INTRODUCCIÓN
Entre
las acepciones del término “verdad” que aparecen en el
diccionario de la RAE, hay dos que, a mi entender, son las más
importantes. Una de ellas se refiere a personas o sujetos,
situándose, por tanto, en el ámbito de la subjetividad. Desde esta
perspectiva la verdad es la “conformidad de lo que se dice con
lo que se siente o piensa”. Este significado es prácticamente
equivalente al de sinceridad.
La
otra acepción se refiere a la realidad objetiva de las cosas, como
“lo que ocurre verdaderamente”.
VERDAD
ABSOLUTA Y OBJETIVA vs RELATIVA Y SUBJETIVA
Estos
dos aspectos o dimensiones de la verdad son de trascendental
importancia para la vida de todo ser humano. Aunque tal vez hoy en
día se haga más énfasis en la importancia de decir lo que se
piensa, en la sinceridad, no es menos importante conocer las cosas de
manera objetiva, tal como son en realidad, con independencia de la
percepción que los sujetos puedan tener de ellas.
Sin
menospreciar ni en lo más mínimo la sinceridad, algo que sin duda
Dios valora positivamente, ésta por sí sola no nos conduce a la
verdad de la realidad objetiva y externa al sujeto, sino a una verdad
relativizada, a nuestra verdad, de tal modo que cada cual puede
defender su verdad como la más valiosa de todas. El problema es que
una persona, por muy sincera que sea, puede estar equivocada,
perjudicándose a sí misma y a otras personas con las que
interactúa. Un ejemplo evidente de esto lo hallamos en las personas
paranoicas con manía persecutoria. Su sinceridad no puede evitar que
su mente distorsione la realidad, haciéndoles ver peligros y
enemigos inexistentes.
Por
eso a todos nos interesa o debiera interesarnos conocer la auténtica
verdad; no sólo la verdad relativa a las personas o cosas creadas,
sino también la verdad absoluta, que es y está en Dios. El ser
humano en general necesita hacerse la pregunta que un día formuló
Pilato: “¿Qué es la verdad?...” (Jn 18:38).
No
sabemos en qué tono realizó Pilato esta pregunta; intuyo que su
actitud revela más una convicción escéptica y relativista que una
búsqueda o interés por conocer la verdad. Pero la pregunta en sí,
lejos de ser trivial, alude a una cuestión de vital importancia.
JESUCRISTO
ES LA VERDAD
La
verdad absoluta, que es el fundamento de toda verdad, no la puede
descubrir el hombre por sí mismo, porque es tan inalcanzable como
Dios. Pero estamos de enhorabuena porque Dios, que es la Verdad, se
ha revelado a sí mismo a través de su Palabra y de la persona de
Jesucristo. Cuando una persona conoce la verdad de Dios, que le ha
sido revelada, se da cuenta de algo sorprendente: que la verdad
universal y absoluta se encuentra en alguien y no en algo. Y ese
alguien portador de la verdad no es otro que Cristo Jesús.
1
Ti 2:3-4; ...Dios nuestro Salvador, 4 el
cual quiere que todos los hombres sean
salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Jn
14:6; Jesús le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad,
y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Ef
4:20-21; Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21 si en
verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme
a la verdad
que
está en Jesús.
EL
PUEBLO DE DIOS ESTÁ EN LA VERDAD
Justamente
porque Dios y su Palabra, que un día fue manifestada en carne por
medio de Jesucristo, son la verdad, también su pueblo está llamado
a ser un fiel reflejo de la misma, como bien lo expresan los
siguientes versículos.
Zac
8:3; Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio
de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de
la Verdad, y el
monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad.
1
Ti 3:15; ...para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la
casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente,
columna y baluarte de la verdad.
LA
VERDAD ACABA TRIUNFANDO SOBRE LA MENTIRA
Quien
no entienda que es imposible obtener la victoria final contra la
verdad o, lo que es lo mismo, que no puede vencer si no es por medio
de la verdad, es porque no ha alcanzado auténtica sabiduría. La
razón es muy simple: dado que la verdad es y está en Dios, si nos
enfrentamos a Él cosecharemos con toda seguridad una estrepitosa
derrota; mientras que si andamos con Dios en el camino de la verdad
venceremos y seremos salvos.
2
Co 13:8; Porque nada podemos contra la verdad,
sino por la verdad.
LOS
FALSOS DIOSES vs EL DIOS VERDADERO
Desde
los albores de la humanidad, el hombre, con una concepción
antropomorfa y relativista de las cosas, se ha inventado multitud de
dioses y diosas a medida, para tratar de alcanzar sus deseos y
satisfacer sus necesidades. En su origen, el motivo subyacente a la
creación de los falsos dioses radica probablemente en el miedo:
miedo a los fenómenos naturales adversos que no puede controlar;
miedo a ser atacados por fieras o por otros grupos rivales; miedo a
lo desconocido; miedo a la muerte; etc. El sentimiento de indefensión
causado por tanta amenaza y peligro, condujo al hombre a crear
figuras divinas poderosas, a las que podían invocar en busca de
protección. De ahí los sacrificios, a veces sangrientos, tratando
de hacerse merecedores del favor de los dioses, o para calmar a un
dios tiránico, que cuando está airado los aflige con duros
castigos.
Lógicamente
esto no tiene nada que ver con el Dios vivo y real que existe. Como
he dicho antes, este ser inalcanzable para la mente y conocimiento
humano ha tenido a bien revelarse a las vidas de los hombres a lo
largo de la historia. En su momento Dios (o Elohim), que ya se había
mostrado a su pueblo Israel como un Dios personal, se identificó con
el nombre de Yahvéh (traducido en muchas versiones bíblicas también
como Jehová), con el fin de evitar toda confusión con los dioses
creados por el hombre. Este nombre distintivo refuerza el concepto
del Dios de la Biblia como el
único y verdadero,
a la vez que el Todopoderoso, el Eterno, el Creador, el Salvador,
etc.
Ex
3:13-15; Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de
Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a
vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les
responderé? 14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y
dijo: Así
dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
15 Además dijo Dios a Moisés: Así
dirás a los hijos de Israel: Jehová,
el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios
de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre;
con él se me recordará por todos los siglos.
Ex
6:2-3; Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo
soy JEHOVÁ. 3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios
Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.
Jn
17:3; Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero,
y a Jesucristo, a quien has enviado.
Otras
referencias a Dios como el único y verdadero las podemos encontrar
en 2
Cr 15:3
y
Jer
10:10.
LA
VERDAD DE DIOS vs EL ENGAÑO DE SATANÁS
Todo
aquel que no cree la verdad de Dios queda automáticamente expuesto a
la mentira de Satanás; es más, está predispuesto a aceptarla. Si
no amamos la verdad y rechazamos de forma persistente andar en ella,
complaciéndonos en la mentira, Dios puede llegar a desentenderse
totalmente de nosotros y entregarnos a poderes engañosos que nos van
a esclavizar y llevar por camino de perdición. Por eso es tan
importante creer a Dios y hacerle caso en todo lo que nos dice.
2
Ts 2:9-12; ...inicuo cuyo advenimiento es por obra de
Satanás, con gran poder y señales y prodigios
mentirosos, 10 y con todo engaño de iniquidad para los que
se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la
verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios
les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la
verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Jn
8:31-32; Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en
él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente
mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres.
UNA
VERDAD A MEDIAS ES UNA MENTIRA
Para
no caer en el error debemos evitar algo muy común, como es
interpretar la Palabra sin considerar el contexto inmediato
juntamente con el contexto general de la Biblia. Las verdades que
ésta contiene se relacionan unas con otras dentro de un conjunto
armonioso exento de contradicciones, sin perjuicio de que cada
aspecto de la verdad conserve su significado específico. Por eso el
principio bíblico acerca del testimonio, el cual para que sea válido
requiere la concurrencia de dos o más testigos, creo que debe
aplicarse no sólo a las personas, sino también a los propios textos
de la Biblia.
Consecuentemente
con dicho principio, no deberíamos sacar conclusiones precipitadas
de la lectura de un texto, sin antes encontrar al menos otro que lo
avale o confirme. Eso evitaría tomar verdades que lo son sólo en
parte, lo cual es una falacia. Por este motivo en los juicios, antes
de declarar, se le pide al compareciente, con buen criterio, que jure
decir “la
verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad”, ya
que las verdades a medias, o la mezcla de verdades con mentiras,
constituyen una mentira.
Eso
es precisamente lo que han hecho multitud de líderes y sectas
surgidos a lo largo de la historia, sobre todo a partir de los siglos
XIX y XX, para falsificar la Palabra, incurriendo en apostasía y
toda clase de herejías. Por tanto estemos atentos para no engañar
ni ser engañados de ese modo.
Sal
119:160; La suma de tu palabra es verdad,
y eterno es todo juicio de tu justicia.
Jn
16:13; Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él
os guiará a toda la verdad...
GRAVEDAD
DE LA MENTIRA
La
mentira en ningún caso puede considerarse inocua, ni siquiera las
llamadas mentiras piadosas. Va contra la esencia misma de Dios y
contra su voluntad, por lo que debemos rechazarla sin
contemplaciones. Otra cosa bien distinta es optar por callar y no
revelar una verdad porque nadie nos pregunta y además resulta
innecesaria o contraproducente; o porque no es el momento o lugar
oportuno para que la manifestemos.
Pr
12:22; Los labios mentirosos son abominación a
Jehová; pero los que hacen verdad son su
contentamiento.
LA
MENTIRA PUEDE SER MUY DESTRUCTIVA
Pensemos
por un momento en el daño que puede causar una lengua mentirosa. La
murmuración y, sobre todo, la maledicencia, la difamación y las
acusaciones falsas, pueden llegar a destruir personas e incluso
pueblos enteros. Como dice Stg
3:5-8:
“Así
también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes
cosas. He aquí, ¡cuán grande
bosque enciende un pequeño fuego! 6 Y la lengua es un fuego, un
mundo de maldad.
La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el
cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada
por el infierno. 7 Porque toda naturaleza de
bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha
sido domada por la naturaleza humana; 8 pero ningún hombre puede
domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de
veneno mortal”.
NO
OPINEMOS SIN SUFICIENTE CONOCIMIENTO DE CAUSA
Por
tanto, cuando alaben desmesuradamente a alguien o, por el contrario, nos vengan
con chismes hablando mal de otra persona que esté ausente, no
debemos juzgar precipitadamente, sin antes conocer bien los hechos;
si es posible de primera mano. Esta forma prudente de actuar puede
evitarnos problemas y errores de los que luego tengamos que
arrepentirnos.
2
Cr 9:5-6; Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra
acerca de tus cosas y de tu sabiduría; 6 pero yo no
creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han
visto; y he aquí que
ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha;
porque tú superas la fama que yo había oído.
LA
VERDAD FUNDAMENTADA EN EL HOMBRE ES ENGAÑOSA
El
hombre natural, dominado por la carne, sólo puede conocer
parcialmente la verdad; es decir, sólo puede acceder a una verdad
relativa, cambiante y subjetiva. De ahí la conocida sentencia:
“nadie está en
posesión absoluta de la verdad”;
o
también la famosa frase de una obra literaria de Ramón de
Campoamor: “en
el mundo traidor nada hay verdad ni mentira; todo es según el color
del cristal con que se mira”.
Sin
embargo el hombre espiritual, sometido al Espíritu de Dios, conoce
la verdad por Él revelada, la cual es absoluta, eterna, inmutable y
objetiva.
Ro
1:25; (los
hombres)
...cambiaron
la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las
criaturas antes que al Creador,
el cual es bendito por los siglos. Amén.
FACTORES
QUE DIFICULTAN AL HOMBRE CONOCER LA VERDAD
La
verdad basada exclusivamente en el conocimiento humano, es incompleta
e imperfecta por la propia naturaleza del hombre. Sin la ayuda de
Dios podemos extraviarnos de la verdad por varias razones. Una de
ellas es por nuestra percepción subjetiva de las cosas, o por una
perspectiva limitada de los hechos; otra porque no siempre somos
capaces de discernir el engaño en un mensaje adulterado o
distorsionado con una mezcla sutil de verdades y mentiras; también
podemos caer en el error, al pretender explicar por nuestra cuenta
ciertos misterios que sólo Dios puede desvelar. A todo esto hay que
añadir la existencia de engañadores perversos y sobre todo de
Satanás, el padre de la mentira, quien está empeñado en incitar al
hombre a aceptarla. En este sentido el diablo es justo lo contrario
de Dios, el cual nunca miente.
Nm
23:19; Dios no es hombre, para que mienta,
ni hijo de hombre para que se arrepienta. El
dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?
Col
2:8; Mirad que nadie os engañe por medio de
filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del
mundo, y no según Cristo.
Ef
4:14-15; ... para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error,
15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel
que es la cabeza, esto es, Cristo.
Jn
8:44-45; ...Él (el
diablo)
ha sido homicida desde
el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo
habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.
Ap
19:2 (también
Ap
20:2-3);
Y fue lanzado fuera el
gran dragón, la serpiente antigua, que se llama
diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...
NO
HAY EXCUSA PARA QUE NOS DEJEMOS ENGAÑAR
Este
último punto puede llevarnos a la siguiente pregunta: ¿Somos
responsables ante Dios cuando nos dejamos seducir por el engaño de
Satanás? Por supuesto que sí; al menos por tres motivos: 1) porque
Dios nos dio a conocer su voluntad para nuestras vidas; 2) porque nos
dio además la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, así
como entre la verdad y la mentira; 3) porque nos previene y advierte
en su Palabra contra todo engaño del diablo. Así que no tenemos
excusa para que nos dejemos engañar por él y sus secuaces.
Dt
13:1-3; Cuando se levantare en medio de ti profeta, o
soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, 2 y
si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo:
Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; 3 no
darás oído a las palabras de tal profeta, ni
al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está
probando, para saber si amáis a Jehová vuestro
Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.
Mt
7:15-16; Guardaos de los falsos profetas,
que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero
por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los
conoceréis...
Mt
24:11; Y muchos falsos profetas se
levantarán, y engañarán a muchos.
Lc
21:8 (Mt
24:4); El
entonces dijo: Mirad que no seáis engañados;
porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y:
El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.
2
Co 11:13-15; Porque éstos son falsos apóstoles,
obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14
Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se
disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es
extraño si también sus ministros se disfrazan como
ministros de justicia;
cuyo fin será conforme a sus obras.
1
Ti 4:1; Pero el Espíritu dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios...
2
P 2:1-2; Pero hubo también falsos
profetas entre el pueblo, como habrá entre
vosotros falsos maestros, que
introducirán encubiertamente herejías destructoras,
y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos
destrucción repentina. 2
Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el
camino de la verdad será blasfemado.
Ap
13:14; Y engaña a los moradores de la
tierra con las señales que
se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los
moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la
herida de espada, y vivió.
¿QUÉ
MUEVE AL HOMBRE A MENTIR?
Por
experiencia sabemos que puede haber muchos motivos que nos induzcan a
mentir deliberadamente; pero, generalizando, podemos mencionar tres
causas: 1) mentimos para conseguir algún propósito, dando por
válido que el fin justifica los medios; 2) para no meternos en
problemas, o para intentar deshacernos de ellos; 3) por habernos
habituado a la mentira, hasta el punto de que se ha convertido en una
atadura de la que no nos damos librado, o porque hemos aprendido a
manejarla tan bien que ya nos sentimos cómodos con ella. Andar
firmes en la verdad no siempre resulta fácil; exige pagar un precio
que puede llegar a ser muy alto.
Pr
23:23; Compra la verdad, y no la vendas;
la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.
Ga
4:16; ¿Me he hecho, pues, vuestro
enemigo, por deciros la verdad?
Is
59:14-15; Y el derecho se retiró, y la justicia se
puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no
pudo venir. 15 Y la verdad fue detenida, y el que se
apartó del mal fue puesto en prisión;
y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el
derecho.
Jer
9:5-6;
Y cada uno engaña a su compañero, y ninguno
habla verdad;
acostumbraron su lengua a hablar mentira,
se ocupan de actuar perversamente. 6 Su morada
está en medio del engaño; por muy engañadores no
quisieron conocerme,
dice Jehová.
TAN
MALO ES ENGAÑAR A OTROS COMO DEJARNOS ENGAÑAR
En
nuestras relaciones interpersonales, todos podemos ser víctimas de
un engaño en cualquier momento, ya sea por falta de prudencia al
confiar en quienes no debemos, o simplemente porque nos fiamos de
otras personas, al no imaginar en ellas ningún motivo o beneficio
por el quieran mentirnos. En estos casos padecemos un engaño, algo
contra lo que nadie está inmune. Pero, ¿cuántas veces somos
nosotros mismos los protagonistas del engaño? Vayamos siempre con la
verdad por delante, como nos exhorta la Palabra.
Jer
9:4; Guárdese cada uno de su compañero,
y en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano engaña con
falacia, y todo compañero anda calumniando.
2
Ti 3:13; ...mas los malos hombres y los
engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
Col
3:6; No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos...
Ef
4:25; Por lo cual, desechando la mentira, hablad
verdad cada uno con su prójimo;
porque somos miembros los unos de los otros.
1
Ts 4:6; que ninguno agravie ni engañe en nada a su
hermano; porque el
Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y
testificado.
NECESITAMOS
CORTAR RADICALMENTE CON LA MENTIRA
Por
nuestro bien y el de los demás, debemos ser muy cuidadosos en
apartarnos de toda mentira, sin transigir ni en lo más mínimo con
ella. Pidámosle a Dios que nos muestre toda clase de mentira
presente en nuestras vidas y nos ayude a erradicarla, y que al mismo
tiempo nos dé discernimiento para detectar las mentiras ajenas.
Sal
139:23-24; Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos; 24 y ve si hay en mí camino de
perversidad, y guíame en el camino eterno.
Sal
119:29-30; Aparta de mí el camino de la mentira,
y en tu misericordia concédeme tu ley. 30 Escogí
el camino de la verdad;
he puesto tus juicios delante de mí.
Sal
120:2; Libra mi alma, oh Jehová, del labio
mentiroso, y de la lengua fraudulenta.
CUIDÉMONOS
DE LOS SENTIMIENTOS ENGAÑOSOS DEL CORAZÓN
Hemos
de estar muy atentos, porque si somos engañados en algo sin darnos
cuenta de ello, no sólo nos estamos perjudicando inconscientemente a
nosotros mismos, sino que también podemos influenciar negativamente
a otros con nuestras opiniones y conclusiones erróneas. Tengamos
presente que nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos, cuando
actuamos en la carne, y que los deseos y sentimientos del corazón
son engañosos.
Jer
14:14; Me dijo entonces Jehová: Falsamente
profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé,
ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y
engaño de su corazón os profetizan.
Jer
17:9-10; Engañoso es el corazón
más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá? 10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que
pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el
fruto de sus obras.
Ef
4:22-24; En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos
del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en
la justicia y santidad de la verdad.
ESCOGER
DELIBERADAMENTE LA MENTIRA AUMENTA LA CULPA
Si
aun el engaño inconsciente es grave por sus dañinas consecuencias,
¿qué decir del voluntario o premeditado? Algo que no deberíamos
ignorar es que ante Dios no sólo es responsable el que engaña
maliciosamente; también lo es el que acepta por conveniencia y de
forma complaciente la mentira.
Jer
9:3-6; Hicieron
que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron
para la verdad en la tierra;
porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová.
2
Ti 4:3-4; Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana
doctrina, sino que teniendo comezón de oír,
se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y
apartarán de la verdad el oído y
se volverán a las fábulas.
QUIEN
PARTICIPA EN LA MENTIRA SE ENGAÑA A SÍ MISMO
El
que engaña o consiente el engaño en su vida, además de engañar a
otros, se engaña a sí mismo. El engañador en cierto sentido es
víctima de su propio engaño y, si no es en esta vida, tendrá que
dar cuenta de ello al otro lado de la eternidad, cuando tenga que
comparecer en juicio ante Dios.
A
Él nadie lo puede engañar, nada se le puede ocultar y de nada se va
a olvidar, porque escudriña la mente y corazón de los hombres y
tiene abierto un libro de memoria para cada persona, en el que se
registra todo lo que ella hace, dice y piensa. Dios no realiza este
registro porque se le pueden olvidar las cosas, sino para que en el
día del juicio nosotros las podamos reconocer y admitamos la
justicia del juicio y su veredicto.
Stg
1:22; Pero sed
hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos
a vosotros mismos.
1
Jn 1:8; Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos
a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Is
29:15; ¡Ay
de los que se esconden de Jehová,
encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y
dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?
Hch
5:3-4; Y dijo Pedro: Ananías, ¿por
qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu
Santo,
y sustrajeses del precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se te
quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por
qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino
a Dios.
Ga
6:7-8; No os engañéis;
Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará.
8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará
corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu
segará vida eterna.
Sal
120:3; ¿Qué te dará, o qué te
aprovechará, oh
lengua engañosa?
En
la misma linea hallamos los versículos Pr
19:5,
Jer
37:9 y 1 Co 3:18.
NECESITAMOS
CONOCER LA VERDAD Y AMARLA
Si
queremos andar en la voluntad de Dios y tener vida eterna, no basta
con saber la verdad. Una de las características de los enemigos de
Dios es no querer conocer la verdad para poder continuar sin estorbo
su propio camino; pero también hay casos de personas que muestran
interés en saber acerca de la verdad con el exclusivo propósito de
combatirla. Así, pues, necesitamos no sólo conocer la verdad;
necesitamos también amarla en lo más profundo de nuestro corazón,
tal como lo hace Dios mismo.
Jn
3:20-21; Porque todo aquel que hace lo malo,
aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean
reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene
a la luz, para que sea
manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Jer
7:27-28; Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te
oirán; los llamarás, y no te responderán. 28 Les dirás, por
tanto: Esta es la nación que no
escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció
la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.
2
Ti 3:8; Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así
también éstos resisten a la verdad;
hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
Sal
52:1-4; ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso? La misericordia
de Dios es continua. 2 Agravios maquina tu lengua; como
navaja afilada hace engaño. 3 Amaste el mal más
que el bien, la mentira más que la verdad. 4 Has
amado toda suerte de palabras perniciosas, engañosa lengua.
Sal
51:6; He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Mt
22:16; Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos,
diciendo: Maestro,
sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el
camino de Dios,
y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los
hombres.
LA
VERDAD ADEMÁS DE DECIRLA HAY QUE PRACTICARLA
Como
acabamos de ver, la verdad no consiste sólo en un conocimiento
teórico de la misma; ni siquiera en meras declaraciones o palabras,
aun cuando éstas sean veraces. Para que sea genuina tiene que
convertirse en una práctica de vida. Eso exige de nosotros un
constante esfuerzo por conseguir la máxima coherencia entre lo que
decimos y lo que hacemos. Pero como siempre, además de poner de
nuestra parte, es necesario pedirle a Dios que nos ayude a imitar el
ejemplo de Jesús, el único hombre perfecto.
1
R 17:24; Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora
conozco que tú eres varón de Dios, y que
la palabra de Jehová es verdad en tu boca.
Mt
23:2-3; En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los
fariseos. 3 Así que, todo lo que os digan que
guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis
conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
1
Jn 1:6; Si decimos que tenemos
comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y
no practicamos la verdad.
1
Jn 3:18-19; Hijitos míos, no amemos de palabra
ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 19 Y en
esto conocemos que somos de la verdad,
y aseguraremos nuestros corazones delante de él.
1
Jn 2:4; El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él.
DESECHEMOS
LA HIPOCRESÍA EN NUESTRAS VIDAS
Por
eso conviene que entremos cada día en la presencia de Dios con un
corazón sincero para que Él nos renueve, para que nos ayude a
obedecerle sin caer en una práctica piadosa fingida, ni en ningún
otro tipo de hipocresía. En este sentido, así como Jesús es el
ejemplo de lo que debemos ser, los líderes religiosos judíos de su
tiempo son el contraejemplo, o ejemplo de lo que no debemos ser. De
ahí los duros reproches que les hizo Jesús en Mt
23:1-36
y
Lc
11:37-54.
Sal
62:4; Solamente consultan para arrojarle de su grandeza. Aman
la mentira; con su boca bendicen, pero maldicen en
su corazón.
Stg
3:14; Pero si tenéis celos amargos y contención en
vuestro corazón, no
os jactéis, ni mintáis contra la verdad.
LA
VERDAD NOS FUE DADA PARA QUE LA OBEDEZCAMOS
Dios
es y dice la verdad, no sólo para que el hombre la conozca, sino
para que además la practique y obedezca. Puede obedecerla o no, pero
un día dará cuenta de ello.
Ro
2:8; ...pero ira y enojo a los que
son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino
que obedecen a la injusticia.
Ro
10:16; Mas no todos obedecieron al evangelio;
pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
Ga
3:1 ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién
os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros
ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre
vosotros como crucificado?
Ga
5:7; Vosotros corríais bien; ¿quién os
estorbó para no obedecer a la verdad?
1
P 1:22; Habiendo purificado vuestras almas por la
obediencia a la verdad,
mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos
a otros entrañablemente, de corazón puro.
LA
OBEDIENCIA A LA VERDAD ES UNA CUESTIÓN DE FE
La
obediencia al Señor Jesucristo constituye la prueba o evidencia de
la fe de sus discípulos. La auténtica fe, para que sea tal, tiene
necesariamente que producir fruto; y éste del Espíritu, no de la
carne (Ga
5:19-24).
Así
pues, la obediencia revela la medida de fe de cada uno. Eso lo deja
bien claro con otras palabras Stg
2:17-19,22.
Ahora
bien, el privilegio de haber conocido la verdad, como todo
privilegio, entraña una mayor responsabilidad, por lo que quienes
desobedecen con conocimiento de causa serán castigados con más
severidad que aquellos que no hacen la voluntad de Dios porque no la
conocen. Tengamos esto siempre presente.
He
10:26-27; Porque si pecáremos voluntariamente
después de haber recibido el conocimiento de la
verdad, ya no queda más sacrificio por los
pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio,
y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
Lc
12:47-48; Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se
preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48
Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado
poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho
se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le
pedirá.
EL
CAMINO DE LA VERDAD CONDUCE
A LA VIDA
La
verdad en la Biblia nos conduce al buen camino o camino recto que
todo hombre debería recorrer en esta vida, así como a la salvación
o vida plena y abundante que Dios quiere darnos. Por eso Jesús
estableció un nexo de unión entre el camino, la verdad y la vida,
al decir de sí mismo: “Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por
mí” (Jn 14:6).
Sal
25:48; Muéstrame, oh
Jehová, tus caminos;
enséñame tus sendas. 5 encamíname en tu
verdad, y enséñame, porque tú
eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día.
Stg
5:19-20; Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha
extraviado de la
verdad, y alguno le hace volver, 20 sepa
que el que haga volver al pecador del error de su camino,
salvará de muerte un alma,
y cubrirá multitud de pecados.
En
esa linea se expresan, entre otras, las siguientes porciones
bíblicas: Sal 43:3, Sal 86:11 y Sal
119:29-30.
LA
VERDAD GUARDA ESTRECHA RELACIÓN CON EL AMOR
La
Palabra nos enseña que debemos seguir la verdad en amor y, a la
inversa, que debemos amar permaneciendo en la verdad.
Ef
4:15; ...sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo…
2
Jn 1,3;
1
El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo
amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los
que han conocido la verdad…
3
Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de
Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en
verdad y en amor.
3
Jn:1; El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la
verdad.
Por
eso vuelvo a reiterar que no hay mentiras piadosas, sino sólo
mentiras, y éstas, por su propia naturaleza, son malas. La verdad no
puede ser sacrificada en aras al amor, ni viceversa. No se puede
mentir alegando que se hace por amor; si amas a alguien, debes
decirle la verdad.
Ahora
bien, si seguimos la verdad en amor no debemos usar la misma como un
arma arrojadiza para dañar al prójimo, hurgando en sus heridas,
aireando defectos, recordando maliciosamente sucesos dolorosos del
pasado, etc. Es más, hay ocasiones en que es mejor callar
prudentemente, sin que por ello faltemos a la verdad. Otras veces lo
más aconsejable puede ser dirigirnos sólo a las personas que estén
directamente involucradas, o que
legítimamente
puedan estar interesadas en conocer del asunto. Además es muy
importante considerar el modo de decir una verdad y en qué
circunstancias debemos hacerlo. Si lo estimamos conveniente, podemos
omitir detalles innecesarios, adecuar los contenidos a sus
destinatarios (en el caso de niños o discapacitados psíquicos, por
ejemplo), escoger el lugar y momento que sea más oportuno,
considerar si debe haber o no testigos presenciales, etc.
En
resumen, debemos ir siempre con la verdad por delante, pero al mismo
tiempo con amor, bendiciendo, edificando y sirviendo a los demás.
LA
MISERICORDIA ACOMPAÑA A LA VERDAD
También
resulta llamativa la relación reiteradamente manifestada en la
Biblia entre la verdad y la misericordia. Aunque aparentemente son
dos cosas muy distintas, sin la misericordia de Dios no habríamos
conocido la verdad que nos trae la salvación. El mismo que es
camino, verdad y vida, también es misericordioso; estas cualidades
se dan de forma inseparable en la persona y obra de Jesús.
Sal
98:3; Se ha acordado de su
misericordia y de su verdad para con la casa
de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación
de nuestro Dios.
Sal
100:5; Porque Jehová es bueno; para siempre es su
misericordia, y su verdad por todas las
generaciones.
Os
4:1; Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová
contiende con los moradores de la tierra; porque no
hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.
Por
otra parte, la corrección al prójimo, hermano o familiar que se ha
apartado del buen camino, debe hacerse con amor, mostrando
misericordia y verdad.
Pr
16:6; Con misericordia y verdad se corrige el
pecado, y con el
temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
Zac
7:9; Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: juzgad
conforme a la verdad, y haced misericordia y
piedad cada
cual con su hermano.
Otras
citas en las que la misericordia y la verdad van de la mano son: Gn
24:49, Gn 32:10, 2 S 2:6, Sal 40:10-11, Sal 89:14,24,33; y Pr 3:3.
LA
VERDAD Y LA JUSTICIA VAN DE LA MANO
No
menos fuerte es la relación que existe entre la verdad y la
justicia. Sin verdad no puede haber justicia y a la vez nadie es
justo si no practica la verdad. Sabemos de modo natural que lo
opuesto a la verdad es la mentira; pero la Biblia va más allá y nos
muestra que la verdad se opone asimismo a la injusticia, equiparando
ésta a la mentira.
Podemos,
pues, concluir que toda mentira es injusta y, por tanto, no sólo es
opuesta a la verdad, sino también a la justicia.
Pr
12:17; El
que habla verdad declara justicia;
mas el testigo mentiroso, engaño.
Ro
1:18; Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda
impiedad e injusticia de los hombres que detienen con
injusticia la verdad.
Ro
2:8; ...pero ira y enojo a los que son contenciosos y no
obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.
1
Co 13:6; …(el amor) no se goza de la injusticia,
mas se goza de la verdad.
2
Ts 9:12; ...a fin de que sean condenados todos los
que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la
injusticia.
Is
42:3; No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que
humeare; por medio de la verdad traerá justicia.
Otras
porciones que ponen de relieve la vinculación entre la verdad y la
justicia son: Is 48:1, Zac 8:8 y Ef 6:14.
LA
VERDAD CONDUCE A LA PAZ MEDIANTE LA JUSTICIA
La
paz es más que la mera ausencia de guerra. La paz basada en la
disuasión de la fuerza, o sea, la que es impuesta por el fuerte
sobre el débil, tanto a nivel de los individuos como de los países,
es más aparente que real. Así que, mientras haya injusticia en la
tierra no puede haber verdadera paz.
Lo
cierto es que sólo en Cristo podemos hallar la paz verdadera (Jn
14:27); porque aparte
de Él no hay ni ha habido nadie completamente justo. Y, como la paz
es un efecto o consecuencia de la justicia (Is
32:17), únicamente a
través de la perfecta justicia de Cristo podemos reconciliarnos con
Dios Padre y obtener, así, el gozo y la paz de la salvación.
Jn
14:27; La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como
el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga
miedo.
Is
59:8; No conocieron camino de paz, ni hay justicia
en sus caminos; sus
veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá
paz.
Is
32:17; Y el efecto de la justicia será paz;
y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.
Ro
14:17; ...porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
La
paz verdadera, que el mundo no puede dar y que sobrepasa todo
entendimiento (Fil 4:7), sólo es posible alcanzarla si nos
reconciliamos con Dios, a través de la justicia de Jesucristo. Y,
como hemos visto, la justicia conlleva la verdad.
Fil
4:7; Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará
vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Jer
33:6; He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré,
y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
Zac
8:16,19;
16
Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad
cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a
la paz en vuestras puertas.
19
...Amad, pues, la verdad y la paz.
Podríamos
continuar reflexionando sobre la asociación de la verdad con otras
cualidades que también provienen de Dios, como la libertad, la
seguridad, etc; pero creo que con lo aquí expuesto ya es suficiente.
CONCLUSIÓN
La
verdad absoluta emana de Dios; por lo tanto su Palabra es verdad, así
como la encarnación de la Palabra o Verbo, que es el Señor
Jesucristo. Éste es consustancial con la Palabra de Dios, por lo que
no sólo está presente a lo largo de toda la Biblia, sino que ocupa
el centro sobre el que gira toda ella. Ilustraré esta afirmación
con dos ejemplos, tras lo cual daré por finalizado este estudio.
A
través de los profundos y bellos versículos que siguen, en los que
se citan la misericordia, la verdad, la justicia y la paz, se pone de
manifiesto que quien dispensa estos cuatro dones es Dios y que todos
ellos confluyen en la persona de Jesucristo.
Sal
85:10-11; La misericordia y la verdad se
encontraron; la justicia y la paz se besaron. 11
La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los
cielos.
En
la siguiente porción también podemos identificar la verdad, que se
menciona cuatro veces acompañada del artículo “la”,
con Cristo. Tanto es así, que si sustituimos “la
verdad” por
“Cristo”,
el significado del texto no varía ni un ápice.
2
Jn 1:1-4; El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a
quienes yo amo en la verdad
(en
Cristo); y no sólo yo, sino también
todos los que han conocido la verdad
(a
Cristo), 2 a causa de la
verdad
(Cristo)
que permanece en nosotros, y estará para
siempre con nosotros: 3 Sea con vosotros gracia,
misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del
Padre, en verdad y en amor. 4 Mucho me regocijé porque he
hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad
(en
Cristo), conforme al mandamiento que
recibimos del Padre.
Que
el Señor reparta bendiciones.
Reflexiones hechas con el máximo rigor y sin perder de vista lo que nos enseña la Palabra de Dios sobre este tema tan crucial, como es la verdad. Estudio altamente recomendable.
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