra; así que no pueden ser seres humanos).

Acerca de la morada que abandonaron estos ángeles, creo que, en consonancia con 2 Co 5:1-6, ésta se refiere a su propio cuerpo y no a su residencia en las regiones celestes (Ef 6:12), tal como se suele explicar.

2 Co 5:1-6; Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3 pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5 Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. 6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor…

Ef 6:12; Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Ahora bien, como antes decía, no comparto la creencia de que los espíritus encarcelados de 1 P 3:19 corresponden a los ángeles mencionados en Jud 6 y 2 P 2:4. En primer lugar, porque no tiene sentido ni la Biblia respalda que se haya predicado alguna vez el evangelio a ángeles, sean o no caídos. También es pura especulación decir que Cristo no fue a predicarles, sino a proclamar su victoria en la cruz sobre ellos, su príncipe Satanás y la misma muerte (Col 2:15; He 2:14-15; 1 Co 15:54-55). En segundo lugar, no pueden ser ángeles los espíritus encarcelados que desobedecieron en los días de Noé, porque Dios esperaba con paciencia su arrepentimiento para perdonarlos (1 P 3:20), y sabemos que Él sólo concede tal misericordia a los hombres (2 P 3:9).

Col 2:15; ...y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

He 2:14-15; Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

1 Co 15:54-55 (Os 13:14); Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

2 P 3:9; El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Quien dio a conocer a los ángeles el evangelio eterno, dando así muestra de la multiforme sabiduría de Dios, fue la iglesia, al anunciar a los hombres las buenas nuevas de salvación por gracia y no por obras; para ello basta con que nos arrepintamos, creamos en Jesucristo y confesemos su nombre (Ef 3:8-11; Hch 3:19-20; Ro 10:8-10).

Ef 3:8-11; A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, 9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; 10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor…

Hch 3:19-20; Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, 20 y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado...

Ro 10:8-10; ...Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

ESPÍRITUS DE PERSONAS QUE FUERON ADVERTIDAS EN VIDA

1 P 3:18-20; ...siendo (Cristo) a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua...

Entonces, si el Espíritu de Cristo no predicó a espíritus de personas fallecidas, y tampoco predicó ni hizo declaración alguna a seres angelicales, ¿a quiénes, cuándo, dónde y cómo les predicó? Como el propio texto nos revela, les predicó a los contemporáneos de Noé mientras vivían en la tierra para que, creyendo su anuncio, se arrepintieran. Esto en lo que concierne a quiénes, cuándo y dónde Cristo les predicó. Y en cuanto al cómo, lo hizo por boca de Noé (2 P 2:5). Éste habló, como todos los santos profetas, guiado e inspirado por el Espíritu Santo (1 P 1:10-12; 2 P 1:21), el cual es enviado por el Padre y por el Hijo.

2 P 2:5; ...y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;

1 P 1:10-12; Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

2 P 1:21; ...porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

¿ESPÍRITUS ENCARCELADOS EN VIDA O AL MORIR?

Consideremos las dos posibilidades:

-PRIMERA OPCIÓN: A estas personas que oyeron en vida el llamado al arrepentimiento del Espíritu de Cristo por medio de Noé, se les llama espíritus encarcelados, porque en el tiempo en el que Pedro escribió su epístola ya habían muerto espiritual y físicamente; de manera que sus espíritus estaban recluidos en el Hades (Lc 16:22-23) a la espera de resucitar corporalmente para ser juzgados y condenados (todos, menos los ocho que fueron salvados en el arca), pues todos seremos resucitados, ya sea para vida o, como en este caso, para condenación (Jn 5:28-29).

Lc 16:22-23; ...y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.

Jn 5:28-29; No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

-SEGUNDA OPCIÓN: Se les llama espíritus encarcelados porque estas personas ya estaban espiritualmente muertas en sus delitos y pecados y eran cautivas del diablo, cuando estaban en la tierra. Les ocurría exactamente lo mismo que a todos los pecadores que no se han arrepentido y creído en Cristo. Numerosos textos bíblicos apoyan esta interpretación; he aquí una pequeña muestra:

Is 61:1 (Lc 4:18); El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel (a los cautivos y presos de Satanás por causa del pecado).

Ef 4:8-10 (Sal 68:18); Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. 9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo [las partes más bajas de la tierra podrían referirse al sepulcro o, lo que me parece más probable, a que Jesús anduvo entre los humildes de la tierra como el más manso y humilde de todos (Fil 2:7-8)].

Fil 2:7-8; ...sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Col 2:12-13; ...sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

1 P 4:4-6; A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; 5 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. [aquí sólo puede referirse a vivos y muertos en sentido espiritual, porque en el día del juicio todos habremos resucitado corporalmente de la muerte, “unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua” (Dn 12:2)]. 6 Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos (en el plano espiritual), para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.

Según la primera de estas dos opciones o hipótesis, teniendo en cuenta que en el tiempo en el que Pedro escribió esta carta se estaba predicando con denuedo el evangelio, el hecho de que el anterior versículo seis diga que el evangelio ha sido” (tiempo pasado) en vez de está siendo” predicado a los muertos (tiempo presente), sería un indicio de que se está refiriendo a los que murieron durante el diluvio, por rechazar previamente la advertencia de Noé que, como pregonero de justicia, los llamó al arrepentimiento.

Sin embargo, no se puede forzar el texto especulando sobre algo que el mismo no dice para llegar a la conclusión de que se refiere a los contemporáneos de Noé. En realidad el texto se limita a comparar dos clases de personas. Por un lado están las que por desobedecer el evangelio permanecen muertas en sus delitos y pecados. Y por otro, aquéllas que estaban igualmente muertas, pero que habiéndose arrepentido y creído en Jesús, pasaron a vivir en espíritu según Dios, aunque sean juzgados en la carne por los hombres y sufran persecución por causa de la justicia.

Esta interpretación la corrobora el hecho de que si bien la acción de predicar está en pasado, el propósito de la predicación está en presente (“para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios). Y naturalmente eso excluye a los desobedientes que murieron en el diluvio, porque ya no es posible que sean juzgados por los hombres pero vivan en espíritu, puesto que se hallan en el Hades sufriendo tormento, a la espera de ser resucitados para enfrentarse a un juicio condenatorio.

LOS CRISTIANOS NO SE BAUTIZAN POR LOS MUERTOS

1 Co 15:29-32; De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? 30 ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora? 31 Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero. 32 Si como hombre batallé en Éfeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

En la línea argumental que está siguiendo Pablo en este capítulo, hace la observación de que incluso hay muchos paganos en Corinto que creen en la existencia de otra vida después de la muerte, como lo demuestra el hecho de que se bautizan por los muertos para que, donde quiera que ellos estén, reciban el favor de los dioses a los que invocan. Entonces, si aun los paganos creen en una nueva vida después de morir, ¿cómo vamos a negar la resurrección los que hemos sido iluminados por Cristo? Si no resucitáramos después de morir, no tendría sentido padecer tribulación por causa del evangelio. Sin embargo, la resurrección de Cristo nos garantiza que también sus seguidores resucitaremos con Él en gloria.

Así es como debemos entender los anteriores versículos, y no como lo enseña la secta pseudo cristiana de los mormones. Su errada interpretación del anterior versículo 29 es obvio que entra en contradicción con el resto de la Biblia. La Palabra de Dios enseña de forma consistente que, cuando una persona exhala su último aliento, ya no puede hacer nada para cambiar su destino eterno; ni ella ni sus allegados que aún permanecen en la tierra. Por consiguiente es inútil bautizarse por los muertos y además Dios no lo aprueba.

CONSIDERACIONES FINALES

La principal conclusión que podemos sacar de este estudio es que mientras el cuerpo de Cristo estuvo en el sepulcro, no fue, como muchos enseñan, a predicar a espíritus de personas que habían fallecido y se encontraban en el Hades. Tampoco les predicó ni declaró nada a ángeles que estaban encerrados en el tártaro. Lo que nos está indicando 1 P 3:18-20 es que el Espíritu de Cristo, o lo que es lo mismo el Espiritu Santo, les habló en la tierra a los que vivían en el tiempo del diluvio, por boca de Noé, anunciándoles que serían destruidos si permanecían en su rebeldía contra Dios.

Si las cuestiones tratadas en este estudio son complejas y difíciles de explicar, hay otras asociadas a éstas, a las que ni siquiera podemos responder, a la luz de la revelación bíblica, por más que algunos se hayan empeñado en hacerlo. Por ejemplo:

-¿A dónde fue o qué hizo el espíritu de Cristo durante los tres días y tres noches que yació en el sepulcro?

-Cuando Cristo resucitó, ¿fueron trasladados los santos del antiguo testamento, desde el seno de Abraham hasta la presencia de Cristo en algún lugar del cielo?

En este punto doy por finalizado mi estudio. Gracias por seguirme hasta aquí, querido lector.

Que el Señor lo bendiga.