2/3/21

Necesidad del evangelio para ser salvos

 

(Ro 1:16-32)

EL PODER DEL EVANGELIO

16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

En el versículo 16 Pablo no se limita tan sólo a declarar que el evangelio es poder de Dios para salvación, sino que esa afirmación va precedida de otra que dice que no se avergüenza del evangelio. Pero, ¿por qué dice que no se avergüenza? Entiendo que porque cuando el evangelio es anunciado, los enemigos del mismo intentan avergonzar a los mensajeros, ridiculizándolos y burlándose de ellos ¿A cuántos cristianos no les ha sucedido eso, y cuántos en momentos de debilidad no han tenido dudas, temor o vergüenza de participar en tan noble misión?

Al decir que el evangelio es poder de Dios, además de proclamar una verdad, Pablo trata de alentar a los discípulos de Cristo a no sentir vergüenza de anunciar el evangelio (Mr 8:38), a vencer el temor a una posible persecución contra ellos, o a que sus palabras sean rechazadas; porque poderoso es Dios para protegerlos y para obrar en los corazones de las personas, guiándolas al arrepentimiento.

Mr 8:38 (también Lc 9:26); Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. 

En el evangelio Dios no hace acepción de personas, ya que es para salvación a todo aquél que cree; pero debía ser expuesto primero a los judíos, como así sucedió, y luego a los gentiles, aquí representados por los griegos (Hch 1:8; Ro 3:1-2; Col 1:21-23). 

Hch 1:8; ...pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Ro 3:1-2; ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? 2 Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.

Col 1:21-23; Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído...

El versículo 17 condensa las novedades o buenas nuevas del evangelio de la gracia con respecto al periodo de la ley. Es decir, la santidad y justicia que Dios nos demanda para que podamos ser salvos, no podemos alcanzarla por las obras de la ley; pero sí apropiándonos de la justicia de Cristo a nuestro favor. Luego la justicia de Dios nos es revelada por medio de la fe y a la vez para que tengamos fe o creamos en el nombre del Hijo de Dios (1 Jn 5:13). Por la fe, porque sin ella no recibiríamos la revelación; y para fe, porque no podríamos creer en el Señor sin que se nos hubiera revelado.

1 Jn 5:13; Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

El evangelio es eterno (Ap 14:6), tanto en el sentido de que procede de Dios como porque trasciende el espacio y el tiempo de cada ser humano en toda la tierra a lo largo de la historia. Por consiguiente el evangelio al que Dios se refirió en las escrituras del antiguo testamento (Ro 1:1-3), y que a su tiempo se manifestó en toda su plenitud con la venida de su Hijo (Ro 16:25-26; 1 P 1:10-11), ya existía en la mente de Dios desde el principio de los tiempos y seguirá estando presente por toda la eternidad.

Ap 14:6; Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo...

Ro 1:1-3; Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne...

Ro 16:25-26; Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe...

1 P 1:10-11; Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.

LA CULPABILIDAD DEL HOMBRE

18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

La ira de Dios en cierto sentido es como el agua a fuego lento en una olla, que cuando alcanza el punto máximo de ebullición se desborda y derrama fuera del recipiente. Dios es tardo para la ira y grande en misericordia (Nm 14:18; Sal 86:15; etc). No obstante la maldad que se está acumulando llegará a ser tan intolerable, que colmará su paciencia y hará que se desate su santa ira por largo tiempo contenida, castigando a los culpables (Jn 3:36; Ap 6:16-17; etc).

Nm 14:18; Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable…

Sal 86:15; Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad...

Jn 3:36; El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Ap 6:16-17; ...y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

Hay otro elemento para la reflexión en el versículo 18, que consiste en lo siguiente: es intrínsecamente injusto detener la verdad, por lo que siempre que alguien se enfrenta a ella lo hace cometiendo una injusticia. En este caso concreto el texto se está refiriendo a los impíos que no tienen temor de Dios y desprecian la justicia, ya que ocultan la verdad, a pesar de que la conocen en la medida en que Dios se la ha manifestado. Porque aun en el caso de que nadie les hubiera expuesto la Palabra revelada por Dios, deberían inexcusablemente glorificarlo y tener una actitud de temor reverente hacia Él, ya que las cosas invisibles del Creador, así como su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles en la creación y pueden ser en gran parte entendidas, observando la misma y reflexionando sobre ella.

21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Así que los hombres impíos son culpables; porque conociendo a Dios, ya sea a través de su Palabra o al menos por medio de su creación, no lo glorificaron ni le dieron gracias. En vez de eso, desecharon todo temor, llenándose de orgullo y rebelándose contra Dios.

Como se indica en esta porción del texto, se envanecieron en sus razonamientos y su corazón fue entenebrecido, pues aunque en su propia opinión se consideraron a sí mismos sabios, en realidad se convirtieron en necios (Ro 12:16; 1 Co 3:19-20; Pr 9:10; Stg 3:13-15). Y precisamente por su necedad, en vez de glorificar a su Creador, prefirieron darle la gloria a cosas que Él había creado, inventando dioses a imagen y semejanza de hombres corruptibles, así como de toda clase de animales, y de otros elementos de la naturaleza y el universo (Éx 20:3-5).

Ro 12:16; Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.

1 Co 3:19-20; Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. 20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.

Pr 9:10 (y otros); El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.

Stg 3:13-15; ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

Éx 20:3-5 (también Dt 5:7-9); No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios...

24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Por este gran pecado de cambiar la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, éste retiró de ellos su protección (Sal 81:11-12; Lm 3:64-65), entregándolos a la inmundicia para que arrastrados por la concupiscencia de sus corazones deshonraran entre sí aun sus propios cuerpos (1 Co 6:16,18).

Sal 81:11-12; Pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí. 12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos.

Lm 3:64-65; Dales el pago, oh Jehová, según la obra de sus manos. 65 Entrégalos al endurecimiento de corazón; tu maldición caiga sobre ellos.

1 Co 6:16,18; ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne... 18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

A medida que el ser humano avanza en su camino de desprecio y obstinada rebeldía contra Dios se va haciendo cada vez más pervertido, hasta caer en pasiones y hechos vergonzosos, como son las relaciones sexuales íntimas contra natura de hombres con hombres y también de las mujeres entre sí.

Como ya sucedió en otras épocas de la historia, en la sociedad actual están proliferando las relaciones homosexuales por todo el mundo, junto con otras depravaciones, como son: los abortos provocados intencionalmente; el desorden de las relaciones sexuales fuera del matrimonio; la adopción de niños por dos hombres o dos mujeres convivientes, en oposición al modelo de familia natural; la división y enfrentamiento entre las personas de distinto sexo; la invasión de pornografía, pedofilia y pederastia; la mentira continua y sistemática, orquestada por gobiernos y otros entes públicos y privados a todos los niveles y en todos los ámbitos (local, nacional e internacional); la gran cantidad de estafas, robos y explios; la creciente inseguridad y violencia en las calles; las continuas guerras y amenazas de guerra entre países; la corrupción sistémica de todos los poderes fácticos (poder político, legislativo, judicial, militar, religioso, financiero y de los grandes medios de comunicación); la injusticia estructural entre clases sociales y entre naciones; etc.

Todo esto nos indica que el mal no es que esté simplemente aumentando, sino que se está multiplicando y avanzando en una acelerada progresión geométrica hacia el fin del mundo en su forma actual, tal como está profetizado en la Biblia (Mt 24:12-14).

Mt 24:12-14; ...y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

Pero reincidiendo en los versículos 26 y 27, vemos que se refieren específicamente a la homosexualidad como algo especialmente vergonzoso y grave, por atentar directamente contra la naturaleza humana que Dios creó como varón y hembra, hechos a su imagen y semejanza (Gn 1:27).

Gn 1:27; Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

De ahí la importancia de estos versículos, que no podemos pasar por alto; porque actualmente no pocos pastores y predicadores se están dejando influenciar por la corriente de este siglo, y comienzan a ver el fenómeno social de la homosexualidad como algo normal, minimizándolo y equiparando su gravedad a la de cualquier otro pecado.

Por ejemplo, en una predicación escuché decir que la celebración del orgullo gay es más pecaminosa por exaltar el orgullo, que por la perversión homosexual en sí, ya que el pecado de orgullo fue causa directa tanto de la caída de Lucifer como de la caída y ruina del hombre. Y tenía razón el predicador, pero el problema es que no podemos desligar la homosexualidad del orgullo, porque aquélla es una de las muchas consecuencias de éste, puesto que al enorgullecerse el hombre se rebeló contra Dios e incurrió en toda clase de transgresiones, entre las que se encuentra la homosexualidad o sodomía. Por lo tanto no se puede ser homosexual y humilde a la vez, porque a la homosexualidad se llega desde una posición de orgullo y rebeldía contra Dios.

Otras formas de minimizar o rebajar el nivel de alarma contra esta desviación sexual, es diciendo que no hay pecados grandes ni pequeños, sino que todos son iguales para Dios; y también que el Señor, aunque aborrece el pecado, ama a los pecadores, incluidos los gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, fornicarios, adúlteros, asesinos, etc, a los que llama al arrepentimiento y la conversión, mediante la fe en Cristo.

Ciertamente todos necesitamos arrepentirnos de nuestros pecados para ser salvos, sin importar qué clase de pecados hayamos cometido, ni el número o tamaño de los mismos. También es cierto que no hay ningún pecado, excepto el que es contra el Espíritu Santo (Mt 12:31-32), que Dios no pueda perdonar. Pero eso no significa, en mi opinión, que todos los pecados sean igual de graves (por ejemplo, una contienda verbal es menos grave si no conlleva agresiones físicas, y a su vez éstas serán más o menos graves según el daño que ocasionen) (1 Jn 5:16-17).

Mt 12:31-32; Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. 32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

1 Jn 5:16-17; Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. 17 Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte (aunque no me atrevo a asegurarlo, creo que el pecado de muerte es el que se comete contra el Espíritu Santo).

No obstante, desde una perspectiva espiritual no tiene sentido establecer ninguna lista de pecados en función de su gravedad, ni clasificar los mismos en mortales y veniales, como hace la iglesia católica romana. Sería vano y contraproducente, porque a diferencia del ser humano, que juzga según las apariencias visibles y externas, Dios juzga nuestras obras considerando no sólo los hechos objetivos en sí, sino también la realidad subjetiva de las personas que los realizan y las circunstancias que pueden influenciar nuestras decisiones. Por otra parte, no hay nada que pueda ocultarse a los ojos de Dios, el cual escudriña la mente y corazón de los hombres, conociendo incluso las motivaciones e intenciones que guían nuestros actos, para retribuir a cada uno según sus obras (Jer 17:9-10).

Jer 17:9-10; Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

  La mera atracción o inclinación hacia la homosexualidad no es más que una tentación contra la que la persona puede luchar y vencer con la ayuda de Dios, igual que cuando nos enfrentamos a la fornicación, adulterio, codicia, etc. Entonces, mientras una persona no sucumba ante la tentación no peca, y si cae en ella debe pedirle perdón a Dios y fortalecerse en Él para continuar avanzando en esta guerra espiritual en la que participan todos los cristianos.

Ahora bien, hechas las anteriores consideraciones, no debemos ignorar lo mucho que desagradan a Dios estas prácticas abominables que atacan a la propia naturaleza del hombre, tal como fue diseñado por el Creador. No es una casualidad que en dos de los mayores castigos de Dios a los hombres registrados en la Biblia, como son el diluvio y la destrucción de Sodoma y Gomorra, los pecados contra natura tuvieran tanto protagonismo: en el primer caso la fornicación de ángeles con mujeres humanas, y en el segundo la homosexualidad.

Dios trajo el diluvio universal sobre la tierra a causa de la corrupción generalizada del ser humano, no sólo moral y espiritual, sino también física y corporal, por cuanto sus mujeres habían mantenido relaciones sexuales con ángeles y habían procreado seres híbridos. Por muy asombroso y fantástico que nos pueda parecer esto, cualquier duda que pudiéramos albergar al respecto al leer Gn 6:1-2,4, nos la despeja Jud 6-7.

Gn 6:1-2,4; Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas... 4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos…

Jud 6-7; Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; 7 como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. 

El hecho de que dicho grupo de ángeles abandonó su propia morada para mezclarse con los hombres, entiendo que más que a las moradas en las regiones celestes se refiere a sus propios cuerpos, al fusionarse con las hijas de los hombres para ser un solo cuerpo con ellas. Esta convicción mía está respaldada por 2 Co 5:1-2, donde a nuestros actuales cuerpos mortales se les considera nuestro tabernáculo o morada terrenal, que ansiamos ver transformada en otra celestial, con cuerpos incorruptibles e inmortales (1 Co 15:40,44).

2 Co 5:1-2; Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial…

1 Co 15:40,44; Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales… 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

En cuanto al castigo de Sodoma, Gomorra y otras dos ciudades de la llanura cercana al mar Muerto (Dt 29:23), también fue motivado por la corrupción e impiedad generalizada de sus habitantes, con la homosexualidad como principal exponente de su perversidad (Gn 19:4-5). Es muy significativo que a este vicio contrario a la naturaleza del hombre se le llame sodomía, por la fama que alcanzó la ciudad de Sodoma en la práctica de la homosexualidad a gran escala.

Dt 29:23; ...(azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira)...

Gn 19:4-5; Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. 5 Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos (el término “conocer” en este contexto equivale a tener una relación sexual).

Algo semejante a lo de Sodoma sucedió en Gabaa de Benjamín, cuya tribu estuvo a punto de ser exterminada por amparar y proteger a los hombres perversos de dicha ciudad, que habían intentado violar al forastero levita y que luego abusaron de su concubina, causándole la muerte (Jue 19:22).

Jue 19:22; Pero cuando estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta; y hablaron al anciano, dueño de la casa, diciendo: Saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos.

Finalmente, y con esto pasaré al siguiente punto, el primer libro de Reyes se refiere varias veces a la existencia en Israel de los sodomitas como algo abominable y como una práctica que Dios reprobaba y que debía ser erradicada del pueblo, junto con otros grandes males, como la idolatría (1 R 14:24; 1 R 15:11-12; 1 R 22:46).

1 R 14:24; (durante el reinado de Roboam) Hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel.

1 R 15:11-12; Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre. 12 Porque quitó del país a los sodomitas, y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho.

1 R 22:46; (Josafat) Barrió también de la tierra el resto de los sodomitas que había quedado en el tiempo de su padre Asa.

En las sociedades profanas en las que vivimos, la homosexualidad ha pasado de estar mal vista y producir rechazo social, a ser aceptada culturalmente, a ser legalmente reconocida y protegida, e incluso a ser fomentada por muchas instituciones públicas y privadas. Es obvio que un cristiano no puede estar de acuerdo con que desde las instituciones públicas se incentive o haga discriminación positiva en favor de la homosexualidad y otras perversiones sexuales; pero por otro lado tampoco puede aprobar que por el hecho de ser homosexual alguien deba ser castigado, sancionado, perseguido, expulsado, o mucho menos ajusticiado; ya Dios se encargará de pedirnos cuentas a cada uno.

Por el contrario, siguiendo el mandato del Señor debemos amarlos del mismo modo que a todos los demás, aunque fueran incluso enemigos nuestros. Debemos predicarles el evangelio y orar por ellos para que se conviertan a Dios y sean salvos. Entonces, ¿por qué habría de mencionar los anteriores versículos del primer libro de Reyes? Pues simplemente para que reflexionemos sobre la gravedad y excepcionalidad de este pecado a los ojos de Dios y de sus siervos más fieles bajo el régimen del Antiguo Pacto.

En resumen, la gravedad de los pecados que operan contra la naturaleza de los seres inteligentes creados por Dios, se manifiesta de manera clara y evidente en la porción ya comentada de Jud 6-7, en la que se compara el castigo a los ángeles que arrastraron a la humanidad al diluvio, con la destrucción de Sodoma y las ciudades vecinas, en la que perecieron todos sus habitantes, excepto Lot y sus dos hijas.

28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Al desentenderse los impíos por completo y de manera pertinaz de Dios, entran en un proceso de endurecimiento de corazón que puede llegar a ser irreversible, y entonces Él los entrega a una mente reprobada para que en su desenfreno cometan toda clase de pecados. Su enemistad con Dios llega hasta tal punto, que aun sabiendo que Él juzgará sus actos y los condenará a la muerte eterna, no tienen reparos en alardear de lo que hacen, de incitar a otros al mal, y de complacerse con los que actúan como ellos (Mt 23:15).

Mt 23:15; 15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

EL JUSTO JUICIO DE DIOS SERÁ CONFORME AL EVANGELIO

Quienes se aferran a las obras de la ley y ponen su esperanza en el cumplimiento de la misma, por la ley serán juzgados, igual que aquellos que sin conocerla se esfuerzan en realizar buenas obras, tratando de acumular méritos delante de Dios para que Él los declare justos y ganar así el cielo (Ro 2:12).

Ro 2:12; Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados...

El problema es que por las obras de la ley nadie será justificado delante de Dios (Ro 3:19-20). Entonces, ¿qué les sucederá a los santos del Antiguo Testamento que vivieron bajo la ley? Pues que no serán juzgados por ella, sino por haberse conducido con santo temor, arrepintiéndose y humillándose delante de Dios, poniendo su fe en Él, y confiando en su gracia y misericordia. Es decir, serán juzgados de acuerdo a las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo, al cual esperaban según las promesas que Dios les había dado (Job 19:25-26; Hch 3:22-23; etc).

Ro 3:19-20; Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; 20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Job 19:25-26; Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; 26 y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios…

Hch 3:22-23 (también Dt 18:15-19); Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; 23 y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.

Llegados a este punto podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Hay alguna esperanza de salvación para los gentiles que no hayan tenido la posibilidad de conocer la Palabra de Dios? Sobre esta cuestión hay un amplio consenso en el sentido de que no son salvos, porque sin nacer de nuevo no se puede entrar en el reino de Dios (Jn 3:3). Además, esta verdad que Jesús declaró ante Nicodemo, el cual era un celoso guardador de la ley, parece dirigirse no sólo a los judíos, sino a todos los hombres en general, por la manera en cómo la dice (“el que no naciere...”).

Jn 3:3; Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Sin embargo, a pesar de que en la Palabra hay una serie de versículos que apuntan en esa dirección, por prudencia no me atrevo a sostener que todos los que no hayan confesado a Cristo y creído en Él sufrirán pena de eterna perdición, aunque ni siquiera hayan tenido la posibilidad de conocerlo (Ro 10:8-9; 2 Ts 1:7-9). En este sentido Mt 25:34 da mucho que pensar. Las ovejas a las que el Rey considera justas, colocándolas a su derecha, se quedan gratamente sorprendidas de ser recibidas personalmente y de un modo tan entrañable por el Rey de reyes y Señor de señores.

Ro 10:8-9; ...Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

2 Ts 1:7-9; ... cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder...

Mt 25:34; Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo...

Ahora bien, un discípulo de Cristo sabe que todo lo que hace es para el Señor, pero éstos no lo sabían. Simplemente ayudaban al prójimo movidos por su amor y misericordia, y obedeciendo la voz de la conciencia que Dios ha puesto en todo ser humano (Mt 25:37-40). Así que, aunque no habían conocido de manera personal a Jesús, lo servían y amaban, aun sin ser conscientes de ello, a través del amor y compasión hacia sus semejantes, al tiempo que obedecían a Dios siguiendo lo que le dictaba su conciencia.

Mt 25:37-40; Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

CONCLUSIÓN FINAL

Considerando la porción de Ro 3:19-20 ya expuesta, así como la de Ro 2:14-16, los que quieren justificarse delante de Dios por sus buenas obras, sean judíos o gentiles, serán juzgados por la ley, tanto si la conocen como si no, porque la motivación es la misma. Y ya sabemos que por las obras de la ley nadie será justificado.

Ro 2:14-16; Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Por el contrario, aquéllos que no confían en sí mismos, sino que depositan su esperanza en la misericordia de Dios, serán juzgados según los parámetros del evangelio de la gracia. De manera que los que se arrepienten de sus pecados y ponen su fe en Cristo son justificados por Él, lo cual les garantiza su salvación.  

Y en cuanto a los gentiles que no han podido conocer al Señor Jesucristo, pero creen en Dios, temen su nombre, le obedecen siguiendo los dictados de su conciencia, y lo aman con el mismo amor que tienen por su prójimo, yo no descarto (llámenme hereje si quieren) que Aquél “que juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme al evangelio” los acoja en su reino (1 Co 4:5).  

1 Co 4:5; Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

A éstos, así como a los santos del Antiguo Testamento, es posible que se les aplique el mismo criterio que a los discípulos de Cristo en la valoración de las obras de la ley o buenas obras: que las mismas no determinen si la persona es o no salva, sino que sólo sean tenidas en cuenta para recibir su galardón, la posición que ocupará en el reino (1 Co 3:13-15).

1 Co 3:13-15; ...la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

Que el Señor lo bendiga, querido lector.