29/4/20

Pacto perpetuo de Dios con los hijos de Leví

INTRODUCCIÓN

Se alude con cierta frecuencia a los pactos que Dios estableció con los hombres. Se habla del pacto con Adán, Noé, Abraham, Israel, David, y la Iglesia; pero nadie menciona el pacto sacerdotal con los levitas hijos de Aarón. Al menos este servidor nunca ha oído hablar de él. Por tanto, me propongo hacer aquí una pequeña reflexión sobre este tema.

ORIGEN DEL PACTO

Éx 40:13-17; Y harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas, y lo ungirás, y lo consagrarás, para que sea mi sacerdote. 14 Después harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas; 15 y los ungirás, como ungiste a su padre, y serán mis sacerdotes, y su unción les servirá por sacerdocio perpetuo, por sus generaciones. 16 Y Moisés hizo conforme a todo lo que Jehová le mandó; así lo hizo. 17 Así, en el día primero del primer mes, en el segundo año, el tabernáculo fue erigido.

En el primer día del mes de Aviv (conocido también como mes de Nisán), justo al comienzo del segundo año desde la salida de Israel de Egipto, se levantó el tabernáculo y fueron apartados Aarón y sus hijos para ser ungidos como sacerdotes, en pacto perpetuo por sus generaciones. En principio todos los hijos de Aarón fueron incluidos en el sacerdocio (1 Cr 6:3), pero con el transcurso del tiempo sólo permaneció el linaje de Eleazar, ya que los demás fueron quitados del sacerdocio por invalidar el pacto a causa de su infidelidad.

1 Cr 6:1-3; Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari. 2 Los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. 3 Los hijos de Amram: Aarón, Moisés y María. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

Por eso 1 Cr 6:50-53 nos muestra únicamente la genealogía de Eleazar, pero en ningún texto de la Biblia aparece la línea sucesoria completa de Itamar, aunque se mencionan algunos de sus sacerdotes como Elí, Aitob, Ahimelec y Abiatar. En cuanto a los dos hermanos mayores, Nadab y Abiú (Éx 24:1-2), fueron pronto descartados por ofrecer incienso con fuego extraño que Dios había prohibido, por lo que Él los quemó con fuego del cielo y murieron sin dejar descendencia (Lv 10:1-2).

1 Cr 6:49-53; Mas Aarón y sus hijos ofrecían sacrificios sobre el altar del holocausto, y sobre el altar del perfume quemaban incienso, y ministraban en toda la obra del lugar santísimo, y hacían las expiaciones por Israel conforme a todo lo que Moisés siervo de Dios había mandado. 50 Los hijos de Aarón son estos: Eleazar su hijo, Finees su hijo, Abisúa su hijo, 51 Buqui su hijo, Uzi su hijo, Zeraías su hijo, 52 Meraiot su hijo, Amarías su hijo, Ahitob su hijo, 53 Sadoc su hijo, Ahimaas su hijo.

Éx 24:1-2; Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos. 2 Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él (el hecho de que Eleazar e Itamar no acompañaran en esa ocasión a sus hermanos Nadab y Abiú, debió ser, o bien porque aún no habían nacido o, lo más probable, porque eran menores de edad).

Lv 10:1-2; Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. 2 Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.

OTROS CASOS SIMILARES AL DE NADAB Y ABIÚ

Las muertes de Nadab y Abiú tienen cierto paralelismo con las de Er y Onán, hijos de Judá (Gn 38:6-10), así como con las de Ofni y Finees, hijos de Elí (1 S 2:31,34; 4:17-18). En efecto, el común denominador de estos seis varones es que con su desobediencia y falta de temor despreciaron las promesas hechas por Dios a sus padres, por cuyo motivo Él los desechó y castigó, quitándoles prematuramente la vida.

Gn 38:6-10; Después Judá tomó mujer para su primogénito Er, la cual se llamaba Tamar. 7 Y Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de Jehová, y le quitó Jehová la vida. 8 Entonces Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y levanta descendencia a tu hermano. 9 Y sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, por no dar descendencia a su hermano. 10 Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida.

1 S 2:31,34; He aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa... 34 Y te será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán en un día.

1 S 4:17-18; Y el mensajero respondió diciendo: Israel huyó delante de los filisteos, y también fue hecha gran mortandad en el pueblo; y también tus dos hijos, Ofni y Finees, fueron muertos, y el arca de Dios ha sido tomada. 18 Y aconteció que cuando él hizo mención del arca de Dios, Elí cayó hacia atrás de la silla al lado de la puerta, y se desnucó y murió; porque era hombre viejo y pesado. Y había juzgado a Israel cuarenta años.

CONFIRMACIÓN DEL PACTO A FINEES, HIJO DE ELEAZAR

Nm 25:10-13; Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel. 12 Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él; 13 y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.

Habiendo completado los hijos de Israel su travesía por el desierto, acamparon a las puertas de Canaán en los campos de Moab, concretamente en Sitim, que está junto al río Jordán y frente a la ciudad de Jericó. Entonces, incitados por el corrupto profeta Balaam, se mezclaron con los moabitas y madianitas y empezaron a fornicar con sus hijas, y a idolatrar a sus dioses. Eso desató la ira de Dios provocando una mortandad de 24.000 israelitas. Pero Finees, movido por su celo por Dios, se levantó en medio de la congregación y mató a un jefe de familia de la tribu de Simeón y a la mujer madianita que había introducido en su tienda para fornicar con ella. Esta drástica acción de Finees aplacó la ira de Dios, que detuvo la mortandad y confirmó para él y su descendencia el pacto de sacerdocio perpetuo que había hecho con Aarón y sus hijos.

DIOS PRONUNCIA SENTENCIA CONTRA ELÍ Y SU DESCENDENCIA

1 S 2:30,35-36; Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco… 35 Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días. 36 Y el que hubiere quedado en tu casa vendrá a postrarse delante de él por una moneda de plata y un bocado de pan, diciéndole: Te ruego que me agregues a alguno de los ministerios, para que pueda comer un bocado de pan.

Ante todo es importante aclarar que el sumo sacerdote Elí, que además fue juez de Israel, era un descendiente de Itamar. Baso esta afirmación en que la genealogía de Eleazar no incluye a Elí, como hemos visto en 1 Cr 6:50; por tanto tenía que pertenecer necesariamente a la otra línea sacerdotal que había quedado, que era la de Itamar (1 Cr 24:2), ya que el ministerio de Nadab y Abiú se había extinguido con su muerte, tal como ha sido expuesto anteriormente.

1 Cr 24:2-3; Mas como Nadab y Abiú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio.3 Y David, con Sadoc de los hijos de Eleazar, y Ahimelec de los hijos de Itamar, los repartió por sus turnos en el ministerio.

EXTERMINIO DE LOS SACERDOTES Y DE TODO EL PUEBLO EN NOB

1 S 22:17-20; Entonces dijo el rey a la gente de su guardia que estaba alrededor de él: Volveos y matad a los sacerdotes de Jehová; porque también la mano de ellos está con David, pues sabiendo ellos que huía, no me lo descubrieron. Pero los siervos del rey no quisieron extender sus manos para matar a los sacerdotes de Jehová. 18 Entonces dijo el rey a Doeg: Vuelve tú, y arremete contra los sacerdotes. Y se volvió Doeg el edomita y acometió a los sacerdotes, y mató en aquel día a ochenta y cinco varones que vestían efod de lino. 19 Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de espada; así a hombres como a mujeres, niños hasta los de pecho, bueyes, asnos y ovejas, todo lo hirió a filo de espada. 20 Pero uno de los hijos de Ahimelec hijo de Ahitob, que se llamaba Abiatar, escapó, y huyó tras David.

Esta acción genocida me recuerda en parte a la de Herodes cuando mandó matar a todos los menores de dos años que vivían en Belén y en sus alrededores (Mt 2:16). Consumido por los celos y obsesionado con matar a David, Saúl lo perseguía, y entonces supo que el sacerdote Ahimelec en vez de delatar la presencia de David, lo había protegido. Eso lo ofendió e irritó hasta tal punto que decidió vengarse, ordenando matar a todos los sacerdotes de la ciudad de Nob. Como los siervos del rey se negaron a asesinar a los sacerdotes, fue el malvado Doeg, edomita, quien ejecutó la orden de Saúl, llevando a cabo una gran matanza, pues además de los sacerdotes fue eliminado todo ser viviente en esa ciudad, incluidas mujeres, niños y animales domésticos.

Sin embargo, hubo por lo menos una persona que sobrevivió a esta masacre: se trata de Abiatar, hijo del sacerdote Ahimelec. Éste logró escapar y hallando refugio en David, se unió a su pequeño pero valeroso grupo de seguidores. Quiero señalar que Abiatar, el cual desempeñó un importante papel con David, era descendiente de Itamar, más específicamente de Elí. Como botón de muestra de la relevancia que adquirió Abiatar al lado de David, presento a continuación uno de los numerosos textos que lo evidencian:

2 S 15:27-29; Dijo además el rey al sacerdote Sadoc: ¿No eres tú el vidente? Vuelve en paz a la ciudad, y con vosotros vuestros dos hijos; Ahimaas tu hijo, y Jonatán hijo de Abiatar. 28 Mirad, yo me detendré en los vados del desierto, hasta que venga respuesta de vosotros que me dé aviso. 29 Entonces Sadoc y Abiatar volvieron el arca de Dios a Jerusalén, y se quedaron allá.

CUMPLIMIENTO DE LA PALABRA DE DIOS CONTRA ELÍ

1 R 1:7-8; Y se había puesto de acuerdo con Joab hijo de Sarvia y con el sacerdote Abiatar, los cuales ayudaban a Adonías. 8 Pero el sacerdote Sadoc, y Benaía hijo de Joiada, el profeta Natán, Simei, Rei y todos los grandes de David, no seguían a Adonías.

1 R 2:26-27; Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre. 27 Así echó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Elí en Silo.

Después de toda una vida sirviendo a David, parece mentira que estando ya éste en su lecho esperando la muerte, Abiatar no respetara la voluntad de su señor de poner por rey a Salomón, sino que apoyara junto con Joab a Adonías en su pretensión de ocupar el trono de Israel. Pero esto sucedió, como dice el versículo 27 del párrafo anterior, para que se cumpliese la Palabra de Jehová dictada contra la casa de Elí en Silo.

CONTINUACIÓN DEL SACERDOCIO DE ITAMAR TRAS LA EXCLUSIÓN DE ELÍ

1 Cr 24:5-6; Los repartieron, pues, por suerte los unos con los otros; porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo príncipes del santuario, y príncipes de la casa de Dios. 6 Y el escriba Semaías hijo de Natanael, de los levitas, escribió sus nombres en presencia del rey y de los príncipes, y delante de Sadoc el sacerdote, de Ahimelec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, designando por suerte una casa paterna para Eleazar, y otra para Itamar.

Vemos que poco antes de su muerte, el rey David organizó el ministerio sacerdotal en 24 turnos, que se establecieron echando suertes entre los 16 sacerdotes principales que había de la línea de Eleazar y los 8 de Itamar. Y aunque algunos años después Salomón mandó recluir a Abiatar en su heredad de Anatot y la casa de Elí fue apartada del sacerdocio, nada dice la Palabra respecto a los demás descendientes de Itamar, por lo que debemos presuponer que continuaron por tiempo indeterminado ejerciendo su ministerio sacerdotal.

  LA HOSTILIDAD DE LOS SACERDOTES CONTRA JEREMÍAS

Jeremías fue un sacerdote nacido en Anatot (Jer 1:1), que era una de las ciudades de los sacerdotes (Jos 21:4,13,17-18), el cual fue escogido por Dios a muy temprana edad para profetizar a Israel y al resto de las naciones (Jer 1:5-7).

Jer 1:1; Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín.

Jos 21:4,13,17-18 (también 1 Cr 6:54-60); 4 Y la suerte cayó sobre las familias de los coatitas; y los hijos de Aarón el sacerdote, que eran de los levitas, obtuvieron por suerte de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín, trece ciudades ...13 Y a los hijos del sacerdote Aarón dieron Hebrón con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas… 17 y de la tribu de Benjamín, Gabaón con sus ejidos, Geba con sus ejidos, 18 Anatot con sus ejidos, Almón con sus ejidos...

Jer 1:5-7; Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. 6 Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. 7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.

Su padre, Hilcías, fue probablemente el sumo sacerdote que halló el libro de la ley en las dependencias del templo de Jerusalén, cuando el rey Josías le mandó repararlo (2 Cr 34:8-9,14).

2 Cr 34:8-9,14 (también 2 R 22:3-8); A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y la casa, envió a Safán hijo de Azalía, a Maasías gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, canciller, para que reparasen la casa de Jehová su Dios. 9 Vinieron éstos al sumo sacerdote Hilcías, y dieron el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, que los levitas que guardaban la puerta habían recogido de mano de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén ...14 Y al sacar el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, el sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová dada por medio de Moisés.

Durante el reinado de Sedequías y antes de la toma de Jerusalén, Jeremías escribió una carta a los que habían sido llevados cautivos a Babilonia junto al rey Jeconías (o Joaquín), la cual fue enviada por mano de Elasa, hijo de Safán, y Gemarías, hijo de Hilcías, tal como se indica en Jer 29:1-3.

Jer 29:1-3; Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió de Jerusalén a los ancianos que habían quedado de los que fueron transportados, y a los sacerdotes y profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia 2 (después que salió el rey Jeconías, la reina, los del palacio, los príncipes de Judá y de Jerusalén, los artífices y los ingenieros de Jerusalén), 3 por mano de Elasa hijo de Safán y de Gemarías hijo de Hilcías...

Entonces, de ser cierto, como creo, que el sumo sacerdote Hilcías, aquí mencionado junto al escriba Safán, era el padre de Jeremías, éste sería hermano de Gemarías. Con todo, la Palabra no lo dice expresamente y por tanto no se puede afirmar con rotundidad, pero los hechos encajan a la perfección, ya que un jovencísimo Jeremías empezó a profetizar desde el año trece de Josías (Jer 1:2), y en el año dieciocho el escriba Safán y el sumo sacerdote Hilcías tuvieron un gran protagonismo en torno a la reparación de la casa de Jehová y el hallazgo del libro de la ley.

Jer 1:2; Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado.

En cualquier caso hay que ser muy cautos en este tipo de cuestiones, porque Hilcías es un nombre que se repite bastante entre los levitas y sacerdotes, en referencia a distintas épocas. Sin embargo, después de investigar detalladamente en la Biblia, tengo la convicción de que el Hilcías que ejerció de sumo sacerdote en tiempos del rey Josías era el padre de Jeremías, y ambos descendientes del linaje de Itamar.

Ahora bien, en contraste con el hecho anterior, una o dos generaciones antes había surgido otro Hilcías procedente de la línea de Eleazar, que fue bisabuelo de Josadac (o Josué) y de Esdras, que a su vez fueron hijos de Seraías (puede verse la genealogía completa de Aarón hasta la cautividad en Babilonia en 1 Cr 6:1-15; pero aquí reproduciré sólo 1 Cr 6:13-15, y también Esd 7:1-6).

1 Cr 6:13-15; Salum engendró a Hilcías, Hilcías engendró a Azarías, 14 Azarías engendró a Seraías, y Seraías engendró a Josadac, 15 y Josadac fue llevado cautivo cuando Jehová transportó a Judá y a Jerusalén por mano de Nabucodonosor.

Esd 7:1-6; Pasadas estas cosas, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías, 2 hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob, 3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot, 4 hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, 5 hijo de Abisúa, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, primer sacerdote, 6 este Esdras subió de Babilonia

Pero centrándome ahora en la cuestión central de este apartado, vemos que incluso los propios familiares y vecinos de Jeremías que, como él, eran sacerdotes en Anatot, fueron sus enemigos, prohibiéndole bajo amenaza de muerte profetizar en nombre de Jehová y atentando contra su vida.

Jer 11:21-23; Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de los varones de Anatot que buscan tu vida, diciendo: No profetices en nombre de Jehová, para que no mueras a nuestras manos; 22 así, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre, 23 y no quedará remanente de ellos, pues yo traeré mal sobre los varones de Anatot, el año de su castigo.

Jer 12:6-7; Porque aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun ellos se levantaron contra ti, aun ellos dieron grito en pos de ti. No los creas cuando bien te hablen. 7 He dejado mi casa, desamparé mi heredad, he entregado lo que amaba mi alma en mano de sus enemigos.

Por eso, teniendo en cuenta los indicios de infidelidad de la casa de Itamar expuestos en este estudio, y basándome en las profecías declaradas en el capítulo 44 de Ezequiel, los descendientes de Itamar no ejercerán el sacerdocio durante el reinado celestial del milenio, tal como indico en el siguiente apartado.

AL FINAL SÓLO EJERCERÁ EL SACERDOCIO LA CASA DE SADOC

Ez 44:10,13-15; Y los levitas que se apartaron de mí cuando Israel se alejó de mí, yéndose tras sus ídolos, llevarán su iniquidad13 No se acercarán a mí para servirme como sacerdotes, ni se acercarán a ninguna de mis cosas santas, a mis cosas santísimas, sino que llevarán su vergüenza y las abominaciones que hicieron. 14 Les pondré, pues, por guardas encargados de la custodia de la casa, para todo el servicio de ella, y para todo lo que en ella haya de hacerse. 15 Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán para ofrecerme la grosura y la sangre, dice Jehová el Señor.

Este texto nos traslada al final de esta era, el tiempo en el que se construirá un nuevo templo en Jerusalén y serán restaurados el culto y sacerdocio levíticos. El remanente de Israel que sobreviva a la gran tribulación, reconocerá a Jesús como su señor y salvador, lo que conducirá a una gran manifestación de duelo y arrepentimiento por haberlo rechazado (Zac 12:10-11).

Zac 12:10-11; Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. 11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido.

Teniendo esto en cuenta y también el hecho de que Jesús ya estará presente entre ellos de manera corporal y visible, los servicios de culto y sacrificios de animales, no se harán en expiación por sus pecados por cuanto éstos ya habrán sido perdonados, sino como un recordatorio del gran precio que Jesús tuvo que pagar por su salvación. Los sacrificios que se realizaban en la época del antiguo testamento eran un remedio temporal o provisional mientras esperaban la futura venida de su salvador. En cambio los sacrificios en el tiempo del milenio mirarán al pasado para contemplar a Cristo muriendo por y en lugar de ellos para que sus pecados fueran perdonados y obtuvieran el regalo de la vida eterna.

Retomando Ez 44:10,13-15, del versículo 15 se desprende que a lo largo de la historia de Israel, excepto los descendientes de la casa de Sadoc, todos los demás sacerdotes levitas acabaron siendo infieles a Dios, incluidos los descendientes de Itamar no pertenecientes a la casa de Elí. Por eso durante el reinado milenial de Cristo, sólo los descendientes de Sadoc ejercerán en exclusiva el sacerdocio, mientras que los demás sacerdotes servirán en tareas auxiliares, tal como hacen los levitas que no descienden de Aarón.

Al proceder Sadoc de Aarón, Eleazar y Finees, vemos que el pacto de sacerdocio perpetuo de Dios con Aarón y sus hijos, que después le fue confirmado a Finees, se cumple a través de Sadoc y su descendencia.

EL PACTO PERPETUO DE DAVID Y LEVÍ VAN JUNTOS DE LA MANO

Jer 33:17-22; Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel. 18 Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días. 19 Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 20 Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo, 21 podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros. 22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.

Para que nadie dude de la trascendental importancia del pacto sacerdotal de Dios con Aarón y sus hijos, el cual involucra también al resto de los levitas a su servicio, en esta declaración vemos que Dios asocia y equipara de algún modo el pacto del sacerdocio levítico con el de David. En ambos casos Dios garantiza su cumplimiento, de manera que cuando Cristo regrese a la tierra un hijo de David se sentará en Jerusalén sobre el trono como rey de Israel, al mismo tiempo que la casa de Sadoc, de la descendencia de Aarón, ejercerá el sacerdocio con el apoyo de sus hermanos levitas en el desempeño de las funciones que les han sido encomendadas.

ALGUNAS CONCLUSIONES

De lo expuesto en este estudio y de otros textos bíblicos, entre los que destacan por su minucioso nivel de detalle los ocho últimos capítulos del libro de Ezequiel, podemos deducir que, así como en el pasado Dios tuvo con Israel un trato diferencial con respecto a la Iglesia, también será diferente el tipo de relación que mantendrá con estos dos grupos de creyentes en la consumación del Reino.

Eso no significa que existan dos formas de alcanzar la salvación, porque el pueblo de Dios, que incluye tanto a Israel como a la Iglesia, sólo es salvo en Cristo por gracia, mediante la fe que nos guía al arrepentimiento y a las buenas obras.

El hecho de que Dios encomiende, según su propósito, funciones diferentes a Israel de las que desempeñe la Iglesia durante el milenio, tampoco implica necesariamente que un grupo sea más privilegiado que el otro. En cualquier caso, lo que más nos importa es que todos seremos inmensamente felices, primero en el reino milenial, y más tarde en la nueva Jerusalén, establecida sobre un cielo y una tierra nuevos para toda la eternidad.

Por último, aunque muchas ramas se desgajen del buen olivo, Dios mantendrá en todo tiempo, aún en las circunstancias más adversas, un remanente fiel de sus hijos que asegurará el cumplimiento de las promesas hechas a nuestro padre Abraham y a su simiente, que es Cristo.

Gracias por su atención, y que el Señor lo bendiga.