11/5/17

¿Qué es la verdad?





INTRODUCCIÓN

Entre las acepciones del término “verdad” que aparecen en el diccionario de la RAE, hay dos que, a mi entender, son las más importantes. Una de ellas se refiere a personas o sujetos, situándose, por tanto, en el ámbito de la subjetividad. Desde esta perspectiva la verdad es la “conformidad de lo que se dice con lo que se siente o piensa”. Este significado es prácticamente equivalente al de sinceridad. La otra acepción se refiere a la realidad objetiva de las cosas, como lo que ocurre verdaderamente”.

VERDAD ABSOLUTA Y OBJETIVA vs RELATIVA Y SUBJETIVA

Estos dos aspectos o dimensiones de la verdad son de trascendental importancia para la vida de todo ser humano. Aunque tal vez hoy en día se haga más énfasis en la importancia de decir lo que se piensa, en la sinceridad, no es menos importante conocer las cosas de manera objetiva, tal como son en realidad, con independencia de la percepción que los sujetos puedan tener de ellas.

Sin menospreciar ni en lo más mínimo la sinceridad, algo que sin duda Dios valora positivamente, ésta por sí sola no nos conduce a la verdad de la realidad objetiva y externa al sujeto, sino a una verdad relativizada, a nuestra verdad, de tal modo que cada cual puede defender su verdad como la más valiosa de todas. El problema es que una persona, por muy sincera que sea, puede estar equivocada, perjudicándose a sí misma y a otras personas con las que interactúa. Un ejemplo evidente de esto lo hallamos en las personas paranoicas con manía persecutoria. Su sinceridad no puede evitar que su mente distorsione la realidad, haciéndoles ver peligros y enemigos inexistentes.

Por eso a todos nos interesa o debiera interesarnos conocer la auténtica verdad; no sólo la verdad relativa a las personas o cosas creadas, sino también la verdad absoluta, que es y está en Dios. El ser humano en general necesita hacerse la pregunta que un día formuló Pilato: ¿Qué es la verdad?...” (Jn 18:38). No sabemos en qué tono realizó Pilato esta pregunta; intuyo que su actitud revela más una convicción escéptica y relativista que una búsqueda o interés por conocer la verdad. Pero la pregunta en sí, lejos de ser trivial, alude a una cuestión de vital importancia.

JESUCRISTO ES LA VERDAD

La verdad absoluta, que es el fundamento de toda verdad, no la puede descubrir el hombre por sí mismo, porque es tan inalcanzable como Dios. Pero estamos de enhorabuena porque Dios, que es la Verdad, se ha revelado a sí mismo a través de su Palabra y de la persona de Jesucristo. Cuando una persona conoce la verdad de Dios, que le ha sido revelada, se da cuenta de algo sorprendente: que la verdad universal y absoluta se encuentra en alguien y no en algo. Y ese alguien portador de la verdad no es otro que Cristo Jesús.

1 Ti 2:3-4; ...Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

Jn 14:6; Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Ef 4:20-21; Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

EL PUEBLO DE DIOS ESTÁ EN LA VERDAD

Justamente porque Dios y su Palabra, que un día fue manifestada en carne por medio de Jesucristo, son la verdad, también su pueblo está llamado a ser un fiel reflejo de la misma, como bien lo expresan los siguientes versículos.

Zac 8:3; Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad.

1 Ti 3:15; ...para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

LA VERDAD ACABA TRIUNFANDO SOBRE LA MENTIRA

Quien no entienda que es imposible obtener la victoria final contra la verdad o, lo que es lo mismo, que no puede vencer si no es por medio de la verdad, es porque no ha alcanzado auténtica sabiduría. La razón es muy simple: dado que la verdad es y está en Dios, si nos enfrentamos a Él cosecharemos con toda seguridad una estrepitosa derrota; mientras que si andamos con Dios en el camino de la verdad venceremos y seremos salvos.

2 Co 13:8; Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad.

LOS FALSOS DIOSES vs EL DIOS VERDADERO

Desde los albores de la humanidad, el hombre, con una concepción antropomorfa y relativista de las cosas, se ha inventado multitud de dioses y diosas a medida, para tratar de alcanzar sus deseos y satisfacer sus necesidades. En su origen, el motivo subyacente a la creación de los falsos dioses radica probablemente en el miedo: miedo a los fenómenos naturales adversos que no puede controlar; miedo a ser atacados por fieras o por otros grupos rivales; miedo a lo desconocido; miedo a la muerte; etc. El sentimiento de indefensión causado por tanta amenaza y peligro, condujo al hombre a crear figuras divinas poderosas, a las que podían invocar en busca de protección. De ahí los sacrificios, a veces sangrientos, tratando de hacerse merecedores del favor de los dioses, o para calmar a un dios tiránico, que cuando está airado los aflige con duros castigos.

Lógicamente esto no tiene nada que ver con el Dios vivo y real que existe. Como he dicho antes, este ser inalcanzable para la mente y conocimiento humano ha tenido a bien revelarse a las vidas de los hombres a lo largo de la historia. En su momento Dios (o Elohim), que ya se había mostrado a su pueblo Israel como un Dios personal, se identificó con el nombre de Yahvéh (traducido en muchas versiones bíblicas también como Jehová), con el fin de evitar toda confusión con los dioses creados por el hombre. Este nombre distintivo refuerza el concepto del Dios de la Biblia como el único y verdadero, a la vez que el Todopoderoso, el Eterno, el Creador, el Salvador, etc.

Ex 3:13-15; Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. 15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.

Ex 6:2-3; Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. 3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.

Jn 17:3; Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Otras referencias a Dios como el único y verdadero las podemos encontrar en 2 Cr 15:3 y Jer 10:10.

LA VERDAD DE DIOS vs EL ENGAÑO DE SATANÁS

Todo aquel que no cree la verdad de Dios queda automáticamente expuesto a la mentira de Satanás; es más, está predispuesto a aceptarla. Si no amamos la verdad y rechazamos de forma persistente andar en ella, complaciéndonos en la mentira, Dios puede llegar a desentenderse totalmente de nosotros y entregarnos a poderes engañosos que nos van a esclavizar y llevar por camino de perdición. Por eso es tan importante creer a Dios y hacerle caso en todo lo que nos dice.

2 Ts 2:9-12; ...inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Jn 8:31-32; Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

UNA VERDAD A MEDIAS ES UNA MENTIRA

Para no caer en el error debemos evitar algo muy común, como es interpretar la Palabra sin considerar el contexto inmediato juntamente con el contexto general de la Biblia. Las verdades que ésta contiene se relacionan unas con otras dentro de un conjunto armonioso exento de contradicciones, sin perjuicio de que cada aspecto de la verdad conserve su significado específico. Por eso el principio bíblico acerca del testimonio, el cual para que sea válido requiere la concurrencia de dos o más testigos, creo que debe aplicarse no sólo a las personas, sino también a los propios textos de la Biblia.

Consecuentemente con dicho principio, no deberíamos sacar conclusiones precipitadas de la lectura de un texto, sin antes encontrar al menos otro que lo avale o confirme. Eso evitaría tomar verdades que lo son sólo en parte, lo cual es una falacia. Por este motivo en los juicios, antes de declarar, se le pide al compareciente, con buen criterio, que jure decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad”, ya que las verdades a medias, o la mezcla de verdades con mentiras, constituyen una mentira.

Eso es precisamente lo que han hecho multitud de líderes y sectas surgidos a lo largo de la historia, sobre todo a partir de los siglos XIX y XX, para falsificar la Palabra, incurriendo en apostasía y toda clase de herejías. Por tanto estemos atentos para no engañar ni ser engañados de ese modo.

Sal 119:160; La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia.

Jn 16:13; Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad...

GRAVEDAD DE LA MENTIRA

La mentira en ningún caso puede considerarse inocua, ni siquiera las llamadas mentiras piadosas. Va contra la esencia misma de Dios y contra su voluntad, por lo que debemos rechazarla sin contemplaciones. Otra cosa bien distinta es optar por callar y no revelar una verdad porque nadie nos pregunta y además resulta innecesaria o contraproducente; o porque no es el momento o lugar oportuno para que la manifestemos.

Pr 12:22; Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento.

LA MENTIRA PUEDE SER MUY DESTRUCTIVA

Pensemos por un momento en el daño que puede causar una lengua mentirosa. La murmuración y, sobre todo, la maledicencia, la difamación y las acusaciones falsas, pueden llegar a destruir personas e incluso pueblos enteros. Como dice Stg 3:5-8:

Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! 6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. 7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; 8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

NO OPINEMOS SIN SUFICIENTE CONOCIMIENTO DE CAUSA

Por tanto, cuando alaben desmesuradamente a alguien o, por el contrario, nos vengan con chismes hablando mal de otra persona que esté ausente, no debemos juzgar precipitadamente, sin antes conocer bien los hechos; si es posible de primera mano. Esta forma prudente de actuar puede evitarnos problemas y errores de los que luego tengamos que arrepentirnos.

2 Cr 9:5-6; Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabiduría; 6 pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú superas la fama que yo había oído.

LA VERDAD FUNDAMENTADA EN EL HOMBRE ES ENGAÑOSA

El hombre natural, dominado por la carne, sólo puede conocer parcialmente la verdad; es decir, sólo puede acceder a una verdad relativa, cambiante y subjetiva. De ahí la conocida sentencia: “nadie está en posesión absoluta de la verdad”; o también la famosa frase de una obra literaria de Ramón de Campoamor: en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira”. Sin embargo el hombre espiritual, sometido al Espíritu de Dios, conoce la verdad por Él revelada, la cual es absoluta, eterna, inmutable y objetiva.

Ro 1:25; (los hombres) ...cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

FACTORES QUE DIFICULTAN AL HOMBRE CONOCER LA VERDAD

La verdad basada exclusivamente en el conocimiento humano, es incompleta e imperfecta por la propia naturaleza del hombre. Sin la ayuda de Dios podemos extraviarnos de la verdad por varias razones. Una de ellas es por nuestra percepción subjetiva de las cosas, o por una perspectiva limitada de los hechos; otra porque no siempre somos capaces de discernir el engaño en un mensaje adulterado o distorsionado con una mezcla sutil de verdades y mentiras; también podemos caer en el error, al pretender explicar por nuestra cuenta ciertos misterios que sólo Dios puede desvelar. A todo esto hay que añadir la existencia de engañadores perversos y sobre todo de Satanás, el padre de la mentira, quien está empeñado en incitar al hombre a aceptarla. En este sentido el diablo es justo lo contrario de Dios, el cual nunca miente.

Nm 23:19; Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?

Col 2:8; Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

Ef 4:14-15; ... para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.

Jn 8:44-45; ...Él (el diablo) ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. 45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.

Ap 19:2 (también Ap 20:2-3); Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...

NO HAY EXCUSA PARA QUE NOS DEJEMOS ENGAÑAR

Este último punto puede llevarnos a la siguiente pregunta: ¿Somos responsables ante Dios cuando nos dejamos seducir por el engaño de Satanás? Por supuesto que sí; al menos por tres motivos: 1) porque Dios nos dio a conocer su voluntad para nuestras vidas; 2) porque nos dio además la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, así como entre la verdad y la mentira; 3) porque nos previene y advierte en su Palabra contra todo engaño del diablo. Así que no tenemos excusa para que nos dejemos engañar por él y sus secuaces.

Dt 13:1-3; Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, 2 y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; 3 no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.

Mt 7:15-16; Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis...

Mt 24:11; Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos.

Lc 21:8 (Mt 24:4); El entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.

2 Co 11:13-15; Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

1 Ti 4:1; Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios...

2 P 2:1-2; Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado.

Ap 13:14; Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió.

¿QUÉ MUEVE AL HOMBRE A MENTIR?

Por experiencia sabemos que puede haber muchos motivos que nos induzcan a mentir deliberadamente; pero, generalizando, podemos mencionar tres causas: 1) mentimos para conseguir algún propósito, dando por válido que el fin justifica los medios; 2) para no meternos en problemas, o para intentar deshacernos de ellos; 3) por habernos habituado a la mentira, hasta el punto de que se ha convertido en una atadura de la que no nos damos librado, o porque hemos aprendido a manejarla tan bien que ya nos sentimos cómodos con ella. Andar firmes en la verdad no siempre resulta fácil; exige pagar un precio que puede llegar a ser muy alto.

Pr 23:23; Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.

Ga 4:16; ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?

Is 59:14-15; Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir. 15 Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho.

Jer 9:5-6; Y cada uno engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar mentira, se ocupan de actuar perversamente. 6 Su morada está en medio del engaño; por muy engañadores no quisieron conocerme, dice Jehová.

TAN MALO ES ENGAÑAR A OTROS COMO DEJARNOS ENGAÑAR

En nuestras relaciones interpersonales, todos podemos ser víctimas de un engaño en cualquier momento, ya sea por falta de prudencia al confiar en quienes no debemos, o simplemente porque nos fiamos de otras personas, al no imaginar en ellas ningún motivo o beneficio por el quieran mentirnos. En estos casos padecemos un engaño, algo contra lo que nadie está inmune. Pero, ¿cuántas veces somos nosotros mismos los protagonistas del engaño? Vayamos siempre con la verdad por delante, como nos exhorta la Palabra.

Jer 9:4; Guárdese cada uno de su compañero, y en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano engaña con falacia, y todo compañero anda calumniando.

2 Ti 3:13; ...mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

Col 3:6; No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos...

Ef 4:25; Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

1 Ts 4:6; que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.

NECESITAMOS CORTAR RADICALMENTE CON LA MENTIRA

Por nuestro bien y el de los demás, debemos ser muy cuidadosos en apartarnos de toda mentira, sin transigir ni en lo más mínimo con ella. Pidámosle a Dios que nos muestre toda clase de mentira presente en nuestras vidas y nos ayude a erradicarla, y que al mismo tiempo nos dé discernimiento para detectar las mentiras ajenas.

Sal 139:23-24; Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; 24 y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.

Sal 119:29-30; Aparta de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley. 30 Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí.

Sal 120:2; Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta.

CUIDÉMONOS DE LOS SENTIMIENTOS ENGAÑOSOS DEL CORAZÓN

Hemos de estar muy atentos, porque si somos engañados en algo sin darnos cuenta de ello, no sólo nos estamos perjudicando inconscientemente a nosotros mismos, sino que también podemos influenciar negativamente a otros con nuestras opiniones y conclusiones erróneas. Tengamos presente que nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos, cuando actuamos en la carne, y que los deseos y sentimientos del corazón son engañosos.

Jer 14:14; Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan.

Jer 17:9-10; Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Ef 4:22-24; En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

ESCOGER DELIBERADAMENTE LA MENTIRA AUMENTA LA CULPA

Si aun el engaño inconsciente es grave por sus dañinas consecuencias, ¿qué decir del voluntario o premeditado? Algo que no deberíamos ignorar es que ante Dios no sólo es responsable el que engaña maliciosamente; también lo es el que acepta por conveniencia y de forma complaciente la mentira.

Jer 9:3-6; Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová.

2 Ti 4:3-4; Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

QUIEN PARTICIPA EN LA MENTIRA SE ENGAÑA A SÍ MISMO

El que engaña o consiente el engaño en su vida, además de engañar a otros, se engaña a sí mismo. El engañador en cierto sentido es víctima de su propio engaño y, si no es en esta vida, tendrá que dar cuenta de ello al otro lado de la eternidad, cuando tenga que comparecer en juicio ante Dios.

A Él nadie lo puede engañar, nada se le puede ocultar y de nada se va a olvidar, porque escudriña la mente y corazón de los hombres y tiene abierto un libro de memoria para cada persona, en el que se registra todo lo que ella hace, dice y piensa. Dios no realiza este registro porque se le pueden olvidar las cosas, sino para que en el día del juicio nosotros las podamos reconocer y admitamos la justicia del juicio y su veredicto.

Stg 1:22; Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

1 Jn 1:8; Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

Is 29:15; ¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?

Hch 5:3-4; Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

Ga 6:7-8; No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Sal 120:3; ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa?

En la misma linea hallamos los versículos Pr 19:5, Jer 37:9 y 1 Co 3:18.

NECESITAMOS CONOCER LA VERDAD Y AMARLA

Si queremos andar en la voluntad de Dios y tener vida eterna, no basta con saber la verdad. Una de las características de los enemigos de Dios es no querer conocer la verdad para poder continuar sin estorbo su propio camino; pero también hay casos de personas que muestran interés en saber acerca de la verdad con el exclusivo propósito de combatirla. Así, pues, necesitamos no sólo conocer la verdad; necesitamos también amarla en lo más profundo de nuestro corazón, tal como lo hace Dios mismo.

Jn 3:20-21; Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Jer 7:27-28; Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te oirán; los llamarás, y no te responderán. 28 Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.

2 Ti 3:8; Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.

Sal 52:1-4; ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua. 2 Agravios maquina tu lengua; como navaja afilada hace engaño. 3 Amaste el mal más que el bien, la mentira más que la verdad. 4 Has amado toda suerte de palabras perniciosas, engañosa lengua.

Sal 51:6; He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

Mt 22:16; Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.

LA VERDAD ADEMÁS DE DECIRLA HAY QUE PRACTICARLA

Como acabamos de ver, la verdad no consiste sólo en un conocimiento teórico de la misma; ni siquiera en meras declaraciones o palabras, aun cuando éstas sean veraces. Para que sea genuina tiene que convertirse en una práctica de vida. Eso exige de nosotros un constante esfuerzo por conseguir la máxima coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Pero como siempre, además de poner de nuestra parte, es necesario pedirle a Dios que nos ayude a imitar el ejemplo de Jesús, el único hombre perfecto.

1 R 17:24; Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.

Mt 23:2-3; En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. 3 Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.

1 Jn 1:6; Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.

1 Jn 3:18-19; Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él.

1 Jn 2:4; El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él.

DESECHEMOS LA HIPOCRESÍA EN NUESTRAS VIDAS

Por eso conviene que entremos cada día en la presencia de Dios con un corazón sincero para que Él nos renueve, para que nos ayude a obedecerle sin caer en una práctica piadosa fingida, ni en ningún otro tipo de hipocresía. En este sentido, así como Jesús es el ejemplo de lo que debemos ser, los líderes religiosos judíos de su tiempo son el contraejemplo, o ejemplo de lo que no debemos ser. De ahí los duros reproches que les hizo Jesús en Mt 23:1-36 y Lc 11:37-54.

Sal 62:4; Solamente consultan para arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón.

Stg 3:14; Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad.

LA VERDAD NOS FUE DADA PARA QUE LA OBEDEZCAMOS

Dios es y dice la verdad, no sólo para que el hombre la conozca, sino para que además la practique y obedezca. Puede obedecerla o no, pero un día dará cuenta de ello.

Ro 2:8; ...pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.

Ro 10:16; Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?

Ga 3:1 ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?

Ga 5:7; Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?

1 P 1:22; Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro.

LA OBEDIENCIA A LA VERDAD ES UNA CUESTIÓN DE FE

La obediencia al Señor Jesucristo constituye la prueba o evidencia de la fe de sus discípulos. La auténtica fe, para que sea tal, tiene necesariamente que producir fruto; y éste del Espíritu, no de la carne (Ga 5:19-24). Así pues, la obediencia revela la medida de fe de cada uno. Eso lo deja bien claro con otras palabras Stg 2:17-19,22. Ahora bien, el privilegio de haber conocido la verdad, como todo privilegio, entraña una mayor responsabilidad, por lo que quienes desobedecen con conocimiento de causa serán castigados con más severidad que aquellos que no hacen la voluntad de Dios porque no la conocen. Tengamos esto siempre presente.

He 10:26-27; Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.

Lc 12:47-48; Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.

EL CAMINO DE LA VERDAD CONDUCE A LA VIDA

La verdad en la Biblia nos conduce al buen camino o camino recto que todo hombre debería recorrer en esta vida, así como a la salvación o vida plena y abundante que Dios quiere darnos. Por eso Jesús estableció un nexo de unión entre el camino, la verdad y la vida, al decir de sí mismo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn 14:6).

Sal 25:48; Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. 5 encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día.

Stg 5:19-20; Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.

En esa linea se expresan, entre otras, las siguientes porciones bíblicas: Sal 43:3, Sal 86:11 y Sal 119:29-30.

LA VERDAD GUARDA ESTRECHA RELACIÓN CON EL AMOR

La Palabra nos enseña que debemos seguir la verdad en amor y, a la inversa, que debemos amar permaneciendo en la verdad.

Ef 4:15; ...sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo…

2 Jn 1,3;
1 El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad…
3 Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.

3 Jn:1; El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad.

Por eso vuelvo a reiterar que no hay mentiras piadosas, sino sólo mentiras, y éstas, por su propia naturaleza, son malas. La verdad no puede ser sacrificada en aras al amor, ni viceversa. No se puede mentir alegando que se hace por amor; si amas a alguien, debes decirle la verdad.

Ahora bien, si seguimos la verdad en amor no debemos usar la misma como un arma arrojadiza para dañar al prójimo, hurgando en sus heridas, aireando defectos, recordando maliciosamente sucesos dolorosos del pasado, etc. Es más, hay ocasiones en que es mejor callar prudentemente, sin que por ello faltemos a la verdad. Otras veces lo más aconsejable puede ser dirigirnos sólo a las personas que estén directamente involucradas, o que legítimamente puedan estar interesadas en conocer del asunto. Además es muy importante considerar el modo de decir una verdad y en qué circunstancias debemos hacerlo. Si lo estimamos conveniente, podemos omitir detalles innecesarios, adecuar los contenidos a sus destinatarios (en el caso de niños o discapacitados psíquicos, por ejemplo), escoger el lugar y momento que sea más oportuno, considerar si debe haber o no testigos presenciales, etc.

En resumen, debemos ir siempre con la verdad por delante, pero al mismo tiempo con amor, bendiciendo, edificando y sirviendo a los demás.

LA MISERICORDIA ACOMPAÑA A LA VERDAD

También resulta llamativa la relación reiteradamente manifestada en la Biblia entre la verdad y la misericordia. Aunque aparentemente son dos cosas muy distintas, sin la misericordia de Dios no habríamos conocido la verdad que nos trae la salvación. El mismo que es camino, verdad y vida, también es misericordioso; estas cualidades se dan de forma inseparable en la persona y obra de Jesús.

Sal 98:3; Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.

Sal 100:5; Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.

Os 4:1; Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.

Por otra parte, la corrección al prójimo, hermano o familiar que se ha apartado del buen camino, debe hacerse con amor, mostrando misericordia y verdad.

Pr 16:6; Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.

Zac 7:9; Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano.

Otras citas en las que la misericordia y la verdad van de la mano son: Gn 24:49, Gn 32:10, 2 S 2:6, Sal 40:10-11, Sal 89:14,24,33; y Pr 3:3.

LA VERDAD Y LA JUSTICIA VAN DE LA MANO

No menos fuerte es la relación que existe entre la verdad y la justicia. Sin verdad no puede haber justicia y a la vez nadie es justo si no practica la verdad. Sabemos de modo natural que lo opuesto a la verdad es la mentira; pero la Biblia va más allá y nos muestra que la verdad se opone asimismo a la injusticia, equiparando ésta a la mentira. Podemos, pues, concluir que toda mentira es injusta y, por tanto, no sólo es opuesta a la verdad, sino también a la justicia.

Pr 12:17; El que habla verdad declara justicia; mas el testigo mentiroso, engaño.

Ro 1:18; Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.

Ro 2:8; ...pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.

1 Co 13:6; …(el amor) no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

2 Ts 9:12; ...a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Is 42:3; No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.

Otras porciones que ponen de relieve la vinculación entre la verdad y la justicia son: Is 48:1, Zac 8:8 y Ef 6:14.

LA VERDAD CONDUCE A LA PAZ MEDIANTE LA JUSTICIA

La paz es más que la mera ausencia de guerra. La paz basada en la disuasión de la fuerza, o sea, la que es impuesta por el fuerte sobre el débil, tanto a nivel de los individuos como de los países, es más aparente que real. Así que, mientras haya injusticia en la tierra no puede haber verdadera paz.

Lo cierto es que sólo en Cristo podemos hallar la paz verdadera (Jn 14:27); porque aparte de Él no hay ni ha habido nadie completamente justo. Y, como la paz es un efecto o consecuencia de la justicia (Is 32:17), únicamente a través de la perfecta justicia de Cristo podemos reconciliarnos con Dios Padre y obtener, así, el gozo y la paz de la salvación.

Jn 14:27; La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Is 59:8; No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.

Is 32:17; Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.

Ro 14:17; ...porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

La paz verdadera, que el mundo no puede dar y que sobrepasa todo entendimiento (Fil 4:7), sólo es posible alcanzarla si nos reconciliamos con Dios, a través de la justicia de Jesucristo. Y, como hemos visto, la justicia conlleva la verdad.

Fil 4:7; Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Jer 33:6; He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

Zac 8:16,19;
16 Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas.
19 ...Amad, pues, la verdad y la paz.

Podríamos continuar reflexionando sobre la asociación de la verdad con otras cualidades que también provienen de Dios, como la libertad, la seguridad, etc; pero creo que con lo aquí expuesto ya es suficiente.

CONCLUSIÓN

La verdad absoluta emana de Dios; por lo tanto su Palabra es verdad, así como la encarnación de la Palabra o Verbo, que es el Señor Jesucristo. Éste es consustancial con la Palabra de Dios, por lo que no sólo está presente a lo largo de toda la Biblia, sino que ocupa el centro sobre el que gira toda ella. Ilustraré esta afirmación con dos ejemplos, tras lo cual daré por finalizado este estudio.

A través de los profundos y bellos versículos que siguen, en los que se citan la misericordia, la verdad, la justicia y la paz, se pone de manifiesto que quien dispensa estos cuatro dones es Dios y que todos ellos confluyen en la persona de Jesucristo.

Sal 85:10-11; La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. 11 La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos.

En la siguiente porción también podemos identificar la verdad, que se menciona cuatro veces acompañada del artículo la”, con Cristo. Tanto es así, que si sustituimos la verdad” por Cristo”, el significado del texto no varía ni un ápice.

2 Jn 1:1-4; El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad (en Cristo); y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad (a Cristo), 2 a causa de la verdad (Cristo) que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros: 3 Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. 4 Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad (en Cristo), conforme al mandamiento que recibimos del Padre.

Que el Señor reparta bendiciones.


1 comentario:

  1. Reflexiones hechas con el máximo rigor y sin perder de vista lo que nos enseña la Palabra de Dios sobre este tema tan crucial, como es la verdad. Estudio altamente recomendable.

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