16/6/23

Las piedras en la Biblia

INTRODUCCIÓN

Es obvio que las piedras abundan extraordinariamente en la naturaleza en tamaños y formas muy variadas, y con distintos grados de dureza. Son sustancias minerales compactas, que pueden aprovecharse para un sinfín de usos y aplicaciones. Se hallan en el suelo o subsuelo de la tierra y el mar en pequeños o en grandes tamaños, así como relativamente aisladas, o bien muy agrupadas, como sucede en los lechos de muchos ríos. Cuando son muy grandes se les llama rocas, peñas o peñascos, que proliferan por todas partes en montañas y cordilleras, en desiertos, en acantilados, etc, y que en algunos casos se convierten en canteras de extracción.

Las piedras se usan principalmente como materiales de construcción de toda clase de edificios, y de las más diversas obras de ingeniería, como pueden ser: muros de contención, puentes, calzadas, acueductos, molinos, obras de escultura, etc. Pero también pueden ser de utilidad para muchos otros usos, como servir de testigo o testimonio, ya sea con o sin grabaciones escritas; como señal conmemorativa de un personaje, pacto o acontecimiento; como ornamento de tipo monumental e incluso personal en el caso de las piedras preciosas; etc.

En la Biblia a estas aplicaciones se añaden otras de carácter metafórico, que en determinados casos tratan las piedras como si fueran seres animados capaces de ver, oír y hablar, con el fin de ilustrar ciertos hechos o verdades espirituales. Dado que este tema es muy profuso, intentaré resumirlo al máximo.

LAS PIEDRAS COMO SEÑAL CONMEMORATIVA

En la siguiente porción bíblica hallamos un ejemplo de una piedra sin labrar erigida por Jacob como señal conmemorativa del sueño que tuvo en Bet-el, cuando se paró a dormir en su camino de Beerseba a Harán.

Gn 28:18-19; Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. 19 Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.

Por cierto, en este sueño, además de confirmarle Dios a Jacob las promesas hechas a Abraham e Isaac, le mostró la visión de una escalera, representando a Cristo, que unía la tierra con el cielo, y por la cual subían y bajaban ángeles de Dios (Gn 28:12; Jn 1:51).

Gn 28:12; Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.

Jn 1:51; Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.

LAS PIEDRAS COMO TESTIGO

A continuación muestro otro ejemplo de alzamiento de una gran piedra como testigo del pacto que hizo Josué con el pueblo, mediante el cual se comprometían a rechazar los dioses ajenos y servir exclusivamente a Jehová.

Jos 24:24-27; Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos. 25 Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes en Siquem. 26 Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la levantó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario de Jehová. 27 Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios.

Quiero incluir en este apartado una confesión de fe a la vez que profecía de Job que me encanta (Job 19:23-27). Deseando que que sus palabras fueran esculpidas en piedra como un testimonio imperecedero, declaró proféticamente su fe y esperanza en Cristo como su redentor, que un día moriría por toda la humanidad y luego resucitaría triunfante. En esta declaración también dijo que su redentor es el Dios viviente que un día llegará a ver con sus propios ojos.

Job 19:23-27; ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro; 24 que con cincel de hierro y con plomo fuesen esculpidas en piedra para siempre! 25 Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; 26 y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; 27 al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

LAS PEÑAS COMO ESCONDEDERO ANTE EL ENEMIGO

Cuando la persecución de Saúl contra David arreciaba, éste se vio obligado a ocultarse entre las peñas en lugares altos desde los que podía divisar a lo lejos las tropas de Saúl, a fin de no verse sorprendido y sin tiempo para huir o preparar una buena defensa (1 S 23:19; 1 S 24:1-3).

1 S 23:19; Después subieron los de Zif para decirle a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en nuestra tierra en las peñas de Hores, en el collado de Haquila, que está al sur del desierto?

1 S 24:1-2; Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi. 2 Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.

Algo parecido hizo el pueblo al principio del reinado de Saúl, cuando los filisteos se juntaron con un gran y poderoso ejército en Micmas para combatir a Israel (1 S 13:6-7). Así suelen hacer los pueblos cuando son grandemente atemorizados por un ejército invasor muy poderoso ante el que se sienten sin fuerzas para enfrentarlo (Jer 4:29; 48:28).

1 S 13:6-7; Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. 7 Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando.

Jer 4:29; Al estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros huyó toda la ciudad; entraron en las espesuras de los bosques, y subieron a los peñascos; todas las ciudades fueron abandonadas, y no quedó en ellas morador alguno.

Jer 48:28; Abandonad las ciudades y habitad en peñascos, oh moradores de Moab, y sed como la paloma que hace nido en la boca de la caverna.

LAS PEÑAS PARA OCULTARSE DE LA PRESENCIA DE DIOS

Como una extensión del apartado anterior, los enemigos de Dios también tratarán en vano de esconderse de la presencia formidable del Señor, cuando éste venga para castigar la tierra por su maldad y raer a la mayor parte de sus moradores, antes de establecer su reino de justicia y paz (Is 2:10,19; Ap 6:15-17).

Is 2:10,19; Métete en la peña, escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad… 19 Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra.

Ap 6:15-17; Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

LAS PIEDRAS COMO ALTARES DE SACRIFICIO IDOLÁTRICO

Al caer en la idolatría, el pueblo sacrificaba en holocausto sus hijos e hijas derramando su sangre sobre una piedra. En estos sacrificios a dioses falsos la sangre sustituía al vino como libación, y el cuerpo de un ser humano a un animal como ofrenda (Is 57:4-6). Dios advirtió tempranamente al pueblo contra estas prácticas paganas, pero con el paso del tiempo éste se corrompió y rebeló contra Él, acarreando para sí destrucción (Lv 18:2).

Is 57:4-6; ¿No sois vosotros hijos rebeldes, generación mentirosa, 5 que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos? 6 En las piedras lisas del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y a ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No habré de castigar estas cosas?

Lv 18:21 (también Lv 20:2); Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.

Y aunque durante breves periodos, como ocurrió durante el reinado de Josías, tales prácticas fueron extirpadas (2 R 23:10), el pueblo en general persistió en su fornicación espiritual con los dioses de las demás naciones. De ahí que en Ez 24:7-11 Dios les anuncie a los moradores de Jerusalén su castigo por tales abominaciones, declarándoles que su sangre sería derramada por sus enemigos sobre las piedras de la ciudad y sus cuerpos quemados por un gran incendio, hasta que Jerusalén fuese totalmente consumida.

2 R 23:10; Asimismo (Josías) profanó a Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasase su hijo o su hija por fuego a Moloc.

Ez 24:7-11 (también Jer 32:31-35); Porque su sangre está en medio de ella; sobre una piedra alisada la ha derramado; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo. 8 Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer venganza, yo pondré su sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubierta. 9 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres! Pues también haré yo gran hoguera, 10 multiplicando la leña, y encendiendo el fuego para consumir la carne y hacer la salsa; y los huesos serán quemados. 11 Asentando después la olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y se queme su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su herrumbre.

LAS PIEDRAS COMO MUNICIÓN DE GUERRA

Es célebre la victoria de David contra Goliat, mediante el lanzamiento con honda de una sola piedra.

1 S 17:40,49-50; Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo… 49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. 50 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.

Pero aparte de este hecho tan singular, el lanzamiento de piedras con hondas no era practicado sólo por pastores y campesinos en relación con sus tareas cotidianas, sino que también llegó a utilizarse como arma de guerra contra los enemigos. Tradicionalmente los varones de la tribu de Benjamín fueron especialmente diestros en tirar piedras con hondas, como podemos ver en Jue 20:15-16 y 1 Cr 12:1-2.

Jue 20:15-16; Y fueron contados en aquel tiempo los hijos de Benjamín de las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban espada, sin los que moraban en Gabaa, que fueron por cuenta setecientos hombres escogidos. 16 De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban.

1 Cr 12:1-2; Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra. 2 Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos para tirar piedras con honda y saetas con arco. De los hermanos de Saúl de Benjamín…

Otro uso más sofisticado de las piedras fueron las catapultas diseñadas para lanzar piedras de gran tamaño en las batallas, especialmente en el asedio o defensa de ciudades amuralladas.

2 Cr 26:14-15; Y Uzías preparó para todo el ejército escudos, lanzas, yelmos, coseletes, arcos, y hondas para tirar piedras. 15 E hizo en Jerusalén máquinas inventadas por ingenieros, para que estuviesen en las torres y en los baluartes, para arrojar saetas y grandes piedras. Y su fama se extendió lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso.

LOS APEDREAMIENTOS

En la Biblia hay multitud de referencias a apedreamientos. Con frecuencia se deben a reacciones airadas de un sector amplio del pueblo contra una o más personas a modo de linchamiento, actuando en muchos casos contra personas inocentes. Esto les ocurrió, entre otros, a Esteban y Pablo, mientras que en el caso de Jesús hubo varios intentos que no fructificaron. El caso de Pablo es bien curioso, porque después de participar en la muerte por apedreamiento de Esteban, cuando aún era un destacado perseguidor de la Iglesia conocido como Saulo, más tarde él mismo sería apedreado por causa del evangelio, hasta que lo dieron por muerto; pero a diferencia de Esteban, Pablo se recuperó milagrosamente.

Hch 7:57-59; Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58 Y echándole fuera de la ciudad, lo apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.

Hch 14:19; Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.

Jn 8:59; Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.

Pero aparte de este tipo de linchamientos injustos, también había apedreamientos prescritos por la ley para castigar determinadas infracciones que la misma consideraba especialmente graves.

Lv 24:16; Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.

Dt 22:23; Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; 24 entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.

Jos 7:24-25; Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor. 25 Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos.

LAS PEÑAS COMO FORTALEZA

Aunque no fue algo exclusivo de Edom, este pueblo perpetuamente enemistado con Israel (Ez 35:3-5) destacó por haber construido ciudades casi inexpugnables, labradas en roca en lugares altos. Al sentirse prácticamente invulnerables se volvieron arrogantes y soberbios; pero además de eso odiaron a Israel, por lo que el juicio de Dios vino y aún vendrá sobre los descendientes de Esaú hasta el final de esta era (Jer 49:16; Abd 1:3-4; etc).

Ez 35:3-5; ...He aquí yo estoy contra ti, oh monte de Seir, y extenderé mi mano contra ti, y te convertiré en desierto y en soledad. 4 A tus ciudades asolaré, y tú serás asolado; y sabrás que yo soy Jehová. 5 Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo extremadamente malo...

Abd 1:3-4 (también Jer 49:16 y otros); La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra? 4 Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová.

LA ROCA COMO EL CREADOR, REDENTOR, SALVADOR Y REFUGIO

La Biblia, especialmente en los salmos de David, contiene un sinfín de invocaciones a Dios como roca de salvación, fortaleza, refugio, creador y redentor. Para no extenderme citaré sólo unas cuantas porciones.

Sal 18:1-3 (también 2 S 22:2-4); Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. 2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. 3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.

Sal 31:2-3; Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. 3 Porque tú eres mi roca y mi castillo...

Sal 61:2-3; Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, 3 porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo.

Sal 62:5-7; Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza. 6 El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. 7 En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.

Sal 71:3; Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

Is 17:10; Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio...

Dt 32:18-19; De la Roca que te creó te olvidaste; te has olvidado de Dios tu creador. 19 Y lo vio Jehová, y se encendió en ira por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.

Sal 19:14; Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío.

CRISTO ES LA GRAN ROCA

En dos ocasiones (Ex 17:6 y Nm 20:8), ante las protestas del pueblo, Moisés golpeó con su vara una peña a instancias de Dios y brotó agua de ella, salvando a Israel de morir de sed en el desierto. Pues bien, estas peñas o rocas, a las que también se refieren varios salmos e Isaías entre otros (Sal 78:15-16), representan indudablemente a Cristo, tal como nos lo confirma 1 Co 10:1-4.

Ex 17:6 (también Nm 20:8); He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo.

Sal 78:15-16 (también 105:41; 114:8; Is 48:21); Hendió las peñas en el desierto, y les dio a beber como de grandes abismos, 16 pues sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos.

1 Co 10:1-4; Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

Pero hay además otros casos notables de piedras en el Antiguo Testamento que evocan la figura de Cristo. Tal es el caso de Dn 2:34-35. La piedra cortada no con mano que hiere a la imagen, la desmenuza y esparce al viento, es el Señor Jesucristo en su segunda venida, cuando venga para someter a sus enemigos bajo el estrado de sus pies e instaurar su reino sempiterno.

Dn 2:34-35; Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra

Otros dos casos de piedra que tienen que ver con Cristo los hallamos en Zac 3:8-9 y Zac 4:6-9.

El primero de estos textos se refiere al Señor como una piedra sobre la que hay siete ojos, significando que Jesús está lleno del Espíritu Santo y que conoce tanto el corazón del hombre como lo más profundo de Dios (Jn 6:64; 1 Co 2:9-10). Al mismo tiempo hace alusión a la primera venida de Cristo como siervo para quitar nuestros pecados mediante su muerte expiatoria, y así traer renovación a las vidas de los que se arrepienten y creen en Él. De ahí que se le llame el Renuevo, como ocurre en otros textos proféticos, entre ellos Jer 33:15-16.

Zac 3:8-9; Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo. 9 Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.

Jn 6:64; Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.

1 Co 2:9-10; Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

Jer 33:15-16; En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. 16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra.

En cuanto a Zac 4:6-9, esta visión profética se cumplió parcialmente con Zorobabel, quien colocó la primera piedra del templo y finalizó su construcción en medio de una fuerte oposición, con su confianza puesta en el Todopoderoso. Esta promesa es similar a la que Dios hizo a David quien, igual que Zorobabel, fue un ascendiente en la linea sucesoria del Mesías. Tal como ocurre con Salomón, esta profecía trasciende a Zorobabel y alcanza a Jesús; así que tanto el rey Salomón como el gobernador Zorobabel son tipos del Mesías. Por eso de manera similar a Zorobabel, fue Cristo quien puso la primera y principal piedra del edificio de la Iglesia, instaurando un periodo de gracia para que se acoja a ella todo ser humano. Su obra finalizará tras su segunda venida con la manifestación plena del reino de los cielos.

Zac 4:6-9; Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. 7 ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. 8 Vino palabra de Jehová a mí, diciendo: 9 Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.

En la siguiente porción de Mt 7:24-25 se compara a un hombre prudente que edifica su casa sobre una roca a prueba de lluvias torrenciales y vientos, con todo aquel que oye y obedece la palabra de Dios. Si hacemos esto nos volvemos prudentes y sabios, porque ponemos nuestro fundamento en la roca inconmovible, que es Cristo, y no seremos desarraigados, sino que permaneceremos con Él para siempre.

Mt 7:24-25 (también Lc. 6.46-48); Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Acerca de Mt 16:16-19, en contra de lo que enseña la iglesia católica romana, la roca sobre la que Jesús iba a edificar su iglesia es Él mismo y no Pedro, cuyo nombre no tiene el significado de roca, sino de piedra pequeña. Dicho de otra manera, la roca sobre la que se funda la iglesia es Cristo, el Hijo del Dios viviente, tal como declaró Pedro, cuya verdad le fue revelada por el Padre. Es cierto que Pedro, junto con los demás apóstoles y los profetas, constituyen el fundamento sobre el que es edificada la iglesia, pero toda ella se sostiene sobre la piedra principal, que es Cristo (1 Co 3:10-11; Ef 2:20-22).

Mt 16:16-19; Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

1 Co 3:10-11; Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo (Pablo) como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.

Ef 2:20-22; ...edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

LA PIEDRA ANGULAR

Dios, interviniendo como Padre, Hijo, y Espíritu Santo, creó los cielos y la tierra con todo cuanto en ellos existe. Por tanto, Él ordenó las medidas de la tierra y metafóricamente hablando fundó sus bases sobre la piedra angular de ésta, antes de que existiera el ser humano y cuando ya habían sido creados los ángeles (Job 38:4-7).

Job 38:4-7; ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. 5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? 6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, 7 cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?

Pero trasladando esto al terreno espiritual, y en relación con lo que he comentado al final del anterior apartado, ya en el Antiguo Testamento se había profetizado de Cristo como la cabeza y piedra angular del edificio de la Iglesia (Sal 118:22-23; Is 28:16). Y para que no hubiera la más mínima duda, esta verdad es claramente refrendada en el Nuevo Testamento (Mt 21:42-43; Hch 4:11-12; y otros).

Sal 118:22-23; La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. 23 De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos.

Is 28:16; ...por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.

Mt 21:42-43 (también Mr 12:10-11 y Lc 20:17-18); Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.

Hch 4:11-12; Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

LA PIEDRA DE TROPIEZO PARA ISRAEL

Dios siempre deseó el bien de su pueblo, pero en el transcurso del tiempo la mayor parte de Israel se fue endureciendo a causa de su obstinada rebeldía hasta volverse incrédulo. Entonces se salió de la protección del Todopoderoso y éste dejó dejó de ser fuente de bendición para ellos para convertirse en piedra de tropiezo (Is 8:13-14; Ro 9:30-32). Ese endurecimiento parcial y temporal de Israel abrió la puerta de salvación a los gentiles, que ahora conviven con los creyentes judíos en el seno de la iglesia, al derribar Cristo la pared intermedia que separaba a ambos pueblos (Ef 2:13-14).

Is 8:13-14; A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. 14 Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén.

Ro 9:30-32; ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; 31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. 32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, 33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; y el que creyere en él, no será avergonzado.

Ef 2:13-14; Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación

Además de las porciones de Is 8:13-14 y Ro 9:30-32 ya citadas, el rechazo a Jesús y su evangelio por la mayor parte de la nación de Israel, así como las consecuencias de su mala decisión, se describe de manera muy nítida en la parábola de los labradores malvados relatada en los tres evangelios sinópticos (Lc 20:13-18).

Lc 20:13-18 (también Mt 21:37-44 y Mr 12:6-11): Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizás cuando le vean a él, le tendrán respeto. 14 Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra. 15 Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? 16 Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre! 17 Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo? 18 Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.

Entonces la principal conclusión de este apartado es que Dios concede a cada persona individualmente la libertad de aceptar o rechazar a Cristo, que es la fuente de vida y de toda bendición, deseando que por nuestro bien lo aceptemos, si bien la decisión está en nuestras manos (Dt 30:19). 

Dt 30:19; A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia...

Así que tal como podemos ver en los últimos textos comentados y también en 1 P 2:6-8, Cristo, como piedra angular del edificio de la Iglesia, es precioso para los que en Él creen, pero al mismo tiempo es piedra de tropiezo que hace caer a los incrédulos, que desobedecen su Palabra. En concordancia con el último versículo de Lucas sobre los labradores malvados, los que caen sobre esta piedra tan valiosa son quebrantados, lo cual equivale a venir a Cristo en fe y arrepentimiento para perdón de pecados y obtención de vida eterna. Por el contrario, los que a causa de su desobediencia tropiezan en la Palabra, desechando así la piedra angular, que es Cristo, serán golpeados por ella y sus almas completamente destruidas tras el juicio que les espera.

1 P 2:6-8; Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado. 7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.

LAS PIEDRAS VIVAS

En Is 51:1-2 Dios compara a Abraham con una gran piedra o cantera y a los fieles de Israel como pequeñas piedras cortadas o arrancadas de esa roca o cantera. Por tanto aquí las piedras, que son de materia inerte, pasan a ser piedras vivas; es decir, personas hechas a la imagen de Dios, dotadas de cuerpo alma y espíritu.

Is 51:1-2; Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados. 2 Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.

Del mismo modo en 1 P 2:4-5 tanto Cristo como sus discípulos son representados por piedras vivas. En el caso del Señor se trata de la piedra angular o fundamento principal que soporta todo el edificio de la Iglesia, y en el caso de sus seguidores, de piedras que, unidas unas a otras, forman parte de dicho edificio. Estas piedras son edificadas y a la vez tienen la capacidad de edificar sobre el fundamento de los apóstoles y profetas para el crecimiento en santidad de la Iglesia; o lo que es lo mismo, pueden y deben sobreedificar, tal como hemos visto en 1 Co 3:10-11 y Ef 2:20-22, al final del apartado “Cristo es la Roca”.

1 P 2:4-5; Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

CORAZONES DE PIEDRA Y DE CARNE

Las promesas contenidas en la siguiente porción de Ez 36:26-27 se insertan en el nuevo pacto que Dios anunció para la Iglesia y también para el remanente fiel de la nación de Israel, cuando al final de esta era reconozca a Jesucristo como su Señor y Salvador, y se arrepienta (Zac 12:10).

Ez 36:26-27 (también Ez 11:19-20); Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Zac 12:10; Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

A ese nuevo pacto hacen referencia varios textos del Antiguo Testamento, entre los que destacan Jer 31:31-33. La diferencia fundamental entre el antiguo y el nuevo pacto consiste en que el primero se basa en el cumplimiento de las obras de la ley (Ro 10:5), mientras que al segundo se accede por gracia, por medio de la fe (Ef 2:8-9).

Jer 31:31-33; He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

Ro 10:5; Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.

Ef 2:8-9; Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Sabemos que por nuestras obras no podemos ser justificados, sino sólo por la gracia y misericordia de Dios, a través de la fe. Por eso, todos los siervos fieles de Dios que vivieron cuando el antiguo pacto aún estaba vigente, fueron salvos, no por el cumplimiento de la ley, sino por creer en Dios y en sus promesas, que se harían realidad por medio del Mesías. Por consiguiente el sacrificio expiatorio y redentor de Cristo, decretado desde antes de la fundación del mundo, se aplica con carácter retroactivo a todos los hombres desde que estos existen.

Otra gran diferencia de las muchas que existen entre el antiguo y nuevo pacto, es que en el primero el Espíritu Santo operaba en los creyentes de manera externa a su ser, cayendo de manera ocasional o temporal sobre una persona; mientras que en el nuevo pacto el Espíritu Santo fue enviado por el Padre y el Hijo para morar de manera estable en la iglesia y en el interior de cada creyente. De manera que dejándonos guiar por el Espíritu Santo obedecemos a Dios, y ya no necesitamos una ley escrita en tablas de piedra, porque la llevamos escrita en nuestros corazones, que antes estaban endurecidos y ahora son sensibles a la voz de Dios (2 Co 3:3).

2 Co 3:3; ...siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

Sin más, doy por finalizado este estudio.

Gracias por seguirme hasta aquí, estimado lector. Le deseo abundantes bendiciones en Cristo.