8/7/19

La serpiente de bronce

INTRODUCCIÓN
En la primera parte de este estudio me referiré principalmente a la predilección de Dios por Israel, que es perfectamente compatible con su amor por toda la humanidad. Desde esta perspectiva haré una serie de reflexiones sobre diferentes aspectos de la relación de Dios con su pueblo Israel durante su travesía por el desierto, mostrando su aplicabilidad a la Iglesia. Y en la segunda parte me centraré más específicamente en Nm 24:4-9, de cuyo texto he sacado el título de este estudio.

PRIMERA PARTE

EL AMOR DE DIOS POR TODA LA HUMANIDAD
A pesar de la rebeldía de los seres humanos, el Creador nunca dejó de amarnos ni de compadecerse de nosotros (Jn 3:16). Por eso envió en propiciación y expiación por nuestros pecados a Jesucristo al mundo, quien nos redimió, pagando el precio de nuestro rescate mediante su preciosa sangre en la cruz del Calvario; de manera que la demanda de justicia y santidad de Dios quedó satisfecha, reconciliándose así con nosotros. Como todavía nos ama, sigue esperando pacientemente en la actualidad a que nos volvamos a Él (Ez 33:11; 2 P 3:9).
Jn 3:16; Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Ez 33:11; Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
2 P 3:9; El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
LA ELECCIÓN DE ISRAEL COMO ESPOSA
Pero más allá de ese amor en general por toda la humanidad, Dios buscó y halló un pequeño pueblo al que amó de manera especial, escogiéndolo de entre todos los pueblos de la tierra para que tuviera una relación de comunión íntima con Él (Éx 19:4-5). Esto se concretó al pie del monte Sinaí, cuando Jehová, después de haber demostrado su amor incondicional hacia Israel, le propuso un pacto similar al pacto matrimonial entre un hombre y una mujer, para tomarlo como esposa, a lo cual dio Israel su consentimiento de manera libre y voluntaria (Éx 19:7-8; Éx 24:3-4,6-8).
Ex 19:4-5; Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. 5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos...
Éx 19:7-8; Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado. 8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.
Éx 24:7-8; Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
En todo pacto o contrato matrimonial, los esposos se comprometen a amarse fielmente durante toda su vida, cualesquiera sean las circunstancias por las hayan de pasar en el futuro. Pues bien, un pacto semejante fue establecido por Dios con el pueblo de Israel (Ez 16:8; Jer 31:31-32), que posteriormente se extendió también a la iglesia de Cristo en la tierra (2 Co 11:2; Ap 19:7; Ap 21:2; Ap 22:17).
Ez 16:8; Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía.
Jer 31:31-32; He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
2 Co 11:2; Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.
Ap 22:17 (también Ap 19:7; Ap 21:2); Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
INFIDELIDAD DE ISRAEL VERSUS FIDELIDAD DE DIOS
En cuanto a Israel, comprobamos en las sagradas escrituras que permitió que su primer amor se enfriara hasta el punto de dejar de creer en Jehová y serle infiel (Jer 2:2,32). Sin embargo Dios aún permanece fiel a su compromiso, a pesar de que no está obligado, ya que su esposa Israel invalidó el pacto, prostituyéndose con los falsos dioses paganos de los demás pueblos (Ez 16:15,32).
Jer 2:2, 32; Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. 32 ...¿Se olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días.
Ez 16:15, 31-32; Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras... 31 Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32 sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos
Es tal el amor y la misericordia de Dios para con su pueblo, que a pesar de ser provocado a ira en incontables ocasiones, continúa llamándolo pacientemente a que se arrepienta y vuelva a Él para recibirlo con los brazos abiertos, sanar sus heridas y restaurarlo a su posición inicial (Jer 3:14,20). Por tanto, el amor de Dios hacia Israel es incondicional y eterno, mas no a la inversa. El hijo pródigo tiene que volver en sí y regresar a la casa del Padre, donde hallará perdón, reconciliación y restauración (Is 54:5-7; Ez 16:59-60).
Jer 3:14, 20; Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo… 20 Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová.
Is 54:5-7; Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. 6 Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. 7 Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.
Ez 16:59-60; Pero más ha dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60 Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno.
LA TRAVESÍA POR EL DESIERTO
Como acabamos de ver, en el Sinaí se estableció un pacto, mediante el cual Dios prometió morar entre el pueblo para guiarlo y protegerlo de toda amenaza y peligro; en tanto que Israel se comprometió a seguirlo fielmente hacia su lugar de descanso en la tierra prometida (Dt 12:10). Pero como Dios quiso probar la fidelidad de su pueblo, no lo condujo por un camino de rosas con abundancia de cosas materiales, sino por un inhóspito desierto, haciéndole pasar grandes penurias (Éx 15:22,25; Dt 8:1-2).
Dt 12:10; Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.
Éx 15:22, 25; E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua... 25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó...
Dt 8:1-2; Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. 2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
La travesía de Israel por el desierto hacia su lugar de reposo en la tierra prometida es aplicable a los cristianos, que como extranjeros y peregrinos, estamos de paso en la tierra hacia una patria y ciudad reservadas para nosotros en el cielo (He 11:13-16). El recorrido que tenemos por delante es arduo; de manera que para superar los obstáculos que van a dificultar nuestra marcha necesitamos caminar en fe con Cristo, dejando que su Espíritu nos guíe y renueve cada día para poder avanzar con paciencia hacia la meta (He 12:1-2). Mediante el Espíritu Santo recibiremos consuelo en nuestras aflicciones, ayuda para levantarnos de nuestras caídas, paz, descanso, etc (Mt 11:28). En resumen, Cristo es el único y verdadero camino que conduce a la vida eterna (Jn 14:6).
He 11:13-16; Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
He 12:1-2; Por tanto… despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe...
Mt 11:28; Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Jn 14:6; Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida...
LECCIONES Y APLICACIONES PRÁCTICAS PARA LA IGLESIA
Del trato de Dios con Israel podemos extraer, entre otras, una valiosa lección: Él no impide que sus hijos tengan problemas, pero les ayuda a resolverlos; no evita que pasen por aflicciones y pruebas, pero les da fuerza para superarlas (Stg 1:2-3; 1 P 1:6-7; Ap 2:10). Dios no tienta a nadie para que peque (Stg 1:13-14), pero sí prueba la fe de sus hijos para que ésta crezca, para que maduren y aprendan a confiar y esperar pacientemente en Él.
Stg 1:2-3; Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
1 P 1:6-7; En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo...
Ap 2:10; No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
Stg 1:13-14; Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Otra lección que deberíamos aprender es que desafiar a Dios no queda impune, sino que acarrea siempre consecuencias, independientemente de que luego nos arrepintamos. Pero si rebelarse contra Dios es un asunto serio, aunque sea de forma ocasional y esporádica, permanecer en la obstinación es aún mucho peor. Debemos andar siempre en santo temor, porque el pecado lleva en sí castigo, aun cuando eso no signifique que dejemos de ser salvos en Cristo. Por eso no deberíamos tomar a la ligera nuestros pecados, por insignificantes que nos parezcan. Si éstos no nos incomodan y entristecen, moviéndonos al arrepentimiento, es señal de que hemos dejado enfriar nuestra relación con Él, por lo que debemos recapacitar y reaccionar con urgencia para volver a nuestro primer amor (Ap 2:4-5).
Ap 2:4-5; Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras...
Por otra parte, en nuestra peregrinación caminando con Dios, tenemos que andar por fe y no por vista, ya que sin fe es imposible agradarle (He 11:6). La misma fe que media en la salvación lo hace también en la santificación, la cual es un proceso a la vez que un estado, puesto que hemos sido apartados del mundo para estar con y en Cristo. Como la santificación va de la mano de la fe, para avanzar en aquélla tiene que aumentar ésta (2 Ts 1:3). Pero, ¿qué hacer para que nuestra fe vaya en aumento? Aparte de pedírselo a Dios (Lc 17:5), tenemos que buscar su presencia para un mayor y más íntimo conocimiento de Él, incidiendo básicamente en tres aspectos: 1) escudriñar su Palabra, 2) orar en todo tiempo y lugar, y 3) obedecer en todo su voluntad.
He 11:6; Pero sin fe es imposible agradar a Dios...
2 Ts 1:3; Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás...
Lc 17:5; Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
Entender la interacción entre la fe y la obediencia es una cuestión clave, pues ambas están indisolublemente asociadas; de manera que al flaquear nuestra fe somos más proclives a desobedecer y a la vez, en la medida que desobedecemos, nuestra fe se va debilitando. La travesía de Israel por el desierto hacia la tierra prometida es muy ilustrativa, pues nos advierte a los actuales creyentes para que no cometamos sus mismos errores (1 Co 10:1-6,11-12). 
1 Co 10:1-6, 11-12; Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. 6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
Otro aspecto de nuestra relación con Dios, es que en cierto modo ésta no difiere mucho de la que tenemos con nuestros padres. En general los padres terrenales disciplinan a sus hijos para hacer de ellos personas de provecho y capacitarlos para afrontar las situaciones difíciles que les pueden sobrevenir en la vida. Lo hacen, no para causarles daño, sino por su bien, porque los aman. Pues eso mismo hace nuestro Padre celestial con nosotros, con la importante diferencia de que Él lo hace todo de manera perfecta, sin las deficiencias y errores de aquéllos.
He 12:5-6, 9-11; ...y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo ...9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. 11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
En el trato de Dios con sus hijos también se desarrolla un proceso de instrucción y aprendizaje similar al de las relaciones humanas. Pensemos, por ejemplo, en la actividad escolar o en la obtención de los permisos de conducción de vehículos. Es necesario superar una o varias pruebas para demostrar que ha habido una preparación adecuada y que, en definitiva, se poseen los conocimientos y habilidades imprescindibles para el desempeño de la correspondiente tarea, o bien para pasar a otro nivel superior de aprendizaje ¿Y qué sucede cuando no se supera la prueba? Pues que es necesario reincidir en los mismos contenidos del aprendizaje y pasar de nuevo un examen que dictamine si estamos o no capacitados para ejercer la profesión o para continuar avanzando, al objeto de completar la formación.
Pues justamente eso es lo que le sucedió a Israel en su travesía por el desierto. Tenían que aprender a caminar por fe, confiando en Jehová, el cual les había dado numerosas muestras de su poder y fidelidad (Nm 14:11). Sin embargo en los momentos de mayor dificultad el pueblo se olvidó de las maravillas que había presenciado y dejó de creer en Dios y en sus promesas, provocándolo con constantes quejas y murmuraciones y deseando regresar a la esclavitud de Egipto. Menos mal que Dios, en su paciencia y misericordia, contuvo su ira para no destruirlos (Nm 14:11). Con todo, el hecho de que no aprendieran de sus errores, hizo que avanzaran lentamente en su camino.
Nm 14:11; ...y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?
Pero su mayor fracaso consistió en que no superaron la prueba decisiva, al desobedecer a Jehová cuando les mandó que entraran a tomar posesión de la tierra prometida. Como consecuencia de ello estuvieron vagando durante 40 años por el desierto hasta que murieron todos los adultos que habían salido de Egipto, por lo que al final sólo alcanzaron la tierra prometida los hijos de los que fallecieron, junto con Josué, Caleb y sus respectivas familias (Nm 14:29-31). Claramente hallamos aquí una tremenda lección que es de aplicación a los creyentes de todos los tiempos.
Nm 14:29-31; En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. 31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.

SEGUNDA PARTE

TEXTO BÁSICO
Nm 21:4-9; Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. 5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. 7 Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. 8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. 9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
PARTIDA DEL MONTE DE HOR Y ENÉSIMA REBELIÓN DE ISRAEL
Durante su travesía por el desierto, Israel fue mostrando una serie de actitudes y pautas de conducta que se repitieron cíclicamente, más o menos en el siguiente orden secuencial: 1) El pueblo inicia un prometedor camino en el que pronto se encuentra con dificultades y pruebas. 2) Lo peor de todo es que no sólo se cansa, sino que también se impacienta y desanima. 3) Eso hace que se olviden de su liberación de la esclavitud y se produzca en ellos una pérdida de fe. 4) Dicha incredulidad se revela en su falta de contentamiento, menosprecio de los bienes recibidos y desagradecimiento. 5) Por consiguiente se rebelan contra Dios, profiriendo quejas, murmuraciones y protestas a Moisés, al que acusan de haberlos sacado de Egipto para llevarlos a morir en el desierto. 6) Entonces son castigados por su desobediencia. 7) Eso produce en ellos el efecto del arrepentimiento y petición de clemencia a Dios por medio de Moisés, de manera que son perdonados y cesa el castigo. 8) Finalmente se someten de nuevo a Jehová y reanudan una vez más la marcha.
Pues bien, como podemos observar, en Nm 21:4-9 se reproduce el proceso que acabo de describir. Así que Israel acepta ponerse de nuevo bajo la sumisión y dependencia de Dios, partiendo con fe renovada y buena disposición del monte Hor (fase 8), y dando así comienza a un nuevo ciclo.
OLVIDO E INGRATITUD DE ISRAEL
Como ya he indicado en el proceso cíclico antes descrito, una de las cosas que me llama la atención sobre la conducta de Israel en el desierto, es su desagradecimiento, manifestado en la falta de contentamiento y en el menosprecio de la provisión y protección recibida de Dios. La nube que los guiaba de día y la columna de fuego que les alumbraba y guiaba de noche, se volvieron cosas rutinarias y dejaron de ser importantes para ellos, a pesar de ser una poderosa señal del poder, la guía y la protección de Dios (Éx 13:21-22).
Éx 13:21-22; Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. 22 Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
Tampoco supieron valorar la provisión sobrenatural del maná como un excelente alimento, ni entendieron que además de servir de alimento corporal tenía el propósito de enseñarlos a vivir bajo la dependencia de Dios, ni que esta dependencia incluía también el alimento espiritual de la Palabra de Dios, la cual debían atesorar en sus corazones y obedecerla para obtener vida eterna (Dt 8:3).
Dt 8:3; Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
¿Y qué decir acerca del hecho milagroso de que su calzado y vestidos se mantuvieran en buen estado, sin desgastarse ni romperse durante los 40 años que transitaron por parajes desolados? (Dt 8:4; 29:5).
Dt 29:5; Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.
Pero el desagradecimiento va de la mano del olvido ¿Cómo es posible que se olvidaran tan fácilmente de las numerosas ocasiones en que Jehová los había librado milagrosamente de sus enemigos, así como protegido de toda clase de peligros? (Neh 9:17) Y lo mismo pasó con su falta de memoria para recordar sus anteriores transgresiones, que habían provocado duros castigos por parte de Dios. Pues aunque nos parezca sorprendente, estas cosas que le sucedieron una y mil veces a Israel, nos siguen pasando a nosotros hoy, a pesar de estar bien advertidos para no caer en sus mismos errores.
Neh 9:17; No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.
Precisamente para que con el paso del tiempo su pueblo no se olvidara de Él, de sus preceptos, y de las grandes maravillas que hizo en medio de ellos, Dios les mandó que observaran un conjunto de ritos, sacrificios y ofrendas, así como celebrar las fiestas solemnes que Él mismo instituyó. Además también les instó a que guardaran en sus corazones y repitieran continuamente a sus hijos sus palabras, atándolas incluso como señal en sus manos y escribiéndolas en los postes y puertas de sus casas (Dt 6:6-9). En la actualidad nuestro principal recordatorio, el cual Jesús estableció para su iglesia, es la comunión fraternal de los creyentes, al participar del pan y vino en representación del cuerpo y la sangre del Señor (1 Co 11:23-26).
Dt 6:6-9; Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
1 Co 11:23-26; Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
VENCER EL DESÁNIMO CON LA AYUDA DE DIOS
Es necesario que nos fortalezcamos cada día en el Señor, no sea que caigamos en el desánimo, como le ocurrió a Israel, y tomemos decisiones precipitadas que nos hagan errar y sufrir consecuencias no deseadas. Asimismo es muy recomendable que ante los primeros síntomas de cansancio y desánimo reaccionemos inmediatamente, pidiéndole al Señor que nos fortalezca y ayude a vencer el desaliento.
2 Co 4:16-18; Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
He 12:5-7 (Job 5:17; Pr 3:11-12); ...y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. 7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Si permitimos que el desánimo se apodere de nosotros, nos sentiremos desdichados y probablemente busquemos culpables fuera de nosotros mismos, contra los cuales proferiremos quejas y murmuraciones, como hicieron los israelitas en numerosas ocasiones. Pero si queremos agradar al Señor tenemos que resistir la tentación de caer en descalificaciones personales y críticas destructivas. Seamos, pues, sumamente cuidadosos con lo que decimos, porque las palabras pueden llegar a ser muy poderosas, y así como pueden ser de gran bendición para nosotros mismos y los demás, también pueden ser muy dañinas (Pr 12:17-18; Stg 3:5,9-11).
Pr 12:17-18; El que habla verdad declara justicia; mas el testigo mentiroso, engaño. 18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.
Stg 3:5, 10-11; Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! ...9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. 10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. 11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
LA CORRECCIÓN MEDIANTE EL CASTIGO
En esta ocasión el castigo de Jehová consistió en enviarles mortíferas serpientes. Poco importa si las envió expresamente, o en realidad sólo dejó que salieran de sus escondites, ya que para Dios retirar su protección, permitiendo que algo malo suceda, es como si Él enviara directamente el mal, y así se expresa con cierta frecuencia en la Biblia (ver Jer 33:4-5). Por tanto, dado que en los desiertos áridos suele haber abundancia de reptiles venenosos, es probable que esas serpientes ya estuvieran allí, pero que Dios las mantuviera aletargadas para que resultaran inocuas y que, al plantarse el pueblo ante Él en actitud desafiante, excitara su agresividad para que los atacaran e hirieran de muerte.
Jer 33:4-5; Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas 5 (porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad).
No olvidemos que Dios es misericordioso sin dejar de ser justo, por lo que cuando es provocado a ira se ve obligado a aplicar su justicia (Gá 6:7); pero no lo hace con gozo, sino con dolor (Ez 18:30-32; Jl 2:12-13).
Gá 6:7; No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Ez 18:30-32; Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. 31 Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? 32 Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
Jl 2:12-13; Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. 13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.
LA SOLUCIÓN A LA MUERTE CAUSADA POR EL PECADO
El pueblo no escarmentó, sino que se olvidó de los castigos sufridos en sus anteriores rebeliones, volviendo a provocar a ira a Jehová. Sólo reconoció su culpa y se arrepintió de su pecado, cuando vio extenderse la muerte por todo el campamento. Su rebeldía les había cegado el entendimiento; de manera que no fueron capaces de anticipar el castigo, pues aunque Dios es clemente y misericordioso, no tiene por inocente al culpable (Nm 14:18; Ro 6:23). Hallamos aquí una constatación de que la historia se repite una y otra vez (Ec 1:9; 3:15).
Nm 14:18 (Nah 1:3); Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable
Ro 6:23; Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Ec 1:9; ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.
Es muy ilustrativo que aun después de que el pueblo se arrepintiera de su insensatez, Dios no alejara de ellos las serpientes, tal como le pidieron por medio de Moisés. El Señor a veces no responde a nuestras oraciones hasta que quitemos de nosotros cosas que estorban en nuestra relación con Él como, por ejemplo, la falta de perdón a nuestros semejantes (Mt 6:14-15), o bien porque lo que le pedimos no es conforme a su voluntad. Sin embargo otras veces responde favorablemente a nuestras oraciones, pero no en la línea de lo que le pedimos y esperamos, sino como Él tiene previsto hacerlo. Expongámosle, pues, a Dios nuestra necesidad y dejemos que Él obre a su manera, conforme a su soberana voluntad e infinita sabiduría, sabiendo que quiere lo mejor para sus hijos, incluso cuando no entendamos sus motivos.
Mt 6:14-15; Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Para impedir que las serpientes continuaran atacando a los hijos de Israel, Dios podía haberlas expulsado del campamento, matarlas, o tal vez amansarlas; pero no lo hizo. Así que ellas seguirían allí, igual de furiosas y mortíferas, por lo que al pueblo le aguardaba una muerte segura, al no poder librarse de sus venenosas mordeduras. Pero Dios quiso salvarlos, proveyendo para ellos un eficaz remedio, un antídoto que debían administrar al ser mordidos, para ser sanados y librados de la muerte.
¿Acaso aplicó Dios esta solución para enseñarnos algo? Así es en efecto; creo que Dios tomó esa medida y no otra, precisamente para mostrarnos que por nuestra supuesta bondad y buenas obras, jamás podremos ser salvos, del mismo modo que los israelitas no podían evitar la presencia de las serpientes ni sus mordeduras, y porque carecían de un antídoto contra el veneno inoculado, aparte del que Dios les proveyó por gracia para que, mirando a la serpiente de bronce fueran sanados y vivieran.
Las serpientes representan a Satanás con sus huestes del mal, quien nos inyectó en el Edén el veneno mortal del pecado, del que no podemos librarnos y que actúa en nosotros para perdición. Por tanto, ya que por nuestra rebeldía hemos dado lugar al diablo (Ef 4:26-27) y hemos sido inyectados con el veneno del pecado que nos condena irremisiblemente a la muerte (Ro 5:12), sólo podemos ser salvos por el inmenso amor y misericordia de Dios, el cual derramó su gracia sobre nosotros, enviándonos a Jesucristo (Hch 4:12; 1 Co 15:21-22).
Ef 4:26-27; Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo.
Ro 5:12; Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Hch 4:12; Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
1 Co 15:21-22; Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
SIMBOLOGÍA DE LAS SERPIENTES
Las serpientes equivalen simbólicamente a los demonios, dirigidos por la serpiente antigua que engañó a Eva en el Edén y sigue engañando al mundo entero (Gn 3:4-5; Ap 12:9). Satanás, el diablo, es el padre de la mentira (Jn 8:44), porque fue el primer mentiroso; de manera que es el mejor especialista que existe en el arte de engañar. Pero además de ser el principal mentiroso destaca también como el gran tentador. Como tal no se cansa de atacarnos en nuestras debilidades que él bien conoce, recurriendo si le es necesario al engaño (Gn 3:6; 1 Ts 3:5), para hacernos caer en la tentación.
Gn 3:4-5; Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Ap 12:9; Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Jn 8:44; Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Gn 3:6; Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
1 Ts 3:5; Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.
CARACTERÍSTICAS Y SIGNIFICADO DE LA SERPIENTE DE BRONCE
La serpiente de bronce, como figura simbólica, reúne una serie de características que debemos conocer. En primer lugar representa a Satanás, que tenía el imperio de la muerte, y a sus huestes demoníacas, ambos derrotadas por Cristo en la cruz del Calvario (He 2:14). Pero además, mediante su muerte expiatoria y su resurrección, el Señor triunfó también sobre el pecado y su consecuencia, que es la muerte (He 4:15; 9:26; 2 Ti 1:10; 1 Co 15:54-57).
He 2:14; Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo
He 4:15; Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
He 9:26; ...pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
2 Ti 1:10; ...pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio...
1 Co 15:54-57; Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
El asta representa el madero en el que Cristo fue clavado y levantado (Jn 3:14-15; 12:32-33). La serpiente sobre el asta nos indica, como hemos visto, la derrota de Satanás y sus ángeles, que además fueron exhibidos públicamente en la cruz del Calvario (Col 2:15). Aparte de la serpiente colgada, no hay ninguna otra figura en el asta para que no contemplemos a un Cristo muerto en la cruz, sino al que resucitó al tercer día y vive para siempre. 
Jn 3:14-15; Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jn 12:32-33; Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. 33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.
Col 2:15; ...y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
      Dios hizo por nosotros pecado a Jesús (2 Co 5:21), por lo que sufrió la muerte en nuestro lugar para expiar nuestras culpas, para perdonarnos, redimirnos y librarnos de la muerte eterna. Por eso era imposible que la muerte retuviera a Jesús por cuanto era justo; pues aunque murió por el pecado, fue por el de toda la humanidad, ya que Él se mantuvo puro y sin mancha, no habiendo pecado jamás (Hch 2:24-25,27).
2 Co 5:21; Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Hch 2:24-25, 27; ...al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. 25 Porque David dice de él… 27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
Los israelitas carecían del remedio, así como de toda ayuda material o humana capaz de neutralizar el efecto del veneno, que les causaba irremisiblemente la muerte. Por eso no dudaron en aplicar la solución que Dios les dio. Sólo tenían que mirar la serpiente colocada en alto sobre una asta para recibir por gracia la provisión que Dios enviaba desde del cielo. En sentido figurado equivale a dirigir nuestra mirada a la cruz para ser limpios de nuestros pecados y recibir vida eterna en Cristo, el cual descendió a la tierra enviado por el Padre para traer redención y salvación a todo ser humano que se arrepiente de sus pecados y cree en Él (Mr 1:14-15; Ro 3:22-24).
Mr 1:14-15; Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Ro 3:22-24; ...la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús
Únicamente podían salvarse de la muerte mirando la serpiente de bronce, pero para mirarla tenían que creer que recibirían sanidad, porque en caso contrario no lo harían (en este contexto simbólico sólo se puede mirar la serpiente o no mirarla; pero no cabe la opción de mirar por simple curiosidad o cualquier otra actitud que no sea la fe, sino que ésta se halla implícita en el propio hecho de mirar la serpiente de bronce).
Otra característica que representa la serpiente colgada sobre una asta, es que la provisión de la gracia de Dios es suficiente para salvar a toda la humanidad a través de los tiempos; o sea, es inagotable (Jn 3:16; Ap 22:17). La figura de la serpiente de bronce encaja perfectamente con esa realidad, al estar hecha de un metal resistente, capaz de soportar un número ilimitado de miradas sin sufrir el más mínimo desgaste o menoscabo.
Jn 3:16; Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Ap 22:17; ...Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
Y por último, igual que sucede con la administración de la gracia de Dios, no se aplicaba la sanidad de forma colectiva, sino individual. Aunque todos podían ser sanados, sólo aquellos que miraran la serpiente salvarían sus vidas, mientras que los incrédulos que se negaran a hacerlo morirían. Cada persona en este mundo necesita arrepentirse y creer en Jesucristo para ser salva de la condenación eterna; tiene que hacerlo cada uno por sí mismo, no sirve que alguien lo haga por otra persona. Y lo mismo ocurre con nuestras responsabilidades, acerca de las cuales un día tendremos que dar cuenta individualmente a Dios (2 R 14:6; Jer 31:29).
2 R 14:6; ...Jehová mandó diciendo: No matarán a los padres por los hijos, ni a los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado.
Jer 31:29; En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30 sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.
Gracias por acompañarme hasta aquí, estimado lector. Espero y deseo que esta lectura haya sido de bendición para usted.