10/5/17

Dios revelado


Como cuestión previa, quiero decir que mi objetivo al escribir esto no es obtener un conocimiento profundo de los misterios de Dios, sino tan sólo un simple borrador, una aproximación a la revelación de Dios al hombre, a través de su Palabra. Lo ideal sería utilizar este material como simple base de estudio que habría de completarse con reuniones de discusión en grupo.


Si queremos obtener el máximo provecho de este trabajo, debemos adoptar una posición responsable de libertad, desechando todo temor y prejuicio, y pidiendo a Dios que nos guíe por su Espíritu.


En toda la Biblia hay un cúmulo de evidencias que nos muestra que Jesucristo es Dios. En unos sitios la Palabra nos lo dice claramente, mientras que en otros llegamos a esta conclusión por mera deducción.


El Nuevo Testamento declara que Jesús es el Hijo de Dios, no un hijo cualquiera sino el Hijo Unigénito; lo cual, y así lo entendieron los judíos conocedores de la ley, equivale a hacerse igual a Dios. Lo mismo ocurrió cuando dijo que Él y el Padre eran uno, o cuando perdonó pecados. También consintió que lo adoraran, sabiendo que sólo “al Señor tu Dios adorarás…”


Vemos asimismo que la Palabra de Dios, que reside en el Verbo, no pasará, aunque sí pasarán los cielos y la tierra. Por otro lado, leemos también que todo fue creado por Él y para Él; que el Padre a nadie juzga, sino que todo juicio entregó al Hijo; o que Cristo es la imagen del Dios invisible, de tal manera que quien ha visto a Jesús ha visto al Padre.


Se dice además de Jesucristo que es el Alpha y la Omega, Principio y Fin. Sabiendo que Jehová es el único y verdadero Dios, un Dios celoso que no comparte su gloria con otros dioses, en Apocalipsis contemplamos la visión de la corte celestial, donde todos se postran en adoración ante “el que está sentado en el trono y el Cordero”.


Por si todo esto fuera poco, y sin la pretensión de ser exhaustivos, observamos que atributos reservados en exclusiva a Jehová Dios, los posee Cristo. Y lo mismo ocurre con diversas declaraciones de la Palabra o con descripciones de la visión de la gloria de Dios.


Cuando se escudriña sobre la persona y obra de Jesús, hay que tener siempre presente que a la vez que es el Hijo de Dios también es el Hijo del Hombre. Y como Hijo del Hombre vino “a lo suyo”, a buscar y salvar lo que se había pedido.


Para poder ser nuestro sumo sacerdote o sumo pontífice, nuestro abogado y único mediador, tuvo que hacerse hombre. Y como hombre tuvo que enfrentarse a tentaciones y dificultades similares a las de cualquier ser humano. Mantuvo una total dependencia del Padre y aprendió a obedecer, siendo obediente. Es muy importante comprender esto para no ver supuestas contradicciones y evitar malinterpretaciones que nos lleven a cuestionar la evidente divinidad de Cristo.


Presentaré a continuación una serie de versículos (todos ellos extraídos de la revisión de 1909 de Reina Valera) al objeto de que nos sirva para reflexionar sobre la personalidad de Cristo.



En relación con la naturaleza o esencia misma de Dios, mostraré algunas porciones de la Escritura referidas a la trinidad (o tri-unidad) de Dios. Así, comprobaremos que en ocasiones intervienen o están presentes simultáneamente Padre, Hijo y Espíritu Santo; otras veces se dice que Dios (el Padre) es Espíritu o que el Señor (el Hijo) es el Espíritu. Observaremos, en fin, que declaraciones atribuidas en determinados versículos a uno de los tres componentes o “personas” de la divinidad, se repiten en otras partes, pero refiriéndose a cualquiera de las otras dos “personas”, lo que nos muestra una diversidad dentro de la unidad.


Al respecto y sin pretender explicar con ello los inescrutables misterios de Dios, recordemos que el ser humano, el cual fue hecho por Él a su imagen y semejanza, es un ser único, si bien está compuesto de tres partes distintas íntimamente vinculadas y que interactúan entre sí: cuerpo, alma y espíritu.



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GÉNESIS


1:26 Y dijo Dios:
Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra


3:22 Y dijo Jehová Dios:
He aquí el hombre es como uno de Nos sabiendo el bien y el mal: ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre:


11:6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un lenguaje: y han comenzado a obrar, y nada los retraerá ahora de lo que han pensando hacer. 11:7 Ahora pues,
descendamos, y confundamos allí sus lenguas, para que ninguno entienda el habla de su compañero.


(En estas tres porciones vemos cómo Jehová Dios, que es uno, usa la primera persona del plural, que involucra en la acción a más de una persona, lo que nos lleva a admitir que en el principio ya existía Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo. En efecto, Elhoim es un nombre singular que contiene pluralidad de personas, como ocurre en la lengua española con familia, gente, pareja, etc).


ÉXODO


34:14 Porque
no te has de inclinar a dios ajeno; que Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.


(Siervos de Dios adoraron a Jesús y Él consintió; esto demuestra que Jesucristo es Dios).


DEUTERONOMIO


(Ver Mr 12:29)

6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es:


(En efecto Dios es uno, pero en la divinidad participan tres personas, todas ellas dignas de adoración, como vemos que sucede en otros pasajes de la Palabra).


(Ver 1 Co 10:4)

32:18 De la Roca que te creó te olvidaste: Te has olvidado del Dios tu creador.


(Vemos en otros versículos, como Col 1:16, que Cristo nos creó, y así como Dios es nuestra Roca, también Cristo es la Roca).


1 SAMUEL


(Ver Jn 5:22)

2:10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos: Jehová juzgará los términos de la tierra, Y dará fortaleza a su Rey, Y ensalzará el cuerno de su Mesías.


(Jehová Dios juzgará la Tierra por medio de Cristo, porque sabemos que “todo juicio entregó al Hijo”).


2 SAMUEL


23:2
El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha sido en mi lengua. 23:3 El Dios de Israel ha dicho, hablóme el Fuerte de Israel: El señoreador de los hombres será justo. Señoreador en temor de Dios.

(Mención de las tres personas de la divinidad, la segunda como Hijo del Hombre).


NEHEMÍAS


9:6 Tú, oh Jehová, eres solo; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, y toda su milicia, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.


(En otros versículos veremos que se muestra al Hijo como creador y también siendo adorado).


JOB


19:25 Yo sé que
mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo: 19:26 Y después de deshecha esta mi piel, aún he de ver en mi carne a Dios; 19:27 Al cual yo tengo de ver por mí, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis riñones se consuman dentro de mí.


(El Redentor de la humanidad es Dios mismo, esto es, Cristo).


33:4
El espíritu de Dios me hizo, y la inspiración del Omnipotente me dio vida.


{Aunque el Dios Creador hizo todas las cosas por medio del Hijo (Col 1:16), en el principio de la creación estaban presentes Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque son inseparables (Gn 1:26 y otros)}.


SALMOS


2:11 Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. 2:12
Besad al Hijo, porque no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.


(Este hijo es Cristo, el Hijo de Dios).


22:28 Porque
de Jehová es el reino; y Él se enseñoreará de las gentes.


(Cristo es Rey de reyes y Señor de señores).


23:1
Jehová es mi pastor; nada me faltará.


(Cristo es el Buen Pastor).


33:6
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.


{
Todas las cosas fueron creadas por y para Cristo (Col 1:15-18)}.


36:9 Porque
contigo está el manantial de la vida: en tu luz veremos la luz.


{I
gualmente Cristo es la Vida y es la Luz (Jn 1:4, 9; Jn 6:35; etc)}.


45:6
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre: vara de justicia la vara de tu reino. 45:7 Amaste la justicia y aborreciste la maldad: por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de gozo sobre tus compañeros.


(El reinado de Cristo es eterno y Él regirá con vara de hierro a las naciones).


47:1 Pueblos todos, batid las manos; aclamad a Dios con voz de júbilo. 47:2 Porque
Jehová el Altísimo es terrible; Rey grande sobre toda la tierra. 47:3 El sujetará a los pueblos debajo de nosotros, y a las gentes debajo de nuestros pies. 47:4 El nos elegirá nuestras heredades; la hermosura de Jacob, al cual amó. (Selah) 47:5 Subió Dios con júbilo, Jehová con sonido de trompeta. 47:6 Cantad a Dios, cantad: cantad a nuestro Rey, cantad. 47:7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra: cantad con inteligencia. 47:8 Reinó Dios sobre las gentes: asentóse Dios sobre su santo trono. 47:9 Los príncipes de los pueblos se juntaron al pueblo del Dios de Abraham: porque de Dios son los escudos de la tierra; Él es muy ensalzado.


(Aquí se describe el reinado de Cristo).


48:1 Grande es Jehová y digno de ser en gran manera alabado, en la ciudad de nuestro Dios, en el monte de su santuario. 48:2 Hermosa provincia,
el gozo de toda la tierra es el monte de Sión, a los lados del aquilón, la ciudad del gran Rey. 48:3 Dios en sus palacios es conocido por refugio.


(Cristo, que es Dios, es el Gran Rey).


50:1 EL Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone. 50:2 De Sión, perfección de hermosura, ha Dios resplandecido. 50:3
Vendrá nuestro Dios, y no callará: fuego consumirá delante de él, y en derredor suyo habrá tempestad grande. 50:4 Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. 50:5 Juntadme mis santos; los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. 50:6 Y denunciarán los cielos su justicia; porque Dios es el juez. (Selah).


(Aquí se refiere a la segunda venida de Cristo cuando venga a juzgar la Tierra).


67:4 Alégrense y gócense las gentes; porque
juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra. (Selah).


(Se refiere a Cristo cuando instaure el Reino de los Cielos sobre la Tierra o Reino Milenial).


(Ver Ap 6:16-17)

76:7 Tú, terrible eres tú: ¿Y quién parará delante de ti, en comenzando tu ira?


(La ira del Cordero).


90:2 Antes de que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.


(Se dice en otro lugar de la Escritura que “todo fue creado por Él y para Él (Jesucristo) y también que es el Alfa y Omega, Principio y Fin).


93:1
Jehová reina, vistióse de magnificencia, vistióse Jehová, ciñóse de fortaleza; afirmó también el mundo, que no se moverá. 93:2 Firme es tu trono desde entonces: tú eres eternalmente.


(¿Quién se sentará en el trono para gobernar la Tierra, sino Cristo?).


95:1
Venid, celebremos alegremente a Jehová: Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salud. 95:2 Lleguemos ante su acatamiento con alabanza; aclamémoslo con cánticos. 95:3 Porque Jehová es Dios grande; y Rey grande sobre todos los dioses.


(Igualmente Cristo es nuestra Roca, así como Rey de reyes y Señor de señores).


95:6
Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor. 95:7 Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz, 95:8 No endurezcáis vuestro corazón como en Meriba, como el día de Masa en el desierto;


(También Cristo es nuestro hacedor y nuestro pastor, al cual debemos adorar).


96:13
Delante de Jehová que vino: porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.


(Segunda venida de Cristo).


102:15 Entonces temerán las gentes el nombre de Jehová, y todos los reyes de la tierra tu gloria; 102:16 Por cuanto
Jehová habrá edificado a Sión, y en su gloria será visto; 102:17 Habrá mirado a la oración de los solitarios, y no habrá desechado el ruego de ellos.


(Segunda venida de Cristo).


102:25
Tú fundaste la tierra antiguamente, y los cielos son obra de tus manos. 102:26 Ellos perecerán, y tú permanecerás; y todos ellos como un vestido se envejecerán; como una ropa de vestir los mudarás, y serán mudados: 102:27 Mas tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.


{Todas las cosas fueron creadas por y para Cristo, quien permanece para siempre (Col 1:15-18)}.


104:30
Envías tu espíritu, créanse: y renuevas la faz de la tierra.


(En la creación y en la sustentación de todas las cosas no sólo intervienen Padre e Hijo, sino también el Espíritu, los cuales forman un Dios único, actuando con el mismo propósito en perfecta unidad).


(Ver Ap 6:16-17)

110:1 Jehová dijo a mi Señor: siéntate a mi diestra, en tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies.


(Dios Padre comparte el título de Señor con el Hijo de Dios).


110:5
El Señor está a tu diestra; herirá a los reyes en el día de su furor: 110:6 Juzgará en las gentes, llenarálas de cadáveres: herirá las cabezas en muchas tierras.


(Cristo como Rey y Juez sobre toda la Tierra).


130:8 Y él redimirá a Israel de todos sus pecados.


(Jehová comparte el atributo de Redentor con Cristo).


139:1 Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 139:2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos. 139:3 Mi senda y mi acostarme has rodeado, y estás impuesto en todos mis caminos. 139:4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 139:5 Detrás y delante me guarneciste, y sobre mí pusiste tu mano. 139:6 Más maravillosa es la ciencia que mi capacidad; alta es, no puedo comprenderla.

139:7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?


(Bella expresión poética de la omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia de Dios; observamos de nuevo que cuando habla o actúa el Padre, como ocurre en este caso, o el Hijo, en otras ocasiones, el Espíritu también está presente).


ISAÍAS


(Ver Mal 3:1-2; Ap 6:16-17)

2:1 Lo que vio Isaías, hijo de Amoz, tocante a Judá y a Jerusalem. 2:2 Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán a él todas las gentes. 2:3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová. 2:4 Y juzgará entre las gentes, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra.


(Otra evidencia de la divinidad de Cristo; aquí se puede intercambiar Jehová por Cristo).


2:10 Métete en la piedra, escóndete en el polvo, de la presencia espantosa de Jehová y del resplandor de su majestad.


{La presencia de Jehová equivale a la presencia del Hijo de Dios (Ap 6:15-17)}.


2:17 Y la altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será ensalzado en aquel día. 2:18 Y quitará totalmente los ídolos. 2:19
Y meteránse en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare él para herir la tierra.

2:21 Y se entrarán en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare para herir la tierra.


(De nuevo la Ira del Cordero en acción).


6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos,
han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.


{
Jehová es el Rey como también Cristo es el Rey; Él es “Rey de reyes y Señor de señores”. Por otra parte, a Dios nadie lo vio jamás, el Hijo unigénito lo ha dado a conocer (Jn 1:18)}.


7:14 Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre Emmanuel.


{
Emanuel = Dios con nosotros (Mt 1:23). Cristo el Verbo, que es Dios, se hizo carne).


9:6
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. 9:7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán término, sobre el trono de David, y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.


(Vemos que este Niño o Verbo encarnado tiene atributos exclusivos de Dios).


24:23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá,
cuando Jehová de los ejércitos reinare en el monte de Sión, y en Jerusalem, y delante de sus ancianos fuere glorioso.


(Ocurrirá en la segunda venida de Cristo).


(Ver Ap 19:15)

30:31 Porque Assur que hirió con palo, con la voz de Jehová será quebrantado.


(Con la espada aguda que sale de la boca del Verbo de Dios).


31:4 Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro del león brama sobre su presa, y si se llega contra él cuadrilla de pastores, no temerá por sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos:
así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear por el monte de Sión, y por su collado.

31:8 Entonces caerá el Assur por cuchillo, no de varón; y consumirálo espada, no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus mancebos serán tributarios.


(Este Jehová de los Ejércitos que derribará a Asiria, mas no con espada de varón, es Cristo).


33:22
Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey, él mismo nos salvará.


(De nuevo, identificación plena de Jehová con Cristo durante el Reino Milenial).


35:2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo: la gloria del Líbano le será dada, la hermosura de Carmel y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.

35:4 Decid a los de corazón apocado: confortaos, no temáis: he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con pago: el mismo Dios vendrá, y os salvará.


(Jehová y Cristo son un único Dios).


40:1 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 40:2 Hablad al corazón de Jerusalem: decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. 40:3 Voz que clama en el desierto: barred camino a Jehová: enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. 40:4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 40:5 Y manifestaráse la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; que la boca de Jehová habló. 40:6 Voz que decía: da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo de decir a voces? Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo: 40:7 La hierba se seca, y la flor se cae; porque el viento de Jehová sopló en ella: ciertamente hierba es el pueblo. 40:8 Sécase la hierba, cáese la flor: mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. 40:9 Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sión; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalem; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Veis aquí el Dios vuestro! 40:10 He aquí que el Señor Jehová vendrá con fortaleza, y su brazo se enseñoreará: he aquí que su salario viene con él, y su obra delante de su rostro. 40:11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo cogerá los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente las paridas.


(¿Quién puede dudar de que aquí Jehová es Cristo?).


41:14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo te socorrí, dice Jehová, y tu Redentor el Santo de Israel.


(¿Quién es el Redentor, sino Cristo?).


42:1 He aquí mi Siervo, yo lo sostendré; mi Escogido en quien mi alma toma contentamiento: he puesto sobre él mi Espíritu, dará juicio a las gentes.

42:4 No se cansará, ni desmayará, hasta que ponga en la tierra juicio; y las islas esperarán su ley.


(Aquí el Padre se está refiriendo a Cristo en su doble condición de Hijo del Hombre o Hijo de Dios según desempeñe la función de Siervo y Escogido o de Juez de toda la Tierra “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo…” Por otra parte, oímos hablar otra vez al Padre mencionando al Hijo y al Espíritu, quienes forman con aquél una unión perfecta).


42:8
Yo Jehová: este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. 42:9 Las cosas primeras he aquí vinieron, y yo anuncio nuevas cosas: antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.


{
Jehová no comparte su gloria con nadie; la comparte con Cristo porque son un único Dios (Ap 5:13; Ap 21:22; Ap 22:1; etc)}.


43:1 Y ahora, así dice Jehová Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: no temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 43:2 Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 43:3 Porque yo Jehová Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador: a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.
43:10
Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí; para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí. 43:11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. 43:12 Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros extraño. Vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. 43:13 Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre: si yo hiciere, ¿quién lo estorbará? 43:14 Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: por vosotros envié a Babilonia, e hice descender fugitivos todos ellos, y clamor de Caldeos en las naves. 43:15 Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey.

43:25 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados.


{Todos estos calificativos atribuidos aquí a Jehová con respecto a Israel –creador, salvador, redentor, aquel que borra nuestras rebeliones y no se acuerda de nuestros pecados…- se pueden intercambiar con Cristo, lo cual constituye una clara evidencia de su divinidad. Téngase en cuenta que tanto la salvación de Israel como la de los gentiles proceden de Cristo, quien “de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (Ef 2:14). Además vemos que Jehová en el v. 10 se identifica con su “siervo” Jesucristo, declarándolo Dios y uno consigo mismo. Recuérdese de Cristo que “él es la imagen del Dios invisible” (Col 1:15); o que “yo y el Padre uno somos” (Jn 10:30); “Yo soy en el Padre y el Padre en mí” (Jn 14:7-11); etc. En cuanto a Cristo como Creador, recuérdese que “todo fue creado por medio de Él y para Él” (Col 1:16)}.


(Ver Is 48:12; Ap 1:11,17; Ap 22:13)

44:6 Así dice Jehová, Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: yo el primero, y yo el postrero, y fuera de mí no hay Dios.

44:22 Yo deshice como a nube tus rebeliones, y como a niebla tus pecados: tórnate a mí, porque yo te redimí.


(Cristo es uno con Jehová, el Dios Todopoderoso; estas declaraciones se pueden intercambiar perfectamente entre ambos).


(Ver Ro 14:11; Fil 2:10-11)

45:12 Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.

45:17 Israel es salvo en Jehová con salud eterna; no os avergonzaréis, ni os afrentaréis, por todos los siglos. 45:18 Porque así dijo Jehová, que creó los cielos, él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo Jehová, y ninguno más que yo.
45:21 Publicad, y haced llegar, y entren todos en consulta: ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová?
Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador: ningún otro fuera de mí. 45:22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra: porque yo soy Dios, y no hay más. 45:23 Por mí hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada. Que a mí se doblará toda rodilla, jurará toda lengua.


{De nuevo estos versículos describen a Cristo como el Dios Todopoderoso. Recuérdese, entre otros, Fil 2:10-11: “…para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla… y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor…”}.


48:12 Óyeme, Jacob, y tú, Israel, llamado de mí: yo mismo,
yo el primero, yo también el postrero. 48:13 Mi mano fundó también la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; en llamándolos yo, aparecieron juntamente.


(El primero y el postrero, que equivale a ser el dios Todopoderoso, es un título atribuido en Ap 1:11 -y en otros más- a Jesucristo).


58:11 Y
Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías hartará tu alma, y engordará tus huesos; y serán como huerta de riego, y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan.


(¿Quién nos pastoreará, sino nuestro Buen Pastor, Jesucristo?).


(Ver Ap 4:8,13-14; Ap 21:23; Ap 22:5)

60:9 Ciertamente a mí esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

60:14 Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y llamarte han Ciudad de Jehová, Sión del Santo de Israel.

60:16 Y mamarás la leche de las gentes, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo, y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

60:19 El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria. 60:20 No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna: porque te será Jehová por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados.


{
Vemos otra vez cómo Dios dice cosas de sí mismo refiriéndose al Hijo, quien es la Luz, Redentor, Salvador, etc. (Ap 21:23)}.


(Ver Lc 4:14-18)

61:1 El Espíritu del Señor Jehová es sobre mí, porque me ungió Jehová; hame enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos abertura de la cárcel; 61:2 A promulgar año de la buena voluntad de Jehová, y día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;


(Aquí no hay contradicción; el Hijo de Dios se convirtió en el Hijo del Hombre. Otra vez se muestran aquí, interactuando juntas, las tres “personas” de la Trinidad).


(Ver Is 40:10; Ap 22:12)

62:11 He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: decid a la hija de Sión: he aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra. 62:12 Y llamarles han Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y á ti te llamarán Ciudad Buscada, no desamparada.


(Cristo es Redentor y Salvador de Israel como lo es de toda la humanidad).


63:1 ¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra con vestidos bermejos? ¿Éste, hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.

63:2 ¿Por qué es bermejo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? 63:3 Pisado he yo solo el lagar, y de los pueblos nadie fue conmigo: pisélos con mi ira, y hollélos con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y ensucié todas mis ropas. 63:4 Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos es venido. 63:5 Y miré y no había quien ayudara, y maravilléme que no hubiera quien sustentase: y salvóme mi brazo, y sostúvome mi ira. 63:6 Y con mi ira hollé los pueblos, y embriaguélos de mi furor, y derribé a tierra su fortaleza.

63:8 Porque dijo: ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.

63:14 El espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste tu pueblo, para hacerte nombre glorioso.

63:16 Tú empero eres nuestro Padre, si bien Abraham nos ignora, é Israel no nos conoce: tú, oh Jehová, eres nuestro Padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.


(ver también Ap 19:13-15)

{Cristo es nuestro Redentor; también nuestro vengador en el día de la ira. “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Ro 12:19 y otros). Vemos también cómo en estos versículos se mencionan de nuevo las tres “personas” de la Trinidad}.


JEREMÍAS


(Ver Ap 6:16-17)

10:10 Mas Jehová Dios es la verdad; él es Dios vivo y Rey eterno: a su ira tiembla la tierra, y las gentes no pueden sufrir su saña.


(también Cristo es la Verdad, la Vida y Rey Eterno).


23:4 Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se asombrarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová. 23:5
He aquí que vienen los días, dice Jehová, y despertaré á David renuevo justo, y reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. 23:6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado: y este será su nombre que le llamarán: JEHOVÁ, JUSTICIA NUESTRA.


(aquí vuelve a estar muy claro quién es Cristo: Dios mismo).


33:15
En aquellos días y en aquel tiempo haré producir a David pimpollo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. 33:16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalem habitará seguramente, y esto es lo que le llamarán: Jehová, justicia nuestra.


(Jehová y Cristo son uno).


50:34 El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre: de cierto abogará la causa de ellos, para hacer quietar la tierra, y turbar los moradores de Babilonia.


(Jehová es el Redentor, como también Cristo es el Redentor).


51:57 Y embriagaré sus príncipes y sus sabios, sus capitanes y sus nobles y sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.


(también Cristo es el Rey).


EZEQUIEL


(Ver Jn 10)

34:10 Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo estoy contra los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y harélos dejar de apacentar las ovejas: ni los pastores se apacentarán más a sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida. 34:11 Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo, yo requeriré mis ovejas, y las reconoceré. 34:12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. 34:13 Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras: y las meteré en su tierra, y las apacentaré en los montes de Israel por las riberas, y en todas las habitaciones del país. 34:14 En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel será su majada: allí dormirán en buena majada, y en pastos gruesos serán apacentadas sobre los montes de Israel. 34:15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo les haré tener majada, dice el Señor Jehová. 34:16 Yo buscaré la perdida, y tornaré la amontada, y ligaré la perniquebrada, y corroboraré la enferma: mas a la gruesa y a la fuerte destruiré. Yo las apacentaré en juicio.

34:22 Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán en rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 34:23 Y despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David: él las apacentará, y él les será por pastor. 34:24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.

(Aquí Jehová se presenta como pastor y presenta a Cristo como el Buen Pastor y como Príncipe durante el Reinado Milenial).


43:1 Llevóme luego a la puerta, a la puerta que mira hacia el oriente; 43:2 Y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía de hacia el oriente; y su sonido era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria. 43:3 Y la visión que vi era como la visión, como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad: y las visiones eran como la visión que vi junto al río de Chebar; y caí sobre mi rostro. 43:4 Y l
a gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba cara al oriente. 43:5 Y alzóme el Espíritu, y metióme en el atrio de adentro; y he aquí que la gloria de Jehová hinchió la casa. 43:6 Y oí uno que me hablaba desde la casa: y un varón estaba junto a mí. 43:7 Y díjome: Hijo del hombre, este es el lugar de mi asiento, y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre: y nunca más contaminará la casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, y con los cuerpos muertos de sus reyes en sus altares: 43:8 Y poniendo ellos su umbral junto a mi umbral, y su poste junto a mi poste, y no más que pared entre mí y ellos, contaminaron mi santo nombre con sus abominaciones que hicieron: consumílos por tanto en mi furor. 43:9 Ahora echarán lejos de mí su fornicación, y los cuerpos muertos de sus reyes, y habitaré en medio de ellos para siempre.


(Aquí aparece Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, siendo el Hijo el varón que habló con Ezequiel).


DANIEL


2:20 Y Daniel habló, y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglo hasta siglo: porque suya es la sabiduría y la fortaleza: 2:21 Y él es el que muda los tiempos y las oportunidades: quita reyes, y pone reyes: da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos: 2:22
El revela lo profundo y lo escondido: conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con él.


{Claramente están aquí presentes de forma implícita el Hijo y el Espíritu, además del Padre; recordemos que Jesucristo es aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre (Jn 1:9) y que el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. 1 Co 2:10)}.


(Ver Ap 1:7,13,14; Ap 5:11; Ap 11:15; Ap 14:14; Ap 20:24)

7:9 Estuve mirando hasta que fueron puestas sillas: y un Anciano de grande edad se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su silla llama de fuego, sus ruedas fuego ardiente. 7:10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él: millares de millares lo servían, y millones de millones asistían delante de él: el Juez se sentó, y los libros se abrieron.


(La descripción de este anciano es muy similar a la de Cristo en Apocalipsis y además en Jn 5:22 se nos dice que el Padre a nadie juzga, sino que todo juicio entregó al Hijo).


7:13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande edad, e hiciéronlo llegar delante de él. 7:14 Y fuéle dado señorío, y gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron; su señorío, señorío eterno, que no será transitorio, y su reino que no se corromperá.


(El señorío de este hijo de hombre -Cristo- es eterno porque Él es el Señor, cuyo título pertenece en exclusiva a Dios).


(Ver Dn 12:6-13; Ap 1:13-15; Ap 10:1-7; Ap 19:12)

10:5 Y alzando mis ojos miré, y he aquí un varón vestido de lienzos, y ceñidos sus lomos de oro de Uphaz: 10:6 Y su cuerpo era como piedra de Tarsis, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de metal resplandeciente, y la voz de sus palabras como la voz de ejército.


(Estos ojos de Cristo son un símbolo de que ven hasta lo más oculto, que escudriñan los corazones).


OSEAS


7:13 ¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí: destrucción sobre ellos, porque contra mí se rebelaron; yo los redimí, y ellos hablaron contra mí mentiras.


(Jehová es Redentor, Cristo es Redentor).


12:4 (12-5) Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y rogóle: en Beth-el le halló,
y allí habló con nosotros.


(Este “con nosotros” dicho por Dios mismo, ¿a quién incluye? ¿No estarán aquí presentes Padre, Hijo y Espíritu Santo?).


(Ver 1 Co 15:55)

13:4 Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto: no conocerás, pues, Dios fuera de mí, ni otro Salvador sino a mí.


(Jesucristo, nuestro Salvador, es Dios; el Padre y el Hijo uno son).


JOEL


(Ver Hch 2:21; Ro 10:13)

2:32 Y será que cualquiera que invocare el nombre de Jehová, será salvo: porque en el monte de Sión y en Jerusalem habrá salvación, como Jehová ha dicho, y en los que quedaren, a los cuales Jehová habrá llamado.


(En Ro 10:13 se dice que todo el que invocare el nombre del Señor será salvo, lo mismo que se dice aquí de Jehová; y sabemos que a Cristo se le reconoce como Señor en el periodo del Nuevo Pacto).


MIQUEAS


1:2 Oid, pueblos todos: está atenta, tierra, y todo lo que en ella hay: y el Señor Jehová, el Señor desde su santo templo sea testigo contra vosotros. 1:3 Porque he aquí,
Jehová sale de su lugar, y descenderá, y hollará sobre las alturas de la tierra.


(Éste que sale de su lugar -Jehová- lo hace, sin duda, en la persona de Cristo).


(Ver Jn 10; Ez 34:11-13)

2:12 De cierto te reuniré todo, oh Jacob: recogeré ciertamente el resto de Israel: pondrélo junto como ovejas de Bosra, como rebaño en mitad de su majada: harán estruendo por la multitud de los hombres. 2:13 Subirá rompedor delante de ellos; romperán y pasarán la puerta, y saldrán por ella: y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová.


(De nuevo vemos cómo Padre e Hijo se solapan. Jesús es la puerta de las ovejas; Él va delante y sus ovejas lo siguen).


(Ver Is 2:1-4)

4:1 Y acontecerá en los postreros tiempos, que el monte de la casa de Jehová será constituído por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él pueblos. 4:2 Y vendrán muchas gentes, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y enseñarános en sus caminos, y andaremos por sus veredas: porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová. 4:3 Y juzgará entre muchos pueblos, y corregirá fuertes gentes hasta muy lejos: y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces: no alzará espada gente contra gente, ni más se ensayarán para la guerra. 4:4 Y cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien amedrente: porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.

4:6 En aquel día, dice Jehová, juntaré la coja, y recogeré la amontada, y a la que afligí: 4:7 Y pondré a la coja para sucesión, y a la descarriada para nación robusta: y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora para siempre.


(¿Quién puede dudar de que Cristo recogerá las ovejas dispersas y reinará sobre el monte Sión?).


(Ver Mt 2:6; Jn 7:42; Ap 6:16-17)

5:1 Reúnete ahora en bandas, oh hija de bandas: nos han sitiado: con vara herirán sobre la quijada al juez de Israel. 5:2 Mas tú, Beth-lehem Ephrata, pequeña para ser en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días del siglo. 5:3 Empero los dejará hasta el tiempo que para la que ha de parir; y el resto de sus hermanos se tornará con los hijos de Israel. 5:4 Y estará, y apacentará con fortaleza de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios: y asentarán; porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra. 5:5 Y éste será nuestra paz. Cuando Assur viniere a nuestra tierra, y cuando pisare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y ocho hombres principales;


(Cristo es el Señor de Israel desde el principio; a Jehová se le llama el Señor en el antiguo pacto y a Cristo en el nuevo: ambos son el mismo Dios).


7:18
¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia. 7:19 El tornará, él tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo de la mar todos nuestros pecados. 7:20 Otorgarás a Jacob la verdad, y a Abraham la misericordia, que tú juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.


(¿Quién perdona nuestra maldad y se olvida de nuestros pecados, sino Cristo?).


NAHUM


(Ver Ap 6:16-17)

1:6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿Y quién quedará en pie en el furor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas.


(Ya hemos visto en otros versículos que el día de la ira de Jehová es el mismo del día de la ira del Cordero).


SOFONÍAS


(Ver Ap 6:16-17)

1:14 Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy presuroso; voz amarga del Día de Jehová; gritará allí el valiente. 1:15 Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, 1:16 Día de trompeta y de algazara, sobre las ciudades fuertes, y sobre las altas torres. 1:17 Y atribularé los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová: y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. 1:18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová; pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo: porque ciertamente consumación apresurada hará con todos los moradores de la tierra.


(El día grande y de la ira de Jehová es el mismo que el día de la ira del Cordero).


2:1 Congregaos y meditad, gente no amable, 2:2 Antes que para el decreto, y el día se pase como el tamo; antes de que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes de que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros. 2:3 Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, que pusisteis en obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre: quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová.


(El día de la ira de Jehová es el mismo que el día de la ira del Cordero).


(Ver Ap 6:16-17)

3:7 Dije: Ciertamente me temerás, recibirás corrección; y no será su habitación derruida por todo aquello sobre lo que los visité. Mas ellos se levantaron de mañana y corrompieron todas sus obras. 3:8 Por tanto, esperadme, dice Jehová, el día que me levantaré al despojo: porque mi determinación es reunir las gentes, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el furor de mi ira; porque del fuego de mi celo será consumida toda la tierra.


(El día de la ira de Jehová es el mismo que el día de la ira del Cordero).


3:15 Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos: Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás mal.


(Cristo, el Mesías, libertará a Israel, le perdonará y reinará en Jerusalén).


ZACARÍAS


2:10
Canta y alégrate, hija de Sión: porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. 2:11 Y uniránse muchas gentes a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. 2:12 Y Jehová poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalem. 2:13 Calle toda carne delante de Jehová, porque él se ha despertado de su santa morada.


(De nuevo se ve con toda claridad que Jehová y Cristo son el mismo y único Dios).


(Ver Zac 6:12-13; Jer 23:5-6; Jer 33:15-16)

3:1 Y mostróme a Josué, el gran sacerdote, el cual estaba delante del ángel de Jehová; y Satán estaba a su mano derecha para serle adversario. 3:2 Y dijo Jehová á Satán: Jehová te reprenda, oh Satán; Jehová, que ha escogido a Jerusalem, te reprenda. ¿No es éste tizón arrebatado del incendio?


(Aquí se ve claramente cómo coexisten Dios Padre y Dios Hijo).


3:8 Escucha pues ahora, Josué gran sacerdote, tú, y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones simbólicos:
he aquí, yo traigo a mi siervo, el Pimpollo. 3:9 Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos: he aquí, yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.


{Está claro que esta piedra provista de siete ojos es Cristo; los siete ojos simbolizan el Espíritu Santo (Ap 5:6)}.

(Ver Ap 1:4; Ap 5:6)

4:10 Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Aquellos siete son los ojos de Jehová que recorren por toda la tierra.


(Los siete ojos son el Espíritu de Dios).


(Ver Jn 19:37; Ap 1:7)

12:9 Y será que en aquel día yo procuraré quebrantar a todas las gentes que vinieren contra Jerusalem. 12:10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalem, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán llanto sobre él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre él como quien se aflige sobre primogénito. 12:11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalem, como el llanto de Adadrimón en el valle de Megiddo. 12:12 Y la tierra lamentará, cada linaje de por sí; el linaje de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; el linaje de la casa de Nathán por sí, y sus mujeres por sí;


(Jehová dice en primera persona lo que hizo y hará Cristo, lo cual prueba que éste es Dios).


14:3
Después saldrá Jehová, y peleará con aquellas gentes, como peleó el día de la batalla. 14:4 Y afirmaránse sus pies en aquel día sobre el monte de las Olivas, que está en frente de Jerusalem a la parte de oriente: y el monte de las Olivas, se partirá por medio de sí hacia el oriente y hacia el occidente haciendo un muy grande valle; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el mediodía.

14:9 Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.

14:16 Y todos los que quedaren de las gentes que vinieron contra Jerusalem subirán de año en año a adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de las Cabañas. 14:17 Y acontecerá, que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalem a adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia.


(¿Quién puede dudar de que lo que afirma aquí Jehová se refiere a Cristo?).


MALAQUÍAS


3:1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí:
y luego vendrá a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. 3:2 ¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? o ¿quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.


(Quien vendrá a su templo después de ser enviado delante de él su mensajero -Juan el Bautista- es, sin duda, Jesucristo; queda, pues, evidenciado una vez más que Cristo es el Señor).


MATEO


(Ver Sal 130:8; Tit 2:13-14)

1:21 Y parirá un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. 1:22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo que fue dicho por el Señor, por el profeta que dijo: 1:23 He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, Y llamarás su nombre Enmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios.


(Huelga todo comentario; Jesús o Enmanuel significa Dios con nosotros).


2:2 Diciendo:
¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarlo.


(Jesucristo es el Rey de Israel y es digno de adoración; recuérdese que sólo se debe adorar a Dios).


3:16 Y Jesús, después de que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre Él. 3:17 Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.


(Intervención simultánea de Padre, Hijo y Espíritu Santo).


4:6 Y le dice: si eres Hijo de Dios, échate abajo; que escrito está: a sus ángeles mandará por ti, y te alzarán en las manos, para que nunca tropieces con tu pie en piedra. 4:7 Jesús le dijo: escrito está además: no tentarás al Señor tu Dios.


(Esta afirmación puede entenderse en dos sentidos: A) no acceder a la pretensión de Satanás, porque eso supondría tentar a Dios o B) decirle a Satanás que no lo tiente a Él, que es Dios y Señor).


4:10 Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está:
al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás.


(Sin embargo Jesús aceptó en varias ocasiones que lo adorasen; esto es una evidencia clara de su deidad).


12:6 Pues
os digo que uno mayor que el templo está aquí. 12:7 Mas si supieseis qué es: misericordia quiero y no sacrificio, no condenarías a los inocentes: 12:8 Porque Señor es del sábado el Hijo del hombre.


(¿Por qué El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo? Ciertamente porque es el Dios de toda creación).


(Ver Mt 4:10; Dt 6:13)

14:33 Entonces los que estaban en el barco, vinieron y lo adoraron, diciendo: verdaderamente eres Hijo de Dios.


(Jesús aceptó que lo adorasen: evidencia clara de su deidad).


18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.


(Jesús se atribuye a sí mismo un rasgo exclusivo del Dios Todopoderoso, como es la omnipresencia).


26:61 Que dijeron: éste dijo:
puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.


(Cristo tiene poder para poner su vida y también para volverla a tomar porque es Dios).


26:63 Mas Jesús callaba.
Respondiendo el pontífice, le dijo: te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, Hijo de Dios. 26:64 Jesús le dijo: tú lo has dicho: y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo de los hombres sentado a la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo. 26:65 Entonces el pontífice rasgó sus vestidos, diciendo: blasfemado ha: ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.


(Él mismo afirmó ser Hijo de Dios, igualándose a Dios, lo que para los judíos era una blasfemia).


28:17 Y como lo vieron,
lo adoraron: mas algunos dudaban. 28:18 Y llegando Jesús, les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.


(Si Cristo no es un impostor, entonces es que es Dios, porque consintió que lo adoraran).


MARCOS


12:29 Y Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: oye, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.


(el mismo Jesús que afirmó que hay un solo Dios, aceptó para él honores divinos cuando lo adoraron; esto debe hacernos pensar).


12:35 Y respondiendo Jesús decía, enseñando en el templo: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? 12:36 Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 12:37 Luego llamándole el mismo David Señor, ¿de dónde, pues, es su hijo? Y los que eran del común del pueblo lo oían de buena gana.


(¿A quién podía llamar David “mi Señor” sino al Hijo de Dios?).


14:58 Nosotros le hemos oído decir: yo derribaré este templo que es hecho de mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.


(Aquí de nuevo Jesús afirma hacer cosas que sólo Dios puede hacer).


LUCAS


(Ver Is 9:7)

1:32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo: y le dará el Señor Dios el trono de David su padre: 1:33 Y reinará en la casa de Jacob por siempre; y de su reino no habrá fin.

1:35 Y respondiendo el ángel le dijo: el Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios.


(El Hijo de Dios reinará por toda la eternidad).


1:46 Entonces María dijo: engrandece mi alma al Señor; 1:47 Y mi espíritu se alegró en Dios mi Salvador.


(El Salvador de María, así como del resto de la humanidad es Cristo, porque es Dios).


1:67 Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo: 1:68 Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y hecho redención a su pueblo, 1:69 Y nos alzó un cuerno de salvación En la casa de David su siervo, 1:70 Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio:


(La redención y la salvación se obtienen por medio de Cristo).


2:11 Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.


(Cristo es Salvador y Señor, atributos propios de Dios).


(Ver Is 42:1,3,9)

3:22 Y descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma, y fue hecha una voz del cielo que decía: tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.


(Intervienen aquí Padre, Hijo y Espíritu Santo).


5:21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a pensar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?


(A no ser que consideremos blasfemo a Cristo, tenemos que admitir que es Dios).


10:22 Todas las cosas me son entregadas de mi Padre: y nadie sabe quién sea el Hijo sino el Padre; ni quién sea el Padre, sino el Hijo, y a quien el Hijo lo quisiere revelar.


(Padre e Hijo son un mismo Dios).


JUAN


1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 1:2 Este era en el principio con Dios. 1:3 Todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho. 1:4 En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 1:5 Y la luz en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron.

1:9 Aquel era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo. 1:10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por Él; y el mundo no lo conoció. 1:11 A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron. 1:12 Mas a todos los que lo recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre: 1:13 Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios. 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia por gracia.

1:18 A Dios nadie lo vio jamás: el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él lo declaró.


(¿Cómo puede rechazarse la deidad de Cristo? Se trata de alguien que existió desde el principio, es creador del universo, tiene vida de por sí, es la luz, tiene toda la plenitud, etc).


2:19 Respondió Jesús, y díjoles: destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 2:20 Dijeron luego los Judíos: en cuarenta y seis años fue este templo edificado, ¿y tú en tres días lo levantarás? 2:21 Mas Él hablaba del templo de su cuerpo.


(¿Cómo podría resucitarse a sí mismo si no fuera Dios? En otros versículos se atribuye la resurrección de Cristo al Padre, pero recordemos que el Hijo está en el Padre y el Padre en el Hijo, como Jesús mismo dijo).


3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.


(No se trata de un “hijo de Dios” común, Cristo es el Hijo Unigénito).


5:18 Entonces, por tanto, más procuraban los Judíos matarlo, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también a su Padre llamaba Dios, haciéndose igual a Dios. 5:19 Respondió entonces Jesús, y díjoles: de cierto, de cierto os digo: no puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre: porque todo lo que Él hace, esto también hace el Hijo juntamente. 5:20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que Él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de suerte que vosotros os maravilléis. 5:21 Porque como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo; 5:23 Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió. 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida. 5:25 De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios: y los que oyeren vivirán. 5:26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo: 5:27 Y también le dio poder de hacer juicio, en cuanto es el Hijo del hombre.


(El Verbo Encarnado vivió como el Hijo del Hombre para poder cumplir su misión en la Tierra, pero hay que tener claro que Él es el Hijo de Dios).


6:69 Y nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.


(Nueva muestra de la divinidad de Cristo).


8:24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados: porque si no creyereis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.


(Este “yo soy” sin añadir ningún nombre, es una evidencia de que Cristo es Dios).


8:28 Díjoles pues, Jesús: cuando levantareis al Hijo del hombre, entonces entenderéis que yo soy, y que nada hago de mí mismo; mas como el Padre me enseñó, esto hablo.


(Este “yo soy” sin añadir ningún nombre, es una evidencia de que Cristo es Dios).


8:42 Jesús entonces les dijo: si vuestro padre fuera Dios, ciertamente me amaríais: porque yo de Dios he salido, y he venido; que no he venido de mí mismo, mas Él me envió.


(Jesús salió del seno del Padre, con quien mantiene una unidad perfecta).


8:58 Díjoles Jesús: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.


(Este “yo soy” trasciende el tiempo y se instala en la eternidad, ya que para Cristo no existe pasado y futuro; para Él siempre “es”).


9:35 Oyó Jesús que lo habían echado fuera; y hallándolo, díjole: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 9:36 Respondió Él, y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en Él? 9:37 Y díjole Jesús: Y le has visto, y el que habla contigo, Él es. 9:38 Y Él dice: Creo, Señor; y adorólo.


(¿Es Cristo un impostor al declararse Hijo de Dios y permitir que lo adoren?).


10:11 Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas. 10:12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye, y el lobo las arrebata, y esparce las ovejas. 10:13 Así que, el asalariado, huye, porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas. 10:14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.


(Este buen pastor nos recuerda a Jehová como pastor de Israel en Is 40:11 e Is 58:11).


10:17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 10:18 Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.


(“En Él estaba la Vida”, por eso la muerte no lo pudo retener; Él tiene poder para entregarla y para retomarla).


10:30 Yo y el Padre una cosa somos. 10:31 Entonces volvieron a tomar piedras los Judíos para apedrearlo. 10:32 Respondióles Jesús: muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál obra de esas me apedreáis? 10:33 Respondiéronle los Judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.

10:38 Mas si las hago, aunque a mí no creáis, creed a las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.


(Jesús dice que Él y el Padre son UNO, haciéndose igual a Dios ¿Era Cristo un blasfemo?).


11:25 Dícele Jesús: yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.


(Jesús no dice que tiene vida, sino que ES la vida; sabemos que la vida, que sigue siendo un misterio para el hombre, procede en último término de Dios).


13:3 Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,

13:19 Desde ahora os lo digo antes que se haga, para que cuando se hiciere, creáis que yo soy.


(El Hijo, siendo Dios -de nuevo “yo soy”-, cumple su función dentro de la divinidad).


14:7 Si me conocieseis, también a mi Padre conocierais: y desde ahora lo conocéis, y lo habéis visto. 14:8 Dícele Felipe: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 14:9 Jesús le dice: ¿Tanto tiempo ha que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto al Padre; ¿Cómo, pues, dices tú: muéstranos el Padre? 14:10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo de mí mismo: mas el Padre que está en mí, Él hace las obras. 14:11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí: de otra manera, creedme por las mismas obras.


14:13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14:14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.


(Padre e Hijo tienen una misma voluntad y propósito; no es que estén unidos, es que son UNO. Cristo es la imagen del Dios invisible, por eso quien lo ve a Él ve al Padre, quien nunca se mostró de forma visible al hombre. De igual modo todo lo que pidamos al Padre en el nombre de Jesús, Dios -Hijo o Padre indistintamente- lo hará).


14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
14:17 Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve, ni lo conoce: mas vosotros lo conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.


(Vemos cómo en esta promesa están involucradas las tres personas de la trinidad de Dios).


14:23 Respondió Jesús, y díjole: el que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos á Él, y haremos con Él morada.

14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.


(La persona que tiene a Jesús en su corazón tiene a Dios morando en él; teniendo el Espíritu Santo tenemos también al Padre y al Hijo, porque los tres son un único Dios).


16:14 El me glorificará: porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 16:15 Todo lo que tiene el Padre, mío es: por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.


(Es interesante que no diga aquí “tomaré de lo suyo” sino “tomará de lo mío”).


17:1 Estas cosas habló Jesús, y levantados los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora es llegada; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;

17:5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú cerca de ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese.

17:10 Y todas mis cosas son tus cosas, y tus cosas son mis cosas: y he sido glorificado en ellas.
17:21 Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste.


(Orando al Padre como Hijo del Hombre, nos enseña la unidad del Cuerpo de Cristo, además de la gloria que le corresponde como Hijo de Dios).


18:5 Respondiéronle: a Jesús Nazareno. Díceles Jesús; Yo soy (Y estaba también con ellos Judas, el que lo entregaba) 18:6 Y como les dijo, Yo soy, volvieron atrás, y cayeron en tierra.


(Este “yo soy” que derribó a tierra a sus enemigos, es una característica que acompaña la presencia del Cristo glorificado, como le ocurrió a Saulo en el camino de Damasco).


(Ver Zac 12:10; Ap 1:7)

19:7 Respondiéronle los Judíos: nosotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo Hijo de Dios.

19:37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.


(Este Hijo de Dios no es un hijo adoptivo como los redimidos, sino hijo natural y como tal participante de la esencia divina).


(Ver Fil 2:5-11)

20:17 Dícele Jesús: no me toques: porque aún no he subido a mi Padre: mas ve a mis hermanos, y diles: subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.


(En tanto que Hijo del Hombre se refiere al Padre como su Padre y su Dios).


20:26 Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Vino Jesús, las puertas cerradas, y púsose en medio, y dijo: paz a vosotros. 20:27 Luego dice a Tomás: mete tu dedo aquí, y ve mis manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel. 20:28 Entonces Tomás respondió, y díjole: ¡Señor mío, y Dios mío!


(Tomás lo reconoció como Señor y Dios y Jesús no se opuso).


HECHOS


3:14 Mas vosotros al Santo y al Justo negasteis, y pedisteis que se os diese un homicida; 3:15 Y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos; de lo que nosotros somos testigos.


(¿Quién puede ser llamado “el Santo” y “autor de la vida”, sino sólo Dios?).


4:12 Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.


(Nuestro Salvador es Dios, o lo que es igual, es Cristo, quien también es nuestro único mediador).


5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad? 5:4 Reteniéndola, ¿no te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.


(Está muy claro aquí que mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios, porque el Espíritu Santo es Dios. Vemos también que no puede considerarse el Espíritu Santo una mera fuerza, como dicen algunos, porque a una fuerza no se le puede mentir).


7:51 Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres, así también vosotros. 7:52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? y mataron a los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;


(Resistir al Espíritu Santo equivale a resistir a Dios. Por otra parte Justo sólo hay uno, que es Dios, o lo que es igual, Cristo).


10:36 Envió palabra Dios a los hijos de Israel, anunciando la paz por Jesucristo; éste es el Señor de todos.
10:42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que Él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. 10:43 A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en Él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.



(Se le atribuyen aquí a Jesucristo tres prerrogativas exclusivas de Dios: Señor de todos, Juez de vivos y muertos, y con poder para perdonar pecados).


17:24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en Él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos, 17:25 Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues Él da a todos vida, y respiración, y todas las cosas;


{Estas mismas cosas se pueden afirmar de Cristo, quien es Señor de señores y el dador de la vida (Jn 1:3-4; Jn 14:6)}.


28:25 Y como fueron entre sí discordes, se fueron, diciendo Pablo esta palabra: bien ha hablado el Espíritu Santo por el profeta Isaías a nuestros padres, 28:26 Diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis: 28:27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y de los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos taparon; porque no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.


(Estas palabras según Isaías las habló Jehová y según Pablo fue el Espíritu Santo; ¿hay contradicción en esto? No, porque Jehová y el Espíritu Santo son el mismo Dios).


ROMANOS


8:9 Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.

8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Cristo Jesús de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.


(El Espíritu de Cristo es el mismo que el Espíritu de Dios).


9:5 Cuyos son los padres, y de los cuales es Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.


(Afirmación rotunda de la deidad de Cristo).


15:30 Ruégoos empero, hermanos, por el Señor nuestro Jesucristo, y por la caridad del Espíritu, que me ayudéis con oraciones por mí a Dios,


(De nuevo se mencionan aquí las tres personas de la trinidad).


1 CORINTIOS


2:10 Empero Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en Él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.


(El Espíritu forma parte de la deidad).


3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?


(El Espíritu es Dios mismo).


6:11 Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.


{“el Señor es el Espíritu…” (2 Co 3:17); esto quiere decir que ambos forman parte de la deidad}.


6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 6:20 Porque comprados sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.


(Si nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y nuestro cuerpo es de Dios, entonces es necesario concluir que el Espíritu Santo es Dios).


8:6 Nosotros empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en Él: y un Señor Jesucristo, por el cual son todas las cosas, y nosotros por Él.


(Jesucristo es el Verbo, que quiere decir la Palabra de Dios a la vez que expresa la acción de Dios, tal como ocurre en la Creación: sea, haya, júntense, produzca, etc).


10:4 Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo.


(Aquí se presenta a Cristo como la Roca que sacia nuestra sed espiritual; como Roca, es también nuestra fortaleza, cualidad que se atribuye a Dios en muchos versículos, especialmente en el libro de Salmos).


12:3 Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por Espíritu Santo. 12:4 Empero hay repartimiento de dones; mas el mismo Espíritu es. 12:5 Y hay repartimiento de ministerios; mas el mismo Señor es. 12:6 Y hay repartimiento de operaciones; mas el mismo Dios es el que obra todas las cosas en todos.


(De nuevo están aquí involucradas las tres “personas” divinas).


2 CORINTIOS


1:21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios; 1:22 El cual también nos ha sellado, y dado la prenda del Espíritu en nuestros corazones.


(Otra vez más están aquí involucradas las tres “personas” divinas, formando una unidad perfecta).


3:16 Mas cuando se convirtieren al Señor, el velo se quitará. 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad.


(Además de la unión consustancial de Padre e Hijo, vemos aquí la unión con el Espíritu).


4:4 En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.


{Otra vez se presenta aquí Cristo como la imagen del Dios invisible; es importante tener en cuenta que se está refiriendo a la imagen, no a la sombra (He 10:1)}.


5:18 Y todo esto es de Dios, el cual nos reconcilió a sí por Cristo; y nos dio el ministerio de la reconciliación. 5:19 Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí, no imputándole sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la reconciliación.


(Otro ejemplo más de la unión indisoluble del Padre con el Hijo).


6:16 ¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo.


(En 1Co 6:19 se decía que éramos templo del Espíritu y aquí de Dios, porque el Espíritu Santo es Dios).


13:13 La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la participación del Espíritu Santo sea con vosotros todos. Amén.


(Aquí se mencionan las tres personas de la deidad).


GÁLATAS


4:5 Para que redimiese a los que estaban debajo de la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre.


(Decir Espíritu Santo, Espíritu de Dios o Espíritu de Cristo equivale a nombrar al mismo Espíritu).


EFESIOS


3:14 Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, 3:15 Del cual es nombrada toda la parentela en los cielos y en la tierra, 3:16 Que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu. 3:17 Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor, 3:18 Podáis bien comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad y la altura, 3:19 Y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.


(En la plenitud de Dios están presentes, como vemos, Padre, Hijo y Espíritu).


4:4 Un cuerpo, y un Espíritu; como sois también llamados a una misma esperanza de vuestra vocación: 4:5 Un Señor, una fe, un bautismo, 4:6 Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros.


(Nuevamente se mencionan aquí las tres “personas” de la divinidad).


5:5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es servidor de ídolos, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.


{Vemos cómo Padre e Hijo comparten su gloria, cuando Dios no comparte su gloria con nadie, lo cual evidencia que Cristo es Dios (Is 42:8)}.


(Ver Is 60:19-20; Ap 21:23)

5:13 Mas todas las cosas cuando son redargüidas, son manifestadas por la luz; porque lo que manifiesta todo, la luz es. 5:14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.


{¿Quién nos alumbrará sino la luz, que es Cristo (Jn 1:9)}.


FILIPENSES


(Ver Is 45:23)

2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: 2:6 El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: 2:7 Sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 2:8 Y hallado en la condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 2:9 Por lo cual Dios también lo ensalzó a lo sumo, y diole un nombre que es sobre todo nombre; 2:10 Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra; 2:11 Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, a la gloria de Dios Padre.


({as debilidades y limitaciones mostradas por Jesús son una expresión del Hijo del Hombre, quien siendo Hijo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1:14). En cuanto Hijo de Dios se dice de Él lo mismo que de Jehová en Is 45:23}.


COLOSENSES


1:15 El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura. 1:16 Porque por Él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por Él y para Él. 1:17 Y Él es antes de todas las cosas, y por Él todas las cosas subsisten: 1:18 Y Él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; Él que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado. 1:19 Por cuanto agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud, 1:20 Y por Él reconciliar todas las cosas a sí, pacificando por la sangre de su cruz, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos.


(Cristo no sólo es el Creador sino quien sustenta y rige el universo).


2:2 Para que sean confortados sus corazones, unidos en amor, y en todas riquezas de cumplido entendimiento para conocer el misterio de Dios, y del Padre, y de Cristo; 2:3 En el cual están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento.


(Cristo, igual que el Padre, es omnisciente).


2:9 Porque en Él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente: 2:10 Y en Él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad:


(¿En quién habita la plenitud de la divinidad, sino en Dios mismo? Luego Cristo es Dios).


3:16 La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con salmos e himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.


(La palabra de Cristo es sinónimo de la palabra de Dios; luego Cristo es Dios).


1 TIMOTEO


2:3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador; 2:4 El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad. 2:5 Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre; 2:6 El cual se dio a sí mismo en precio del rescate por todos, para testimonio en sus tiempos:


(Dios nuestro Salvador es sinónimo de Cristo nuestro Salvador).


3:16 Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado a los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.


(Dios se ha manifestado en carne en la persona de Cristo; y esto es un misterio para el ser humano, cuya razón no alcanza a comprender).


2 TIMOTEO


1:8 Por tanto no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo; antes sé participante de los trabajos del evangelio según la virtud de Dios, 1:9 Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme a nuestras obras, mas según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 1:10 Mas ahora es manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte, y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio;


(Efectivamente, Dios nos salvó por la obra redentora de Cristo).


TITO


2:13 Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo. 2:14 Que se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.


(Aquí dice claramente “nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”).


3:4 Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 3:5 No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo; 3:6 El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,


(Se vuelven a mencionar aquí juntas las tres personas de la deidad: Padre, Hijo y Espíritu).


HEBREOS


1:1 Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 1:2 En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo: 1:3 El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 1:4 Hecho tanto más excelente que los ángeles, cuanto alcanzó por herencia más excelente nombre que ellos.


(Vemos cómo Cristo reúne todas las características de Dios).


1:8 Mas al hijo: tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; vara de equidad la vara de tu reino;


(Aquí al Hijo le llama Dios).


1:10 Y: tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra; y los cielos son obras de tus manos: 1:11 Ellos perecerán, mas tú eres permanente; y todos ellos se envejecerán como una vestidura; 1:12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; empero tú eres el mismo, y tus años no acabarán.


(Por el contexto se ve claramente que se está refiriendo al Señor Jesucristo, de quien el Padre afirma que fundó los cielos y la tierra y que es eterno ¿Quién que no sea Dios mismo puede tener tal poder?).


3:7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: si oyereis hoy su voz, 3:8 No endurezcáis vuestros corazones como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,


(Estas palabras atribuidas aquí al Espíritu Santo coinciden exactamente con las referidas a Jehová en Sal 95:7-11; esta es una prueba fehaciente de que el Espíritu Santo es Dios mismo).


7:3 Sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.


(Aquí se compara a Melquisedec con alguien que es eterno: Jesucristo).


9:14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?


(Otra vez presentes en un versículo los tres componentes de la divinidad).


11:3 Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.


(¿Qué es la Palabra de Dios, sino el Verbo, esto es, Jesucristo?).


13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.


(Es decir, Jesucristo es eterno porque es Dios).


1 PEDRO


1:10 De la cual salud los profetas que profetizaron de la gracia que había de venir a vosotros, han inquirido y diligentemente buscado, 1:11 Escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo significaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual prenunciaba las aflicciones que habían de venir a Cristo, y las glorias después de ellas.


(De nuevo, Espíritu de Cristo es sinónimo de Espíritu Santo).


2 PEDRO


1:1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado fe igualmente preciosa con nosotros en la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo:

1:11 Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


(Aquí se dice con toda claridad que Jesucristo es nuestro Señor y nuestro Dios).


1 JUAN


(Ver Jn 1:1-10)

1:1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida; 1:2 (Porque la vida fue manifestada, y vimos, y testificamos, y os anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha aparecido); 1:3 Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 1:4 Y estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. 1:5 Y este es el mensaje que oímos de Él, y os anunciamos: que Dios es luz, y en Él no hay ningunas tinieblas.


{Si el Verbo es Vida Eterna y si es Luz (Jn 1:1-10), entonces es Dios, ya que aquí se nos dice que Dios es luz pura sin tinieblas}.


2:22 ¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo. 2:23 Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre. Cualquiera que confiese al Hijo tiene también al Padre. 2:24 Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.


(Otra muestra más de la unión indisoluble de Padre e Hijo).


3:22 Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él. 3:23 Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. 3:24 Y el que guarda sus mandamientos, está en Él, y Él en Él. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.


(Nueva referencia a la trinidad divina).


4:9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él. 4:10 En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó a nosotros, y ha enviado a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 4:11 Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos a otros. 4:12 Ninguno vio jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros: 4:13 En esto conocemos que estamos en Él, y Él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. 4:14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo.


(Otra referencia a la trinidad divina).


(Ver Jn 3:36)

5:5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 5:6 Este es Jesucristo, que vino por agua y sangre: no por agua solamente, sino por agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio: porque el Espíritu es la verdad.

5:10 El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo: el que no cree a Dios, lo ha hecho mentiroso; porque no ha creído en el testimonio que Dios ha testificado de su Hijo.5:11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida: el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.

5:20 Empero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero: y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.


(Es difícil decir tanto y tan claro: tanto el Espíritu Santo como el Padre dieron testimonio del Hijo, y éste dio testimonio del Padre. Los tres son la verdad y los tres son el único y verdadero Dios. Esto no podemos razonarlo pero sí creerlo, y es que “mis pensamientos no son como vuestros pensamientos…”, dice el Señor).


2 JUAN


1:9 Cualquiera que se rebela, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios: el que persevera en la doctrina de Cristo, el tal tiene al Padre y al Hijo.


(Padre e Hijo forman una unidad esencial).


APOCALIPSIS


1:4 Juan a las siete iglesias que están en Asia: Gracia sea con vosotros, y paz del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono; 1:5 Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, 1:6 Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a Él sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén.


(Otra vez la trinidad divina: se hace referencia a los siete espíritus que son una expresión del Espíritu de Dios -7 es símbolo de la plenitud de Dios- y se menciona a Jesucristo y al Padre).


1:7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo lo verá, y los que lo traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre Él. Así sea. Amén. 1:8 Yo soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. 1:9 Yo Juan, vuestro hermano, y participante en la tribulación y en el reino, y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. 1:10 Yo fui en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 1:11 Que decía: Yo soy el Alpha y Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia; a Efeso, y a Smirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia, y a Laodicea.


(Mención a las tres personas de la trinidad divina y designación de Cristo como ser no creado –Alpha y Omega- y como Dios Todopoderoso).


1:12 Y me volví a ver la voz que hablaba conmigo: y vuelto, vi siete candeleros de oro; 1:13 Y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo del hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con una cinta de oro. 1:14 Y su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos como llama de fuego; 1:15 Y sus pies semejantes al latón fino, ardientes como en un horno; y su voz como ruido de muchas aguas. 1:16 Y tenía en su diestra siete estrellas: y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. 1:17 Y cuando yo lo vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: no temas: yo soy el primero y el último; 1:18 Y el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos, Amén. Y tengo las llaves del infierno y de la muerte.


(En esta descripción simbólica de Cristo se muestran características comunes a las que se describen en las visiones de Jehová en el Antiguo Testamento. Además se presenta como “el primero y el último”).


(Ver Is 44:6; Is 48:12)

2:8 Y escribe al ángel de la iglesia en Smirna: El primero y postrero, que fue muerto, y vivió, dice estas cosas:


(Nuevamente se reitera esta cualidad de Cristo como ser creador no creado).


3:6 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. 3:7 Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:

3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a Él, y cenaré con Él, y Él conmigo. 3:21 Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 3:22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.


(Padre, Hijo y Espíritu presentes una vez más).


(Ver Zac 4:2,10)

5:6 Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra.


(Los siete Espíritus de Dios se refieren sin duda alguna al Espíritu Santo. Vemos además que este Cordero tiene la plenitud del poder con los siete cuernos y del conocimiento con los siete ojos, dado que el número siete es simbólico de la plenitud de Dios).


5:8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos:

5:13 Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás.


(Padre e Hijo comparten su gloria; por lo tanto se deduce necesariamente que Cristo es Dios Todopoderoso, ya que Jehová mismo declara en el Antiguo Testamento que es Dios celoso y que no comparte su gloria con ningún otro dios).


(Ver Sal 76:7; Sal 110:5-6; Jer 10:10; Mi 5:15; Nah 1:6; Hab 3:2; Sof 1:14-18; Sof 2:1-3; Sof 3:7-8)

6:16 Y decían a los montes y a las peñas: caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero: 6:17 Porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?


(Vemos de nuevo una misma voluntad y propósito: un único Dios).


7:9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos; 7:10 Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero.


(Otra vez Padre e Hijo compartiendo la gloria debida exclusivamente a Dios).


17:14 Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es el Señor de los señores, y el Rey de los reyes: y los que están con Él son llamados, y elegidos, y fieles.


(En el Antiguo Testamento se dice que “Dios peleará contra ellos”; aquí vemos que es específicamente Cristo quien descenderá a pelear contra todos sus enemigos).


19:6 Y oí como la voz de una grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya: porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso.


(Sabemos que Cristo tomará el Reino por los siglos de los siglos; Él es Dios Todopoderoso).


19:10 Y yo me eché a sus pies para adorarlo. Y Él me dijo: mira que no lo hagas: yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús: adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. 19:11 Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre Él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual con justicia juzga y pelea.


(A diferencia de Jesús que consintió que lo adorasen, este ángel lo impidió; el primero es digno de adoración y el segundo es sólo un consiervo, por muy alta posición que pueda ocupar en el cielo).


19:12 Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno entendía sino Él mismo. 19:13 Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.

19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.


(Si no se puede excluir a Dios de entender ese nombre escrito, hay que admitir que Cristo es Dios, ya que sólo Él lo entendía y nadie más).

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