21/11/18

Protagonismo de los jóvenes en la Iglesia

INTRODUCCIÓN

Prácticamente todos los pueblos y culturas a lo largo de la historia han buscado sabiduría y consejo en sus ancianos. Cuando un joven inexperto tenía que tomar una decisión importante, era habitual que consultara a algún anciano para recabar su opinión o consejo; y lo mismo ocurría con los reyes y gobernantes en los asuntos que afectaban al conjunto del pueblo, como podía ser la aprobación de leyes, establecer alianzas y acuerdos comerciales con otros países, firmar la paz, entrar en guerra, etc.

El reconocimiento de la autoridad de los ancianos se remonta a los albores de la humanidad y ha estado presente en todas las épocas y lugares, como podemos ver en la Biblia (Nm 11:16-17,24-25; Sal 107:32) y otros documentos históricos, así como en culturas muy apegadas a las tradiciones, y en sociedades tribales que han sobrevivido hasta nuestros días. Los ancianos eran muy respetados, tanto en el ámbito de las relaciones familiares como en el resto de la sociedad; de ahí la formación de instituciones compuestas por representaciones de ancianos en las comunidades locales y en los gobiernos centrales de muchas naciones, como fue el caso del sanedrín judío o el senado romano.

Nm 11:16-17, 24-25;
11 Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. 17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.
24 Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo. 25 Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.

Sal 107:32; Exáltenlo (a Jehová) en la congregación del pueblo, y en la reunión de ancianos lo alaben.

Sin embargo, la figura del anciano vinculada a la autoridad comenzó a declinar con el impacto de la primera y segunda revolución industrial en el modo de vida de la gente, entrando en el siglo XX en una profunda crisis, que se prolonga hasta el día de hoy.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS RECIENTES DE ESTA CRISIS

Tras el periodo de reconstrucción febril que siguió a la segunda guerra mundial, los países occidentales lograron alcanzar la llamada sociedad del bienestar, caracterizada, entre otras cosas, por una ampliación de la clase media, ligada a un enorme crecimiento de la producción y el consumo. Eso precipitó una serie de drásticos cambios culturales asociados a una ruptura generacional de los valores tradicionales imperantes, y a un cuestionamiento del orden preestablecido a nivel social, político y religioso.

En el ámbito de la religión se produjo un abandono masivo de la fe cristiana, sobre todo en su vertiente práctica, y un fuerte incremento de las posiciones ateas y agnósticas. Gran parte de la sociedad sustituyó la fe en Dios por la fe en sí misma, colocando en un pedestal al ser humano, con la vana ilusión de que los hombres no necesitamos a Dios, sino que por medio de la ciencia y la tecnología podemos resolver los problemas que nosotros mismos creamos.

Por consiguiente la verdad inmutable de Dios, quien declara que la única solución para el hombre es que crea en Él, reconozca su culpabilidad y se arrepienta para así ser perdonado y regenerado, fue rechazada, ocupando su espacio la mentira humanista. Ésta es más atractiva para la gente en general, al proclamar que el hombre es naturalmente bueno y que no existe la verdad absoluta y objetiva, sino que todo es relativo y cambiante en función de lo que cada uno piense o sienta. Dicho pensamiento filosófico causó una relajación ética y moral que permitió ciertas actitudes y conductas hasta entonces censuradas, rebajando y difuminando en general los límites entre lo que es aceptable y lo que no.

En esa época floreció una corriente intelectual, de la que emergieron nuevos actores sociales que adquirieron notoriedad y relevancia con sus actitudes inconformistas y sus manifestaciones de protesta reivindicativa. Fue entonces cuando irrumpieron los jóvenes rebeldes, el feminismo, la música pop y rock, el movimiento hippy, el pacifismo, el escapismo de las drogas, el auge del fenómeno underground y la contracultura, el ecologismo, los grupos antisistema, etc.

En ese caldo de cultivo, y con los principales países del mundo agrupados en torno a los dos grandes bloques político-militares surgidos tras la segunda guerra mundial, como son la OTAN y el Pacto de Varsovia, en la primavera de 1968 estalló un movimiento revolucionario en cada uno de los bloques, protagonizado por estudiantes y obreros: uno sucedió en París y el otro en Praga. Y aunque ninguno de ellos logró una sustitución radical del viejo orden político, introdujeron nuevos valores y pautas de comportamiento, que fueron calando hasta ser aceptados por el conjunto de la sociedad. Estos dos hitos impulsaron los cambios que condujeron el mundo a la situación actual.

Desde entonces la humanidad no ha parado de evolucionar en una espiral de cambios acelerados. Actualmente estamos asistiendo al fenómeno de la globalización y la sociedad de la información, en la que la gente vive tan deprisa que ya no es capaz de pararse a reflexionar en las cosas trascendentales de la vida; en la que el consumo se ha vuelto compulsivo, no sólo de bienes y servicios, sino también de nuevas modas y costumbres, o de programas televisivos de mero entretenimiento. Aunque se proclama la libertad y la democracia, éstas son más ficticias que reales, porque los poderes fácticos, ocultos bajo la sombra de los gobiernos y demás instituciones públicas, son los que verdaderamente hacen prevalecer sus intereses mediante el instrumento más poderoso de este mundo, que es el dinero.

Al estar éste muy concentrado en pocas manos, los que lo poseen son capaces de controlar el mundo entero, infiltrando agentes y corrompiendo los poderes públicos, lavando el cerebro a multitudes a través de los medios de comunicación, etc. Así que, utilizando su capital financiero, que prácticamente es ilimitado, y operando a través de gigantescas empresas transnacionales, las élites en la sombra han logrado controlar en gran medida el mundo. Pero no conformes con lo que ya han conseguido, pretenden elevar ese control a otro nivel, al que han llamado eufemísticamente Nuevo Orden Mundial, y más recientemente Gobierno Global, el cual está siendo reclamado por las más destacadas personalidades del mundo de la economía, la política y la religión. Mas no nos engañemos, este nuevo orden al que nos dirigimos a marchas forzadas no es otra cosa que la dictadura mundial del Anticristo final de los tiempos, anunciada por Cristo mismo en su Palabra.

En resumen, este cambio de mentalidad del que aún son rehenes la mayoría de las personas que lo experimentaron en su día, y que se ha trasmitido a las nuevas generaciones, fue impulsado en el periodo subsiguiente a la segunda guerra mundial, y se manifestó significativamente como un hito revolucionario en mayo del 68 en París y en la primavera de Praga del mismo año. Conviene no ignorar esto para entender mejor la situación que atraviesa el mundo en la actualidad.

BREVES CONSIDERACIONES SOBRE LA ANCIANIDAD

La vejez es la última fase o etapa que atraviesan las personas a partir de una edad avanzada, la cual se mide normalmente mediante el criterio objetivo e igualitario de la edad cronológica. Pero existe a la vez una edad biológica que, moviéndose a un ritmo diferente, hace que individuos de la misma edad cronológica difieran grandemente entre sí en sus facultades físicas y psíquicas.

Dichas diferencias son el resultado de una combinación de factores: la dotación genética heredada; el desarrollo de las potencialidades alcanzado; el grado de deterioro causado por la enfermedad o la vejez; etc. Esta última sobreviene mediante un proceso gradual; de manera que una persona no se convierte en anciana de un día para otro. Por eso, con independencia de que convencionalmente se pueda establecer, a determinados efectos, una edad que marque el inicio de la vejez, la misma siempre será relativa y cambiante, en función de las diferencias individuales apuntadas, así como de las condiciones medioambientales y espacio temporales existentes.

Los ancianos como institución o cuerpo gobernante, legislativo, judicial, o meramente consultivo, existen desde tiempos remotos. Estas instituciones estaban concebidas para que participaran en ellas varones sabios en plena madurez o ancianidad. Quedaban, pues, excluidos los hombres que eran considerados aún jóvenes para ocupar esos cargos.

En cuanto a los ancianos en la iglesia del Señor, lo más importante es su condición espiritual y no tanto su fortaleza física, aptitud intelectual, nivel académico, etc. Salvo que estén afectados por una enfermedad degenerativa grave que merme sus facultades psíquicas, las congregaciones no deberían marginar a los ancianos, cuyo hombre interior se renueva de día en día por el Espíritu, a pesar de que externamente se vayan desgastando.

2 Co 4:16; Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.

PREEMINENCIA DE LOS ANCIANOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Ya en tiempos muy antiguos los gobernantes reclamaban la presencia de los ancianos, como representantes del pueblo, en los acontecimientos importantes de cada país. Esta práctica no era exclusiva de Israel, ya que también se aplicaba en otras naciones. Buena muestra de ello son los dos versículos siguientes:

Gn 50:7; Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto…

Ex 4:29-30; Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. 30 Y habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo.

Por otra parte, la norma de conceder tan alto honor a los ancianos es conforme a la voluntad de Dios; porque vemos en su Palabra que no sólo la respaldó de hecho en distintas ocasiones (Ex 3:18), sino que también promulgó una ley al respecto (Lv 19:32).

Ex 3:18; Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.

Lv 19:32; Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.

La participación de los ancianos en los asuntos trascendentales del pueblo de Israel, es patente a lo largo del Antiguo Testamento. Las siguientes porciones, aun siendo bastantes, son sólo una pequeña muestra de las funciones que desempeñaban.

Ex 12:21; Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua.

Ex 18:12; Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios.

Ex 24:1-2, 9-11;
1 Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos. 2 Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él.
9 Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; 10 y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. 11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.

Jos 10:10; Levantándose Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.

1 S 8:4-5; Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, 5 y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.

1 Cr 11:3 (también 2 S 5:3); Y vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová por medio de Samuel.

Esd 6:7; Dejad que se haga la obra de esa casa de Dios; que el gobernador de los judíos y sus ancianos reedifiquen esa casa de Dios en su lugar.

Jer 19:1-2; Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes; 2 y saldrás al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental, y proclamarás allí las palabras que yo te hablaré.

LOS ANCIANOS EN EL NUEVO TESTAMENTO

El reconocimiento de la autoridad de los ancianos en Israel no cesó en el periodo del Nuevo Testamento, como observamos en los siguientes versículos:

Mt 21:23; Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?

Hch 4:8; Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel

Con el nuevo pacto de Jesús en su sangre y el establecimiento de la Iglesia, el peso de los ancianos en las decisiones que afectaban al pueblo de Dios, no disminuyó ni un ápice respecto al que tenían bajo el viejo pacto, puesto que fue a ellos a quienes se les asignó el gobierno de las iglesias locales. De su autoridad bajo el nuevo pacto dan cuenta las siguientes porciones:

Hch 11:29-30; Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 30 lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.

Hch 14:23; Y constituyeron (Pablo y Bernabé) ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.

Hch 15:4; Y llegados a Jerusalén (Pablo y Bernabé), fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.

Hch 20:17; Enviando, pues, desde Mileto a Efeso (Pablo), hizo llamar a los ancianos de la iglesia.

1 Ti 5:17; Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.

Stg 5:14; ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.

Ap 4:4; Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.

Es cierto que los ancianos en la Iglesia no tienen por qué ser necesariamente ancianos en cuanto a edad, porque lo principal es que sean espiritualmente maduros. Es lógico que así sea, ya que puede haber personas viejas que sean recién convertidas, o que se hayan estancado en la fase de lactancia espiritual. No obstante, los creyentes tienden a ser más sabios cuantos más años tengan; sobre todo si, como cabe esperar, están en constante crecimiento espiritual, conociendo cada día más a Dios y su Palabra.

LAS PERSONAS MÁS SABIAS SUELEN SER LAS DE MÁS EDAD

Job 12:12-13; En los ancianos está la ciencia, y en la larga edad la inteligencia. 13 Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y la inteligencia.

A diferencia de los jóvenes, que muchas cosas sólo pueden saberlas porque lo han leído o los mayores se las han contado, buena parte del conocimiento de los ancianos proviene directamente de lo que ellos mismos han vivido. La experiencia vivida generalmente añade seguridad y refuerza las convicciones.

Sal 37:25; Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.

Jos 24:31 (también Jue 2:7); Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.

El paso de los años les da a las personas una perspectiva que antes no tenían, permitiéndoles aprender de los errores del pasado y reafirmarse en los aciertos. En general las personas mayores se vuelven menos impulsivas, más pacientes, más prudentes y más sabias que cuando eran jóvenes.

Sal 25:7; De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehová.

Ec 11:10; Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.

LOS JÓVENES NECESITAN SER INSTRUIDOS Y DISCIPLINADOS

Aunque esta afirmación parezca una perogrullada, no lo es tanto si consideramos la rebeldía que se ha extendido como una pandemia entre la juventud de hoy. Si queremos evitar un completo desastre, tenemos que convencer a los jóvenes para que dejen de cuestionar la autoridad en general, comenzando por la de sus propios padres. Es necesario que no menosprecien su consejo ni rechacen su reprensión y disciplina; que no se comporten neciamente, pretendiendo ser sabios en su propia opinión (Ro 12:16) y creyendo que saben más que nadie.

Pr 15:5; El necio menosprecia el consejo de su padre; mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente.

Los jóvenes de las últimas generaciones, en general han tenido más oportunidades de acceso al sistema educativo, a las comunicaciones y a las nuevas tecnologías, que sus padres. Piensan que porque están más preparados en ciertas áreas son más listos e inteligentes que sus progenitores, a los que suelen considerar anticuados. Les cuesta entender que su corta experiencia de la vida les puede jugar malas pasadas, y que en ese aspecto las personas mayores les pueden ser de gran ayuda, si se dejan aconsejar. No deberían ignorar que los adultos ya pasaron antes por las mismas o parecidas situaciones que ellos, y que con sus éxitos y fracasos han podido extraer valiosas lecciones, que los han enseñado a ser más prudentes y sabios. Sólo Dios sabe cuántos jóvenes se habrán echado a perder por menospreciar la experiencia de los mayores y no seguir sus valiosas recomendaciones.

Dt 32:7; Acuérdate de los tiempos antiguos, considera los años de muchas generaciones; pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán.

Jl 1:1-3; 1 Palabra de Jehová que vino a Joel, hijo de Petuel. 2 Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres? 3 De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación.

Tit 2:3-4; Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos

Para iniciar el camino de la sabiduría, que culminará en su vejez (Pr 19:20), el joven necesita en primer lugar temer a Dios. Eso lo llevará a someterse y escuchar a sus padres, así como a todos los que estén en posición de autoridad sobre ellos.

Pr 19:20; Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez.

Sal 119:9; ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.

Pr 1:7 (y otros); El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

Ec 11:9; Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

Pr 13:1; El hijo sabio recibe el consejo del padre; mas el burlador no escucha las reprensiones.

1 P 5:5; Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.

Determinados atributos, como la fe, la santidad, o la sabiduría, no son estáticos sino dinámicos, lo cual significa que, una vez obtenidos, pueden y deben ir en aumento en el transcurso de la vida. Y la única forma de crecer espiritualmente es andando en obediencia y santo temor de Dios. Por esa razón cabe esperar que el anciano que lleva muchos años caminando con Dios, sea más sabio que el joven cuya trayectoria es más corta. Ahora bien, para acceder a la verdadera sabiduría, la cual no procede de este mundo sino de Dios, es indispensable creer en Cristo. Eso significa que un joven puede ser sabio por la fe, mientras que un anciano incrédulo carecerá de sabiduría (Ec 4:13). Por tanto, la necedad no es exclusiva de los jóvenes ni la sabiduría de los ancianos.

Ec 4:13; Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio que no admite consejos

A DIOS LE COMPLACIÓ HACER SABIOS A MUCHOS JÓVENES

Aunque la sabiduría es una característica muy común entre los ancianos, también los jóvenes pueden recibirla abundantemente de Dios conforme a su soberana voluntad. La Biblia nos muestra no pocos casos de personas jóvenes, a las que Dios dotó de gran sabiduría y levantó incluso por encima de los ancianos. He aquí sólo unos ejemplos:

1 R 3:7, 9-12;
7 Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir
9 Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. 11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oir juicio, 12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.

Dn 1:17; A estos cuatro muchachos (Daniel, Ananías, Misael y Azarías) Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.

1 Ti 4:12-14; Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. 14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.

La siguiente porción nos muestra un detalle interesante sobre la honorabilidad de los ancianos. Aunque Dios había puesto al joven Timoteo al frente de la iglesia, capacitándolo para enseñar su Palabra, Pablo le pide que no reprenda a los ancianos y ancianas, sino que los exhorte con el mismo amor y respeto que a un padre o una madre.

1 Ti 5:1-2; No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; 2 a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.

EL PROTAGONISMO DE LOS JÓVENES EN LA SOCIEDAD ACTUAL

Con la apostasía generalizada de la fe cristiana y la consiguiente pérdida de esperanza en la vida eterna, la mayoría de la gente se ha vuelto tremendamente materialista y hedonista, guiándose sólo por lo que sus sentidos pueden percibir y tratando de disfrutar de esta corta vida terrenal al máximo (Is 22:13; 1 Co 15:32). Pero, como ese modo de vida no satisface ni trae felicidad, cada día hay más personas que tratan de llenar el vacío de sus almas refugiándose en una falsa espiritualidad, que los hace caer en manos de Satanás y los mantiene alejados del Dios verdadero (Ap 12:9; 2 Ts 2:10-11). En ambos casos es necesario que las personas dejen voluntariamente de vagar en tinieblas y vengan a la luz que los conduzca por la senda de la vida, salvándolos de la condenación eterna (Jn 3:19-21).

Is 22:13 ...y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

1 Co 15:32; ...Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

Ap 12:9; Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...

2 Ts 2:10-11: “...por cuanto no recibieron (entiéndase no quisieron recibir) el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira.

Jn 3:19-21; Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

En este modo de vida ultra rápido de hoy día, en el que poca gente se para a pensar en las cuestiones trascendentales de su existencia, son los jóvenes los que mejor encarnan los nuevos valores adquiridos. Su inquietud los lleva a una constante búsqueda de estímulos contra la rutina y el aburrimiento, que tratan de superar básicamente de dos maneras: 1) dejándose arrastrar por un deseo compulsivo de consumir, y 2) buscando nuevas experiencias.

El hambre de consumo se calma sólo en el momento en el que se consume el bien o servicio, pero a menudo es como una droga insaciable que nos atrapa en una vorágine consumista. Por otra parte, el deseo de experimentar cambios y probar cosas nuevas, hace que los jóvenes se adhieran fácilmente a cualquier moda que vaya surgiendo, por estúpida que sea (2 Ti 4:3-4). En ese sentido los adultos no son tan proclives a esa dinámica de cambio permanente e indiscriminado.

2 Ti 4:3-4; Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

Por eso, desde las instancias ocultas del poder, la juventud está siendo perversamente moldeada e instrumentalizada para ser la punta de lanza que conduzca a la humanidad al totalitario gobierno mundial del Anticristo. No en vano la mayor parte de la publicidad incitando al consumo, se suele mostrar en los medios de comunicación de masas asociándola con personas jóvenes, guapas y modernas. Las modas y las nuevas tecnologías de consumo atraen y fascinan a gran cantidad de jóvenes, constantemente pendientes de las últimas novedades. Hay como una especie de huida hacia adelante, en la que los valores y creencias del pasado se consideran obsoletos, por lo que son automáticamente reemplazados por cualquier idea novedosa, sin importar lo absurda e inaudita que pueda ser.

El caso es que, ya sea porque no son conscientes o porque prefieren ignorar la realidad, gran parte de los jóvenes siguen de forma borreguil y al pie de la letra las consignas del nuevo orden mundial que dictan las élites del poder en la sombra.

Otra manifestación de la exaltación de la eterna juventud se está produciendo en el mundo laboral. Cada vez que arrecia una crisis económica y se pierden muchos puestos de trabajo, las empresas suelen prescindir de los más jóvenes, porque con ellos afrontan menos gastos de indemnización por despido, y de los que tienen una edad madura, porque consideran que su nivel productivo ya ha entrado en la fase de declive. Una vez que los trabajadores de más de 50 años se quedan en paro, es difícil que se produzca su reinserción laboral, a pesar de que siguen siendo completamente aptos para desempeñar prácticamente cualquier trabajo que no requiera una excepcional fuerza física. Ese retiro prematuro del mercado laboral de personas con tantos conocimientos y experiencia, además de ser demoledor para ellos, también es contraproducente para la sociedad en general, así como para la economía de las empresas y los países.

EL PREDOMINIO DE LOS JÓVENES EN LAS IGLESIAS CRISTIANAS

Así como el creyente no es inmune a las tentaciones, la Iglesia tampoco es impermeable a las influencias mundanas. Pues bien, con los jóvenes sucede lo mismo, en el sentido de que la relevancia que han alcanzado en la sociedad, se ha trasladado también a las iglesias.

Gran parte de las mismas cambiaron formas de culto demasiado rígidas, que propiciaban un clima de relaciones un tanto frío, por otras que resultan más amenas y facilitan un tipo de relación más cálido y espontáneo. Para ello se emplean recursos, tales como: 1) el uso de técnicas de retroalimentación e interacción con los oyentes; 2) una buena modulación de los mensajes, con oportunas variaciones en el tono, volumen y ritmo de la voz; y, sobre todo, 3) la modernización de la música y las canciones para que sean más acordes con los gustos actuales. La música es una herramienta muy poderosa para suscitar emociones y generar determinados ambientes. Y si en algo tienen especial protagonismo los jóvenes, es precisamente en el tema musical.

Actualmente, en los cultos de muchas congregaciones, la música, danza, aplausos, manifestaciones emotivas, etc, tienen más peso que la oración y la exposición de la Palabra. En este tipo de reuniones suele apartarse un tiempo específico para la alabanza, en el que actúan de forma paralela y simultánea dos grupos: uno reducido que, equipado con micrófonos e instrumentos musicales, se coloca normalmente al frente, sobre un estrado, para dirigir la alabanza; y otro formado por el resto de la congregación, que canta a capela acompañando al primer grupo.

El formato de canción y música que se utiliza en estas sesiones de adoración y alabanza, se inspira en los géneros musicales pop y rock, surgidos en EE.UU. e Inglaterra en las décadas de 1950 y 1960, que se extendieron con rapidez por todo el mundo. No sólo usan la misma instrumentación (batería, piano y guitarras eléctricas) y el mismo ritmo, sino que también el aspecto formal de las canciones es muy similar. El creyente que asiste a estos cultos se encuentra con un escenario similar al de cualquier concierto de música secular, si bien la motivación y los temas de las canciones son diametralmente opuestos. Con todo, deberíamos preguntarnos si al imitar a estos grupos mundanos actuamos correctamente delante de Dios. No todo vale para atraer a los jóvenes a las congregaciones, pues el fin no justifica los medios.

Además de copar los grupos que dirigen la alabanza, los jóvenes también suelen formar un subgrupo organizado, con su propio líder y con programas de reuniones y actividades específicas para ellos. Algunos jóvenes que comparten la Palabra en sus reuniones, son seleccionados por los pastores para predicar, en el momento que éstos estimen oportuno, a toda la congregación. Así pues, aparte de los necesarios grupos de instrucción de niños, hay otros dos formalmente reconocidos en la mayoría de las iglesias: el de mujeres y el de jóvenes, ambos con una programación exclusiva de reuniones y actividades propias, incluida la predicación de la Palabra.

Pero, ¿y los ancianos? Pues sucede que, salvo excepciones, apenas son tomados en consideración, a pesar de que es a ellos, o más bien a un grupo selecto de ellos, a quien corresponde el gobierno de las iglesias, como ya se ha indicado antes. Por tanto, lo que estamos viendo hoy en las iglesias es el mundo al revés, en el que los jóvenes desempeñan un papel preponderante, en tanto que los ancianos son marginados; en el que a los jóvenes se les concede el uso de la palabra, mientras que a los mayores les toca escuchar y permanecer callados; en el que los jóvenes son puestos para instruir a los ancianos, en vez de ser enseñados por éstos; en el que las jóvenes generaciones están en posición de autoridad sobre la de sus padres, etc...

Puede parecer normal que los jóvenes estén situados en un plano de igualdad e incluso de superioridad sobre los ancianos. Pero en realidad eso es fruto de una actitud de rebeldía juvenil instigada por las élites satánicas del poder mundial en la sombra, que se ha estado fraguando, como he referido, desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. No deberíamos pasar por alto que la insumisión de los jóvenes contradice la enseñanza general de la Biblia.

Al respecto, el libro de Job nos cuenta que los ancianos Elifaz, Bildad y Zofar, al darse cuenta de que habían estado acusando injustamente de pecado a su amigo Job, enmudecieron. Fue entonces cuando el joven Eliú, decepcionado por la falta de respuesta de los ancianos y pretendiendo ser más sabio que ellos, dio rienda suelta a su vanidad, hurgando nuevamente en la herida de Job y reactivando así la cruel tortura a la que había sido sometido (Job 32:6-7,9-10).

Job 32:6-7, 9-10;
6 Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros ancianos; por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión. 7 Yo decía: Los días hablarán, y la muchedumbre de años declarará sabiduría.
9 No son los sabios los de mucha edad, ni los ancianos entienden el derecho. 10 Por tanto, yo dije: Escuchadme; declararé yo también mi sabiduría.

Con su forma de proceder, Eliú mostró una total carencia de amor y misericordia hacia Job, pues en vez de consolarlo y compartir con él su sufrimiento en silencio, como había hecho los siete primeros días, ocupó de forma temeraria el lugar de juez para acusarlo injustamente. Su vehemente disertación, aunque suene bien y parezca brillante, fue en realidad un discurso fatuo de un necio falto de entendimiento, por cuanto permaneció insensible a los lamentos desesperados de un hombre temeroso de Dios que no alcanzaba a comprender el porqué de tanta desgracia. Por si hubiera alguna duda de la insensatez del joven Eliú, vemos en Job 38:1-2 que Dios mismo reprobó su conducta.

Job 38:1-2; Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: 2 ¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?

CONSECUENCIAS DE BUSCAR CONSEJO EN LOS JÓVENES

Salvo por un don sobrenatural de Dios, las personas jóvenes no están capacitadas en general para aconsejar; por el contrario, son ellas quienes más necesitan el consejo. Cuando de forma antinatural se prescinde del consejo de los ancianos en favor de los jóvenes, las consecuencias suelen ser nefastas. Esta afirmación la corroboran, entre otras, las dos porciones bíblicas que expongo a continuación.

En su estreno como rey, el joven Roboam desdeñó el consejo que le dieron los ancianos, en respuesta a la petición de Jeroboam y todo el pueblo, de disminuir algo la dura servidumbre y pesado yugo que les había impuesto su padre Salomón. Los ancianos le aconsejaron que fuera afable con ellos, mostrándose como su siervo y aceptando aliviar su pesada carga; pero en vez de eso optó por todo lo contrario, siguiendo el consejo de los jóvenes que se habían criado con él. Como sabemos, la consecuencia de esta pésima decisión no pudo ser más desastrosa: nada menos que la división del reino de Israel hasta la segunda venida del Mesías.

1 R 12:12-14, 19 (también 2 Cr 10:12-14,19);
12 Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, según el rey lo había mandado, diciendo: Volved a mí al tercer día. 13 Y el rey respondió al pueblo duramente, dejando el consejo que los ancianos le habían dado; 14 y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
19 Así se apartó Israel de la casa de David hasta hoy.

Otro ejemplo lo tenemos con el rey Joás de Judá. Éste anduvo rectamente delante de Dios mientras vivió el venerable anciano y sumo sacerdote Joiada, quien además de salvarlo de ser asesinado, lo crió como a un hijo y lo puso en el trono, cuando aún era un niño. Todo fue bien en Israel mientras vivió Joiada, porque Joás se dejó guiar por él (2 R 12:2); pero tras su muerte se rodeó de príncipes que lo arrastraron a la apostasía, idolatría e impiedad (2 Cr 24:17-18), hasta el punto de que mandó matar a los hijos de Joiada, entre ellos el sacerdote Zacarías, que lo reprendió por quebrantar los mandamientos de Dios.

Los juicios de Dios no se hicieron esperar, y envió contra ellos un pequeño ejército sirio que derrotó al de Judá, a pesar de que era muy numeroso. En esta batalla los sirios obtuvieron un gran botín y destruyeron a todos los príncipes. En cuanto a la suerte que corrió Joás, se quedó postrado en una cama agobiado con dolencias, hasta que sus siervos conspiraron contra él y lo mataron, en venganza por el derramamiento de la sangre de los hijos de Joiada.

2 R 12:2 (también 2 Cr 24:2); Y Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el sacerdote Joiada.

2 Cr 24:17-18; Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá y ofrecieron obediencia al rey; y el rey los oyó. 18 Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas. Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado.

En conclusión, una de las lecciones de 2 Cr 24, es que será muy provechoso para cualquier persona seguir el ejemplo y los consejos de ancianos sabios, como lo fue el sumo sacerdote Joiada. Desechar, por el contrario, los buenos consejos y seguir el camino de los impíos, acarreará lamentables consecuencias (Para una mayor reflexión sobre la relación entre el rey Joás de Judá y el sumo sacerdote Joiada, invito al lector a visitar en este mismo blog, http://amar-la-verdad.blogspot.com/, mi estudio titulado Depender de Dios, no del hombre).

EL PUEBLO DE DIOS NECESITA EL CONSEJO DE LOS ANCIANOS

No se le puede augurar nada bueno a un pueblo dirigido por personas jóvenes, que nieguen la autoridad moral de los ancianos y prescindan, por tanto, de su sabiduría.

Ec 10:16; ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de mañana!

Como ya ocurrió en el pasado, puede volver a suceder que el pueblo de Dios permanezca obstinado en su rebeldía, tras haber sido reiteradamente apercibido. Eso podría colmar la paciencia de Dios y hacer que retire su protección, escondiendo del pueblo su rostro. La Biblia se refiere a dicho proceder de Dios utilizando una serie de expresiones equivalentes entre sí, como: añadir maldad a la propia maldad de las personas; endurecer aún más los corazones de los que una y otra vez resisten al Espíritu de Dios; enviar un poder engañoso a los que rechazan creer en la verdad; dar ojos que no vean, oídos que no oigan y corazones que no entiendan, a los que no quieren ver, ni oír, ni entender; alejar a los pastores y maestros de la ley; privar de consejo a los ancianos; etc...

Sal 81:11-12; Pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí. 12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos.

Ez 7:25-26; Destrucción viene; y buscarán la paz, y no la habrá. 26 Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento, y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta del profeta, mas la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo.

Quiero terminar este estudio considerando la siguiente porción, que es muy pertinente para reflexionar sobre el tema que estoy tratando.

Is 3:4-5, 12:
4 Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores. 5 Y el pueblo se hará violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble.
12 Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos.

¿Qué conclusiones podemos sacar de este texto? Al menos dos:

1) La situación descrita encaja a la perfección con lo que está sucediendo hoy en el conjunto de la sociedad. Y en cuanto al pueblo de Dios, las declaraciones del versículo 12 coinciden exactamente con lo que ocurre hoy en la mayoría de las iglesias denominadas cristianas.

2) El dominio opresor de jóvenes y mujeres sobre el pueblo de Dios (el liderazgo de las mujeres se tratará en un tema aparte) es causa y consecuencia a la vez de un prolongado y obstinado alejamiento de Dios; en otras palabras, es una señal o manifestación de decadencia espiritual y corrupción moral. Pero al mismo tiempo es una medida disciplinaria impuesta por Dios para que el pueblo recapacite y se vuelva a Él, como acabamos de ver (Y les pondré jóvenes por príncipes... Y el pueblo se hará violencia unos a otros...).

Por consiguiente, haríamos bien en escuchar y aplicar a nuestras vidas los mandamientos y consejos del que es infinitamente sabio, o sea, del autor de la Palabra. Algunos de estos consejos relacionados en cierta manera con este tema podrían ser: 1) Examinemos todo, mas retengamos sólo lo bueno, o lo que es lo mismo, entresaquemos lo precioso de lo vil, porque ambas cosas suelen aparecer juntas; 2) Escudriñemos la Palabra, como hacían los creyente de Berea, para comprobar si lo que nos dicen es cierto, sin importar quien lo diga; 3) Detengámonos en nuestro caminar diario por un poco de tiempo para comprobar con la Palabra si andamos en el camino correcto, transitando por las sendas antiguas de los que nos precedieron en la fe; etc...

Que Dios lo bendiga, estimado lector.