INTRODUCCIÓN
A
efectos de este estudio, tomamos de la RAE tres acepciones del
significado de gloria:
1)
Reputación, fama y honor extraordinarios que
resultan de las buenas acciones y grandes cualidades de una persona.
2)
Majestad,
esplendor, magnificencia.
3)
En la doctrina cristiana, estado
o lugar ideal de los bienaventurados, disfrutando de la presencia de
Dios.
El
primero de estos tres significados es atribuible exclusivamente a
seres personales, sin perjuicio de que a éstos se les aplique
también el segundo significado, ya que ambos suelen estar
interrelacionados. Aunque los seres humanos pueden alcanzar ciertas
cotas de gloria, ésta no admite comparación con la que corresponde
al que es Rey y Señor de todo cuanto existe.
1
Cr 29:11; Tuya
es, oh Jehová,
la magnificencia y el poder, la
gloria,
la victoria y el honor; porque todas
las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas.
Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.
Sal
24:9-10; Alzad,
oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y
entrará el Rey de gloria. 10 ¿Quién
es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la
gloria.
A
diferencia de la primera, la segunda acepción de “gloria”
puede aplicarse tanto a personas como a cosas. La siguiente porción
bíblica puede servirnos de ejemplo, independientemente de si las
estrellas mencionadas limitan su significado a meros cuerpos astrales
o se refieren simbólicamente a personas. En todo caso hay diferentes
grados o niveles de gloria.
1
Co 15:40-41; Y
hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una
es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.
41 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la
gloria de las estrellas, pues una
estrella es diferente de otra en gloria.
El
tercer significado de “gloria”, relativo a un lugar o estado de
gozo indescriptible que un día experimentarán las personas que son
salvas en Cristo Jesús, se halla implícito en los siguientes
versículos:
Ro
8:18; Pues tengo por cierto que las
aflicciones del tiempo presente no son comparables con la
gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
1
P 5:10; Mas
el
Dios de toda gracia,
que nos
llamó a su gloria eterna
en Jesucristo,
después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
LA
GLORIA ES DE DIOS
La
gloria, igual que la vida, es consustancial con Dios. Él es la
fuente, el origen de toda gloria. Cualquier gloria atribuible a seres
creados o al conjunto de la creación es una extensión o proyección
de la gloria de Dios. Es, pues, acertado afirmar que la gloria le
pertenece exclusivamente a Él.
Ro
11:36; Porque
de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A
él sea la gloria por los siglos.
Amén.
Ap
15:4; ¿Quién
no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú
eres santo;
por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus
juicios se han manifestado.
Ap
21:23; La
ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella;
porque
la gloria de Dios la ilumina,
y el Cordero es su lumbrera.
LA
GLORIA DEL PADRE Y LA DEL HIJO SON LA MISMA
Las
tres personas de la deidad no tienen cada una por separado su propia
gloria, sino que ésta es única e indivisible. Cada una de ellas
posee, pues, toda la gloria de Dios. En las siguientes porciones
vemos cómo esta gloria es compartida por el Padre y el Hijo.
Jn
1:14; Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y
vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre),
lleno de gracia y de verdad.
Jn
12:41-43; Isaías
dijo esto cuando vio su gloria,
y habló acerca de él.
42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero
a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de
la sinagoga. 43 Porque
amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
He
1:1-3; Dios,
habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a
los padres por los profetas, 2 en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,
a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el
universo; 3 el
cual, siendo el resplandor de su gloria,
y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas
con la palabra de su poder…
1
P 4:11; Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si
alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para
que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen
la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén.
LA
CREACIÓN MANIFIESTA LA GLORIA DE DIOS
La
creación misma refleja la gloria y poder del Creador; los cielos, la
tierra y todo cuanto existe nos habla de su gloria. Hay que estar
ciegos y sordos para no darse cuenta de eso.
Sal
19:1; Los
cielos cuentan la gloria de Dios,
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Sal
145:10-12; Te
alaben, oh Jehová, todas tus obras, y tus santos te bendigan. 11 La
gloria de tu reino digan,
y hablen de tu poder,
12 para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos,
y la gloria de la magnificencia de su reino.
REIVINDICACIÓN
DE LA GLORIA DE DIOS
Por
si a alguien no le ha quedado claro o se olvida, la gloria, que
pertenece exclusivamente a Dios, es reivindicada por Él en
múltiples ocasiones en su Palabra. He aquí algunos ejemplos:
Sal
29:1-2; Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, dad
a Jehová la gloria y el poder.
2 Dad a Jehová la gloria debida a su nombre;
adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.
Sal
66:1-2; Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. 2 Cantad
la gloria de su nombre;
poned gloria en su alabanza.
Sal
96:3; Proclamad
entre las naciones su gloria,
en todos los pueblos sus maravillas.
Is
43:7; Todos
los llamados de mi nombre; para
gloria mía los he creado,
los formé y los hice.
1
Co 6:20; Porque habéis sido comprados por precio; glorificad,
pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu,
los cuales son de Dios.
1
Co 10:31; Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo
todo para la gloria de Dios.
Fil
4:20; Al
Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
1
P 5:11; A
él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén.
Ap
14:6-7; Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el
evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda
nación, tribu, lengua y pueblo, 7 diciendo a gran voz: Temed
a Dios, y dadle gloria,
porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el
cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
SU
GLORIA ES PERSONAL E INTRANSFERIBLE
El
siguiente versículo no puede ser más claro al respecto.
Is
42:8 Yo
Jehová; este es mi nombre; y
a otro no daré mi gloria,
ni mi alabanza a esculturas.
LA
GLORIA DEL HOMBRE ES INESTABLE Y FUGAZ
Tal
como nos indica la siguiente porción, la vida del hombre sobre la
tierra es de corta duración, como la hierba, que pronto se seca; y
al secarse, toda su gloria, como una flor, perece con la hierba que
la sostiene.
1
P 1:24-25 (Is 40:5-8); Porque: toda
carne es como hierba, y
toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae; 25 mas la palabra del Señor
permanece para siempre.
Por
eso debemos luchar contra nuestra tendencia natural a vanagloriarnos;
en todo caso, que sean otros quienes nos alaben. Pero ni aun el
reconocimiento de los hombres debe ser lo que nos motive, sino el
vivir para la gloria de Dios, quien a su tiempo nos exaltará.
Pr
25:27; Comer mucha miel no es bueno, ni
el buscar la propia gloria es gloria.
1
Co 1:31 (2 Co 10:17); para que, como está escrito: el
que se gloría, gloríese en el Señor.
LA
GLORIA HUMANA ES INCOMPATIBLE CON LA DE DIOS
Jesús
les reprochó a los judíos su falta de amor a Dios y su
incredulidad, por cuanto buscaban su propia gloria y no la que
procede de Dios. Su actitud era nefasta, porque sin creer en Jesús,
a quien Dios Padre envió, no hay salvación.
Jn 5:44; ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?
Los
siguientes versículos también contienen una seria advertencia para
aquellos que, habiendo oído el testimonio acerca de Dios, como
ocurrió con Herodes, reciben para sí la gloria en vez de dársela a
Dios.
Hch
12:21-23; Y
un día señalado, Herodes,
vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. 22 Y
el
pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre!
23 Al momento un
ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios;
y expiró comido de gusanos.
LOS
SANTOS DAN LA GLORIA A DIOS
Por
eso las personas que reconocen humildemente su condición de
pecadores, confían en la gracia y misericordia de Dios y no en su
supuesta bondad o buenas obras. Eso los lleva a glorificar a Dios, el
único merecedor de toda gloria.
Sal
62:7; En
Dios está mi salvación y mi gloria;
en Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
Sal
115:1; No
a nosotros, oh Jehová, no
a nosotros, sino a tu nombre da gloria,
por tu misericordia, por tu verdad.
1
Ts 2:5-6; Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis,
ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6 ni
buscamos gloria de los hombres;
ni de vosotros, ni de otros,
aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
EL
EJEMPLO DE JESÚS
Jesús
mismo nos dio ejemplo, al rechazar la gloria de los hombres y
glorificar en su condición de Hijo del Hombre al Padre, para que
éste sea glorificado a través de él.
Jn 5:41; Gloria de los hombres no recibo.
Jn
14:13; Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para
que el Padre sea glorificado en el Hijo.
EL
PADRE GLORIFICA AL HIJO Y VICEVERSA
Sin
embargo, para que quedase claro que es el Hijo de Dios, cuando ya
faltaba poco para acabar su obra en la cruz y resucitar de entre los
muertos, Jesús pidió al Padre que le restituyera su gloria eterna.
Jn 13:31-32; Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. 32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará.
Jn
17:1; Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo,
dijo: Padre,
la hora ha llegado; glorifica
a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti.
Jn
17:4-5; Yo
te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que
hiciese. 5 Ahora pues, Padre,
glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo
antes que el mundo fuese.
Aunque
durante su estancia en la Tierra Jesús no reclamó la gloria para sí
mismo, sino para el Padre, vemos que éste lo levantó de los muertos
y lo hizo sentar a la diestra de su majestad en el trono celestial
como nuestro sumo sacerdote.
He
5:5; Así
tampoco
Cristo se glorificó a sí mismo
haciéndose sumo sacerdote, sino
el que le dijo: tú eres mi Hijo,
yo
te he engendrado hoy.
FUE VOLUNTAD DE DIOS HACER AL HOMBRE PARTÍCIPE DE SU GLORIA
Aunque
la gloria es patrimonio exclusivo de Dios, porque Él es amor quiso
compartirla con el hombre. Por eso en el huerto de Edén el hombre
gozó de ese privilegio, hasta que el pecado lo apartó de Dios y su
gloria.
He
2:6-8; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué
es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para
que le visites? 7 Le hiciste un poco menor que los ángeles, le
coronaste de gloria y de honra,
y le pusiste sobre las obras de tus manos; 8 Todo lo sujetaste bajo
sus pies.
Ro
3:23; ...por
cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios…
DIOS
QUIERE RESTAURARNOS A SU GLORIA
Ya
en la antigüedad, Dios prometió a su pueblo Israel que lo cubriría
con su gloria. No hay mayor bendición posible.
Is
44:23; Cantad
loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo,
profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque,
y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en
Israel será glorificado.
Is
49:3; ...y me dijo: Mi
siervo eres, oh Israel, porque
en ti me gloriaré.
Is
60:1-3; Levántate,
resplandece; porque ha venido tu luz, y
la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las
naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y
sobre ti será vista su gloria.
3 Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu
nacimiento.
Esa
bella promesa no se alteró bajo el Nuevo Pacto; la novedad está en
la revelación de que obtendremos la gloria de Dios por estar con y
en Cristo, el cual es uno con el Padre.
Jn
17:21-22; ...para que todos sean uno; como
tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros;
para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La
gloria que me diste, yo les he dado,
para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Fil
4:19; Mi
Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme
a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Col
3:4; Cuando
Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también
seréis
manifestados con él en gloria.
2
Ts 1:12; ...para
que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en
vosotros, y vosotros en él,
por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
2
Ts 2:14; ...a
lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para
alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
He
2:10; Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y
por quien todas las cosas subsisten, que
habiendo
de llevar muchos hijos a la gloria,
perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
1
P 5:1; Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano
también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que
soy
también participante de la gloria que será revelada…
SUS
HIJOS LE HONRARÁN Y DARÁN GLORIA PARA SIEMPRE
El
Señor tiene reservada para sus hijos una corona incorruptible de
gloria; cada uno tiene asignada la suya propia.
Ap
3:11; He
aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para
que ninguno tome tu corona.
1
P 5:4; Y
cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis
la corona incorruptible de gloria.
Pero
cuando disfrutemos de esa posición no nos llenaremos de orgullo,
pensando: “he peleado la buena batalla y he obtenido la victoria;
me merezco esta corona”. Por el contrario, reconoceremos que si
somos salvos es por la misericordia y gracia de Dios; que todo el
mérito es de Jesucristo; y que fue Él quien obtuvo por y para
nosotros la victoria sobre el pecado y la muerte.
Por
eso nos uniremos a todo el coro celestial para darle gloria, honra y
acción de gracias a Dios por toda la eternidad. Y la mejor manera de
mostrar que sólo Él es digno de recibir la gloria y que no
merecemos participar de ella, es desprendiéndonos de nuestras
coronas delante de su trono.
Ap
4:9-11; Y siempre que aquellos
seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está
sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado
en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y
echan sus coronas delante del trono,
diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el
poder;
porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y
fueron creadas.
CONCLUSIÓN
Como
colofón a esta serie de reflexiones, podemos afirmar que todo lo que
Dios creó, haciendo uso de su soberanía, fue para su gloria.
Pr
16:4; Todas
las cosas ha hecho Jehová para sí mismo,
y
aun al impío para el día malo.
Por
eso cuando llegue el tiempo de restauración de todas las cosas, toda
rodilla se doblará ante la majestad de Dios y aun la creación será
liberada de toda corrupción.
Ro
14:11 (también
Is 45:23
y
Fil 2:10-11); Porque escrito está: vivo
yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y
toda lengua confesará a Dios.
Ro
8:21; ...porque
también la
creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la
libertad gloriosa de los hijos de Dios.
La gloria forma parte de la esencia misma de Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo, desde el principio y para siempre. Hasta el tiempo
presente muchos hombres han querido apropiarse de la gloria que sólo
Dios merece; pero llegará el día en que todo ser creado le rendirá
honra, gloria y alabanza por toda la eternidad.
Ap
5:13; Y
a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo
de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí
decir: Al
que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la
honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
Dios
nos colma de toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo.
Tema de reflexión poco frecuente, a pesar de que el principal objetivo de todo cristiano debe ser el de glorificar a Dios con todo su ser, ahora y por toda la eternidad. Recomiendo la lectura de este estudio.
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