25/6/17

Esfuérzate en la gracia



2 Ti 2:1-6; Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.

TRABAJO Y LUCHA SON COMPATIBLES CON GOZO Y DESCANSO

Todo lo que vale la pena en la vida normalmente exige esfuerzo. Aunque los creyentes en Cristo hemos sido salvados por gracia, para andar conforme a la voluntad de Dios tenemos que esforzarnos. No tenemos más remedio que hacerlo; 2 Ti 2:1 y otras porciones de la Palabra nos lo dejan bien claro. Recordemos que ya en Gn 3:19 Dios le dijo a Adán que con el sudor de su rostro comería el pan.

Que hayamos sido salvados y tengamos bellas promesas para el futuro es un gran motivo de gozo. Pero eso no quita que tengamos que trabajar ardua y pacientemente para obtener nuestro galardón cuando comparezcamos ante el tribunal de Cristo, de modo similar al trabajo del labrador para obtener los frutos. A pesar del trabajo que tenemos por delante, podemos descansar en Jesús en gran medida, porque su carga es ligera. También podemos disponer de periodos de disfrute, sin perder de vista que el descanso y la felicidad plena no los vamos a encontrar aquí y ahora, sino en nuestra posterior vida celestial.

En 2 Ti 2:3-5 vemos que también se compara al creyente con un soldado y con un atleta. Ambas actividades requieren lucha, disciplina, sacrificio y renuncia. Si nos dejamos arrastrar por nuestros apetitos carnales nada de esto nos gusta, pero entonces dejaríamos de ser personas. Aun los animales necesitan esforzarse en cazar y buscar alimentos para ellos y sus crías si quieren sobrevivir, y nosotros en ese sentido no somos muy diferentes. Así que todas las personas en mayor o menor medida nos vemos obligadas a luchar contra las adversidades de la vida.

LA VIDA ES UN CONTINUO APRENDIZAJE: IMPORTANCIA DE LA INSTRUCCIÓN

Podemos y debemos aprender de nuestra propia experiencia, así como de la ajena y de los conocimientos de otros. Tal como nos muestra 2 Ti 2:2, necesitamos recibir las enseñanzas de otras personas para nuestro provecho y para que las podamos a su vez transmitir. Nadie nace aprendido y nadie debe dejar de aprender hasta que muera. En la Biblia tenemos numerosos ejemplos de personas que aprovecharon bien las enseñanzas de sus predecesores, como es el caso de Josué que acompañó fielmente a Moisés, Eliseo aprendiendo de Elías, Esther de Mardoqueo, los apóstoles de Jesús, etc.

Ahora bien, por el simple hecho de que hay personas que tienen necesidad de aprender, tiene que haber otras capacitadas para enseñar. Es ésta una ley natural que se aplica a todos los seres que se mueven sobre la faz de la Tierra. En efecto, tanto el ser humano como el resto de animales necesitamos no sólo un periodo de crecimiento y maduración física, sino también una fase específica de preparación para aprender a desenvolvernos en la vida con cierta garantía de éxito.

DESTINADOS A DAR BUEN FRUTO PARA LA GLORIA DE DIOS

Dios creó todas las cosas como Él quiso y cada una con un propósito. En la creación todo tiene su porqué, cada cosa está destinada a algo según su naturaleza. Por otra parte, todos los seres vivos en general, sean plantas, animales o personas, producen frutos, que pueden ser buenos o malos. A diferencia del resto de los animales, el ser humano es capaz de planificar acciones, de trazar metas y objetivos, los cuales pueden o no estar de acuerdo con la voluntad de Dios.

El superior destino de todas las personas, como del resto de la Creación, es glorificar a su Creador. Pero la caída del hombre en pecado destruyó la armonía original, haciendo que muchos honrasen a las criaturas antes que al Creador.

Ro 1:25; ...cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Dios ya se ha reconciliado con nosotros por medio de Cristo y pide a todos los hombres que se reconcilien con Él. Dicho acto de reconciliación, que pasa necesariamente por creer en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, arrepintiéndonos de nuestros pecados y convirtiéndonos a Él, restaura aquella comunión con Dios que tuvimos en Edén y nos capacita para dar un fruto saludable, que es el fruto del Espíritu.

2 Co 5:18,20; Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

Sin el Espíritu Santo morando en nosotros, no podríamos producir ese buen fruto que Dios espera que produzcamos. Pero no deja de ser menos cierto que debemos colaborar con el Espíritu Santo, procurando no contristarlo y dejándonos guiar por Él sin resistirlo.

Ef 4:30; Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Hch 7:51; ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

DIOS BUSCA COLABORADORES VOLUNTARIOS

Dios no nos utiliza como si fuéramos robots o de forma teledirigida. Él nos diseñó con capacidad para oír su voz y responder libremente a ella; la decisión de obedecerlo o no es nuestra y Él la respeta. Cuando tomamos una decisión en respuesta a la voz de Dios, nos hacemos responsables de ella y sus consecuencias, de modo que no podemos excusarnos ni culpar a otros de nuestros errores, aunque sí podemos arrepentirnos.

El Todopoderoso, pudiendo suplantarnos y resolver Él solo las dificultades que se nos presentan, normalmente prefiere actuar en colaboración con nosotros ¿Y qué es lo que nosotros podemos aportar? Únicamente nuestra fe puesta en acción, que consiste en obedecer a Dios, siguiendo sus instrucciones.

LA FE SE PRUEBA CON CASOS PRÁCTICOS Y SITUACIONES CONCRETAS

En ocasiones tenemos que afrontar duras pruebas, enfrentándonos a situaciones o enemigos a los que nos parece imposible que podamos vencer. Es entonces cuando tenemos que echar mano de nuestra fe, viendo con los ojos espirituales, recordando que somos más que vencedores, no en nuestras fuerzas, sino en Cristo, que todo lo puede.

EJEMPLOS EN LA BIBLIA:

La victoria contra los moabitas y amonitas

Al respecto es muy ilustrativo el relato contenido en 2 Cr 20:1-30. Cuando el rey Josafat vio que Judá iba a ser atacada por un enemigo al que humanamente era imposible resistir, sintió temor, como es natural, pero enseguida reaccionó, humillándose delante de Dios y entrando en ayuno y oración con todo el pueblo. Jehová no tardó en responder a su clamor, animándolos y anunciándoles una victoria segura, ya que sería Él quien pelearía contra sus enemigos. Entonces el ejército de Judá se presentó en el campo de batalla y con él un grupo de cantores designados para esa ocasión, vestidos con ornamentos sagrados. Cuando los cantores comenzaron a glorificar a Dios y entonaron cánticos de alabanza, permaneciendo quietos como Él les había mandado, sus enemigos procedieron a destruirse entre sí hasta no quedar ni uno.

De esta historia pueden extraerse muchas enseñanzas, pero la cuestión que quiero resaltar ahora es la siguiente: si fue Dios quien peleó por Judá, ¿por qué no permitió que se quedasen descansando en el campamento, ahorrándoles el mal trago de tener que presentarse en el campo de batalla? ¿Pensamos que esto les debió resultar fácil? Por el contrario, pienso que fue un auténtico reto para ellos, una gran prueba de fe ¿Cómo mantenerse en pie sin desfallecer ante un ejército enemigo tan superior? Dando por supuesto que la noche anterior a la batalla no lograrían dormir, ¿qué pensamientos vendrían a sus mentes? ¿Volvería a asomar la duda y el temor? El caso es que al levantase por la mañana los levitas cantores alabaron a Jehová con fuerte y alta voz y, por su parte, Josafat exhortó al pueblo a confiar en Dios. Finalmente Judá superó la prueba de fe, pero sin duda tuvo que esforzarse para librar una terrible lucha espiritual y resistir la tentación de abandonar, obteniendo así la victoria.

Nuestros combates se libran principalmente en nuestra mente, ya que no luchamos contra carne ni sangre, sino contra Satanás y sus huestes en una tremenda guerra espiritual.

Ef 6:11-12; Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

La conquista de la tierra prometida

Otra historia que nos puede servir de ejemplo es la conquista de la tierra prometida. Aunque Dios entregó la tierra de Canaán a Israel, éste tuvo que entrar a poseerla con no poco esfuerzo. De ahí que Jehová le insistiera a Josué, repitiéndole tres veces que se esforzara y fuera valiente, a pesar de que les había entregado esa tierra y que estaría con él como había estado con Moisés, a pesar de la promesa de que no lo dejaría ni lo desampararía.

CAMINAR CON DIOS ES SIEMPRE LA MEJOR OPCIÓN

Caminar solos sin Dios acaba en fracaso con toda seguridad. Por otra parte, tampoco debemos esperar que Él nos lleve a cuestas o en volandas, como si caminara por nosotros. De lo que se trata es de ser sabios y caminar con Dios, tal como hicieron Enoc y Noé. En definitiva, debemos seguir las pisadas de Jesús, entrando por la puerta y el camino estrecho que conduce a la vida eterna.

Gn 5:24; Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Gn 6:9; ...Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

1 P 2:21; Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas…

Mt 7:13-14; Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Lc 13:24; Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.

Jn 10:9; Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

Es, pues, importante que tengamos en cuenta que el esfuerzo debe acompañarnos siempre, no sea que sucumbamos a la tentación de buscar otros caminos más fáciles, o bien ciertos atajos para llegar antes, al margen del Señor, que es el Camino. Aparte de no andar en su voluntad, podemos acabar sufriendo más penalidades y retrasos en alcanzar nuestras metas.

Jn 14:6; Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

En esa posible desviación del Camino siempre ha ejercido notable influencia el mundo. Esto es muy evidente en la sociedad actual, en la que el mal se está multiplicando. Cada vez hay más gente para la que todo vale con tal de obtener el éxito que busca, en aplicación del perverso principio que dice que el fin justifica los medios.

LA IMPACIENCIA POR CONSEGUIR RESULTADOS: EL CORTO PLAZO

También es muy propio de estos tiempos, en los que todo evoluciona tan de prisa, el desmesurado interés por el corto plazo en detrimento de objetivos necesarios que requieren una planificación y desarrollo a más largo plazo.

Eso explica que los programas de los gobiernos y los partidos políticos que los sustentan, den a menudo más prioridad a conseguir los votos necesarios para acceder al gobierno que a solucionar los problemas. Por un lado los electores están impacientes por ver pronto resultados tangibles y por otro los políticos profesionales lo que más valoran es continuar en el poder; de modo que por culpa de unos y otros no se emprenden planes de larga duración que son vitales para los países, si quieren alcanzar un desarrollo sostenible.

Esta actitud, además de irresponsable, denota inmadurez política y nos recuerda el comportamiento de los niños de corta edad cuando exigen con insistencia que se les conceda de inmediato algún capricho. Aun siendo personas adultas podemos comportarnos de modo inmaduro en determinados asuntos o en ciertas ocasiones, al preferir la obtención de un placer inmediato y pasajero en detrimento de una satisfacción posterior más profunda y duradera.

EL DESEO DE CONSEGUIR LAS COSAS DE MANERA RÁPIDA Y FÁCIL

Otro rasgo de conducta muy extendido es la actitud de querer conseguir lo que se desea con el mínimo esfuerzo y en el menor tiempo posible; de ahí tantos participantes en juegos de azar, inversores en bolsa, traficantes de drogas, personas que se prostituyen, ladrones, sobornadores, corruptos en posiciones de autoridad y poder, etc. He metido estas actividades tan variopintas en un mismo saco porque, aunque unas son legales y otras no, todas ellas apuestan por alcanzar un objetivo ambicioso de forma rápida y fácil.

La realidad es que la inmensa mayoría de los participantes en juegos de azar fracasan en su intento de ganar dinero, y los que invierten en bolsa sin poseer información privilegiada corren el riesgo de perder en un mal día todas las ganancias que habían ido acumulando. En cuanto a las actividades delictivas, sus autores están expuestos a que los pillen con las manos en la masa, o bien a una vida de preocupación y temor por la amenaza de ser descubiertos. Pero lo peor de todo es que serán acusados por Dios y su propia conciencia, el día que sean juzgados para recibir el merecido castigo.

Por tanto es preferible asumir que para poder recoger valiosos frutos, primero hay que sembrar pacientemente. Cuando recogemos una buena cosecha normalmente quedamos satisfechos y pensamos que ha valido la pena el esfuerzo realizado. Con todo, la mejor siembra posible es hacer la voluntad de Dios; eso nos da paz, gozo y la promesa cierta de una inestimable recompensa en el cielo.

Gal 6:7-9; No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

TRAS EL ÉXITO SUELE OCULTARSE UN TENAZ ESFUERZO

Así pues, no nos dejemos engañar por las apariencias; seamos sensatos y pensemos que lo normal para la inmensa mayoría es que para alcanzar metas importantes en la vida, se ha de luchar por ellas ¡Cuánta gente acaba mal por elegir ciertos atajos en su camino! ¡Qué lástima que muchos no conozcan a Jesús, único camino que conduce a la vida eterna!

Cuando nos fijamos en personas que se hicieron famosas por sus logros, sean artistas, científicos o deportistas, normalmente valoramos su éxito sin pararnos a pensar en la abnegación y constancia de su preparación. Pero, ¿cuánto tiempo y esfuerzo habrán dedicado para llegar a ese punto?

DIOS LLAMA LAS COSAS QUE NO SON, COMO SI FUESEN (Ro 4:17)

En la Biblia tenemos numerosos ejemplos de siervos de Dios que un día Él rescató del anonimato para ponerlos como príncipes y pastores sobre su pueblo. De ser fieles en lo poco pasaron a serlo en lo mucho. Cuando para el mundo aún eran unos perfectos desconocidos, Dios ya conocía su valor y entrega, su fe y obediencia. Tan valientes como mostraron ser después, ya lo eran cuando pasaban desapercibidos. Mientras que para Dios siempre fueron importantes (como son todos y cada uno de sus hijos), el mundo sólo los consideró importantes cuando empezaron a destacar, ocupando posiciones de prestigio y autoridad.

1 S 16:6-7; Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. 7 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

1 S 17:33-37; Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. 34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo.

Pensemos en los cuarenta años de Moisés en el desierto antes de que Dios lo llamara para libertar a su pueblo; o en la fidelidad a Dios de Josué como servidor de Moisés; en los años de juventud de David como obediente y fiel pastor de las ovejas de su padre; en Jesús, que vivió durante 30 años en comunión con el Padre y en sujeción a sus padres terrenales, antes de darse a conocer en su ministerio público durante sólo tres años...

LA REALIDAD NO SE LIMITA ÚNICAMENTE A LAS COSAS VISIBLES

A la gente que no anda por fe sino por vista, le cuesta entender que hay cosas que no se ven que son tan o más reales, tan o más importantes que las que se ven. Esto es aplicable a cosas tales como Dios, el diablo, la conciencia, el amor, etc. Además en la vida ocurren muchos procesos que, operando de modo silencioso e invisible, conducen a resultados visibles. A menudo no comprendemos bien la realidad porque contemplamos ciertos hechos como si brotaran por generación espontánea, desligados de las causas que los produjeron o hicieron posible.

En cambio a Dios nada le pasa desapercibido, porque Él escudriña la mente y el corazón de las personas. No sólo conoce nuestros hechos, sino también nuestras motivaciones, intenciones y pensamientos pasados, presentes y futuros; conoce, en definitiva, todos los procesos invisibles que subyacen a los hechos visibles.

No deberíamos ignorar u olvidar que el mismo Padre celestial es invisible, porque es Espíritu. Asimismo la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve(He 11:1). He 11:3 también nos dice que el universo fue constituido por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Por último debemos considerar en relación con esta cuestión, que hay cosas invisibles que son trascendentales para la vida.

Jn 1:18; A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Col 1:15-16; El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

Jn 4:24; Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

2 Co 4:18; ...no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

SOMOS SERES SOCIALES POR NATURALEZA: NOS NECESITAMOS

El ser humano es un ser social, diseñado para vivir en comunidad. De no ser así, de no funcionar en equipo, colaborando unos con otros, la humanidad no habría podido avanzar como lo ha hecho. Pero siempre ha habido una cierta tendencia a que algunos individuos traten de apropiarse del esfuerzo de otros, o a atribuirse los méritos en exclusiva, buscando su propia gloria, que no es otra cosa que vanagloria.

De este peligro no nos libramos ni siquiera los cristianos, aunque admitamos que somos todos miembros de un mismo cuerpo. No nos conviene buscar la gloria de este mundo, que es efímera como las flores que se marchitan; es preferible trabajar para alcanzar la gloria celestial, que es eterna.

EN EL PUEBLO DE DIOS TODOS SOMOS IGUALMENTE IMPORTANTES

Pensemos en cualquier planta o árbol frutal: su destino es producir flores y frutos, así como semilla para reproducirse ¡Qué bonitas son las flores y qué bueno comer de los frutos! Los valoramos por la calidad de los frutos que producen; parece que todo el mérito recae en los frutos. Sin embargo, tan importantes como las hojas, flores o frutos, son el tallo o tronco y las raíces (estas últimas ni siquiera están a la vista).

Así es como nos ve Dios, tanto a nivel personal como en calidad de miembros integrantes de la Iglesia o cuerpo de Cristo, que es la cabeza. Para Él todas las partes del cuerpo, todos sus miembros, son igualmente importantes.

Ro 12:3-5; Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

1 Co 12:12-27; Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. 14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. 27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

Bendiciones en el Señor.

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