30/6/25

Canción de amores

         En este breve estudio voy a meditar sobre el bello Salmo 45.

Sal 45:1; Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.

En este primer versículo David expresa su canto al Rey, el Señor Jesucristo, plenamente consciente de que es dirigido por el Espíritu Santo. Éste llena todo su ser hasta hacerlo rebosar (Lc 6:45). Asimismo guía su pensamiento y deseo de cantarle al Rey, haciendo fluir con facilidad sus palabras. Por tanto es el Espíritu Santo quien realmente habla por boca de David (Fil 2:13).

Lc 6:45 (también Mt 12:34); El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Fil 2:13; ...porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Sal 45:2-5; Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto, Dios te ha bendecido para siempre. 3 Ciñe tu espada sobre el muslo, oh valiente, con tu gloria y con tu majestad. 4 En tu gloria sé prosperado; cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia, y tu diestra te enseñará cosas terribles. 5 Tus saetas agudas, con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.

Esta porción hace referencia a la irrupción en la Tierra de Jesús de Nazaret como el Mesías. En su primera venida nos enseñó, dándonos ejemplo, a vivir en completa dependencia y obediencia a Dios; a servir al prójimo con palabras de divina sabiduría, con humildad, misericordia, verdad y justicia (1 P 2:21-22).

1 P 2:21-22; Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca...

Es el más hermoso de los hijos de los hombres, no porque fuera físicamente el más bello (Is 53:2), sino porque vivió una vida perfecta, sin conocer pecado (Is 53:9). Esta hermosura es la de la santidad, que tanto se menciona en los salmos, y también es la misma que se describe de forma metafórica y poética en Cantares, en relación con Cristo y su esposa.

Is 53:2; Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.

Is 53:9; Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

Por eso fue exaltado por el Padre con toda gloria para siempre; de manera que, tal como aquí se nos muestra, Jesucristo volverá para derrotar a sus enemigos con la Palabra de su poder, someter a todas las naciones, e instaurar su reino: el reino de los cielos (Ap 19:15-16; Sal 2:2-6). Filipenses 2:5-11 es un buen resumen de la manifestación y propósito por el que es enviado Jesús, tanto en su primera como en su segunda venida.

Ap 19:15-16; De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.

Sal 2:2-6; Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: 3 Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. 4 El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. 5 Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. 6 Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte.

Fil 2:5-11; Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Sal 45:6-9; Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino. 7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. 8 Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos; desde palacios de marfil te recrean. 9 Hijas de reyes están entre tus ilustres; está la reina a tu diestra con oro de Ofir.

Aquí podemos visualizar a Jesús en su toma de posesión del reino celestial, que se proyectahacia la Nueva Jerusalén por toda la eternidad. La mención que se hace a la reina que está a su diestra se refiere a su pueblo, que se ha convertido en su esposa (Is 61:10; Ap 19:7-9; 21:2); y las hijas de reyes representan a los salvos de las naciones que, sin ser parte de la Iglesia, sobrevivan a la Gran Tribulación.

Is 61:10 (también Is 49:18); En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.

Ap 19:7-9; Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.

Ap 21:2; Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

El cetro de su reino se caracteriza entre otras cosas por la justicia, que hará que se cumpla (Ap 2:26-27), siendo Él mismo el juez del universo (Jn 5:22,27). Su justicia ya lo acompañó durante su estancia en la Tierra, al no ser concebido en pecado y hacer siempre la voluntad del Padre (2 Co 5:21). Eso lo llevó a morir en expiación por nuestros pecados y a triunfar sobre el diablo y la muerte, pues al ser justo la muerte no lo pudo retener, por lo que al tercer día resucitó. De ahí que en el tiempo presente esté a la diestra del Padre ejerciendo como nuestro sumo sacerdote y abogado defensor (1 Jn 2:1).

Ap 2:26-27 (también el anteriormente citado Ap 19:15); Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro...

Jn 5:22,27; Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo… 27 ...y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.

2 Co 5:21; Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

1 Jn 2:1; Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

Por eso Jesús es ungido en el cielo con ungüentos especialmente finos, a semejanza de la unción reservada a los reyes o al sumo sacerdote. Y es que Él, igual que su precursor y representante Melquisedec, es rey y sacerdote a la vez; o sea, es un rey sacerdotal.

Pero además de rey y sacerdote también fue profeta, reuniendo en su persona tres funciones que normalmente desempeñan las personas por separado (Éx 17:10). Por otra parte, al ser infinitamente sabio y justo, no es necesario un sistema de división de poderes basado en un control mutuo; de manera que también ostenta los tres poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial (Is 33:22).

Éx 17:10; E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado (Moisés era el profeta, Aarón el sacerdote y Hur, de Belén de Judá, el representante de la realeza).

Is 33:22; Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará.

La unción de Cristo con óleo de alegría más que a sus compañeros admite que habrá otras personas de rango inferior a Él que también serán ungidas como reyes y sacerdotes; éstas reinarán y juzgarán con Él, además de ministrar como sacerdotes en el servicio de adoración (Ap 5:9-10; 1 Co 6:2-3).

Ap 5:9-10; ...y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

1 Co 6:2-3; ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?

Pero, ¿quiénes son estas personas? Pues todos los que por creer en su nombre fueron hechos hijos de Dios (Jn 1:12-13). Por tanto somos parte de la familia de Dios y tenemos por hermano a Jesús (He 2:11-14,16-17), quien en su cualidad de postrer Adán nos ha salvado (1 Co 15:21-22) y sigue cuidando de nosotros.

Jn 1:12; Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios...

He 2:11-14,16-17; Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré. 13 Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. 14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo... 16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

1 Co 15:21-22 (también Ro 5:18); Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

Sal 45:10-12; Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; olvida tu pueblo, y la casa de tu padre; 11 y deseará el rey tu hermosura; e inclínate a él, porque él es tu señor. 12 Y las hijas de Tiro vendrán con presentes; implorarán tu favor los ricos del pueblo.

Bajo el antiguo pacto, al remanente fiel de Israel se le llamaba la hija de Sion. Ésta pasó a formar parte de la Iglesia de Cristo, compuesta por judíos y gentiles. Por eso dice el versículo diez: olvida tu pueblo y la casa de tu padre (Hch 10:34-35). De manera que al creer en Jesús y arrepentirnos de nuestros pecados nos hacemos hijos adoptivos de Dios, y por tanto no somos engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios (Jn 1:13).

Hch 10:34-35; Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.

Así que a los verdaderos hijos de Abraham en Cristo su simiente, que también son los verdaderos israelitas o verdaderos judíos, Dios los hace nacer espiritualmente de nuevo, y su verdadera patria ya no es la terrenal sino la celestial. Allí serán de bendición a todas las naciones y también serán bendecidos por ellas.

Sal 45:13-14; Toda gloriosa es la hija del rey en su morada; de brocado de oro es su vestido. 14 Con vestidos bordados será llevada al rey; vírgenes irán en pos de ella, compañeras suyas serán traídas a ti. 15 Serán traídas con alegría y gozo; entrarán en el palacio del rey.

Aquí entramos de lleno en el desposorio de Cristo con su pueblo elegido, tanto el procedente de la nación de Israel como el de las demás naciones de la tierra. Así que la hija de Sion pasa a ser la novia y esposa del Rey, lo cual no significa que se produzca una relación entre iguales, sino de familiares o amigos que disfrutan sirviendo a su Señor (Jn 15:14-15). En sentido amplio, al aceptar a Jesús como nuestro Señor y salvador pasamos a ser familia de Dios con las connotaciones propias de todo tipo de parentesco (Mt 12:50).

Jn 15:14-15; Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

Mt 12:50; Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.

Estos ornamentos y vestiduras reales con que es engalanada la novia van precedidos de vestiduras blancas (Ap 3:5), que son las acciones justas de los santos y representan la pureza y santidad con las que somos revestidos en Cristo, el cual tiene dispuesta para sí una iglesia sin mancha ni arruga (Ef 5:25-27).

Ap 3:5; El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

Ef 5:25-27; Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Sal 45:16-17; En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra. 17 Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones, por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre.

Por tanto su pueblo ocupará una posición privilegiada dentro del reino, y serán de bendición para todos los que entren en él, después de que la Iglesia sea arrebatada. A los príncipes de Israel del antiguo pacto les sucederán los que bajo el nuevo pacto son hechos hijos de Dios, cuya memoria y alabanza de las naciones se perpetuará para siempre en la Nueva Jerusalén.

Sin más, finalizo este estudio con un precioso texto de Isaías que resume el gozo y la gloria de la esposa del Cordero en la Jerusalén celestial.

Is 62:1-2,5,10-12; Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha. 2 Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará… 5 Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo… 10 Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. 11 He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra. 12 Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.