27/6/17

La verdadera amistad


La RAE define la amistad como un “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.

Muchos con frecuencia llaman amigos a ciertas personas porque congenian entre sí, porque comparten intereses en algún asunto, o simplemente porque se lo pasan bien juntos; pero, de acuerdo a la anterior definición, eso no es verdadera amistad.

El amigo auténtico aprecia a la otra persona por lo que es y no por lo que tiene; la acepta con sus virtudes y defectos; procura su bien; no trata de sacar provecho de modo egoísta de la relación; ayuda siempre que puede; acude cuando se le necesita; es agradecido; comparte; es confiable; es leal... El verdadero amigo está a las duras y a las maduras, y se prueba en medio de las dificultades.

Pr 17:17; En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.

El mejor amigo que cualquier persona pueda tener es Jesús. Nadie puede igualarlo, ni siquiera compararse con Él, porque dio su vida por toda la humanidad, aunque no éramos merecedores y sabía que con frecuencia le íbamos a fallar; sabía que muchos, en vez de mostrarse agradecidos, iban a despreciar su amor y misericordia. Como dice Jn 15:14, “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.

Jesús amó incluso a Judas Iscariote, a pesar de que sabía que lo iba a traicionar.

Sal 55:12-14; Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él; 13 sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía, y mi familiar; 14 que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios.

NUESTRA AMISTAD CON DIOS

¿Puede acaso el hombre, débil mortal, llegar a tener amistad con Dios? Por supuesto que sí. La Biblia nos enseña que Dios tiene amigos y también enemigos. Lo que no es posible es ser neutrales con respecto a Él.

Mt 12:30; El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.

Por otra parte, sólo podemos ser amigos de Dios siendo amigos de Jesús.

Jn 14:23; ...El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Sin nuestra condición de siervos no podríamos ser amigos de Dios. El servicio obediente a Dios hace que seamos sus amigos y, a la inversa, porque somos sus amigos, lo servimos. Es decir, somos amigos sin dejar de ser siervos. Ambos aspectos van indisolublemente unidos en nuestra relación con el Señor.

Jn 15:14; Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Jn 14:21; El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama...

Si sólo fuéramos siervos y no amigos, Jesús no nos habría revelado los secretos que compartía en la intimidad con el Padre, tal como lo hizo.

Jn 15:15; Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

Los que pertenecemos a la descendencia espiritual de Abraham, también nos hemos hecho amigos de Dios, precisamente por creer en Él y sus promesas. Igual que Abraham, somos justificados por gracia (Ro 3:24) y no por obras, accediendo a esta gracia por medio de la fe en nuestro señor y salvador Jesucristo (Ro 5:2). A éste envió el Padre para que, redimidos por su preciosa sangre, podamos reconciliarnos con Él, dejando así de ser sus enemigos para convertirnos en amigos.

Is 41:8 (ver también 2 Cr 20:7); Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.

Stg 2:23; Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.

Dios, que es verdadero y perfecto, nunca falla. En cambio el hombre puede fallarnos, porque es débil e imperfecto. ¿No nos fallamos incluso a nosotros mismos? Por eso, aunque en muchas circunstancias podemos confiar en amigos de probada fidelidad, sólo debemos confiar de manera plena en Dios.

Sal 118:8-9; Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre. 9 Mejor es confiar en Jehová que confiar en príncipes.

Sabemos por experiencia que cuando las dificultades o los riesgos aumentan, como ocurre en el contexto profético del siguiente versículo, los seres humanos somos más proclives a fallar a nuestros amigos y a que ellos, a su vez, nos fallen. Por eso debemos actuar siempre con cautela y en situaciones de máxima dificultad extremar nuestras precauciones.

Mi 7:5; No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca.

Lo que jamás debemos hacer, si queremos obtener bendición y vida eterna, es ignorar a Dios y en vez de confiar en Él, confiar en el hombre. Veamos lo que nos dice al respecto la Palabra.

Jer 17:5,7; Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová... 7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.

Una muestra perfecta de cómo incluso nuestros mejores amigos nos pueden fallar, la tenemos en el libro de Job. Cuando tres de sus amigos se enteraron de todo el mal que le había acontecido a éste, vinieron a verlo con la sana intención de consolarlo. Al principio su actitud fue inmejorable, limitándose a acompañarlo en silencio y llorar con él. ¿Qué otra ayuda le podían dar en la situación de insoportable dolor en que lo hallaron?

Lo malo es que este buen comportamiento inicial cambió, yendo de mal en peor a medida que fueron respondiendo de modo contencioso a los lamentos desesperados de Job, con reproches y consejos carentes de empatía. Esa actitud sólo sirvió para agravar aún más el dolor de su amigo. ¡Qué lástima! Empezaron bien, pero luego acabaron añadiendo una molesta carga al padecimiento de Job. Estando tan necesitado de amor y comprensión, lo ofendieron con maliciosas y falsas acusaciones. Así pecaron contra su amigo y contra Dios, quien finalmente salió en defensa de Job y los reprendió duramente.

Job 2:11-13; Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. 12 Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. 13 Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.

DAVID Y SUS AMIGOS

El rey David, hombre curtido en mil batallas, tuvo acérrimos enemigos, pero también amigos ejemplares. Como sucede en nuestra relación con Dios, la amistad en la vida de David se desarrolla en torno al servicio. En un sentido amplio, todos los siervos fieles de David fueron sus amigos. Pero también en cierto sentido David estuvo al servicio del pueblo. Así pues, el servicio era recíproco, ya que todos eran necesarios. Tanto David como sus siervos fieles así lo entendieron, desempeñando cada uno su función con humildad y santo temor. En este aspecto la similitud con la iglesia o cuerpo de Cristo es evidente.

2 S 21:15-17; Volvieron los filisteos a hacer la guerra a Israel, y descendió David y sus siervos con él, y pelearon con los filisteos; y David se cansó. 16 E Isbi-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David; 17 mas Abisai hijo de Sarvia llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel.

RASGOS PRESENTES EN SUS SIERVOS Y AMIGOS

-Eran personas agradecidas.
-Apreciaban a David, no por su riqueza o poder, sino por su persona.
-Estaban siempre dispuestos a dar su vida por él.
-Lloraron con él; su tristeza era la de ellos. (“Gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran”. Ro 12:15).
-Eran incondicionales; sabían estar a las duras y a las maduras.

2 S 15:13-18,30; Y un mensajero vino a David, diciendo: El corazón de todo Israel se va tras Absalón. 14 Entonces David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y huyamos, porque no podremos escapar delante de Absalón; daos prisa a partir, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada. 15 Y los siervos del rey dijeron al rey: He aquí, tus siervos están listos a todo lo que nuestro señor el rey decida. 16 El rey entonces salió, con toda su familia en pos de él. Y dejó el rey diez mujeres concubinas, para que guardasen la casa. 17 Salió, pues, el rey con todo el pueblo que le seguía, y se detuvieron en un lugar distante. 18 Y todos sus siervos pasaban a su lado, con todos los cereteos y peleteos; y todos los geteos, seiscientos hombres que habían venido a pie desde Gat, iban delante del rey.

30 Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían.

Pasara lo que pasara, eran sus amigos y tenían claro que debían permanecer con él, aun con riesgo de su propia vida, ya sea por caer en batalla ante un enemigo más numeroso o por posibles represalias futuras de Absalón en caso de derrota. En los peores momentos, cuando parecía que todo estaba en contra de David, no optaron por pasar al otro bando o esperar a ver cómo evolucionaban los acontecimientos sin implicarse, para luego pronunciarse a favor del vencedor, subiéndose de manera oportunista al carro ganador. Por el contrario, desde el principio fueron leales a Dios y a su señor y amigo, el rey David. ¡Sencillamente admirable!

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE DAVID

-Su pensamiento y su corazón estaban íntimamente ligados a los de Dios, del mismo modo que todo cristiano tiene el corazón y la mente de Cristo (1 Co 2:16).
-No actuaba exclusivamente en beneficio propio, más bien se preocupaba por el bienestar de todos sus hermanos; tenía corazón de pastor, tenía carga por su pueblo.
-Tenía claro quiénes eran sus verdaderos enemigos y contra quiénes tenía que luchar. No era su enemigo Saúl, a pesar de que lo perseguía con saña para matarlo; no eran sus hermanos que apoyaban al rey, sino los filisteos y otros enemigos del pueblo de Dios. De modo similar, los cristianos no debemos tratar a las personas en general como enemigos, aun cuando sean usadas contra nosotros por nuestros verdaderos enemigos, que son Satanás y sus ángeles. Recordemos que no tenemos lucha contra carne y sangre (Ef 6:11-12), y que las armas de nuestra milicia no son carnales, sino espirituales (2 Co 10:3-5).
-Era misericordioso sin dejar de ser justo (“Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio”. Stg 2:13).

EJEMPLOS DE VERDADERA AMISTAD

Y para finalizar, presentaré a continuación sin apenas comentarios, pues la propia Palabra es bien elocuente, algunos casos notables de fidelidad y amistad en torno a la figura de David.

JONATÁN

La Palabra trata extensamente sobre esta sobresaliente relación de amistad, por lo que merece otro estudio aparte. Para no tener que dedicar demasiado tiempo y espacio, me limitaré aquí a citar varias porciones que versan sobre este asunto, facilitando así a los lectores su búsqueda.

-1 S 18:1-4; 1 S 19:1-7; 1 S 20. 1 S 22:7-8,16-18; 2 S 9.

ITAI, GETEO

2 S 15:19-21; Y dijo el rey a Itai geteo: ¿Para qué vienes tú también con nosotros? Vuélvete y quédate con el rey (con Absalón); porque tú eres extranjero, y desterrado también de tu lugar. 20 Ayer viniste, ¿y he de hacer hoy que te muevas para ir con nosotros? En cuanto a mí, yo iré a donde pueda ir; tú vuélvete, y haz volver a tus hermanos; y Jehová te muestre amor permanente y fidelidad. 21 Y respondió Itai al rey, diciendo: Vive Dios, y vive mi señor el rey, que o para muerte o para vida, donde mi señor el rey estuviere, allí estará también tu siervo.

HUSAI, ARQUITA

2 S 15:32-37; Cuando David llegó a la cumbre del monte para adorar allí a Dios, he aquí Husai arquita que le salió al encuentro, rasgados sus vestidos, y tierra sobre su cabeza. 33 Y le dijo David: Si pasares conmigo, me serás carga. 34 Mas si volvieres a la ciudad, y dijeres a Absalón: Rey, yo seré tu siervo; como hasta aquí he sido siervo de tu padre, así seré ahora siervo tuyo; entonces tú harás nulo el consejo de Ahitofel. 35 ¿No estarán allí contigo los sacerdotes Sadoc y Abiatar? Por tanto, todo lo que oyeres en la casa del rey, se lo comunicarás a los sacerdotes Sadoc y Abiatar. 36 Y he aquí que están con ellos sus dos hijos, Ahimaas el de Sadoc y Jonatán el de Abiatar; por medio de ellos me enviaréis aviso de todo lo que oyereis. 37 Así vino Husai amigo de David a la ciudad; y Absalón entró en Jerusalén.

MEFI-BOSET, HIJO DE JONATÁN

2 S 19:24-30; También Mefi-boset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz. 25 Y luego que vino él a Jerusalén a recibir al rey, el rey le dijo: Mefi-boset, ¿por qué no fuiste conmigo? 26 Y él respondió: Rey señor mío, mi siervo me engañó; pues tu siervo había dicho: Enalbárdame un asno, y montaré en él, e iré al rey; porque tu siervo es cojo. 27 Pero él ha calumniado a tu siervo delante de mi señor el rey; mas mi señor el rey es como un ángel de Dios; haz, pues, lo que bien te parezca. 28 Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste a tu siervo entre los convidados a tu mesa. ¿Qué derecho, pues, tengo aún para clamar más al rey? 29 Y el rey le dijo: ¿Para qué más palabras? Yo he determinado que tú y Siba os dividáis las tierras. 30 Y Mefi-boset dijo al rey: Deja que él las tome todas, pues que mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa.

BARZILAI, GALAADITA

2S 19:31-39; También Barzilai galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle al otro lado del Jordán. 32 Era Barzilai muy anciano, de ochenta años, y él había dado provisiones al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico. 33 Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo, y yo te sustentaré conmigo en Jerusalén. 34 Mas Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos años más habré de vivir, para que yo suba con el rey a Jerusalén? 35 De edad de ochenta años soy este día. ¿Podré distinguir entre lo que es agradable y lo que no lo es? ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que coma o beba? ¿Oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? ¿Para qué, pues, ha de ser tu siervo una carga para mi señor el rey? 36 Pasará tu siervo un poco más allá del Jordán con el rey; ¿por qué me ha de dar el rey tan grande recompensa? 37 Yo te ruego que dejes volver a tu siervo, y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Mas he aquí a tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz a él lo que bien te pareciere. 38 Y el rey dijo: Pues pase conmigo Quimam, y yo haré con él como bien te parezca; y todo lo que tú pidieres de mí, yo lo haré. 39 Y todo el pueblo pasó el Jordán; y luego que el rey hubo también pasado, el rey besó a Barzilai, y lo bendijo; y él se volvió a su casa.

EL SIERVO ANÓNIMO FIEL

2 S 18:10-13; Viéndolo uno, avisó a Joab, diciendo: He aquí que he visto a Absalón colgado de una encina. 11 Y Joab respondió al hombre que le daba la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le mataste luego allí echándole a tierra? Me hubiera placido darte diez siclos de plata, y un talabarte. 12 El hombre dijo a Joab: Aunque me pesaras mil siclos de plata, no extendería yo mi mano contra el hijo del rey; porque nosotros oímos cuando el rey te mandó a ti y a Abisai y a Itai, diciendo: Mirad que ninguno toque al joven Absalón. 13 Por otra parte, habría yo hecho traición contra mi vida, pues que al rey nada se le esconde, y tú mismo estarías en contra.

LOS TRES VALIENTES MÁS DESTACADOS DE LOS 30

2 S 23:14-17; David entonces estaba en el lugar fuerte, y había en Belén una guarnición de los filisteos. 15 Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta! 16 Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, diciendo: 17 Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Los tres valientes hicieron esto.

BENAÍA, HIJO DE JOIADA

2 S 23:20-23; Después, Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón esforzado, grande en proezas, de Cabseel. Este mató a dos leones de Moab; y él mismo descendió y mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando. 21 También mató él a un egipcio, hombre de gran estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano, pero descendió contra él con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su propia lanza. 22 Esto hizo Benaía hijo de Joiada, y ganó renombre con los tres valientes. 23 Fue renombrado entre los treinta, pero no igualó a los tres primeros. Y lo puso David como jefe de su guardia personal. (Al frente de los cereteos y peleteos, sirvió a David incondicionalmente, siendo también fiel a Salomón, que lo nombró jefe de su ejército (1 R 2:35).

¿A quién no le gustaría tener amistades así? Ojalá sirvan estos casos tan ejemplares para ayudarnos a entender y apreciar la verdadera amistad, de tal modo que podamos imitar a estas personas.

Bendiciones de nuestro fiel amigo y Señor Jesucristo.

1 comentario:

  1. En nuestra relación con Dios, amistad y servicio son dos caras de una misma moneda. Con David ocurrió algo parecido: sus amigos fueron también sus siervos.

    ResponderEliminar