INTRODUCCIÓN
Prácticamente
todos los pueblos y culturas a lo largo de la historia han buscado
sabiduría y consejo en sus ancianos. Cuando un joven inexperto tenía
que tomar una decisión importante, era habitual que consultara a
algún anciano para recabar su opinión o consejo; y lo mismo ocurría
con los reyes y gobernantes en los asuntos que afectaban al conjunto
del pueblo, como podía ser la aprobación de leyes, establecer
alianzas y acuerdos comerciales con otros países, firmar la paz,
entrar en guerra, etc.
El
reconocimiento de la autoridad de los ancianos se remonta a los
albores de la humanidad y ha estado presente en todas las épocas y
lugares, como podemos ver en la Biblia (Nm 11:16-17,24-25; Sal
107:32) y otros documentos históricos, así como en culturas muy
apegadas a las tradiciones, y en sociedades tribales que han
sobrevivido hasta nuestros días. Los ancianos eran muy respetados,
tanto en el ámbito de las relaciones familiares como en el resto de
la sociedad; de ahí la formación de instituciones compuestas por
representaciones de ancianos en las comunidades locales y en los
gobiernos centrales de muchas naciones, como fue el caso del sanedrín
judío o el senado romano.
Nm
11:16-17, 24-25;
11
Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones
de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo
y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de
reunión, y esperen allí contigo. 17 Y yo descenderé y hablaré
allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en
ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú
solo.
24
Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió
a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar
alrededor del tabernáculo. 25 Entonces Jehová descendió en la
nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso
en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el
espíritu, profetizaron, y no cesaron.
Sal
107:32; Exáltenlo (a Jehová) en la congregación del pueblo,
y en la reunión de ancianos lo alaben.
Sin
embargo, la figura del anciano vinculada a la autoridad comenzó a
declinar con el impacto de la primera y segunda revolución
industrial en el modo de vida de la gente, entrando en el siglo XX en
una profunda crisis, que se prolonga hasta el día de hoy.
ANTECEDENTES
HISTÓRICOS RECIENTES DE ESTA CRISIS
Tras
el periodo de reconstrucción febril que siguió a la segunda guerra
mundial, los países occidentales lograron alcanzar la llamada
sociedad del bienestar, caracterizada, entre otras cosas, por una
ampliación de la clase media, ligada a un enorme crecimiento de la
producción y el consumo. Eso precipitó una serie de drásticos
cambios culturales asociados a una ruptura generacional de los
valores tradicionales imperantes, y a un cuestionamiento del orden
preestablecido a nivel social, político y religioso.
En
el ámbito de la religión se produjo un abandono masivo de la fe
cristiana, sobre todo en su vertiente práctica, y un fuerte
incremento de las posiciones ateas y agnósticas. Gran parte de la
sociedad sustituyó la fe en Dios por la fe en sí misma, colocando
en un pedestal al ser humano, con la vana ilusión de que los hombres
no necesitamos a Dios, sino que por medio de la ciencia y la
tecnología podemos resolver los problemas que nosotros mismos
creamos.
Por
consiguiente la verdad inmutable de Dios, quien declara que la única
solución para el hombre es que crea en Él, reconozca su
culpabilidad y se arrepienta para así ser perdonado y regenerado,
fue rechazada, ocupando su espacio la mentira humanista. Ésta es más
atractiva para la gente en general, al proclamar que el hombre es
naturalmente bueno y que no existe la verdad absoluta y objetiva,
sino que todo es relativo y cambiante en función de lo que cada uno
piense o sienta. Dicho pensamiento filosófico causó una relajación
ética y moral que permitió ciertas actitudes y conductas hasta
entonces censuradas, rebajando y difuminando en general los límites
entre lo que es aceptable y lo que no.
En
esa época floreció una corriente intelectual, de la que emergieron
nuevos actores sociales que adquirieron notoriedad y relevancia con
sus actitudes inconformistas y sus manifestaciones de protesta
reivindicativa. Fue entonces cuando irrumpieron los jóvenes
rebeldes, el feminismo, la música pop y rock, el movimiento hippy,
el pacifismo, el escapismo de las drogas, el auge del fenómeno
underground y la contracultura, el ecologismo, los grupos
antisistema, etc.
En
ese caldo de cultivo, y con los principales países del mundo
agrupados en torno a los dos grandes bloques político-militares
surgidos tras la segunda guerra mundial, como son la OTAN y el Pacto
de Varsovia, en la primavera de 1968 estalló un movimiento
revolucionario en cada uno de los bloques, protagonizado por
estudiantes y obreros: uno sucedió en París y el otro en Praga. Y
aunque ninguno de ellos logró una sustitución radical del viejo
orden político, introdujeron nuevos valores y pautas de
comportamiento, que fueron calando hasta ser aceptados por el
conjunto de la sociedad. Estos dos hitos impulsaron los cambios que
condujeron el mundo a la situación actual.
Desde
entonces la humanidad no ha parado de evolucionar en una espiral de
cambios acelerados. Actualmente estamos asistiendo al fenómeno de la
globalización y la sociedad de la información, en la que la gente
vive tan deprisa que ya no es capaz de pararse a reflexionar en las
cosas trascendentales de la vida; en la que el consumo se ha vuelto
compulsivo, no sólo de bienes y servicios, sino también de nuevas
modas y costumbres, o de programas televisivos de mero
entretenimiento. Aunque se proclama la libertad y la democracia,
éstas son más ficticias que reales, porque los poderes fácticos,
ocultos bajo la sombra de los gobiernos y demás instituciones
públicas, son los que verdaderamente hacen prevalecer sus intereses
mediante el instrumento más poderoso de este mundo, que es el
dinero.
Al
estar éste muy concentrado en pocas manos, los que lo poseen son
capaces de controlar el mundo entero, infiltrando agentes y
corrompiendo los poderes públicos, lavando el cerebro a multitudes a
través de los medios de comunicación, etc. Así que, utilizando su
capital financiero, que prácticamente es ilimitado, y operando a
través de gigantescas empresas transnacionales, las élites en la
sombra han logrado controlar en gran medida el mundo. Pero no
conformes con lo que ya han conseguido, pretenden elevar ese control
a otro nivel, al que han llamado eufemísticamente Nuevo Orden
Mundial, y más recientemente Gobierno Global, el cual está siendo
reclamado por las más destacadas personalidades del mundo de la
economía, la política y la religión. Mas no nos engañemos, este
nuevo orden al que nos dirigimos a marchas forzadas no es otra cosa
que la dictadura mundial del Anticristo final de los tiempos,
anunciada por Cristo mismo en su Palabra.
En
resumen, este cambio de mentalidad del que aún son rehenes la
mayoría de las personas que lo experimentaron en su día, y que se
ha trasmitido a las nuevas generaciones, fue impulsado en el periodo
subsiguiente a la segunda guerra mundial, y se manifestó
significativamente como un hito revolucionario en mayo del 68 en
París y en la primavera de Praga del mismo año. Conviene no ignorar
esto para entender mejor la situación que atraviesa el mundo en la
actualidad.
BREVES
CONSIDERACIONES SOBRE LA ANCIANIDAD
La
vejez es la última fase o etapa que atraviesan las personas a partir
de una edad avanzada, la cual se mide normalmente mediante el
criterio objetivo e igualitario de la edad cronológica. Pero existe
a la vez una edad biológica que, moviéndose a un ritmo diferente,
hace que individuos de la misma edad cronológica difieran
grandemente entre sí en sus facultades físicas y psíquicas.
Dichas
diferencias son el resultado de una combinación de factores: la
dotación genética heredada; el desarrollo de las potencialidades
alcanzado; el grado de deterioro causado por la enfermedad o la
vejez; etc. Esta última sobreviene mediante un proceso gradual; de
manera que una persona no se convierte en anciana de un día para
otro. Por eso, con independencia de que convencionalmente se pueda
establecer, a determinados efectos, una edad que marque el inicio de
la vejez, la misma siempre será relativa y cambiante, en función de
las diferencias individuales apuntadas, así como de las condiciones
medioambientales y espacio temporales existentes.
Los
ancianos como institución o cuerpo gobernante, legislativo,
judicial, o meramente consultivo, existen desde tiempos remotos.
Estas instituciones estaban concebidas para que participaran en ellas
varones sabios en plena madurez o ancianidad. Quedaban, pues,
excluidos los hombres que eran considerados aún jóvenes para ocupar
esos cargos.
En
cuanto a los ancianos en la iglesia del Señor, lo más importante es
su condición espiritual y no tanto su fortaleza física, aptitud
intelectual, nivel académico, etc. Salvo que estén afectados por
una enfermedad degenerativa grave que merme sus facultades psíquicas,
las congregaciones no deberían marginar a los ancianos, cuyo hombre
interior se renueva de día en día por el Espíritu, a pesar de que
externamente se vayan desgastando.
2
Co 4:16; Por tanto, no desmayamos; antes aunque
este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no
obstante se renueva de día en día.
PREEMINENCIA
DE LOS ANCIANOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Ya
en tiempos muy antiguos los gobernantes reclamaban la presencia de
los ancianos, como representantes del pueblo, en los acontecimientos
importantes de cada país. Esta práctica no era exclusiva de Israel,
ya que también se aplicaba en otras naciones. Buena muestra de ello
son los dos versículos siguientes:
Gn
50:7; Entonces José subió para sepultar a su padre; y
subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su
casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto…
Ex
4:29-30; Y fueron Moisés y Aarón, y
reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel.
30 Y habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho
a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo.
Por
otra parte, la norma de conceder tan alto honor a los ancianos es
conforme a la voluntad de Dios; porque vemos en su Palabra que no
sólo la respaldó de hecho en distintas ocasiones (Ex 3:18),
sino que también promulgó una ley al respecto (Lv 19:32).
Ex
3:18; Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de
Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el
Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos
ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos
sacrificios a Jehová nuestro Dios.
Lv
19:32; Delante de las canas te levantarás, y
honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios
tendrás temor. Yo
Jehová.
La
participación de los ancianos en los asuntos trascendentales del
pueblo de Israel, es patente a lo largo del Antiguo Testamento. Las
siguientes porciones, aun siendo bastantes, son sólo una pequeña
muestra de las funciones que desempeñaban.
Ex
12:21; Y Moisés convocó a todos los ancianos de
Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por
vuestras familias, y sacrificad la pascua.
Ex
18:12; Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios
para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel
para comer con el suegro de Moisés delante de
Dios.
Ex
24:1-2, 9-11;
1
Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón,
Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel;
y os inclinaréis desde lejos. 2 Pero Moisés solo se
acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con
él.
9
Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de
los ancianos de Israel; 10 y vieron al Dios de Israel;
y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante
al cielo cuando está sereno. 11 Mas no extendió su mano
sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y
comieron y bebieron.
Jos
10:10; Levantándose Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo,
y subió él, con los ancianos de Israel, delante del
pueblo contra Hai.
1
S 8:4-5; Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron,
y vinieron a Ramá para ver a Samuel, 5 y le dijeron: He
aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por
tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas
las naciones.
1
Cr 11:3 (también 2 S 5:3); Y vinieron todos los
ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto
delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre
Israel, conforme a la palabra de Jehová por medio de Samuel.
Esd
6:7; Dejad que se haga la obra de esa casa de Dios; que
el gobernador de los judíos y sus ancianos reedifiquen
esa casa de Dios en su lugar.
Jer
19:1-2; Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro
del alfarero, y lleva contigo de los ancianos del
pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes; 2 y
saldrás al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la
puerta oriental, y proclamarás allí las palabras que yo te hablaré.
LOS
ANCIANOS EN EL NUEVO TESTAMENTO
El
reconocimiento de la autoridad de los ancianos en Israel no cesó en
el periodo del Nuevo Testamento, como observamos en los siguientes
versículos:
Mt
21:23; Cuando vino al templo, los
principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se
acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué
autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?
Hch
4:8; Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo:
Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel…
Con
el nuevo pacto de Jesús en su sangre y el establecimiento de la
Iglesia, el peso de los ancianos en las decisiones que afectaban al
pueblo de Dios, no disminuyó ni un ápice respecto al que tenían
bajo el viejo pacto, puesto que fue a ellos a quienes se les asignó
el gobierno de las iglesias locales. De su autoridad bajo el nuevo
pacto dan cuenta las siguientes porciones:
Hch
11:29-30; Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo
que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban
en Judea; 30 lo cual en efecto hicieron, enviándolo
a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.
Hch
14:23; Y constituyeron
(Pablo y Bernabé) ancianos en cada iglesia,
y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien
habían creído.
Hch
15:4; Y llegados a Jerusalén (Pablo y Bernabé),
fueron recibidos por la iglesia y los
apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las
cosas que Dios había hecho con ellos.
Hch
20:17; Enviando, pues, desde Mileto a Efeso
(Pablo), hizo llamar a los ancianos de la
iglesia.
1
Ti 5:17; Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos
por dignos de doble honor, mayormente los que
trabajan en predicar y enseñar.
Stg
5:14; ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame
a los ancianos de la iglesia, y oren por él,
ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Ap
4:4; Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y
vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos,
vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
Es
cierto que los ancianos en la Iglesia no tienen por qué ser
necesariamente ancianos en cuanto a edad, porque lo principal es que
sean espiritualmente maduros. Es lógico que así sea, ya que puede
haber personas viejas que sean recién convertidas, o que se hayan
estancado en la fase de lactancia espiritual. No obstante, los
creyentes tienden a ser más sabios cuantos más años tengan; sobre
todo si, como cabe esperar, están en constante crecimiento
espiritual, conociendo cada día más a Dios y su Palabra.
LAS
PERSONAS MÁS SABIAS SUELEN SER LAS DE MÁS EDAD
Job
12:12-13; En los ancianos está la ciencia, y en la larga
edad la inteligencia. 13 Con Dios está la sabiduría y el
poder; suyo es el consejo y la inteligencia.
A
diferencia de los jóvenes, que muchas cosas sólo pueden saberlas
porque lo han leído o los mayores se las han contado, buena parte
del conocimiento de los ancianos proviene directamente de lo que
ellos mismos han vivido. La experiencia vivida generalmente añade
seguridad y refuerza las convicciones.
Sal
37:25; Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo
desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
Jos
24:31 (también Jue 2:7); Y sirvió Israel a Jehová
todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los
ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían
todas las obras que Jehová había hecho por Israel.
El
paso de los años les da a las personas una perspectiva que antes no
tenían, permitiéndoles aprender de los errores del pasado y
reafirmarse en los aciertos. En general las personas mayores se
vuelven menos impulsivas, más pacientes, más prudentes y más
sabias que cuando eran jóvenes.
Sal
25:7; De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones,
no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de
mí, por tu bondad, oh Jehová.
Ec
11:10; Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el
mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
LOS
JÓVENES NECESITAN SER INSTRUIDOS Y DISCIPLINADOS
Aunque
esta afirmación parezca una perogrullada, no lo es tanto si
consideramos la rebeldía que se ha extendido como una pandemia entre
la juventud de hoy. Si queremos evitar un completo desastre, tenemos
que convencer a los jóvenes para que dejen de cuestionar la
autoridad en general, comenzando por la de sus propios padres. Es
necesario que no menosprecien su consejo ni rechacen su reprensión y
disciplina; que no se comporten neciamente, pretendiendo ser sabios
en su propia opinión (Ro 12:16) y creyendo que saben más que
nadie.
Pr
15:5; El necio menosprecia el consejo de su padre;
mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente.
Los
jóvenes de las últimas generaciones, en general han tenido más
oportunidades de acceso al sistema educativo, a las comunicaciones y
a las nuevas tecnologías, que sus padres. Piensan que porque están
más preparados en ciertas áreas son más listos e inteligentes que
sus progenitores, a los que suelen considerar anticuados. Les cuesta
entender que su corta experiencia de la vida les puede jugar malas
pasadas, y que en ese aspecto las personas mayores les pueden ser de
gran ayuda, si se dejan aconsejar. No deberían ignorar que los
adultos ya pasaron antes por las mismas o parecidas situaciones que
ellos, y que con sus éxitos y fracasos han podido extraer valiosas
lecciones, que los han enseñado a ser más prudentes y sabios. Sólo
Dios sabe cuántos jóvenes se habrán echado a perder por
menospreciar la experiencia de los mayores y no seguir sus valiosas
recomendaciones.
Dt
32:7; Acuérdate de los tiempos antiguos, considera los
años de muchas generaciones; pregunta a tu padre, y
él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán.
Jl
1:1-3; 1 Palabra de Jehová que vino a Joel, hijo de Petuel. 2 Oíd
esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha
acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres?
3 De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros
hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación.
Tit
2:3-4; Las ancianas
asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras,
no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a
las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos…
Para
iniciar el camino de la sabiduría, que culminará en su vejez (Pr
19:20), el joven necesita en primer lugar temer a Dios. Eso lo
llevará a someterse y escuchar a sus padres, así como a todos los
que estén en posición de autoridad sobre ellos.
Pr
19:20; Escucha el consejo, y recibe la corrección, para
que seas sabio en tu vejez.
Sal
119:9; ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar
tu palabra.
Pr
1:7 (y otros); El principio de la sabiduría es
el temor de Jehová; los insensatos desprecian la
sabiduría y la enseñanza.
Ec
11:9; Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu
corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu
corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que
sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
Pr
13:1; El hijo sabio recibe el consejo del padre;
mas el burlador no escucha las reprensiones.
1
P 5:5; Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los
ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos
de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes.
Determinados
atributos, como la fe, la santidad, o la sabiduría, no son estáticos
sino dinámicos, lo cual significa que, una vez obtenidos, pueden y
deben ir en aumento en el transcurso de la vida. Y la única forma de
crecer espiritualmente es andando en obediencia y santo temor de
Dios. Por esa razón cabe esperar que el anciano que lleva muchos
años caminando con Dios, sea más sabio que el joven cuya
trayectoria es más corta. Ahora bien, para acceder a la verdadera
sabiduría, la cual no procede de este mundo sino de Dios, es
indispensable creer en Cristo. Eso significa que un joven puede ser
sabio por la fe, mientras que un anciano incrédulo carecerá de
sabiduría (Ec 4:13). Por tanto, la necedad no es exclusiva de
los jóvenes ni la sabiduría de los ancianos.
Ec
4:13; Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo
y necio que no admite consejos…
A
DIOS LE COMPLACIÓ HACER SABIOS A MUCHOS JÓVENES
Aunque
la sabiduría es una característica muy común entre los ancianos,
también los jóvenes pueden recibirla abundantemente de Dios
conforme a su soberana voluntad. La Biblia nos muestra no pocos casos
de personas jóvenes, a las que Dios dotó de gran sabiduría y
levantó incluso por encima de los ancianos. He aquí sólo unos
ejemplos:
1
R 3:7, 9-12;
7
Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por
rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé
cómo entrar ni salir…
9
Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu
pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque
¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 10 Y agradó
delante del Señor que Salomón pidiese esto. 11 Y le dijo Dios:
Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni
pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino
que demandaste para ti inteligencia para oir juicio, 12 he aquí lo
he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado
corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro
como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
Dn
1:17; A estos cuatro muchachos
(Daniel, Ananías,
Misael y Azarías) Dios les dio conocimiento e
inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo
entendimiento en toda visión y sueños.
1
Ti 4:12-14; Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé
ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y
pureza. 13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la
exhortación y la enseñanza. 14 No descuides el don que
hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de
las manos del presbiterio.
La
siguiente porción nos muestra un detalle interesante sobre la
honorabilidad de los ancianos. Aunque Dios había puesto al joven
Timoteo al frente de la iglesia, capacitándolo para enseñar su
Palabra, Pablo le pide que no reprenda a los ancianos y ancianas,
sino que los exhorte con el mismo amor y respeto que a un padre o una
madre.
1
Ti 5:1-2; No reprendas al anciano, sino exhórtale como
a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; 2 a
las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a
hermanas, con toda pureza.
EL
PROTAGONISMO DE LOS JÓVENES EN LA SOCIEDAD ACTUAL
Con
la apostasía generalizada de la fe cristiana y la consiguiente
pérdida de esperanza en la vida eterna, la mayoría de la gente se
ha vuelto tremendamente materialista y hedonista, guiándose sólo
por lo que sus sentidos pueden percibir y tratando de disfrutar de
esta corta vida terrenal al máximo (Is 22:13; 1 Co 15:32).
Pero, como ese modo de vida no satisface ni trae felicidad, cada día
hay más personas que tratan de llenar el vacío de sus almas
refugiándose en una falsa espiritualidad, que los hace caer en manos
de Satanás y los mantiene alejados del Dios verdadero (Ap 12:9; 2
Ts 2:10-11). En ambos casos es necesario que las personas dejen
voluntariamente de vagar en tinieblas y vengan a la luz que los
conduzca por la senda de la vida, salvándolos de la condenación
eterna (Jn 3:19-21).
Is
22:13 ...y he aquí gozo y alegría, matando vacas y
degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo:
Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.
1
Co 15:32; ...Si los muertos no resucitan, comamos y
bebamos, porque mañana moriremos.
Ap
12:9; Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que
se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo
entero...
2
Ts 2:10-11: “...por cuanto no recibieron
(entiéndase no quisieron recibir) el
amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un
poder engañoso, para que crean la mentira.
Jn
3:19-21; Y esta es la condenación: que la luz vino
al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque
sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece
la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea
manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
En
este modo de vida ultra rápido de hoy día, en el que poca gente se
para a pensar en las cuestiones trascendentales de su existencia, son
los jóvenes los que mejor encarnan los nuevos valores adquiridos. Su
inquietud los lleva a una constante búsqueda de estímulos contra la
rutina y el aburrimiento, que tratan de superar básicamente de dos
maneras: 1) dejándose arrastrar por un deseo compulsivo de consumir,
y 2) buscando nuevas experiencias.
El
hambre de consumo se calma sólo en el momento en el que se consume
el bien o servicio, pero a menudo es como una droga insaciable que
nos atrapa en una vorágine consumista. Por otra parte, el deseo de
experimentar cambios y probar cosas nuevas, hace que los jóvenes se
adhieran fácilmente a cualquier moda que vaya surgiendo, por
estúpida que sea (2 Ti 4:3-4). En ese sentido los adultos no
son tan proclives a esa dinámica de cambio permanente e
indiscriminado.
2
Ti 4:3-4; Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana
doctrina, sino que teniendo comezón de oír,
se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
Por
eso, desde las instancias ocultas del poder, la juventud está siendo
perversamente moldeada e instrumentalizada para ser la punta de lanza
que conduzca a la humanidad al totalitario gobierno mundial del
Anticristo. No en vano la mayor parte de la publicidad incitando al
consumo, se suele mostrar en los medios de comunicación de masas
asociándola con personas jóvenes, guapas y modernas. Las modas y
las nuevas tecnologías de consumo atraen y fascinan a gran cantidad
de jóvenes, constantemente pendientes de las últimas novedades. Hay
como una especie de huida hacia adelante, en la que los valores y
creencias del pasado se consideran obsoletos, por lo que son
automáticamente reemplazados por cualquier idea novedosa, sin
importar lo absurda e inaudita que pueda ser.
El
caso es que, ya sea porque no son conscientes o porque prefieren
ignorar la realidad, gran parte de los jóvenes siguen de forma
borreguil y al pie de la letra las consignas del nuevo orden mundial
que dictan las élites del poder en la sombra.
Otra
manifestación de la exaltación de la eterna juventud se está
produciendo en el mundo laboral. Cada vez que arrecia una crisis
económica y se pierden muchos puestos de trabajo, las empresas
suelen prescindir de los más jóvenes, porque con ellos afrontan
menos gastos de indemnización por despido, y de los que tienen una
edad madura, porque consideran que su nivel productivo ya ha entrado
en la fase de declive. Una vez que los trabajadores de más de 50
años se quedan en paro, es difícil que se produzca su reinserción
laboral, a pesar de que siguen siendo completamente aptos para
desempeñar prácticamente cualquier trabajo que no requiera una
excepcional fuerza física. Ese retiro prematuro del mercado laboral
de personas con tantos conocimientos y experiencia, además de ser
demoledor para ellos, también es contraproducente para la sociedad
en general, así como para la economía de las empresas y los países.
EL
PREDOMINIO DE LOS JÓVENES EN LAS IGLESIAS CRISTIANAS
Así
como el creyente no es inmune a las tentaciones, la Iglesia tampoco
es impermeable a las influencias mundanas. Pues bien, con los jóvenes
sucede lo mismo, en el sentido de que la relevancia que han alcanzado
en la sociedad, se ha trasladado también a las iglesias.
Gran
parte de las mismas cambiaron formas de culto demasiado rígidas, que
propiciaban un clima de relaciones un tanto frío, por otras que
resultan más amenas y facilitan un tipo de relación más cálido y
espontáneo. Para ello se emplean recursos, tales como: 1) el uso de
técnicas de retroalimentación e interacción con los oyentes; 2)
una buena modulación de los mensajes, con oportunas variaciones en
el tono, volumen y ritmo de la voz; y, sobre todo, 3) la
modernización de la música y las canciones para que sean más
acordes con los gustos actuales. La música es una herramienta muy
poderosa para suscitar emociones y generar determinados ambientes. Y
si en algo tienen especial protagonismo los jóvenes, es precisamente
en el tema musical.
Actualmente,
en los cultos de muchas congregaciones, la música, danza, aplausos,
manifestaciones emotivas, etc, tienen más peso que la oración y la
exposición de la Palabra. En este tipo de reuniones suele apartarse
un tiempo específico para la alabanza, en el que actúan de forma
paralela y simultánea dos grupos: uno reducido que, equipado con
micrófonos e instrumentos musicales, se coloca normalmente al
frente, sobre un estrado, para dirigir la alabanza; y otro formado
por el resto de la congregación, que canta a capela acompañando al
primer grupo.
El
formato de canción y música que se utiliza en estas sesiones de
adoración y alabanza, se inspira en los géneros musicales pop y
rock, surgidos en EE.UU. e Inglaterra en las décadas de 1950 y 1960,
que se extendieron con rapidez por todo el mundo. No sólo usan la
misma instrumentación (batería, piano y guitarras eléctricas) y el
mismo ritmo, sino que también el aspecto formal de las canciones es
muy similar. El creyente que asiste a estos cultos se encuentra con
un escenario similar al de cualquier concierto de música secular, si
bien la motivación y los temas de las canciones son diametralmente
opuestos. Con todo, deberíamos preguntarnos si al imitar a estos
grupos mundanos actuamos correctamente delante de Dios. No todo vale
para atraer a los jóvenes a las congregaciones, pues el fin no
justifica los medios.
Además
de copar los grupos que dirigen la alabanza, los jóvenes también
suelen formar un subgrupo organizado, con su propio líder y con
programas de reuniones y actividades específicas para ellos. Algunos
jóvenes que comparten la Palabra en sus reuniones, son seleccionados
por los pastores para predicar, en el momento que éstos estimen
oportuno, a toda la congregación. Así pues, aparte de los
necesarios grupos de instrucción de niños, hay otros dos
formalmente reconocidos en la mayoría de las iglesias: el de mujeres
y el de jóvenes, ambos con una programación exclusiva de reuniones
y actividades propias, incluida la predicación de la Palabra.
Pero,
¿y los ancianos? Pues sucede que, salvo excepciones, apenas son
tomados en consideración, a pesar de que es a ellos, o más bien a
un grupo selecto de ellos, a quien corresponde el gobierno de las
iglesias, como ya se ha indicado antes. Por tanto, lo que estamos
viendo hoy en las iglesias es el mundo al revés, en el que los
jóvenes desempeñan un papel preponderante, en tanto que los
ancianos son marginados; en el que a los jóvenes se les concede el
uso de la palabra, mientras que a los mayores les toca escuchar y
permanecer callados; en el que los jóvenes son puestos para instruir
a los ancianos, en vez de ser enseñados por éstos; en el que las
jóvenes generaciones están en posición de autoridad sobre la de
sus padres, etc...
Puede
parecer normal que los jóvenes estén situados en un plano de
igualdad e incluso de superioridad sobre los ancianos. Pero en
realidad eso es fruto de una actitud de rebeldía juvenil instigada
por las élites satánicas del poder mundial en la sombra, que se ha
estado fraguando, como he referido, desde mediados del siglo XX hasta
la actualidad. No deberíamos pasar por alto que la insumisión de
los jóvenes contradice la enseñanza general de la Biblia.
Al
respecto, el libro de Job nos cuenta que los ancianos Elifaz, Bildad
y Zofar, al darse cuenta de que habían estado acusando injustamente
de pecado a su amigo Job, enmudecieron. Fue entonces cuando el joven
Eliú, decepcionado por la falta de respuesta de los ancianos y
pretendiendo ser más sabio que ellos, dio rienda suelta a su
vanidad, hurgando nuevamente en la herida de Job y reactivando así
la cruel tortura a la que había sido sometido (Job 32:6-7,9-10).
Job
32:6-7, 9-10;
6
Y respondió Eliú hijo de
Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros
ancianos; por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi
opinión. 7 Yo decía: Los días hablarán, y la
muchedumbre de años declarará sabiduría.
9
No son los sabios los de mucha edad, ni los ancianos
entienden el derecho. 10 Por tanto, yo dije: Escuchadme; declararé
yo también mi sabiduría.
Con
su forma de proceder, Eliú mostró una total carencia de amor y
misericordia hacia Job, pues en vez de consolarlo y compartir con él
su sufrimiento en silencio, como había hecho los siete primeros
días, ocupó de forma temeraria el lugar de juez para acusarlo
injustamente. Su vehemente disertación, aunque suene bien y parezca
brillante, fue en realidad un discurso fatuo de un necio falto de
entendimiento, por cuanto permaneció insensible a los lamentos
desesperados de un hombre temeroso de Dios que no alcanzaba a
comprender el porqué de tanta desgracia. Por si hubiera alguna duda
de la insensatez del joven Eliú, vemos en Job 38:1-2 que Dios
mismo reprobó su conducta.
Job
38:1-2; Entonces respondió Jehová a
Job desde un torbellino, y dijo: 2 ¿Quién es ése
que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?
CONSECUENCIAS
DE BUSCAR CONSEJO EN LOS JÓVENES
Salvo
por un don sobrenatural de Dios, las personas jóvenes no están
capacitadas en general para aconsejar; por el contrario, son ellas
quienes más necesitan el consejo. Cuando de forma antinatural se
prescinde del consejo de los ancianos en favor de los jóvenes, las
consecuencias suelen ser nefastas. Esta afirmación la corroboran,
entre otras, las dos porciones bíblicas que expongo a continuación.
En
su estreno como rey, el joven Roboam desdeñó el consejo que le
dieron los ancianos, en respuesta a la petición de Jeroboam y todo
el pueblo, de disminuir algo la dura servidumbre y pesado yugo que
les había impuesto su padre Salomón. Los ancianos le aconsejaron
que fuera afable con ellos, mostrándose como su siervo y aceptando
aliviar su pesada carga; pero en vez de eso optó por todo lo
contrario, siguiendo el consejo de los jóvenes que se habían criado
con él. Como sabemos, la consecuencia de esta pésima decisión no
pudo ser más desastrosa: nada menos que la división del reino de
Israel hasta la segunda venida del Mesías.
1
R 12:12-14, 19 (también 2 Cr 10:12-14,19);
12
Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, según el
rey lo había mandado, diciendo: Volved a mí al tercer día. 13 Y
el rey respondió al pueblo duramente, dejando el consejo que los
ancianos le habían dado; 14 y les habló conforme al consejo de los
jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo,
pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes,
mas yo os castigaré con escorpiones.
19
Así se apartó Israel de la casa de David hasta
hoy.
Otro
ejemplo lo tenemos con el rey Joás de Judá. Éste anduvo rectamente
delante de Dios mientras vivió el venerable anciano y sumo sacerdote
Joiada, quien además de salvarlo de ser asesinado, lo crió como a
un hijo y lo puso en el trono, cuando aún era un niño. Todo fue
bien en Israel mientras vivió Joiada, porque Joás se dejó guiar
por él (2 R 12:2); pero tras su muerte se rodeó de príncipes
que lo arrastraron a la apostasía, idolatría e impiedad (2 Cr
24:17-18), hasta el punto de que mandó matar a los hijos de
Joiada, entre ellos el sacerdote Zacarías, que lo reprendió por
quebrantar los mandamientos de Dios.
Los
juicios de Dios no se hicieron esperar, y envió contra ellos un
pequeño ejército sirio que derrotó al de Judá, a pesar de que era
muy numeroso. En esta batalla los sirios obtuvieron un gran botín y
destruyeron a todos los príncipes. En cuanto a la suerte que corrió
Joás, se quedó postrado en una cama agobiado con dolencias, hasta
que sus siervos conspiraron contra él y lo mataron, en venganza por
el derramamiento de la sangre de los hijos de Joiada.
2
R 12:2 (también 2 Cr 24:2); Y Joás hizo lo recto
ante los ojos de Jehová todo el tiempo que le
dirigió el sacerdote Joiada.
2
Cr 24:17-18; Muerto Joiada, vinieron los príncipes de
Judá y ofrecieron obediencia al rey; y
el rey los oyó. 18 Y desampararon la casa de Jehová el
Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y
a las imágenes esculpidas. Entonces la ira de Dios vino
sobre Judá y Jerusalén por este su pecado.
En conclusión, una de las lecciones de 2 Cr 24, es que será muy provechoso para cualquier persona seguir el ejemplo y los consejos de ancianos sabios, como lo fue el sumo sacerdote Joiada. Desechar, por el contrario, los buenos consejos y seguir el camino de los impíos, acarreará lamentables consecuencias (Para una mayor reflexión sobre la relación entre el rey Joás de Judá y el sumo sacerdote Joiada, invito al lector a visitar en este mismo blog, http://amar-la-verdad.blogspot.com/, mi estudio titulado Depender de Dios, no del hombre).
EL
PUEBLO DE DIOS NECESITA EL CONSEJO DE LOS ANCIANOS
No
se le puede augurar nada bueno a un pueblo dirigido por personas
jóvenes, que nieguen la autoridad moral de los ancianos y
prescindan, por tanto, de su sabiduría.
Ec
10:16; ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho,
y tus príncipes banquetean de mañana!
Como
ya ocurrió en el pasado, puede volver a suceder que el pueblo de
Dios permanezca obstinado en su rebeldía, tras haber sido
reiteradamente apercibido. Eso podría colmar la paciencia de Dios y
hacer que retire su protección, escondiendo del pueblo su rostro. La
Biblia se refiere a dicho proceder de Dios utilizando una serie de
expresiones equivalentes entre sí, como: añadir maldad a la propia
maldad de las personas; endurecer aún más los corazones de los que
una y otra vez resisten al Espíritu de Dios; enviar un poder
engañoso a los que rechazan creer en la verdad; dar ojos que no
vean, oídos que no oigan y corazones que no entiendan, a los que no
quieren ver, ni oír, ni entender; alejar a los pastores y maestros
de la ley; privar de consejo a los ancianos; etc...
Sal
81:11-12; Pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me
quiso a mí. 12 Los dejé, por tanto, a la dureza de
su corazón; caminaron en sus propios consejos.
Ez
7:25-26; Destrucción viene; y buscarán la paz, y no la
habrá. 26 Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento,
y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta del
profeta, mas la ley se alejará del sacerdote, y de
los ancianos el consejo.
Quiero
terminar este estudio considerando la siguiente porción, que es muy
pertinente para reflexionar sobre el tema que estoy tratando.
Is
3:4-5, 12:
4
Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán
sus señores. 5 Y el pueblo se hará violencia unos
a otros, cada cual contra su vecino; el joven se
levantará contra el anciano, y el villano contra
el noble.
12
Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se
enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y
tuercen el curso de tus caminos.
¿Qué
conclusiones podemos sacar de este texto? Al menos dos:
1)
La situación descrita encaja a la perfección con lo que está
sucediendo hoy en el conjunto de la sociedad. Y en cuanto al pueblo
de Dios, las declaraciones del versículo 12 coinciden exactamente
con lo que ocurre hoy en la mayoría de las iglesias denominadas
cristianas.
2) El dominio opresor de jóvenes y mujeres sobre el pueblo de Dios (el liderazgo de las mujeres se tratará en un tema aparte) es causa y consecuencia a la vez de un prolongado y obstinado alejamiento de Dios; en otras palabras, es una señal o manifestación de decadencia espiritual y corrupción moral. Pero al mismo tiempo es una medida disciplinaria impuesta por Dios para que el pueblo recapacite y se vuelva a Él, como acabamos de ver (Y les pondré jóvenes por príncipes... Y el pueblo se hará violencia unos a otros...).
Por
consiguiente, haríamos bien en escuchar y aplicar a nuestras vidas
los mandamientos y consejos del que es infinitamente sabio, o sea,
del autor de la Palabra. Algunos de estos consejos relacionados en
cierta manera con este tema podrían ser: 1) Examinemos todo, mas
retengamos sólo lo bueno, o lo que es lo mismo, entresaquemos lo
precioso de lo vil, porque ambas cosas suelen aparecer juntas; 2)
Escudriñemos la Palabra, como hacían los creyente de Berea, para
comprobar si lo que nos dicen es cierto, sin importar quien lo diga;
3) Detengámonos en nuestro caminar diario por un poco de tiempo para
comprobar con la Palabra si andamos en el camino correcto,
transitando por las sendas antiguas de los que nos precedieron en la
fe; etc...
Que
Dios lo bendiga, estimado lector.