Textos
básicos:
Jn 6:25-27,32-34,48-54,59-63.
25
Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo
llegaste acá? 26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto
os digo que me buscáis, no porque habéis visto las
señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27 Trabajad,
no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna
permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a
éste señaló Dios el Padre.
32
Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio
Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del
cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y
da vida al mundo. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca
tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
48
Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná
en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del
cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo
que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la
vida del mundo. 52 Entonces los judíos contendían entre
sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53 Jesús
les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del
Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le
resucitaré en el día postrero.
59
Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. 60 Al
oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra;
¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que
sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os
ofende? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde
estaba primero? 63 El espíritu es el que da vida; la carne
para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu
y son vida.
CUESTIÓN
PREVIA A DILUCIDAR
En
todas las ocasiones en que escuché a algún hermano exponer el
versículo 26 (Respondió Jesús y les dijo: De
cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto
las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis),
se explica que después del milagro de la multiplicación de los
cinco panes y los dos peces (Mt.14:13-21; Mr.
6:30-44; Lc. 9:10-17; Jn. 6:1-14)
para
dar de comer a cinco mil personas sin contar las mujeres y los niños,
la gente seguía a Jesús por la comida, ya que en aquellos días
muchos padecían escasez de alimentos.
Es
posible que después de haber presenciado este gran milagro u oído
hablar de él, la principal motivación de algunos fuese la de
recibir alimento físico gratis. Sin embargo opino que ese no era el
sentir general de la multitud, dado que ésta siguió a Jesús hasta
un lugar desierto sin
saber que iban a recibir comida.
Además
vemos en los cuatro evangelios que a Jesús lo seguían multitudes
antes, durante y después de esta multiplicación de panes y peces.
Aunque cada individuo podía tener una motivación diferente, lo que
motivaba a la mayoría a seguir a Jesús era:
1)
Las señales de sanidad realizadas, tal como se nos dice en este
mismo capítulo, concretamente en Jn 6:1-2, justo
antes de que se produjese dicho milagro (Después de
esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y
le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en
los enfermos).
2)
Oír la Palabra de Dios (Aconteció que estando Jesús junto al
lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para
oír la palabra de Dios. Lc 5:1).
Lc
5:15; Pero su fama se extendía más y más; y se reunía
mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
ALIMENTACIÓN
CORPORAL VS ESPIRITUAL
Por
eso, basándome en lo que acabo de exponer, entiendo que Jesús nos
está comunicando que es Él mismo y su Palabra lo que sacia el
hambre espiritual de la gente (Jesús
les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene,
nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás;
Jn 6:35).
De ahí la afirmación de Jesús “me
buscáis, no porque habéis visto las señales, sino
porque comisteis el pan y os saciasteis”,
ya
que efectivamente ellos fueron a Jesús y quedaron
espiritualmente saciados. En esa misma línea cuando les dice
“Trabajad,
no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna
permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará”
(Jn 6:27) creo
que está utilizando la comida física que les proporcionó
milagrosamente en esa ocasión para referirse a la comida espiritual,
que Él provee también para vida eterna.
Para
mí no es difícil imaginar el inmenso gozo que debía producir
escuchar a Jesús en persona. No es de extrañar que perdieran la
noción del tiempo por lo bien que se sentían y no se dieran cuenta,
o no les importara, que ya empezara a oscurecer y se encontraran en
un lugar alejado y sin comida.
Jn
7:46; Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno
ha hablado como este hombre!
Mt
7:28-29; Y cuando terminó Jesús estas palabras, la
gente se admiraba de su doctrina; 29 porque les enseñaba como quien
tiene autoridad, y no como los escribas.
COSAS
MATERIALES PARA ILUSTRAR VERDADES ESPIRITUALES
Jesús
utilizó frecuentemente parábolas y metáforas para ayudarnos a
comprender y recordar sus enseñanzas. Esta porción seleccionada del
evangelio de Juan es sólo una pequeña muestra de textos bíblicos
que incluyen frases y términos con un significado simbólico. Por
tanto en ciertas ocasiones el significado de palabras tales como
comer, pan, carne, sangre,
etc, se ha de discernir espiritualmente. (Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente. 1 Co 2:14).
Al
respecto me viene a la memoria la siguiente porción de Mateo, que
corrobora e ilustra el versículo que acabo de mencionar.
Mt
16:5-12; Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado
de traer pan. 6 Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de
los fariseos y de los saduceos. 7 Ellos pensaban dentro de sí,
diciendo: Esto dice porque no trajimos pan. 8 Y entendiéndolo Jesús,
les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe,
que no tenéis pan? 9 ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los
cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis?
10 ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas
recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no fue por
el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y
de los saduceos? 12 Entonces entendieron que no les había dicho que
se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los
fariseos y de los saduceos.
COMER
A CRISTO PARA QUE NOS TRANSFORME A SU IMAGEN
Comer
algo nos lleva a la forma más completa de asimilación. Mediante
este proceso los alimentos entran en el torrente sanguíneo
transformados en proteínas, sales, vitaminas, etc, pasando a formar
parte de nosotros mismos. La asimilación de los alimentos representa
la unión más íntima posible entre dos cuerpos. De ahí que Jesús
echara mano de esta metáfora.
Por
otra parte el pan es representativo de todos los alimentos. Cuando
pedimos al Padre que nos dé “el pan nuestro de
cada día”, le
estamos pidiendo que satisfaga nuestra necesidad de alimentos. Y el
acto de comer, en sentido espiritual, representa la asimilación de
la Palabra, así como la identificación y unión íntima con Cristo.
LA
OBEDIENCIA ES UN FIEL INDICADOR DE LA FE Y EL AMOR A DIOS
Pero
asimilar la Palabra debe traducirse necesariamente en poner en
práctica sus enseñanzas y obedecer sus mandatos. Nuestra
identificación con Jesús conlleva imitar su ejemplo.
Y
es que Jesús es nuestro maestro por excelencia, el Maestro. Predicó
con palabras, pero lo hizo además -he ahí la diferencia con
cualquier otro ser humano- con el ejemplo de una vida perfecta. Para
el hombre en general, “del dicho al hecho hay un
trecho”, pero
no para Jesús, cuyos hechos respaldaron total y absolutamente sus
palabras. Jamás se halló en Él ninguna contradicción, incoherencia, o
engaño; fue, pues, perfecto.
EL
VERBO O PALABRA DE DIOS ES EL MISMO HIJO DE DIOS HECHO HOMBRE
Cristo
es el Verbo o Palabra de Dios (En el principio era
el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Jn 1:1). Es
la revelación expresa de Dios al hombre, que va más allá de la
revelación natural, claramente visible a través de las maravillas
de la Creación (Porque las cosas
invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de
las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Ro 1:20).
CONSIDERACIONES
SOBRE EL SIGNIFICADO GRAMATICAL DE UN VERBO
En
el lenguaje humano, un verbo es una palabra que expresa un concepto
referido a una existencia, estado o acción. Los verbos “ser”
y
“estar”
indican
la existencia o estado de algo o alguien, mientras que todos los
demás verbos expresan una acción, la cual puede ser impersonal (por
ejemplo “llueve”)
o relativa a uno o varios sujetos. Los nombres o sustantivos, a
diferencia de los verbos, indican sujetos y objetos o lo que es lo
mismo, personas y cosas. Ambas clases de palabras, sustantivos y
verbos son fundamentales en la construcción de las lenguas, aunque
es evidente que se necesitan otras muchas clases de palabras para una
óptima comunicación. Los verbos relacionan sujetos entre sí o con
objetos, indicando los modos y el tiempo en que se desarrolla la
acción. No
es posible emitir una oración o enunciado sin la utilización de un
verbo.
PERTINENCIA
DEL VERBO COMO ATRIBUTO ESENCIAL DE LA DIVINIDAD
Por
eso creo que no es casualidad que a Dios Hijo se le llame el Verbo, o
que Dios se presente como el “Yo Soy”, que
es una denominación formada por un verbo. El Verbo o Palabra de Dios
es consustancial con la persona de Cristo, figura central en la
Palabra y clave en el Plan de Redención. Mediante una orden o
mandato de la Palabra de Dios, es decir, del Verbo que un día se
hizo carne, fueron creadas todas las cosas. El Verbo tiene todo el
poder del omnipotente Dios para crear, destruir, sustentar y
transformar absolutamente todo.
Jn
1:1-3; En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con
Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él
nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Col
1:16-17; Porque en él fueron creadas todas las cosas, las
que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es
antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.
Ap
1:8; Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el
que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
COMER
SU PALABRA EQUIVALE A COMER SU CUERPO Y SANGRE
Volviendo
a retomar el tema, comer por lo tanto a Jesús en sentido figurado,
equivale a comer su Palabra, ya que la carne para nada aprovecha. Lo
que nos es realmente provechoso son las palabras de Jesús, que son
espíritu y son vida. Hemos de tener en cuenta que el espíritu es el
que da vida.
Jn
6:54,63; 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna;
y yo le resucitaré en el día postrero… 63 El espíritu
es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo
os he hablado son espíritu y son vida.
Ez
3:1-3 (ver
también Ap 10:8-11); Me dijo: hijo de hombre, come
lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de
Israel. 2 Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. 3
Y me dijo: hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus
entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue
en mi boca dulce como miel.
Stg
2:26; Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto,
así también la fe sin obras está muerta.
Ez
37:4-10; 4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles:
Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así ha dicho
Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu
en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré tendones sobre
vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel,
y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy
Jehová. 7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido
mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los
huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí
tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima
de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza
al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha
dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y
sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había
mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y
estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
RECOMENDACIONES
PARA UNA BUENA ALIMENTACIÓN
Del
mismo modo que en la alimentación corporal es importante una dieta
sana y equilibrada, también en la espiritual.
1
P 2:1-2; Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía,
envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños
recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para
que por ella crezcáis para salvación
1
Co 3:1-3; De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como
a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os
di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois
capaces todavía, 3 porque aún sois carnales; pues
habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales, y andáis como hombres?
He
5:12-14; Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo,
tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los
primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis
llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento
sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la
palabra de justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es
para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen
los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
A
diferencia de la alimentación corporal, en la cual no es sano comer
hasta llenarnos, en la espiritual debemos procurar llenarnos; cuanto
más, mejor, como nos exhorta Pablo en Ef 5:18 “No
os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed
llenos del Espíritu”
y
como ocurría a los discípulos en Hch 13:52 “Y
los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”.
(Ver
también Hch 2:1-4; Hch 4:31; Hch 6:3).
En
la medida en que nos alimentamos de cosas vanas, dejamos menos
espacio para llenarnos del Espíritu de Dios, por lo que nuestro
fruto tenderá a ser más carnal. Consecuentemente cada uno de
nosotros debe reflexionar sobre qué cosas nos ocupan más tiempo o
de qué nos llenamos más ¿Cuáles son en la práctica cotidiana
nuestras prioridades? ¿Es Dios lo primero en nuestras vidas de una
forma no meramente teórica sino real? ¿Dedicamos nuestra vida a
servir a Dios con nuestro trabajo, estudio o cualquier otra
actividad? ¿Apartamos un tiempo para la oración?
LA
ORACIÓN PARA OBTENER SUSTENTO CORPORAL Y ESPIRITUAL
A
mi entender la oración no consiste sólo en hablar con Dios, sino
también en escuchar a Dios. Podemos escucharlo por los distintos
medios o canales que Él puede utilizar para hablarnos. Dios puede
hablarnos, tal como vemos en su Palabra, con voz audible, en sueños,
por medio de ángeles, por medio de un animal (caso de Balaam), por
sus siervos los profetas, por otros hermanos e incluso en ocasiones
por personas no creyentes. Pero, sin duda, los principales medios que
nos van a permitir comunicarnos con Dios y escuchar su voz para poder
hacer su voluntad son respectivamente la oración, y la lectura y
meditación de su Palabra.
Mediante
la oración podemos pedir a Dios con fe en el nombre de Cristo,
sabiendo que Él provee para todas nuestras necesidades conforme a su
voluntad, la cual es agradable y perfecta.
Jn
16:23-24; ...De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis
al Padre en mi nombre, os lo dará. 24 Hasta ahora nada habéis
pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea
cumplido.
Mt
6:11; El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Mediante
la Palabra de Dios podemos conocer su voluntad para obedecerle.
El
Señor sacia nuestra hambre y sed, y abundante bendición hay en Él
¡Aleluya!
Sin alimentación es imposible subsistir; sin el Verbo o Hijo de Dios no hay vida eterna. Tenemos que masticar bien la Palabra para digerir mejor el alimento espiritual que nos ofrece.
ResponderEliminar