Sobre la figura de Samuel podrían escribirse ríos de tinta. Sin embargo mi objetivo en este estudio no es hacer un resumen de su vida y hechos, sino reflexionar sólo sobre ciertos detalles de su vida poco conocidos, así como sobre su trascendencia histórica para Israel, y por extensión para todos los seguidores de Cristo.
SU NACIMIENTO
Por la Palabra conocemos el vivo deseo que tenía Ana, la más querida de las esposas de Elcana, de tener un hijo varón, siendo estéril. Asimismo podemos recordar su voto de consagrarlo desde niño a Dios, si se compadecía de ella y le daba el hijo que le pedía. Y finalmente conocemos la respuesta de Dios a las oraciones de esta mujer atribulada de espíritu.
En este apartado de la historia de Samuel hay dos aspectos sobre los que quiero reflexionar: 1) La generosa respuesta de Dios a Ana, que superó cualquier expectativa; y 2) Su actitud de plena adoración a Dios.
En relación con el primer punto, vemos que Dios no se conformó con darle un hijo cualquiera a Ana, sino que le dio el mejor hijo posible (Ef 3:20), alguien que viviría en obediencia e íntima comunión con Dios; alguien que cubriría la transición entre el periodo del reinado de Dios en Israel por medio de jueces, y el de un rey humano, como las demás naciones; alguien que, además de intercesor y fiel profeta, fue juez sobre Israel (1 S 7:8-9,13,15) y ungidor de reyes (1 S 9:15-16; 10:1; 16:13); en resumen, uno de los más grandes en la historia del pueblo de Dios (Jer 15:1).
Ef 3:20-21; Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros…
1 S 7:8-9; Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos. 9 Y Samuel tomó un cordero de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová; y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó.
1 S 7:13,15; Así fueron sometidos los filisteos, y no volvieron más a entrar en el territorio de Israel; y la mano de Jehová estuvo contra los filisteos todos los días de Samuel… 15 Y juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que vivió.
1 S 9:15-16; Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo: 16 Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí.
1 S 10:1; Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?
1 S 16:13; Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.
Jer 15:1 (mención similar a ésta con respecto a Noé, Daniel y Job en Ez 14:14); Me dijo Jehová: Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo; échalos de mi presencia, y salgan.
En cuanto a la actitud de Ana, es impactante su agradecimiento y entrega a Dios, renunciando al pleno disfrute de alguien tan deseado y querido como fue su primer hijo (después tendría más, como puede apreciarse en 1 S 2:21). La fiel adoración de Ana se concreta en amar a Dios en primer lugar (Mt 22:36-40), ofreciéndole lo mejor, lo más valioso.
1 S 2:21; Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.
Mt 22:36-40; Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Fiel expresión del agradecimiento a Dios por parte de Ana es la oración que brota como un cántico desde lo más profundo de su corazón. Declaraciones poéticamente tan bellas, incluyendo profecías (1 S 2:10), sólo pueden ser pronunciadas bajo la guía y el poder del Espíritu Santo.
1 S 2:10; Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, dará poder a su Rey, y exaltará el poderío de su Ungido (clara referencia al Señor Jesucristo).
SUS ORÍGENES
Escudriñando la Biblia, en el capítulo seis de Éxodo y en el seis de 1 Crónicas, llego a la conclusión de que Samuel era levita, aunque no de la casta sacerdotal (Éx 6:16,18,21,24; 1 Cr 6:22,27-28,33-34,37-38).
Éx 6:16,18,21,24; Estos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes: Gersón, Coat y Merari… 18 Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel... 21 Los hijos de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri… 24 Los hijos de Coré: Asir, Elcana y Abiasaf. Estas son las familias de los coreítas.
1 Cr 6:22,27-28,33-34,37-38; Los hijos de Coat: Aminadab (llamado Izhar en Éx 6:18 y en 1 Cr 6:2,38) su hijo, Coré su hijo, Asir su hijo… 27 Eliab su hijo, Jeroham su hijo, Elcana su hijo. 28 Los hijos de Samuel: el primogénito Vasni (llamado Joel en 1 Cr 6:33 y en 1 S 8:2), y Abías… 33 Estos, pues, con sus hijos, ayudaban: de los hijos de Coat, el cantor Hemán hijo de Joel, hijo de Samuel, 34 hijo de Elcana, hijo de Jeroham… 37 ...hijo de Coré, 38 hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, hijo de Israel.
Precisamente porque Samuel era levita le estaba permitido legalmente servir en el templo de Jehová en Silo, a donde había sido trasladado el tabernáculo del testimonio y el arca de Dios en aquellos días. Esto nos muestra, entre otras cosas, que quien ordenó toda la creación es un Dios de orden y no de confusión (1 Co 14:32-33,39-40); por eso puso como sirviente del templo a un hombre de la tribu que había sido apartada para Él y no de cualquier otra tribu, conforme a su voluntad expresada en la ley de Moisés.
1 Co 14:32-33,39-40; Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; 33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz… 39 Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; 40 pero hágase todo decentemente y con orden.
Así que para determinar la genealogía de Samuel me he basado en Éx 6, 1 Cr 6, y 1 S 8:2. Para ello he seguido las primeras y las últimas generaciones de Samuel, omitiendo por innecesarias muchas generaciones intermedias. De manera que parte de su árbol genealógico desde Leví, comienza por Coat, Izhar, Coré, Asir,… y termina por Eliab, Jeroham, Elcana y Samuel. A éste le sucedió su hijo Joel, que engendró a Hemán, al cual Dios le dio el don de cantar profetizando en el servicio de adoración en el tabernáculo y después en el templo.
SAMUEL DESCENDIENTE DE LEVÍ Y CORÉ
El hecho de que Samuel proceda de Coré es una prueba contundente de que Dios no hace acepción de personas y que, por tanto, los hijos no tienen que pagar por los pecados de sus padres, sino en todo caso pagarán por sus propios pecados, tal como expuse en mis dos últimos estudios (Nm 16:1-2, 26:9-11).
Nm 16:1-2; Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente, 2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre.
Nm 26:9-11; Y los hijos de Eliab: Nemuel, Datán y Abiram. Estos Datán y Abiram fueron los del consejo de la congregación, que se rebelaron contra Moisés y Aarón con el grupo de Coré, cuando se rebelaron contra Jehová; 10 y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos cincuenta varones, para servir de escarmiento. 11 Mas los hijos de Coré no murieron.
Luego debido al justo proceder de Dios, Israel pudo beneficiarse de personas tan íntegras como Samuel (1 S 2:26; 3:19-21; 12:3-5), o su nieto Hemán. ¡A Dios sea toda la gloria!
1 S 2:26; Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres.
1 S 3:19-21; Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. 20 Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová. 21 Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo por la palabra de Jehová.
1 S 12:3-5; Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho para cegar mis ojos con él; y os lo restituiré. 4 Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre. 5 Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado cosa alguna en mi mano. Y ellos respondieron: Así es.
El hecho de que Samuel no dejara caer a tierra ninguna de las palabras que Dios le dio, como hemos visto en 1 S 3:19, es de tremenda importancia. En efecto, es fácil endulzar el oído con palabras que a los oyentes les gusta oír, cediendo así a la presión del pueblo, mintiendo y haciéndose cómplices de sus pecados; pero es difícil y desagradable transmitir mensajes que sus destinatarios no quieren oír (Is 30:9-10).
Is 30:9-10; Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; 10 que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras...
Así que, a diferencia de otros falsos profetas, muy abundantes en la historia de Israel (Jer 23:16-17,31-32; Ez 13:2-3,10), Samuel no se abstuvo de dar malas noticias a Elí y Saúl, cuando Dios les anunció que serían cortados del sacerdocio y el reino respectivamente, a causa de su infidelidad (1 S 2:30; 13:13-14; 15:23,27-28).
Jer 23:16-17,31-32; Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. 17 Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros... 31 Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho. 32 He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.
Ez 13:2-3,10 (también Jer 6:14 y otros); Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de Jehová. 3 Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!… 10 Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto...
1 S 2:30-31; Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice (al juez y sumo sacerdote Elí): Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. 31 He aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa.
1 S 13:13-14; Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
1 S 15:23,27-28; Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey… 27 Y volviéndose Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y éste se rasgó. 28 Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú.
EL FINAL DE LA VIDA DE SAMUEL
Ahora bien, la justicia divina, igual que su Palabra, es como una espada de doble filo, en el sentido de que recompensa las buenas acciones de los hombres y castiga las malas, sin hacer acepción de personas (Ro 11:22). Luego los hijos malvados que suceden a padres de conducta intachable no están excluidos, por lo que un día tendrán que dar cuenta a Dios por sus propios actos. Y esa era precisamente la condición de los hijos de Samuel (1 S 8:1-3), los cuales se alejaron por completo del ejemplo de su padre, como le ocurrió a muchos otros antes y después de ellos.
Ro 11:22; Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
1 S 8:1-3; Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. 2 Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. 3 Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.
Así que después de toda una vida de total entrega a Dios desde su tierna infancia, Samuel envejeció como todo ser humano, hasta que le llegó el día de su muerte (1 S 25:1). Recordemos que antes de que Samuel naciese su madre hizo voto de consagrarlo a Dios como nazareo, con las exigencias y privaciones que eso conllevaba. Y aunque el nazareato suele ser temporal, en el caso de Samuel fue vitalicio, conforme a la promesa que su madre había hecho (1 S 1:11).
1 S 25:1 (también 1 S 28:3); Murió Samuel, y se juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá.
1 S 1:11; E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
Tras una vida muy intensa, creo que en su vejez Samuel debió pensar sobre su partida de modo parecido al del apóstol Pablo, con el que sin duda se habría identificado (Ro 14:8; 2 Ti 4:6-8).
Ro 14:8; Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
2 Ti 4:6-8; Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. 7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Sin más, me despido de ustedes, queridos lectores, deseándoles que hayan disfrutado el contenido de este estudio tanto como yo. Que el Señor continúe derramando sus bendiciones sobre nuestras vidas.
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