13/6/17

La alimentación



Textos básicos: Jn 6:25-27,32-34,48-54,59-63.
25 Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? 26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. 52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. 60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
CUESTIÓN PREVIA A DILUCIDAR
En todas las ocasiones en que escuché a algún hermano exponer el versículo 26 (Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis), se explica que después del milagro de la multiplicación de los cinco panes y los dos peces (Mt.14:13-21; Mr. 6:30-44; Lc. 9:10-17; Jn. 6:1-14) para dar de comer a cinco mil personas sin contar las mujeres y los niños, la gente seguía a Jesús por la comida, ya que en aquellos días muchos padecían escasez de alimentos.
Es posible que después de haber presenciado este gran milagro u oído hablar de él, la principal motivación de algunos fuese la de recibir alimento físico gratis. Sin embargo opino que ese no era el sentir general de la multitud, dado que ésta siguió a Jesús hasta un lugar desierto sin saber que iban a recibir comida.
Además vemos en los cuatro evangelios que a Jesús lo seguían multitudes antes, durante y después de esta multiplicación de panes y peces. Aunque cada individuo podía tener una motivación diferente, lo que motivaba a la mayoría a seguir a Jesús era:
1) Las señales de sanidad realizadas, tal como se nos dice en este mismo capítulo, concretamente en Jn 6:1-2, justo antes de que se produjese dicho milagro (Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos).
2) Oír la Palabra de Dios (Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Lc 5:1).
Lc 5:15; Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
ALIMENTACIÓN CORPORAL VS ESPIRITUAL
Por eso, basándome en lo que acabo de exponer, entiendo que Jesús nos está comunicando que es Él mismo y su Palabra lo que sacia el hambre espiritual de la gente (Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás; Jn 6:35). De ahí la afirmación de Jesús “me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis, ya que efectivamente ellos fueron a Jesús y quedaron espiritualmente saciados. En esa misma línea cuando les diceTrabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará(Jn 6:27) creo que está utilizando la comida física que les proporcionó milagrosamente en esa ocasión para referirse a la comida espiritual, que Él provee también para vida eterna.
Para mí no es difícil imaginar el inmenso gozo que debía producir escuchar a Jesús en persona. No es de extrañar que perdieran la noción del tiempo por lo bien que se sentían y no se dieran cuenta, o no les importara, que ya empezara a oscurecer y se encontraran en un lugar alejado y sin comida.
Jn 7:46; Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!
Mt 7:28-29; Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
COSAS MATERIALES PARA ILUSTRAR VERDADES ESPIRITUALES
Jesús utilizó frecuentemente parábolas y metáforas para ayudarnos a comprender y recordar sus enseñanzas. Esta porción seleccionada del evangelio de Juan es sólo una pequeña muestra de textos bíblicos que incluyen frases y términos con un significado simbólico. Por tanto en ciertas ocasiones el significado de palabras tales como comer, pan, carne, sangre, etc, se ha de discernir espiritualmente. (Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 1 Co 2:14). Al respecto me viene a la memoria la siguiente porción de Mateo, que corrobora e ilustra el versículo que acabo de mencionar.
Mt 16:5-12; Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado de traer pan. 6 Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos. 7 Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan. 8 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? 9 ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? 10 ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? 12 Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.
COMER A CRISTO PARA QUE NOS TRANSFORME A SU IMAGEN
Comer algo nos lleva a la forma más completa de asimilación. Mediante este proceso los alimentos entran en el torrente sanguíneo transformados en proteínas, sales, vitaminas, etc, pasando a formar parte de nosotros mismos. La asimilación de los alimentos representa la unión más íntima posible entre dos cuerpos. De ahí que Jesús echara mano de esta metáfora.
Por otra parte el pan es representativo de todos los alimentos. Cuando pedimos al Padre que nos dé el pan nuestro de cada día”, le estamos pidiendo que satisfaga nuestra necesidad de alimentos. Y el acto de comer, en sentido espiritual, representa la asimilación de la Palabra, así como la identificación y unión íntima con Cristo.
LA OBEDIENCIA ES UN FIEL INDICADOR DE LA FE Y EL AMOR A DIOS
Pero asimilar la Palabra debe traducirse necesariamente en poner en práctica sus enseñanzas y obedecer sus mandatos. Nuestra identificación con Jesús conlleva imitar su ejemplo.
Y es que Jesús es nuestro maestro por excelencia, el Maestro. Predicó con palabras, pero lo hizo además -he ahí la diferencia con cualquier otro ser humano- con el ejemplo de una vida perfecta. Para el hombre en general, “del dicho al hecho hay un trecho”, pero no para Jesús, cuyos hechos respaldaron total y absolutamente sus palabras. Jamás se halló en Él ninguna contradicción, incoherencia, o engaño; fue, pues, perfecto.
EL VERBO O PALABRA DE DIOS ES EL MISMO HIJO DE DIOS HECHO HOMBRE
Cristo es el Verbo o Palabra de Dios (En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Jn 1:1). Es la revelación expresa de Dios al hombre, que va más allá de la revelación natural, claramente visible a través de las maravillas de la Creación (Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Ro 1:20).
CONSIDERACIONES SOBRE EL SIGNIFICADO GRAMATICAL DE UN VERBO
En el lenguaje humano, un verbo es una palabra que expresa un concepto referido a una existencia, estado o acción. Los verbos ser” y estar” indican la existencia o estado de algo o alguien, mientras que todos los demás verbos expresan una acción, la cual puede ser impersonal (por ejemplo llueve”) o relativa a uno o varios sujetos. Los nombres o sustantivos, a diferencia de los verbos, indican sujetos y objetos o lo que es lo mismo, personas y cosas. Ambas clases de palabras, sustantivos y verbos son fundamentales en la construcción de las lenguas, aunque es evidente que se necesitan otras muchas clases de palabras para una óptima comunicación. Los verbos relacionan sujetos entre sí o con objetos, indicando los modos y el tiempo en que se desarrolla la acción. No es posible emitir una oración o enunciado sin la utilización de un verbo.
PERTINENCIA DEL VERBO COMO ATRIBUTO ESENCIAL DE LA DIVINIDAD
Por eso creo que no es casualidad que a Dios Hijo se le llame el Verbo, o que Dios se presente como el Yo Soy”, que es una denominación formada por un verbo. El Verbo o Palabra de Dios es consustancial con la persona de Cristo, figura central en la Palabra y clave en el Plan de Redención. Mediante una orden o mandato de la Palabra de Dios, es decir, del Verbo que un día se hizo carne, fueron creadas todas las cosas. El Verbo tiene todo el poder del omnipotente Dios para crear, destruir, sustentar y transformar absolutamente todo.
Jn 1:1-3; En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Col 1:16-17; Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.
Ap 1:8; Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
COMER SU PALABRA EQUIVALE A COMER SU CUERPO Y SANGRE
Volviendo a retomar el tema, comer por lo tanto a Jesús en sentido figurado, equivale a comer su Palabra, ya que la carne para nada aprovecha. Lo que nos es realmente provechoso son las palabras de Jesús, que son espíritu y son vida. Hemos de tener en cuenta que el espíritu es el que da vida.
Jn 6:54,63; 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero… 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Ez 3:1-3 (ver también Ap 10:8-11); Me dijo: hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. 2 Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. 3 Y me dijo: hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.
Stg 2:26; Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Ez 37:4-10; 4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. 7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
RECOMENDACIONES PARA UNA BUENA ALIMENTACIÓN
Del mismo modo que en la alimentación corporal es importante una dieta sana y equilibrada, también en la espiritual.
1 P 2:1-2; Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación
1 Co 3:1-3; De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
He 5:12-14; Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
A diferencia de la alimentación corporal, en la cual no es sano comer hasta llenarnos, en la espiritual debemos procurar llenarnos; cuanto más, mejor, como nos exhorta Pablo en Ef 5:18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu y como ocurría a los discípulos en Hch 13:52 “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo. (Ver también Hch 2:1-4; Hch 4:31; Hch 6:3).
En la medida en que nos alimentamos de cosas vanas, dejamos menos espacio para llenarnos del Espíritu de Dios, por lo que nuestro fruto tenderá a ser más carnal. Consecuentemente cada uno de nosotros debe reflexionar sobre qué cosas nos ocupan más tiempo o de qué nos llenamos más ¿Cuáles son en la práctica cotidiana nuestras prioridades? ¿Es Dios lo primero en nuestras vidas de una forma no meramente teórica sino real? ¿Dedicamos nuestra vida a servir a Dios con nuestro trabajo, estudio o cualquier otra actividad? ¿Apartamos un tiempo para la oración?
LA ORACIÓN PARA OBTENER SUSTENTO CORPORAL Y ESPIRITUAL
A mi entender la oración no consiste sólo en hablar con Dios, sino también en escuchar a Dios. Podemos escucharlo por los distintos medios o canales que Él puede utilizar para hablarnos. Dios puede hablarnos, tal como vemos en su Palabra, con voz audible, en sueños, por medio de ángeles, por medio de un animal (caso de Balaam), por sus siervos los profetas, por otros hermanos e incluso en ocasiones por personas no creyentes. Pero, sin duda, los principales medios que nos van a permitir comunicarnos con Dios y escuchar su voz para poder hacer su voluntad son respectivamente la oración, y la lectura y meditación de su Palabra.
Mediante la oración podemos pedir a Dios con fe en el nombre de Cristo, sabiendo que Él provee para todas nuestras necesidades conforme a su voluntad, la cual es agradable y perfecta.
Jn 16:23-24; ...De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. 24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
Mt 6:11; El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Mediante la Palabra de Dios podemos conocer su voluntad para obedecerle.
El Señor sacia nuestra hambre y sed, y abundante bendición hay en Él ¡Aleluya!


1 comentario:

  1. Sin alimentación es imposible subsistir; sin el Verbo o Hijo de Dios no hay vida eterna. Tenemos que masticar bien la Palabra para digerir mejor el alimento espiritual que nos ofrece.

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