INTRODUCCIÓN
Numerosos textos bíblicos hacen referencia a una batalla que marcará el fin de la era actual y nos introducirá en el reino milenial de Cristo. En esta contienda Israel se verá obligada a enfrentarse militarmente a todas las naciones de la tierra, que la atacarán con un formidable ejército. Es evidente que si no fuera por la ayuda de Dios, quien estará de su parte, no podría defenderse. De hecho la propia Jerusalén será tomada y parcialmente destruida; pero entonces intervendrá el Señor y exterminará a sus enemigos.
Dios puede actuar de tres formas para derrotar a sus adversarios: usando instrumentalmente a su pueblo, interviniendo de modo personal y directo, o mediante una combinación de ambas cosas. Ignoro hasta qué punto empleará un método u otro, ya que en el conjunto de las profecías se afirman ambas cosas. Pero en cualquier caso Dios va a pelear por Israel, tal como lo hizo en el pasado; ya sea proveyéndole todo lo que necesite para que venza al enemigo por su propia mano, o bien mediante una intervención sobrenatural directa (2 Cr 20:17).
2 Cr 20:17; No habrá para que peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.
A juzgar por lo que nos muestran las siguientes porciones, lo más probable es que el Señor intervenga de forma directa para salvar a su pueblo. No obstante, en algún texto, como Mi 4:11-13, se indica que Dios va a usar a Israel en la batalla final contra sus enemigos.
Sal 2:1-6; ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? 2 Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: 3 Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. 4 El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. 5 Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. 6 Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte.
Is 34:1-2,8; Acercaos, naciones, juntaos para oír; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce. 2 Porque Jehová está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las destruirá y las entregará al matadero… 8 Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sion.
Is 63:1-4; ¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar. 2 ¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? 3 He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas. 4 Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado.
Zac 12:2-3,7; He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. 3 Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella… 7 Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.
En esta liberación futura de Israel las naciones verán el cumplimiento de tres verdades que se habían negado a admitir: 1) Luchar contra Israel para destruirla equivale a luchar contra Dios, porque ella es la niña de su ojo (Zac 2:8). 2) Las naciones tomarán la iniciativa de ir contra Jerusalén sin saber que en realidad es Dios quien las reúne allí con un propósito. 3) Este acontecimiento forma parte de la cosecha final, en la que los impíos serán cortados como gavillas para ser quemadas, y como racimos para ser pisoteados en el lagar de la ira de Dios.
ACEPTACIÓN DE JESÚS Y ARREPENTIMIENTO DE ISRAEL
En medio de un corto pero intenso período de angustia causada por la mayor tribulación que conocerá la historia de la humanidad, Israel clamará por socorro a Dios. Éste no sólo les ayudará en batalla, sino que además quitará de sus ojos el velo espiritual que ahora les impide reconocer a Jesús como su Mesías. Entonces se arrepentirán con gran llanto y lamentación, por lo que serán restaurados para poder entrar en el reino de los cielos (Zac 12:10-11).
Zac 12:10-11; Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. 11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido.
El llanto de Hadad-rimón en el valle de Meguido se refiere al duelo de los judíos por la muerte del rey Josías, endecha que luego fue inmortalizada por Jeremías en el libro de las Lamentaciones (2 Cr 35:22-25).
2 Cr 35:22-25 (también 2 R 23:29-30); Mas Josías no se retiró, sino que se disfrazó para darle batalla, y no atendió a las palabras de Necao, que eran de boca de Dios; y vino a darle batalla en el campo de Meguido. 23 Y los flecheros tiraron contra el rey Josías. Entonces dijo el rey a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy gravemente herido. 24 Entonces sus siervos lo sacaron de aquel carro, y lo pusieron en un segundo carro que tenía, y lo llevaron a Jerusalén, donde murió; y lo sepultaron en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías. 25 Y Jeremías endechó en memoria de Josías. Todos los cantores y cantoras recitan esas lamentaciones sobre Josías hasta hoy; y las tomaron por norma para endechar en Israel, las cuales están escritas en el libro de Lamentos.
IMPORTANCIA DEL VALLE DE MEGUIDO
Pero a su vez el valle de Meguido, conocido también como valle de Jezreel o de Esdraelón, se relaciona en la Biblia con un lugar llamado Armagedón, que es una contracción lingüística de monte de Meguido. Este lugar se ubica al norte del territorio occidental de Manasés, al oeste del río Jordán. Es un valle bastante llano y muy fértil, que fue escenario de grandes batallas, y que albergaba la localidad de Meguido y Jezreel, entre otras. Pues bien, según Ap 16:16 en esta zona es donde se van a reunir los reyes de la tierra con sus ejércitos para luchar contra el pueblo de Dios, y por consiguiente contra el mismo Señor, en la batalla que dará paso al reino celestial de Cristo.
Ap 16:13-14,16; Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; 14 pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso... 16 Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
¿EL ANTICRISTO SERÁ DERROTADO EN ARMAGEDÓN, O EN OTRO LUGAR?
Argumento pro Armagedón
El nombre de Armagedón aparece una sola vez en toda la Biblia, concretamente en Ap 16:16. El hecho de que las tropas del Anticristo se reúnan en este lugar para luchar contra el Mesías, y la lógica asociación de este versículo con la narrativa de esta batalla, expuesta en el capítulo 19 de Apocalipsis, hace que la inmensa mayoría de los estudiosos de la Palabra crean sin dudar que es en el valle de Meguido donde será destruido el Anticristo y su ejército; por eso es muy común referirse a este acontecimiento como la batalla del Armagedón (Ap 19:11-16,19-21).
Ap 19:11-16,19-21; Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: el Verbo de Dios. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores… 19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.
Vemos que en el texto anterior no se menciona al pueblo judío como contendiente, sino sólo a Jesucristo y su ejército celestial contra los reyes comandados por la bestia. Así que todo parece indicar que Israel es librado milagrosamente a través de una intervención personal y directa del Señor. En este sentido Apocalipsis 19 se parece bastante a las porciones que reproduje al principio de Sal 2:1-6; Is 34:1-2,8; Is 63:1-4; y Zac 12:2-3,7. Por otra parte tampoco se menciona aquí a Sion o Jerusalén, a diferencia de los textos que expondré a continuación.
Argumento pro entorno de Jerusalén
Para comenzar, examinaremos Jl 3:1-2,11-17. Aquí vemos que las tropas multinacionales del Anticristo se sitúan en el valle de Josafat o valle del Cedrón, en las afueras de Jerusalén al sur, por donde discurre el torrente de Cedrón. Este profundo valle está flanqueado por el monte de los Olivos al este, y por el monte Moriah al oeste. Con él confluye aguas abajo el valle Central y el valle de Hinom o valle de los Hijos de Hinom. El valle Central está ubicado entre el monte Moriah al este y otra colina conocida en la actualidad como monte Sion, al oeste. Por último, el valle de Hinom se extiende desde el oeste del monte Sion hacia el sudeste. Una vez juntos, estos tres valles descienden por el valle de Sitim hasta el mar Salado o mar Muerto (este Sitim es diferente del que está en Moab).
Jl 3:1-2,11-17; Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, 2 reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra... 11 Juntaos y venid, naciones todas de alrededor, y congregaos; haz venir allí, oh Jehová, a tus fuertes. 12 Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. 13 Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos. 14 Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. 15 El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. 16 Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. 17 Y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que habito en Sion, mi santo monte; y Jerusalén será santa, y extraños no pasarán más por ella. 18 Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim.
Tal como sucede en Apocalipsis 19, tampoco se menciona aquí al ejército de Israel. De modo que todo el protagonismo es para el Señor, quien interviene personalmente acompañando su acción de impactantes señales en el cielo y en la tierra. Pero por otra parte, en este texto de Joel hay una diferencia significativa con respecto a Apocalipsis 19. Ésta consiste en que Joel ubica el escenario de la batalla en el valle de Josafat, que está en las afueras de Jerusalén; mientras que en Apocalipsis 19 no se nombra ningún lugar concreto, aunque por asociación con Ap 16:16 la mayoría de los creyentes creen que sucederá en Armagedón o valle de Meguido.
Aparte de estas dos porciones sobre las que acabo de reflexionar, y de otras que también pueden ayudarnos a tener una mejor comprensión de las circunstancias que concurrirán en la venida del Señor, he dejado para el final el texto que me parece más completo y rico en detalles, que se halla en Zac 14.
EL ENRIQUECEDOR TEXTO DE ZACARÍAS 14
En este capítulo hay una amplia variedad de detalles que exceden el objetivo de este estudio, por lo que consideraré sólo los versículos que son indispensables para una mejor comprensión de lo que sucederá en la batalla final de Dios y su pueblo contra el Anticristo. Dejaré, pues, para otra ocasión los cambios que sobrevendrán en la tierra como consecuencia de este gran triunfo del bien sobre el mal.
Zac 14:1-7,12-14; He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. 2 Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. 3 Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. 4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. 5 Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos. 6 Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. 7 Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz... 12 Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca. 13 Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. 14 Y Judá también peleará en Jerusalén.
En primer lugar vemos que en esta porción de Zacarías el conflicto gira en torno a Jerusalén. Ésta es atacada y sometida en parte, yendo la mitad de la población en cautiverio. Pero entonces, en un día extraño que sólo Dios conoce, vendrá Jesucristo con sus santos, tal como se indica en Apocalipsis 19, para liberar a su pueblo con su inmenso poder y grandiosas manifestaciones de señales. Posará sus pies sobre el monte de los Olivos, en el mismo lugar donde había sido alzado al cielo (Hch 1:9-12), y en él se abrirán cuatro brechas de norte a sur y de este a oeste, con dos propósitos: 1) Para que huya su pueblo en dirección a Azal (lugar desconocido que por asociación con otros relatos supongo que es el mar Muerto). 2) Para que el manantial de aguas vivas que saldrá de debajo del templo se extienda hacia el mar Muerto y hacia el mar Mediterráneo.
La victoria de Israel se producirá de manera sobrenatural, pues Dios enviará un fuego consumidor sobre las huestes del mal que disolverá sus carnes, además de generar en ellas un gran pánico, que hará que se maten entre sí. Pero a pesar de esta intervención milagrosa, el Señor no va a eximir a los hombres de guerra de Israel de luchar por la liberación de Jerusalén, sino que deberán hacer la parte que les corresponde como soldados de Dios. Esto lo acredita el versículo 14 (“Y Judá también peleará en Jerusalén”), además de otros textos, como Mi 4:11-13.
Hch 1:9-12; Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. 12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.
Mi 4:11-13; Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion. 12 Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era. 13 Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
CONCLUSIÓN
Considerando todo lo expuesto, me inclino a pensar que la gran batalla final contra el Anticristo no tendrá lugar en el valle de Meguido, sino en Jerusalén. El hecho de que el ejército enemigo se reúna en Armagedón, podría ser para agrupar las tropas que vendrán de todas las naciones, y desde allí marchar contra Jerusalén.
He procurado ensamblar las piezas de este rompecabezas que se encuentra repartido en diferentes relatos proféticos; pero no quiero ser dogmático, pues en temas tan complejos como éste, siempre suele quedar algún cabo suelto. Un ejemplo de esto es Zac 12:7, para el cual no hallo una respuesta satisfactoria sobre cuándo y cómo se llevará a cabo la liberación de Judá. Por eso estaré atento a cualquier sugerencia que me hagan, o a algún nuevo aprendizaje sobre este asunto.
Zac 12:7; Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.
Que el Señor sacie nuestra hambre y sed de su Palabra, y nos la haga entender cada día un poco más.
Bendiciones en Cristo.