14/5/17

Refutando el calvinismo








INTRODUCCIÓN

El propósito de este estudio es contribuir modestamente al debate entre los defensores de la doctrina calvinista de la gracia y sus detractores, exponiendo mi punto de vista. Soy consciente de que abordo un tema complejo y controvertido, sobre el que se ha discutido vehementemente a lo largo de siglos sin alcanzarse un acuerdo.

Debo decir en primer lugar que, aunque no comparto en general los puntos de vista calvinistas sobre la salvación, hay aspectos en los que coincido con ellos, como, por ejemplo, la imposibilidad del hombre de salvarse a sí mismo, o que la salvación se recibe por pura gracia. Coincidimos además en la mayor parte de las enseñanzas bíblicas sobre otras cuestiones.

MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN

En la investigación sobre cualquier tema se pueden adoptar dos métodos diferentes: el deductivo y el inductivo. Las personas tienen una predisposición natural a usar uno de los métodos con preferencia al otro. Ambos pueden conducir a un mismo resultado, pero no siempre es así.

En mi caso, tengo tendencia a usar el método deductivo. Prefiero contemplar el bosque a lo lejos desde una alta cumbre antes de adentrarme en él, tratando de visualizar el contorno y algún punto de referencia en su interior, como podría ser algún claro, lago, río, colina, etc. Hago así por precaución, no sea que una vez dentro, los árboles me impidan ver el bosque en su conjunto y eso me desoriente. En relación con este enfoque, recuerdo alguna ocasión en que me puse a construir un puzle complicado y casi de manera instintiva comencé buscando las piezas que conformaban los bordes. No hay duda de que este modo de proceder con el puzle también se asemeja más al método deductivo que al inductivo.

ESTUDIO DE LA BIBLIA USANDO EL MÉTODO DEDUCTIVO

Para tratar de comprender la Biblia hago lo mismo. Primero observo el contexto general, del cual extraigo un esquema con las enseñanzas fundamentales. Luego, sobre dicho esquema o estructura sólida voy construyendo todo el edificio. Entre otras muchas cosas, veo que Dios se nos presenta en su Palabra como el omnipotente, omnipresente y omnisciente; como un Dios de amor, misericordia, bondad, justicia, verdad, paz, libertad, esperanza, fidelidad, etc; veo que nos llama al arrepentimiento y a reconciliarnos con Él, pero sin obligarnos; que no hace acepción de personas; que su gracia es inagotable, suficiente para alcanzar a toda la humanidad...

Cuando una doctrina contradice alguno de estos principios básicos, hace saltar la alarma en mi interior, poniéndome en guardia y llevándome a un estudio más profundo de las escrituras. Eso es justamente lo que provoca en mí la enseñanza calvinista sobre la salvación. En todo caso, vaya por delante mi convicción de que, tanto los calvinistas como sus oponentes, son sinceros y actúan de buena fe en la defensa de sus argumentos.

Por otra parte, tengo que decir en honor a la verdad, que rebatir los puntos de vista calvinistas me parece un reto difícil para cualquier oponente, porque se centran generalmente en los textos que parecen más favorables a sus tesis, ignorando o forzando la interpretación de otros alternativos que les resultan difíciles de encajar en su sistema. Además suelen presentar una argumentación que puede ser muy convincente por su lógica y coherencia interna, pero que parte, a mi entender, de premisas o supuestos erróneos.

LA DOCTRINA CALVINISTA ES SISTÉMICA

Esta doctrina calvinista se apoya en cinco supuestos o creencias interrelacionadas entre sí, que conforman un sistema. Como ocurre con cualquier sistema, no podemos modificar, eliminar o añadir algún elemento, sin modificar el sistema mismo. Esto es importante entenderlo, si no queremos sostener posiciones incoherentes, como decir que no estamos de acuerdo con el “hipercalvinismo” (¿Qué es eso?), o que estamos de acuerdo con la perseverancia de los santos pero no con la elección incondicional, por ejemplo.

En esta doctrina sistémica, un punto deriva del anterior y conduce necesariamente al siguiente. Las porciones de la Biblia en que se basan los argumentos enfrentados, a menudo son aplicables a más de un punto. Por ejemplo, hay versículos que pueden servir para sostener o refutar la elección incondicional y a la vez la expiación limitada.


LOS CINCO PUNTOS BÁSICOS DEL CALVINISMO

Sin más preámbulos, los pilares concatenados de esta doctrina calvinista son los siguientes:

1-. Depravación total.

-El pecado ha incapacitado totalmente al hombre; de manera que es incapaz de responder al llamado de Dios.

2-. Elección incondicional.

-El hombre no tiene que hacer nada para ser salvo, y lo será sólo si ha sido predestinado por Dios para salvación.

3-. Expiación limitada (también llamada expiación definida, o redención particular).

-La expiación por la sangre de Jesucristo es válida sólo para los elegidos.

4-. Gracia irresistible (o llamamiento eficaz).

-Sólo las personas predestinadas por Dios para ser salvas pueden aceptar su gracia; además éstas no pueden negarse a aceptarla.

5-. Perseverancia de los santos (o seguridad eterna de la salvación).

-Los predestinados por Dios para salvación no podrán caer jamás de la gracia, por lo que ineludiblemente serán salvas.

Abordaré cada uno de estos puntos a continuación, deteniéndome más en el primero, porque de él derivan los restantes, y también el el último, por ser el que más controversia genera.


DEPRAVACIÓN TOTAL

INTRODUCCIÓN

Las cosas son a menudo tan complejas y ricas en matices que no hay palabras ni frases que puedan definirlas o describirlas con exactitud. Por otra parte, con el uso muchas palabras van adquiriendo a lo largo del tiempo nuevos significados, en función de los diferentes contextos en que se aplican ¡Cuántas discusiones se evitarían si previamente nos pusiéramos de acuerdo en el significado de las palabras!

Las discusiones sobre temas bíblicos no son una excepción al respecto, ya que aunque la Biblia expresa el pensamiento de Dios, el mismo está limitado o condicionado por la imperfección de las lenguas humanas en las que aquélla se escribió y, sobre todo, a las que fue traducida.

ABSOLUTO VS RELATIVO / INFINITO VS FINITO

Algo que deberíamos tener en cuenta al abordar el tema de la relación de Dios con el hombre, es que nos movemos en dos magnitudes que no son comparables. El ser humano no puede compararse con Dios, de igual modo que lo relativo no puede enfrentarse a lo absoluto.

La persona más malévola y la más justa que podamos imaginar -a excepción de Jesucristo- se igualan ante Dios, en el sentido de que ambos son seres imperfectos que, por mucho camino que recorran, nunca llegarán a alcanzar la perfección de Dios. En una carrera imaginaria por acercarse a Dios, a cualquiera que recorriese miles de millones de kilómetros le restaría una distancia infinita para conseguirlo, exactamente igual que si hubiese recorrido un solo kilómetro. Por definición lo finito no puede compararse con lo infinito.

¿DEPRAVACIÓN TOTAL?

En realidad cuando Dios dice que no hay justo ni aún uno (Ro 3:10-12), lo que nos está indicando es que ningún ser humano cumple ni puede cumplir las elevadas normas de santidad que nos hagan merecedores de restablecer nuestra relación con Él (Mt 19:16-17). Podemos afirmar con rotundidad que, confrontados con la justicia perfecta de Dios, todos somos igualmente injustos (Is 64:5-6).

Ro 3:10-12 (Véase también Sal 14:1-3; Sal 53:1-3; Ec 7:20); Como está escrito: no hay justo, ni aun uno; 11 no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Mt 19:16-17; Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? 17 El le dijo: ¿Por que me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

Ec 7:20; Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

Is 64:5-6; ...todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia...

Sin embargo no podemos ignorar que sobre la justicia de los hombres, Dios hace declaraciones en su Palabra aparentemente opuestas. Por un lado nos habla acerca de la injusticia generalizada de todo ser humano, tal como hemos visto y, por otro, Él consideró justos a determinados personajes, como Noé (Gn 6:9; Gn 7:1), Lot (2 P 2:8), Job (Job 1:8; 2:3), José (Mt 1:19), etc.

La calificación de justo atribuida al hombre en muchos pasajes, sobre todo del Antiguo Testamento, debe entenderse en sentido relativo, como no puede ser de otro modo. En todo caso, el nexo que une a todos los salvos de todo tiempo y lugar en la historia de la humanidad, es la fe y esperanza en Dios, quien primero prometió y luego envió al Salvador. Aun los hombres que vivieron durante el periodo del Antiguo Testamento fueron salvos por su fe en Dios y no por sus buenas obras; éstas son siempre la manifestación o consecuencia lógica de la fe (Stg 2:17-18,22).

Por eso cuando se habla de la “depravación total” de la especie humana creo que la palabra “total”, que expresa un valor absoluto, sobra, porque el hombre se mueve en términos relativos que permiten sopesar las conductas y establecer comparaciones. Ciertamente el hombre apartado de la gracia de Dios está depravado, pero de ninguna manera se puede igualar un sádico asesino a una persona altruista que se dedica a ayudar a los demás. De que Dios ve esa diferencia no hay duda alguna, como lo atestigua el hecho de que en el día que Él juzgue por Jesucristo los secretos de los hombres (Ro 2:16) habrá distintos grados de recompensa (1Co 3:8; Ap 22:12) y de condenación (Mt 23:14; Lc 12:47-48).

1 Co 3:8; Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

Ap 22:12; He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

Mt 23:14; ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.

Lc 12:47-48; Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.

LA MUERTE

La desobediencia de Adán y Eva acarreó la muerte para ellos y su descendencia (Ro 5:12; 1 Co 15:21-22). Desde entonces todos padecemos la primera muerte, que comienza en el plano espiritual (Ef 2:1; Col 2:13) y se consuma con la muerte corporal o física. Luego está la segunda muerte, que es mucho más terrible, en el lago de fuego por toda la eternidad (Ap 20:14-15).

Ro 5:12; Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

1 Co 15:21-22; Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

Ef 2:1; Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.

Col 2:13; Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

Ap 20:14-15; Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

La muerte no se reduce simplemente a la desaparición del cuerpo, al separarse éste temporalmente del alma y el espíritu. Es sobre todo la separación del hombre de su Creador, la desconexión de la vida del hombre de la fuente de la vida, que es Dios. Lo que verdaderamente debemos temer no es la muerte corporal sino la espiritual, la cual, si no lo remediamos durante nuestra vida en la Tierra, se convertirá en eterna (Mt 10:28). Pero gracias a Dios por su amor y misericordia al proveer para nuestra salvación en Cristo Jesús.

Mt 10:28 (Ver también Lc 12:4-5); Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

La enseñanza bíblica de que las personas no regeneradas por el Espíritu están muertas en sus delitos y pecados, obviamente se refiere a la muerte espiritual, aunque continúen viviendo según la carne en un cuerpo corrupto, sentenciado a muerte. Quienes viven conforme a la carne están muertos para el Espíritu, y viceversa.

Ro 8:6,13;
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Ga 5:16-17; Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

¿ESTÁ INCAPACITADO EL INCRÉDULO PARA OÍR Y OBEDECER A DIOS?

Los que se identifican con la doctrina calvinista de la gracia, argumentan que las personas espiritualmente muertas están incapacitadas para responder al llamamiento de Dios, a no ser que éste previamente las haga nacer de nuevo. Sostienen que, del mismo modo que un cadáver no puede reaccionar ante ningún estímulo externo, tampoco el inconverso puede aceptar la gracia divina, si antes Dios no pone en él el arrepentimiento y la fe que necesita. ¿No se dan cuenta los calvinistas que la analogía que establecen con un muerto físico conduce a lo absurdo? Porque un muerto no sólo no puede oír, creer, hablar o pensar; un muerto no puede ni tan siquiera pecar. Pero lo cierto es que las personas, aun estando espiritualmente muertas, pueden hacer todas esas cosas.

Pero si dejamos de utilizar el símil de un cadáver y entendemos que la muerte del incrédulo consiste básicamente en que está alejado de Dios, tal como he dicho, ¿por qué no va a ser capaz de oír a Dios y aceptar o rechazar su gracia, cuando se acerque a él y lo llame? Porque, ¿qué sentido tendría que Dios llamase a alguien sabiendo que está incapacitado para oírlo y menos aún para aceptarlo? Sencillamente es una idea absurda por muchas vueltas que se le quiera dar.

El siguiente versículo es muy esclarecedor al respecto, porque Jesús dice que los que están muertos en sus delitos y pecados van a oír su voz y al oírla vivirán. Aquí no se está refiriendo a la resurrección final, puesto que dice “viene la hora, y ahora es”.

Jn 5:25; De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.

TODO PECADOR PUEDE ACEPTAR LA MISERICORDIA DE DIOS

Cuando aún no se había manifestado la gracia salvadora del Señor Jesucristo, ya había personas temerosas de Dios que depositaban su fe y esperanza en Él, tanto antes de la ley como durante la vigencia de ésta. Muchas de ellas sin duda fueron salvas, pero no por sus buenas obras, que seguramente tuvieron, sino por su fe en Dios. A éstas también Dios les imputó, con carácter retroactivo, la justicia de Cristo. Esto es así porque en Él el pasado y futuro se funden en un eterno presente. De ahí la declaración, entre otras, de Ap 13:8 “Y la adoraron (a la bestia que sube del mar) todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.

Podemos preguntarnos: ¿También las personas que vivieron durante el periodo del Antiguo Testamento estaban incapacitadas para oír y creer en Dios, a no ser que antes fueran regeneradas? Durante dicho periodo, ¿oyó alguien hablar del nuevo nacimiento? Podían creer en la regeneración que tendrá lugar cuando Dios nos levante de la tumba (Jn 11:24), porque les había sido revelado; pero del nuevo nacimiento, tal como lo enseñó Jesús, no tenían ni idea. Recordemos al respecto a Nicodemo, que era fariseo, principal entre los judíos y maestro de Israel (Jn 3:1-10).

Además, si fuese cierto que Dios sólo quiso regenerar a una parte de los hombres para que pudieran obedecerle, se habría producido un trato de favor; pero sabemos que Él no hace acepción de personas (Dt 10:17-18; Hch 10:34-35; 1 P 1:17).

LA REGENERACIÓN OCURRE AL CREER, NO ANTES

No es que Dios tenga que resucitar de la muerte espiritual al hombre pecador para que pueda oír su voz y creer en Él, como dicen los calvinistas. Ocurre justo lo contrario, Dios faculta a todo ser humano para oír su voz y hace posible que pueda creer en Él, de modo que el que decide creer es regenerado. En la Palabra está meridianamente claro que el arrepentimiento y la fe preceden a la regeneración y no al revés, como lo acreditan, entre otros, los textos siguientes:

Jn 1:12; Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Jn 3:16; Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Jn 3:36; El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Jn 6:47; De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

Jn 20:31; Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

Hch 16:31; Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.

Ef 1:13; En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.

Col 2:12; ...sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con Él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

Así que la salvación es por gracia, por medio de la fe (Ro 1:16-17; 2 Ti 3:15), y la fe es por el oír (Ro 10:14; Ro 10:17). La secuencia que se sigue es la siguiente: 1) los que son enviados por Dios predican, 2) de los que oyen, unos desobedecen el evangelio al rechazar el mensaje (Ro 10:16), mientras que otros creen en él y lo aceptan. Es entonces, y no antes, cuando Dios entra a morar en ellos por su Espíritu (Ef 1:13) y son regenerados o nacidos de nuevo (Jn 3:5-6).

Ro 1:16; Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree...

2 Ti 3:15; ...y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.

Ro 10:14; ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?.

Ro 10:17; Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Ro 10:16; Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?

Jn 3:5-6; Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

DESHACIENDO MALENTENDIDOS

Hay ciertos versículos que aparentemente nos hablan de la incapacidad de los destinatarios de los mensajes para oír (Jer 6:10), o que incluso es Dios quien los incapacita (Is 6:9-10); pero si examinamos más en profundidad la Palabra, nos damos cuenta de que el motivo por el que no oyen es porque endurecen su corazón y apartan su oído para no oír.

Jer 6:10; ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.

Is 6:9-10; Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. 10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.

Jer 7:22-28; Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. 24 Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante, 25 desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y sin cesar; 26 pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres. 27 Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te oirán; los llamarás, y no te responderán. 28 Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.

Mt 13:14-15; De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis.15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.

Resumiendo, no es que no puedan oír sino que no quieren.

Is 1:19-20; Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 20 si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

Is 65:12; ...yo también os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me desagrada.

Ez 3:27; Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde son.

Zac 7:11-13; Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; 12 y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos. 13 Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos.

Dios no incapacita a nadie para que no pueda oír, ni incita nunca al mal (compárese 2S 24:1 con 1Cr 21:1), ni causa el mal (Gn 16:2; Rut 1:20; Stg 1:13); pero puede permitir que todo eso suceda (Job 2:3-7). Los expertos en idioma hebreo llaman hebraísmos a ciertas expresiones que a nosotros nos pueden parecer exageradas y difíciles de entender con nuestra mentalidad occidental. Por ejemplo, para indicar que alguien, incluido Dios, elige con un propósito a una persona con preferencia a otra, en nuestra Biblia está escrito que ama a una y aborrece a la otra.

Dt 21:15-17; Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16 en el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; 17 mas al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.

Ro 9:13; Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

Lc 14:26; Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

Respecto a Lc 14:26 es aclaratorio el mensaje paralelo que se encuentra en Mateo. Por eso ciertas expresiones no deben entenderse en sentido literal. Recordemos que la Palabra en su conjunto se ha de discernir espiritualmente (1Co 2:14), porque es Espíritu y es vida (Jn 6:63).

Mt 10:37; El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.

1 Co 2:14; Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

Jn 6:63; El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

En cuanto a que Dios interviene directamente para endurecer el corazón de alguien, tengo la convicción de que en caso de que así sea, sólo lo hace después de que la persona misma haya endurecido su corazón al desatender obstinada y reiteradamente los requerimientos de Dios, como ocurrió en el conocido caso del faraón (en los capítulos 7 al 11 de Éxodo se observa que Dios sólo intervino para incrementar la dureza de corazón del faraón en la octava y décima plaga, cuando ya éste se había endurecido a sí mismo tras las siete primeras plagas). Lo que está claro es que Dios nunca endurecerá un corazón contrito y humillado (Sal 51:17).

Los israelitas sabían que Dios estaba al control de todo, y de ahí deducían que cuando recibían algún mal era porque el Señor se lo enviaba (Job 2:9-10; Lm 3:37-38); no distinguían si un mal era causado o sólo permitido. Sin embargo, cuando las personas rebeldes reciben un mal, suele ser porque Dios retira su protección, entregándolas a la dureza de su corazón o permitiendo que sus enemigos las dañen.

Job 2:9-10; Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

Lm 3:37-38; ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó? 38 ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?

Jer 33:4-5; Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas 5 (porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad)

Sal 69:27; Pon maldad sobre su maldad, y no entren en tu justicia.

Sal 81:11-12; Pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí. 12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos.

Lm 3:65; Entrégalos al endurecimiento de corazón; tu maldición caiga sobre ellos.

Algo que también puede desvirtuar el significado de una frase, es utilizar incorrectamente el término escuchar como sinónimo de oír, o al contrario, como hace cotidianamente mucha gente. Tengo la impresión de que ocurre lo mismo en algunas versiones bíblicas que conozco; sin embargo el significado de ambos términos no es equivalente. Una persona puede escuchar por teléfono a su interlocutor y en algún momento no ser capaz de oírlo por interferencias en el sonido; por el contrario, alguien puede oír perfectamente un mensaje y no escucharlo porque no le presta atención. Por eso no basta con oír, además de oír es necesario escuchar.

EL CASO DE LOS INFANTES E INCAPACITADOS PSÍQUICOS

Basándose en la “depravación total” del ser humano caído de la gracia, los calvinistas dicen que incluso los bebés están totalmente depravados, naciendo ya muertos en sus delitos y pecados. Según ellos, si fallecen prematuramente no pueden entrar en el reino de Dios porque no han nacido de nuevo (Jn 3:3). A pesar de esta afirmación, muchos calvinistas no se atreven a decir que son condenados, sino que sólo el soberano Dios conoce su destino. A mí esto me recuerda la tercera vía que introdujo la iglesia católica hace más de un milenio (dogma que ha sido abolido recientemente por el papa Benedicto XVI), enseñando que los niños que mueren antes de ser bautizados no van al cielo ni al infierno, sino al llamado limbo de los justos.

Sin embargo el mismo Jesús dice claramente que de los niños y, por extensión, de los que son humildes como los niños, es el reino de los cielos.

Mt 18:2-4; Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, 3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

Mr 10:14-15; Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Mt 21:16; ...y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: de la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?

Si, como dice Jesús, de los niños es el reino de los cielos, eso quiere decir que cuando alguien muere siendo niño se va al cielo ¿Y cómo es eso posible, si ya nacemos en pecado? (Sal 51:5 “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre). Pues porque por la justicia de Jesucristo, el postrer Adán, “vino a todos los hombres la justificación de vida” (Ro 5:18). Es decir, Jesucristo ya justificó a todos los hombres de la transgresión de Adán y por medio de Jesucristo podemos también ser justificados de nuestros propios delitos y pecados, creyendo en Él, arrepintiéndonos y convirtiéndonos.

Ahora bien, ¿qué ocurre en el caso de los niños y otras personas que no tienen plena capacidad mental? Que sólo en la medida en que aprenden a distinguir entre el bien y el mal, tiene Dios en cuenta sus pecados. Así que, llega un momento en el desarrollo de las personas, que sólo Dios conoce con exactitud, a partir del cual son plenamente responsables de sus actos, por los que tendrán que dar cuenta, siendo especialmente grave rechazar con conocimiento de causa la gracia de Dios. Tengamos en cuenta que el mismo Jesús, quien se sujetó en perfecta obediencia tanto a sus padres terrenales como al Padre celestial, tuvo que pasar por un proceso de aprendizaje como los demás niños.

Is 714-16; Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. 15 Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno. 16 Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.

Lc 2:51; 51 Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos...

He 5:8-9; Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.

Dt 1:39; Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán.

Si por la justicia de Cristo vino a todos los hombres la justificación de vida, librándonos de la condenación por causa de la transgresión de Adán (Ro 5:18), entonces los que se condenen se condenarán por su propio pecado, no por el pecado de sus padres ni por el pecado de Adán. Y en el caso de los niños e incapacitados psíquicos, éstos responderán por sus actos sólo en la medida en que se hayan desarrollado sus facultades mentales.

Ro 5:18; Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

Ez 18:20; El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.

Hch 13:39; ...y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree (la justificación en este caso no es por el pecado de Adán, sino por los pecados que cada uno comete, por infringir la ley).

¿QUÉ ES LA FE?

Teniendo en cuenta la importancia de la fe en la salvación y sin ignorar la definición dada en He 11:1, vamos a reflexionar un poco para tratar de entender qué es.

Desde luego no es una mera actitud o respuesta intelectual. Además de la mente involucra al corazón, incluyendo los afectos y la voluntad; o sea, afecta a la totalidad del ser. Por otra parte, la fe se dirige tanto a creer en Dios como a creer a Dios, creer que su Palabra es infalible. Podemos creer en y a una persona o no creerla sin que necesariamente pequemos; no está de más la prudencia (Jer 17:5). Pero no ocurre lo mismo en relación con Dios, ya que Dios no es hombre para que mienta (Nm 23:19) y al no creerlo lo hacemos mentiroso (1Jn 1:10).

Jer 17:5; Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre...

Nm 23:19; Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?

1 Jn 1:10; Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Otro aspecto de la fe es su consecuencia práctica, ya que la fe genuina conduce necesariamente al arrepentimiento, seguido del fruto del Espíritu y las buenas obras que Dios pone delante de nosotros para que andemos en ellas.

Ef 2:10; Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Stg 2:17-18,22;
17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?

Jn 15:2; Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

Ga 5:22; Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Así que la fe interviene en nosotros primeramente para nuestra justificación y salvación, y luego para nuestra santificación, proceso en el que la fe debe ir en aumento, de la mano de la obediencia.

Hay una porción de la escritura en la que se ve claramente la implicación de la voluntad en la respuesta de fe, según la cual no es que no podamos creer sino que no queremos creer ¿Por qué? Porque preferimos seguir viviendo a nuestra manera, sin renunciar a la mentira y a las malas obras, en vez de permitir que el Espíritu Santo nos guíe a la obediencia a Cristo, conforme a la voluntad de Dios (Jn 3:18-21).

Jn 3:18-21; El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

¿ES UN MÉRITO LA FE?

Creer a Dios no es ningún mérito que podamos aportar a nuestra salvación; supone simplemente permitir que la gracia divina actúe en nosotros. Eso no tiene nada que ver con presentarnos ante Dios, considerándonos merecedores de la salvación por nuestras supuestas buenas obras. Ro 4:16 lo deja bien claro: Por tanto, es por fe, para que sea por gracia...”

Jn 6:28-29; Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

En cuanto a los conocidos versículos del capítulo 2 de Efesios (Ef 2:8-9), la frase y esto no de vosotros” no se refiere únicamente a la fe como medio de acceso a la gracia, sino a toda la oración gramatical que precede a dicha expresión; o sea, a que “por gracia sois salvos por medio de la fe”, en contraposición a la salvación por obras. Dicho de otro modo, la salvación no la podemos obtener por méritos propios basados en buenas obras, sino por el don inmerecido o gracia de Dios, simplemente creyendo en Él. Pero la fe, o lo que es lo mismo, el creer o no a Dios, lo decidimos nosotros; nadie está imposibilitado para creer.

Ef 2:8-9; Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.

En términos de interpretación, el pasaje anterior tiene cierta similitud con el de Mt 16:16-18. Quizá la principal diferencia consiste en que en este caso no tenemos dificultad en admitir, con buen criterio, quesobre esta roca edificaré mi iglesia” no se refiere a que la iglesia sería edificada sobre Pedro, sino sobreCristo, el Hijo del Dios viviente”, tal como había declarado el apóstol dos versículos antes, guiado por una revelación divina. Esa verdad la volvió a corroborar posteriormente el Espíritu Santo (1 Co 3:10-11; Ef 2:20-22; 1 P 2:4-6).

Mt 16:16-18; Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

1 Co 3:10-11; Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.

Ef 2:20-22; ...edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

1 P 2:4-6; Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6 Por lo cual también contiene la Escritura: he aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado.

De nuevo rechazo el argumento de que las personas a las que se les anuncia el evangelio no pueden oír si Dios no las resucita, diciendo que están muertos y un muerto no puede oír.

Tampoco estoy de acuerdo en que todos están incapacitados para creer, pero Dios pone la fe en en los que han de ser salvos; porque entonces no tendrían sentido los reproches de Jesús en Mr 16:14 y Lc 9:41. En vez de reprocharles su incredulidad más bien les diría que no podían creer porque no les había sido dada la fe. Aplicando el argumento calvinista a las personas que ya han sido regeneradas, también podríamos decir que cuando pecan es porque Dios no les dio la fuerza necesaria para resistir la tentación (1 Co 10:13).

Mr 16:14; Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.

Lc 9:41; Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.

1 Co 10:13; No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

¿TIENEN LOS HOMBRES LIBRE ALBEDRÍO?

La cuestión de si el hombre caído de la gracia tiene o no libre albedrío es un tema espinoso, que requiere una reflexión en detalle.

La Biblia enseña que la persona que no ha sido regenerada es esclava del pecado y sólo puede alcanzar la libertad en Cristo. De nuevo aquí la paradoja: si morimos a la ley (Ro 7:4-5) y al pecado (Ro 6:5-6), vivimos para Dios (Ro 6:11); si servimos a la carne somos esclavos del pecado, mientras que si servimos al Espíritu somos siervos de Cristo y libres del pecado (Ro 6:16-18). Así que desde diferentes puntos de vista somos esclavos, porque, o nos sometemos a Dios para servirlo, o somos esclavizados por el pecado. Pero por encima de cualquier otra consideración, lo realmente importante es que la obediencia a Dios trae vida, mientras que la entrega al pecado causa la muerte.

Ro 7:4-5; Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.

Ro 6:5-6; Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Ro 6:11; Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Ro 6:16-18; ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

El calvinismo enseña que, debido a la esclavitud del pecado y a que están espiritualmente muertos, los inconversos son libres para decidir en asuntos carnales o mundanos, pero no para obedecer a Dios, pues su naturaleza corrompida se lo impide. Dicen que el hombre no es malo porque peca, sino que peca porque es malo.

EL HOMBRE PECA PORQUE ES MALO Y ES MALO PORQUE PECA

Sobre dicha cuestión Mt 7:16-17 dice que cada árbol se conoce por sus frutos. Luego, ¿por qué un árbol es malo? Porque da malos frutos, si no sería bueno ¿Y por qué da malos frutos? Porque es mal árbol, si no los daría buenos. Lo mismo podría decirse de un árbol bueno y sus frutos. Aunque esto sea una perogrullada, a veces conviene recordar cosas obvias: que es tan cierto que el hombre peca porque es malo, como que el hombre es malo porque peca. Así que, lo que plantean aquí los calvinistas es un falso dilema, porque no es cierto que se tenga que elegir entre dos opciones mutuamente excluyentes. 2 Jn:6 resuelve con claridad una cuestión similar a ésta.

Mt 7:16-17; Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

2 Jn:6; Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.

¿PUEDE UN ÁRBOL MEJORAR SU CALIDAD PARA DAR MEJORES FRUTOS?

Creo que Mt 12:33-34 puede ayudarnos a dilucidar esta cuestión. Está claro que siendo malos no podemos hablar lo bueno ni dar buen fruto; pero, ¿podemos cambiar para ser mejores árboles? En mi opinión, eso es precisamente lo que les está diciendo Jesús a los fariseos: que hagan de ellos mismos un árbol bueno que lleve en sí buen fruto, o bien que decidan seguir siendo malos. Luego, existe la posibilidad de dejar de ser mal árbol; pero, ¿cómo conseguirlo? Pues arrepintiéndonos sinceramente de nuestros pecados y dejando de confiar en nuestras propias fuerzas para depositar nuestra fe y única esperanza en Cristo.

Mt 12:33-34; O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

EL PRIMER PECADO Y SU CONSECUENCIA

Remontándonos al principio de la creación del hombre, vemos que en el Edén Adán era bueno hasta que pecó. Eso lo convirtió en malo y, siendo malo, continuó pecando (Gn 1:31; Ec 7:29). La cuestión es que Adán y los demás seres humanos no seríamos malos, si no fuera porque pecamos. Ahora bien, es normal que los descendientes de Adán pequemos porque ya nacemos en pecado, pero ¿cómo es posible que Adán pecara, siendo santo y puro? Pues porque, haciendo mal uso de su libre albedrío, desobedeció a Dios.

Gn 1:31; Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera...

Ec 7:29; He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.

Como consecuencia del pecado, el hombre se volvió inherente e intrínsecamente malo, que no es lo mismo que ser absolutamente malo. Me explico: el pecado, que está en la raíz de toda corrupción y maldad, afecta a la totalidad del ser humano y, por tanto, a todas las áreas de su personalidad; sin embargo, el hecho de que unas personas alcancen mayor grado de depravación moral que otras, demuestra que la maldad del hombre se mueve en el ámbito de la relatividad.

Por esa razón, como ya he argumentado antes (ver el último párrafo del apartado “¿Depravación Total?”), Dios, que es absolutamente sabio y justo, no dará a todos los salvos igual recompensa ni los condenados serán castigados con la misma dureza, sino que unos y otros serán juzgados teniéndose en cuenta sus obras, sus motivaciones, la revelación que a cada uno le ha sido dada, etc.

Ciertamente hay una tendencia generalizada del ser humano a pecar, aun en las personas regeneradas, como nos manifiesta Ro 7:18-19 y 1 Jn 1:8-9. Pero mientras mantengamos firme nuestro espíritu en su lucha contra la carne (2 Ti 2:1), para que el pecado no se convierta en una práctica (1 Jn 3:8-9); mientras acudamos arrepentidos a Cristo en demanda del perdón y la ayuda que necesitamos (1 Jn 2:1), andaremos en victoria.

Ro 7:18-19; Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

1 Jn 1:8-9; Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

2 Ti 2:1; Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.

Jn 3:8-9; El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

1 Jn 2:1; Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

CUALQUIERA PUEDE ACEPTAR EL DON DE LA SALVACIÓN

Pero una cosa es la tendencia innata de nuestra carne al pecado, y otra decir que el inconverso no puede, por sí mismo, responder al llamado al arrepentimiento que Dios nos hace a todos, en base a una supuesta depravación total, que imposibilita que queramos reconciliarnos con Dios.

Si admitimos que a causa de una naturaleza absolutamente corrompida por el pecado, el hombre no regenerado no puede oír y, menos aún, obedecer la voz de Dios, ¿cómo es que Adán, con una naturaleza absolutamente pura pudo desobedecer a Dios, actuando, por tanto, contra natura? Emplear diferentes criterios en torno a la naturaleza del hombre antes y después de su caída, en relación con su libre albedrío, me parece contradictorio. Del mismo modo que la naturaleza pura e incontaminada de Adán, no lo incapacitó para desobedecer, tampoco la naturaleza corrupta del hombre actual le imposibilita oír y obedecer a Dios. Buena prueba de ello es que Él llama a los pecadores al arrepentimiento, como vemos en su Palabra, y sería absurdo que llamara a personas que no pueden oír.

EL HOMBRE ES RESPONSABLE DE SUS DECISIONES

Si fuera cierto que no tenemos libre albedrío, ¿cómo es que Dios nos hace responsables de nuestros actos? Libertad y responsabilidad van inseparablemente unidas, como no puede ser de otra forma, por mucho razonamiento artificioso que queramos hacer. Cuando Dios dice Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar (Mt 11:28) o Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más (Is 45:22), es porque nadie está imposibilitado para hacerlo; depende de la respuesta que cada uno quiera dar. Ciertamente va contra el carácter de Dios que pida a alguien lo imposible y luego lo castigue por ello; simplemente no tiene sentido.

HECHOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS

Los calvinistas dicen que Dios hace al hombre responsable de sus actos aunque no sea libre para elegir el bien, porque aun después de la caída sigue llevando, de manera indigna, la imagen de Dios (Gn 1:26-27; Stg 3:9). Estoy de acuerdo en que mantenemos la imagen de Dios, aunque dañada o distorsionada por el pecado. Pero, ¿qué refleja la imagen de Dios en nosotros? Entiendo que se manifiesta en dos rasgos fundamentales: 1) la dimensión espiritual que, elevándose sobre alma y cuerpo, puede llegar a comunicarse con Dios; 2) la conciencia, que nos capacita para reflexionar sobre nuestros propios actos y discernir entre el bien y el mal.

Gn 1:26-27; Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza... 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Stg 3:9; Con ella (con la lengua) bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.


EL PAPEL DE LA CONCIENCIA

La conciencia no nos fue arrebatada con el pecado, como lo prueba el hecho de que Adán y Eva se dieron cuenta de su trasgresión; o sea, después de pecar les remordió la conciencia, causándoles temor y deseos de ocultarse de la presencia de Dios (Gn 3:8-10).

Gn 3:8-10; Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto,al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

De manera que cuando una persona actúa en conciencia, lo que hace es obedecer lo que le dicta su conciencia, la cual puso Dios en todo ser humano. Mientras obedezcamos la voz de nuestra conciencia, ésta funcionará de manera correcta; pero si la desobedecemos reiteradamente se irá endureciendo y degradando progresivamente, hasta degenerar en una conciencia enferma o cauterizada (1 Ti 4:2), incapaz de cumplir su función. Si permitimos que eso nos suceda, además de ser nosotros los únicos responsables, ya no podrá servirnos la conciencia como último recurso a utilizar en nuestra defensa (Ro 2:14-16), cuando comparezcamos en juicio ante el gran trono blanco (Ap 20:11-15).

Ro 2:14-16; Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

RELACIÓN DEL ESPÍRITU DEL HOMBRE CON EL ESPÍRITU DE DIOS

Pero la conciencia sola no basta para poder reconciliarnos con Dios. Es necesario que el que oye la Palabra de Dios la reciba con fe, arrepintiéndose y convirtiéndose. Dicho de otra manera, el espíritu del hombre debe someterse al Espíritu de Dios, permitiéndole que more en él y ejerza el control y dirección de su vida. Sólo así conseguirá restaurar aquella comunión original que tuvo con Dios en el huerto de Edén.

DIOS NO OBLIGA AL HOMBRE A VENIR A ÉL

Por tanto, Dios no nos va a exigir responsabilidades porque hayamos manchado su imagen reflejada en nosotros, puesto que ya fue limpiada por Cristo, el postrer Adán, sino por desoír voluntariamente su invitación de venir a Él. Si Dios nos llama al arrepentimiento es porque podemos oírlo y obedecerlo. Así como Él permite la tentación y el mal en el ser humano (y por extensión en el mundo) sin causarlo (Stg 1:13,17), también permite que le desobedezcamos sin interferir por acción u omisión en nuestra decisión libre y voluntaria.

Stg 1:13,16-17;
13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.
16 Amados hermanos míos, no erréis. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Ciertamente Dios quiere nuestro bien porque nos ama (Jn 3:16). Por eso interactúa con nosotros tratando de persuadirnos, pero no nos fuerza (He 3:7-8). Si Dios no procediera así, nos convertiría en meros sujetos pasivos, una especie de robots dirigidos por una voluntad externa a nosotros. Es como si Él decidiera por las personas, tanto en el caso de las que creen como en las que rehúsan creer. Es como si Él creyera y se arrepintiera por nosotros. Hermanos, seamos inteligentes; seamos niños en la malicia pero maduros en el modo de pensar (1 Co 14:20).

Jn 3:16; Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

He 3:7-8; Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones...

NUESTRA DESOBEDIENCIA NO CUESTIONA LA SOBERANÍA DE DIOS

Eso no quiere decir que Dios no actúe como soberano y todopoderoso. Lo que ocurre es que en su soberanía concedió al ser humano la facultad de aceptar o rechazar el ofrecimiento de su gracia. Él tiene poder para obligarnos, pero prefiere que seamos nosotros quienes voluntariamente nos sometamos a su voluntad. Todo lo que Dios hizo fue bueno y lo hizo para su gloria. Las demás especies animales fueron diseñadas sin libre albedrío, por lo que simplemente tratan de sobrevivir satisfaciendo sus instintos, sin ser responsables de sus actos, ya que no están dotadas de conciencia moral; pero en el caso del ser humano es completamente diferente.

CON NUESTRA OBEDIENCIA GLORIFICAMOS A DIOS

A diferencia del resto del mundo animal, con el que compartimos alma y un cuerpo que también salió del polvo de la tierra (Gn 2:7,19), nosotros fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios. Él culminó su obra maestra con la formación de un ser que, reflejando de modo finito sus atributos, tiene espíritu, conciencia moral, inteligencia, libertad de elección, etc. Por eso debe glorificar a Dios, que es para lo que fue creado, adorándolo en espíritu y en verdad, pero de forma totalmente libre y voluntaria, conforme al propósito de su creador.

Gn 2:7; Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.

Gn 2:19; Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos...

DIOS BUSCA AL HOMBRE SIN ESPERAR A QUE ÉSTE LO BUSQUE

En cuanto a la pregunta de si el hombre caído de la gracia puede buscar a Dios, la Biblia en general nos enseña que es Dios quien toma la iniciativa, buscándolo y hallándolo.

Lc 19:10; Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Sabemos que Dios quiso y sigue queriendo que el hombre lo conozca de manera íntima, y así fue antes de que éste le desobedeciera. Pero con la caída en pecado perdió la comunión con Dios, su fuente de vida, y le sobrevino la muerte espiritual. A partir de ese momento se quedó perdido y solo en un mundo de tinieblas, con el recuerdo de Dios borrado de su memoria.

LA IDEA DE LA EXISTENCIA DE DIOS ES CONSUSTANCIAL AL HOMBRE

Sin embargo y, pese a esa condición tan miserable, se dio cuenta de que existía un gran arquitecto, al contemplar las maravillas que encierra el universo y reflexionar sobre ellas (Ro 1:19-20; Sal 19:1). También pudo percibir una voz interior (la conciencia) que lo guiaba a hacer el bien y apartarse del mal, a modo de una ley que cuando la desobedecía le producía sentimiento de culpa e insatisfacción.

Ro 1:19-20; ...porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

Sal 19:1; Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

DIOS SE REVELÓ COMO UN SER PERSONAL

En eso consistió todo el conocimiento del hombre acerca de Dios, al comenzar su andadura independiente. Dicho conocimiento revelaba la existencia de un creador misterioso a la vez que omnipotente, omnipresente y omnisciente, en contraste con la fragilidad y debilidad humana. Pero con el transcurso del tiempo Dios se fue mostrando al hombre como un ser personal a través del testimonio de ciertas personas por Él escogidas, con el fin de darse a conocer y transmitirnos su voluntad y propósito de amor para con nosotros.

DIOS NOS REVELÓ, JUSTO LO QUE NECESITAMOS

Dios sigue siendo en gran parte un misterio para los seres humanos, que sólo podemos conocerlo en la medida en que Él se nos quiera revelar. Una vez que Dios se revela a nuestras vidas y nos muestra el camino a seguir, que es Cristo, ya podemos buscarlo con la certeza de encontrarlo. Las exhortaciones a buscarlo son innumerables en la Biblia, pero entiendo que la inmensa mayoría se dirigen a quienes ya lo conocen.

¿PUEDE EL HOMBRE BUSCAR A DIOS SIN CONOCERLO?

No obstante, hay por lo menos un pasaje, para mí excepcional, en Hch 17:26-28, en el que se indica que Dios espera que los hombres en general de cualquier época o lugar lo busquen, aunque sea palpando entre las tinieblas por si pudieran hallarlo. Así que no podemos descartar que el hombre pueda naturalmente iniciar una búsqueda de un Dios misterioso del que intuye su existencia. En cualquier caso, estoy convencido de que ningún hombre por sus propios medios puede llegar a conocer a Dios, si éste no sale a su encuentro.

Hch 17:26-28; Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos...

Quizás una forma de búsqueda sea meditar sobre las maravillas de la creación e inquirir sobre su creador. Otra puede ser el tratar de discernir un conjunto de leyes morales a partir de la experiencia de nuestra propia conciencia, como, por ejemplo, la ley universal mencionada por Jesús mismo en Mt 7:12.

Mt 7:12; Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

¿Ha habido a lo largo de la historia personas con un deseo ferviente de conocer la verdad y de encontrar el sentido y propósito de su existencia? ¿Cuando Dios observa dicha actitud se revela a las vidas de esas personas? Es posible que la respuesta sea afirmativa en ambos casos, aunque basándome en la Biblia no tengo seguridad de que eso sea así.

CONCLUSIÓN

Aparte de la porción referida de Hch 17:26-28 y quizás alguna otra, la Palabra nos enseña de manera consistente que generalmente es Dios quien toma la iniciativa, amándonos Él primero, buscándonos, estableciendo pactos con nosotros, etc. O sea, es Él quien nos busca, nos halla y nos habla; pero de nosotros depende la respuesta, ya que podemos aceptar o rechazar su gracia libremente. Es precisamente esa libertad lo que nos hace responsables de nuestra elección.


ELECCIÓN INCONDICIONAL

DIOS TRASCIENDE EL ESPACIO Y EL TIEMPO

Dios es eterno (Dt 33:27; Is 40:28) ¿Qué quiere decir eso? Entre otras cosas, que Él es el principio y el fin o, dicho de otra manera, que no tiene principio de días ni fin de vida (He 7:3). Por tanto, no está sujeto o limitado por las coordenadas del tiempo y el espacio, ya que fue Él mismo quien las creó. Estas dimensiones son relativas y se miden conjuntamente con la velocidad, de tal modo que el tiempo es el resultado de dividir el espacio por la velocidad (t=e/v). El espacio y el tiempo les son necesarios al hombre como puntos de referencia para ubicarse en la Tierra; pero Dios, que es infinito y eterno, trasciende el tiempo y el espacio.

Dt 33:27; El eterno Dios es tu refugio...”.

Is 40:28; ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.

He 7:3; ...sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

Por eso tiene todo el sentido que Él se haya revelado en su Palabra como el “Yo Soy”. Como todos los seres humanos se mueven en un espacio y tiempo determinados, Dios nos habla de un pasado, presente y futuro, cuando se dirige a nosotros para que lo entendamos; pero lo hace desde una posición de eterno presente.

REVELACIÓN PROGRESIVA DE DIOS AL HOMBRE

Desde el principio Dios se acercó a nosotros, hablándonos por medio de las lenguas humanas que utilizaban sus profetas, hasta que llegado el tiempo nos habló por medio de su propio Hijo, que se presentó a nosotros como el Hijo del Hombre. Finalmente nos habla por su Espíritu, el cual mora en los creyentes en Cristo y trae convicción de pecado, justicia y juicio al mundo (Jn 16:8).

Jn 16:8; Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

¿Qué más podía haber hecho Dios para mostrarse accesible y hacerse entender? Es como si nosotros, queriendo advertir a unas hormigas que están en serio peligro, les hablamos en su lenguaje para enseñarlas a escapar de la muerte y, al ver que no reaccionan, elegimos a uno de nosotros para que se convierta en hormiga y vaya y las salve.

ES DIOS QUIEN ELIGE AL HOMBRE Y NO A LA INVERSA

La Palabra dice bien claro que no es el hombre quien elige a Dios, sino al revés (Jn 15:16). Sin embargo no estoy de acuerdo con los calvinistas, cuando dicen que una aceptación libre y voluntaria de la gracia hace que sea el hombre quien elige a Dios. La elección por parte de Dios queda preservada por el hecho de que es Él quien, tomando la iniciativa, se acerca al hombre y le habla.

Jn 15:16; No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca...

ELECCIÓN BASADA EN EL ANTICIPADO CONOCIMIENTO DE DIOS

El “Yo Soy” es y está desde la eternidad y hasta la eternidad, valga la redundancia. Por eso nos conoció a cada uno desde antes de la fundación del mundo, mucho antes de que apareciéramos en algún lugar y momento por Él determinados. Ese conocimiento tan remoto de cada ser humano se define como presciencia y forma parte de su omnisciencia. Por tanto, no es de extrañar que Dios elija de antemano a los que sabe que le van a obedecer; se trata de una elección basada en el conocimiento previo que Él tiene de cada ser humano, como se indica en las siguientes porciones.

Is 48:8; Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre.

Ro 4:17; (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.

1 P 1:2; ...elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Ro 8:28-29; Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

LA PREDESTINACIÓN

La predestinación se refiere a lo que acabamos de comentar: a una elección anticipada, basada en un conocimiento previo de Dios, el cual supo siempre quiénes iban a aceptar su gracia y quiénes la rechazarían.

Ef 1:4-5,11; según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.
11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.

2 Ti 1:9; quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.

Respecto a los versículos anteriores de Efesios, el hecho de que Dios nos predestine según el puro afecto de su voluntad”, no invalida necesariamente que lo haga en base a la respuesta que cada persona va a dar a su ofrecimiento de gracia.

Si examinamos el libro de Efesios, podemos ver que las expresiones en Cristo y con Cristo se repiten no menos de 17 veces en los tres primeros capítulos. En Cristo ya fuimos escogidos antes de los tiempos, antes de la fundación del mundo, cuando aún no existíamos, porque Él ya era. Asimismo con Cristo ya fuimos resucitados y estamos sentados en los lugares celestiales, sin haber viajado al futuro, simplemente porque estamos en Él, somos su cuerpo. Aunque estas cosas no podamos entenderlas cabalmente, lo que ponen de manifiesto es la eternidad del Señor, el gran Yo Soy.

DIOS NO CONFUNDE A NADIE PARA QUE SE PIERDA

La siguiente porción de 2ª de Tesalonicenses también puede resultar difícil de entender, porque parece que es Dios quien está en el origen del mal, al enviar un poder engañoso. Sobre esto ya diserté brevemente en el apartado de la “depravación total”, subapartado “Deshaciendo malentendidos”. En la mayoría de los casos, Dios simplemente retira su protección, entregándonos a la dureza de nuestro propio corazón; y en ciertos casos incluso interviene directamente para endurecer aún más el corazón de una persona, cuando la actitud rebelde de ésta alcanza un punto culminante. Dios no engaña ni incita al mal a nadie.

2 Ts 2:11-14; Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 14 a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

LA PREDESTINACIÓN PARA CONDENACIÓN NO EXISTE

Ciertamente Dios predestinó seres humanos con un propósito para su gloria; pero no predestinó a nadie para condenación. Si hacemos una atenta lectura de Ro 9:22-23, vemos que los vasos de misericordia para gloria los preparó Dios mismo; pero no se dice lo mismo de los vasos de ira para destrucción, que Él soportó con mucha paciencia. Es más, Dios pone en nosotros la responsabilidad de limpiarnos de toda inmundicia e iniquidad para ser así instrumentos de honra a su servicio (2 Ti 2:20-21).

Ro 9:22-23; ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, 23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria...?


2 Ti 2:20-21; Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

Lo que nos dice Ro 9:22 es que Dios soportó con mucha paciencia los vasos de ira (los rebeldes y obstinados), porque sabemos que Él es paciente y no quiere que nadie se pierda, sino que todos se arrepientan (2 P 3:9; Is 55:6-7). De aquí se infiere que no es Dios sino ellos mismos, los que se preparan para ser vasos de ira.

2 P 3:9; El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Is 55:6-7; Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.

En Mt 25:34 y 41 hay una enseñanza similar: a las ovejas Dios les dice que el reino que heredan estaba de antemano preparado para ellas. Sin embargo a los cabritos no les dice que el fuego eterno había sido preparado para ellos, sino para el diablo y sus ángeles. Sin duda ellos acaban allí porque, cuando aún estaban a tiempo, rechazaron acogerse a la gracia de Dios.

Mt 25:34,41;
34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Esto me reafirma en mi convicción de que Dios no eligió a unos para salvación y desechó a otros para que sean condenados, por puro capricho. Más bien pone la salvación al alcance de todos y cada hombre decide. La gracia de Dios es rica y abundante, aunque lamentablemente sólo una parte de los hombres la acepta. Precisamente los elegidos son quienes aceptan la gracia y misericordia de Dios.

Jn 5:24; De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

Jn 12:48; El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.

Ro 10:11-13; Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

MUCHOS SON LOS LLAMADOS Y POCOS LOS ESCOGIDOS

Numerosos versículos muestran que Dios llama de forma generalizada a todos los hombres sin exclusión y no únicamente a los elegidos:

Is 55:1,3-4;
1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
3 Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4 He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones.

Hch 17:30; Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.

Ap 3:20; He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Ap 22:17; Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

Mt 22:8-10,14 (también Lc 14:16-24);
8 Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. 9 Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. 10 Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos (esta última afirmación también aparece en Mt 20:16).

Dios llamó a todos los descendientes de Jacob, pero escogió sólo a los que creyeron, de igual modo que ha hecho con los gentiles, porque Él no hace acepción de personas. En las dos porciones de Mateo y Romanos que expongo a continuación, vemos que, aunque los israelitas, como pueblo elegido, fueron los primeros destinatarios de la gracia, ésta se presentó después a los gentiles. Así que con los escogidos de ambos grupos, Dios formó un único cuerpo de creyentes en la Iglesia (Ef 2:14-16). Y para que nadie se ensoberbezca, Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos” (Ro 11:32). También dice en 1 Co 1:27-29 que para que nadie se gloríe por sus méritos o condición, Dios eligió lo más necio, débil, vil y menospreciado de este mundo.

Ef 2:14-16; Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

LOS QUE RECHAZAN SER ENSEÑADOS POR DIOS NO SON ELEGIDOS

Algunos versículos del capítulo 6 de Juan son muy mencionados por los calvinistas. Los versículos 37, 44 y 65 dicen que los que el Padre da a Jesús, y sólo éstos, vienen inexorablemente a él. Ahora bien, el versículo 45 afirma que “serán todos enseñados por Dios”; es decir, que Dios habla, trayendo instrucción a todos. También dice que todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí”. Luego, ¿quiénes son los que vienen a Cristo traídos por el Padre? Los que oyen y aprenden, o sea, los que de forma voluntaria atienden al llamado de Dios y se sometan a la enseñanza de su Palabra, como así lo corrobora Is 1:19-20 “Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 20 si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho”.

Jn 6:37,44-45,65;
37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.

El versículo que cito a continuación guarda relación con los anteriormente comentados. Aquí Jesús desmiente la afirmación de los judíos de ser hijos de Abraham e hijos de Dios, porque no hacían las obras de Abraham, que daban testimonio de su fe, ni amaban a Jesús, que había sido enviado por Dios. Eran hijos de su padre el diablo cuyos deseos querían hacer, en vez de oír las palabras de Dios y convertirse en sus hijos.

Jn 8:47; El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

SON ESCOGIDOS PRECISAMENTE POR CREER EN CRISTO

A Dios lo que más le importa del ser humano es su condición espiritual, al margen de cualquier adscripción de pueblo o raza. Según dicho criterio, para Él los que creen en el nombre de Cristo son los verdaderos hijos de Abraham y los verdaderos israelitas.

Jn 8:39; Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. 40 Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.

Ro 2:28-29; Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

Ro 9:6-8; No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. 8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.

Ga 3:7,29;
7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.
29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

TODO HOMBRE PUEDE SER ELEGIDO, SI CREE

Así que, con todos los escogidos forma un pueblo de toda raza, lengua y nación. De nuevo sostengo aquí, en contra del calvinismo, que los hombres no son elegidos por ser del pueblo de Dios, sino que pasan a ser parte de su pueblo, al ser elegidos.

Hch 15:14-17; Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 16 Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, 17 para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre.

Hch 18:9-10; Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; 10 porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.

Tit 2:14; quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

1 P 2:9-10; Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

¿DIOS CAPACITA A TODOS PARA QUE CREAN O SÓLO A UNOS POCOS?

Esto ya lo traté parcialmente en el punto ¿Es un mérito la fe?”, en el apartado de la depravación total. En dicho punto analicé Ef 2:8-9, llegando a la conclusión de que el don de Dios” no se refiere a la fe, sino a la salvación por gracia; y que la fe, que es la respuesta del hombre, no se contrapone a la gracia, sino a las obras, tal como lo indica Ro 4:16.

Como ya he afirmado anteriormente, mi tesis es que Dios llama a todos y que cuando los llama los capacita para creer, aunque muchos no quieren creer. En este sentido, vemos en Mr 16:14 que Jesús les reprochó a los apóstoles su incredulidad, por no creer a los discípulos que lo habían visto resucitado, ni al propio Jesús, que en reiteradas ocasiones les había dicho que lo crucificarían y al tercer día resucitaría (Mt 16:21; 17:22-23; 20:18-19, etc). Pero si fuera cierto que no podían creer porque no habían recibido de Dios la fe, ¿por qué en vez de hacerles este reproche no los disculpó, diciendo que no podían creer porque no les había sido dada la fe? Admito que la fe, o más bien, la facultad de creer, procede de Dios, así como nuestra propia vida y todo lo creado; pero entiendo que Dios le da esa capacidad a todos cuando son llamados y no sólo a algunos elegidos.

Mr 16:14; Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.

Lo mismo ocurre en Mt 17:16-17. No está claro en este caso si Jesús se dirige al gentío presente, al padre del muchacho, a sus discípulos, o a ambos. Probablemente a ambos, porque en Mr 9:23-24 Jesús le pregunta al padre del endemoniado si podía creer y, por otra parte, en Mt 17:19-20 les dice a los discípulos, que no pudieron expulsar el demonio por su poca fe.

Mt 17:16-17; Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar?.

Mr 9:23-24; Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

Mt 17:19-20; Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

Respecto a Mr 9:24 es interesante apuntar que el padre del endemoniado no dijo “no puedo creer, dame fe”, sino creo, mas ayuda mi incredulidad”. Y respecto a Mt 17:20 Jesús no les dijo a los discípulos que no tenían fe, sino que tenían poca fe.

Este relato nos enseña, entre otras cosas, que la misma fe que es necesaria y suficiente para nuestra justificación y salvación (1 P 1:9), también obra para nuestra santificación. Así que desde la perspectiva de la salvación, o crees o no crees, sin que pueda hablarse de la cantidad de fe que se necesita; es decir, si crees tienes fe, luego eres salvo. En cambio en la santificación, que es a la vez un estado y un proceso, cada uno tiene su medida de fe según haya crecido o madurado. Por tanto, la fe que opera en este proceso continuo de santificación puede y debe ir en aumento con la ayuda de Dios, a quien podemos pedírsela.

1 P 1:9; ...obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

Lc 17:5; Dijeron los apóstoles al Señor: auméntanos la fe.

2 Co 10:15; No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla.

2 Ts 1:3; Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo...

En cualquier caso, sobre esta cuestión hay al menos un par de versículos difíciles de entender: uno es Fil 1:29 y el otro 1 Ti 4:10.

Fil 1:29; Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él.

1 Ti 4:10; Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.

Estos dos versículos van dirigidos a los seguidores de Cristo, a los santos. En mi opinión, lo que diferencia en Fil 1:29 a los seguidores de Cristo de aquellos que lo rechazan, es que a los primeros no sólo les es concedida la facultad de creer, sino también la de padecer por amor a Cristo; mientras que a los incrédulos no se les concede el privilegio de padecer por causa de Cristo, porque no estando incapacitados para creer, decidieron no hacerlo. En cuanto a 1 Ti 4:10, pienso que se refiere a que Dios es potencialmente el salvador de todos los hombres, pero sólo es efectivamente salvador de los que creen.

NO SER ELEGIDO NO EQUIVALE A SER RECHAZADO

Dios elige siempre con un propósito determinado; eso no significa que los que no son elegidos sean rechazados. El propósito de la elección de Jacob, con preferencia a Esaú, es el de continuar el testimonio de Dios en la tierra, desde la formación de Israel hasta la venida de la simiente de Abraham, Isaac y Jacob (Gn 22:18; 26:4; 28:14), que es Cristo (Ga 3:16). Aquí sólo se trata de la elección de Jacob para bendición, pero no se dice que Esaú fuera elegido para maldición o condenación; simplemente no fue elegido. Lo mismo ocurre con toda elección ¿Cuando Dios eligió a María o a los doce apóstoles, rechazó a los demás? Es obvio que no, ya que eligió con diferentes propósitos a otros muchos.

Ro 9:10-12; Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre 11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), 12 se le dijo: El mayor servirá al menor.

Ga 3:16; Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

INTERPRETACIÓN CORRECTA DE JUAN 10:1-5

En defensa de la llamada elección incondicional muchos utilizan Jn 10:1-5, considerando a las ovejas de Jesús un grupo limitado y exclusivo que Dios tuvo a bien escoger.

Jn 10:1-5; De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

Para entender este texto, creo que debemos analizar su contexto. En primer lugar, Jesús está respondiendo a los fariseos, que se ofenden al darse por aludidos, cuando Jesús se refiere a su ceguera espiritual (Jn 9:40-41; véase también Mt 15:14).

Jn 9:40-41; Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? 41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

Mt 15:14; Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

En segundo lugar, Jn 10:1-6 no se está refiriendo a Jesús, que es el buen pastor (Jn 10:11) y el Príncipe de los pastores (1 P 5:4), sino a los hombres llamados a pastorear a su pueblo, como los fariseos o los sacerdotes, de los cuales sólo los que entran por la puerta, que es Jesús (Jn 10:7 y otros), son verdaderos pastores; mientras que los que acceden al redil por otro sitio son ladrones y salteadores.

Jn 10:11; Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas (a diferencia de lo que hacen los pastores asalariados, que cuando ven venir al lobo las abandonan y huyen, dejándolas a merced del mismo).

1 P 5:2-4; Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.

Jn 10:7; Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.

Si comparamos Jn 10:1-18 con el capítulo 34 de Ezequiel, observamos un notable paralelismo. Ezequiel, hasta el versículo 10 trata acerca de los pastores humanos, igual que Juan hasta el versículo 6; pero a partir del 11 en Ezequiel y del 7 en Juan, ya se refieren a Jesús, el pastor divino. Por tanto, de los primeros seis versículos del capítulo 10 de Juan no se pueden extraer conclusiones sobre el pastoreo de Jesús, porque el texto se refiere a los pastores humanos, sean éstos falsos o verdaderos.

DIOS ES JUSTO Y SIN ACEPCIÓN DE PERSONAS

Los calvinistas sostienen que al estar todos perdidos, Dios no es injusto porque aplicando su gracia salve a una parte. Es cierto que en sentido estricto Dios no sería injusto por eso, pero sí haría acepción de personas, contradiciendo sus propias afirmaciones, lo cual es imposible. Así que, o bien Él elige de modo totalmente arbitrario o, por el contrario, elige a quienes en su presciencia sabe de antemano que van a aceptar su gracia. La segunda opción es, qué duda cabe, mucho más lógica.

Hch 10:34-35; Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.

LAS OVEJAS DE JESÚS SON LAS QUE OYEN SU VOZ Y LO SIGUEN

En los versículos que siguen, como en otros que no voy a mencionar ahora, los adeptos al calvinismo establecen, a mi entender de modo innecesario, una relación de causa-efecto que se asemeja a la cuestión de si fue antes el huevo o la gallina. Esta supuesta relación de causalidad, la trataré más adelante, en el apartado de la “Perseverancia de los santos,” concretamente en el título “Oír la voz de Jesús y seguirlo trae vida eterna”, en su aplicación a Jn 10:25-27, y en el título “Los que salen de nosotros, pero no son de nosotros”, en relación a 1 Jn 2:19.

Jn 10:25-27; Jesús les respondió: os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.

1 Jn 2:19; Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.

Lo verdaderamente importante es que sus ovejas, para considerarse tales, tienen que oír su voz y creer en Jesús, lo que dará paso a una relación personal con Él y a una sumisión a su voluntad, que deben mantener durante toda la vida.

Resumiendo lo que he estado tratando: todos son llamados al arrepentimiento y a creer en Jesús; los que responden afirmativamente son elegidos y los que permanecen son fieles; éstos acompañarán a Cristo en su segunda venida.

Ap 17:14; Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.

Precisamente la fidelidad de los santos consiste en guardar o conservar pacientemente la fe de Jesús, así como los mandamientos de Dios, que son la manifestación o evidencia de su fe.

Ap 14:12; Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

Jn 8:51; De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.

1 Jn 2:3; Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él.

DIOS ABORRECE EL PECADO, PERO AMA A LOS PECADORES

Los calvinistas sostienen que la declaración “Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador” no aparece en la Biblia y que es un invento de Mahatma Gandhi. Sin embargo, que eso lo haya podido decir Gandhi o que la Biblia no lo cite textualmente, no demuestra que dicho enunciado sea falso. Palabras como la trinidad de Dios no aparecen en la Biblia, pero el concepto y la doctrina sí que están presentes. Dicen, por otra parte, que el pecado es inseparable del pecador y que la Biblia enseña que Dios aborrece tanto el pecado como al pecador. Sus argumentos se apoyan mayoritariamente en versículos del antiguo testamento, como los siguientes:

Lv 20:23; Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación.

Sal 5:5-6; Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. 6 Destruirás a los que hablan mentira; al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.

Sal 7:11; Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días. 12 Si no se arrepiente, él afilará su espada; armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.

Sal 11:5; Jehová prueba al justo; pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.

Pr 3:32; Porque Jehová abomina al perverso; mas su comunión íntima es con los justos.

No podemos negar lo que Dios dice en los versículos anteriores: que abomina, aborrece y está airado contra los que infringen su ley, mas está en comunión con los justos. El problema es que tanto en el antiguo como en el nuevo testamento hay todo un arsenal de textos que no armonizan con la idea de que Dios odia o aborrece al pecador, así sin más.

¿Acaso no somos todos injustos, malos, pecadores…? Precisamente por eso Dios envió a su Hijo en expiación por los pecados de la humanidad ¿Y por qué lo envió? Indudablemente porque nos ama y se compadece de nosotros. Él pone delante de nosotros la bendición y la maldición, la vida y la muerte, deseando que escojamos la vida.

Dt 30:19; A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia

Jer 35:15 Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis.

Ez 33:11 (también Ez 18:31-32); Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?.

Zc 1:3; Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Ante la ofensa a su santidad, Él está airado, mas contiene su ira, porque es lento para la ira y grande en misericordia. Pero llega un momento en que el permanente rechazo al arrepentimiento insensibiliza y endurece los corazones de modo irreversible. Cuando esto sucede, cuando se llega al colmo de la maldad, se agota la paciencia de Dios, se desata su ira y se acerca su justo juicio (en relación con esta cuestión, recomiendo leer en este mismo blog mi estudio titulado Bondad y severidad de Dios).

Is 66:3-4,16,18;
3 ...Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones, 4 también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.
16 Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados.
18 Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.

Muchos utilizan el capítulo 17 de Juan, como supuesta evidencia de que Dios sólo ama a sus escogidos, pero no al mundo; o sea, a los que son del mundo. Si nos fijamos sólo en el versículo 9, podría parecer que es así; pero al llegar a los versículos 20 y 21 nos damos cuenta que Jesús quiere que por la predicación del evangelio y el ejemplo de unidad de sus discípulos, el mundo crea en Él. Esto nos lleva a la conclusión de que Dios ama a todos los que están en el mundo, puesto que se interesa por ellos, llamándolos al arrepentimiento y a creer en Jesucristo, a quién Él envió.

Jn 17:9,20-21;
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son…
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

A continuación expongo una serie de porciones bíblicas que nos muestran el carácter amoroso de Dios, el cual nos amó siendo enemigos. Precisamente por eso mismo nos enseña que amemos incluso a nuestros enemigos, perdonándoles sus ofensas, devolviéndoles bendición por maldición, bien por mal, etc.

1 Jn 4:8-10; El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

Mt 5:43-45,48;
43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Ro 5:8; Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Tit 3:3-5; Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...

2 P 3:9; El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

En los siguientes versículos se pone de relieve una vez más, que Dios extiende la salvación a toda la humanidad para que la reciba por pura gracia, con sólo creer en Cristo.

Jn 3:16; Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

1 Ti 1:15; Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

Ro 3:23; ... por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.

Si Dios aborreciera a los pecadores, aborrecería también a sus elegidos, porque aun éstos pecan. Es cierto que sus pecados pasados, presentes y futuros los llevó Cristo en la cruz, pero aun así, cuando el cristiano peca, debe arrepentirse y pedirle perdón.

1 Jn 1:8-9; Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

En el Salmo 51, entre otros, hallamos un buen modelo para clamar arrepentidos a Dios en busca de su perdón. He aquí un extracto del mismo:

Sal 51:1-4,17;
1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2 Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. 3 Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. 4 Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos...
17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

Nuestro tiempo en la tierra es incierto para nosotros, pues sólo Dios lo conoce. Por eso nadie debería dejar pendiente para más tarde su reconciliación con Dios. Pero si ha ido posponiendo esa decisión y aún no se ha extinguido su último aliento, sigue estando a tiempo de arrepentirse y creer en Jesucristo. Uno de los malhechores que estaba al lado de Él en la cruz recibió el perdón en los últimos instantes de su vida y se fue derechito al cielo.

2 Co 6:2; ...He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.

He 3:7-8; Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8 no endurezcáis vuestros corazones...

Lc 23:42-43; Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

EXPIACIÓN LIMITADA

Iniciaré este apartado reflexionando en torno a diferentes versículos que se suelen utilizar para defender que Dios sólo hizo expiación por los elegidos y posteriormente traeré a colación otras porciones bíblicas que apuntan a que Cristo hizo expiación por los pecados de toda la humanidad.

¿SALVOS POR SER SU PUEBLO, O SER SU PUEBLO POR SER SALVOS?

Las tres porciones siguientes no invalidan la tesis de que Cristo murió por todos. Es cierto que sólo obtienen la salvación los que forman su pueblo; lo que ocurre es que pasan a formar parte de su pueblo o son añadidos a la Iglesia todos aquéllos que por fe reciben la gracia salvadora de Dios.

Mt 12:21; Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Ef 5:25; Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella...

He 2:16-17; Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

JESÚS ORÓ POR LOS SUYOS Y POR LOS QUE ESTABAN EN EL MUNDO

Analicemos el capítulo 17 de Juan. El versículo 6 se refiere a los que el Padre dio a Jesús para que los guardara. A éstos el Padre los conocía desde antes de la fundación del mundo, porque en su presciencia sabía que iban a creer en Él. Antes de partir para reunirse con su Padre en gloria, en el versículo 9 Jesús ora por sus discípulos contemporáneos y en el 20 por los que en el futuro serían apartados del mundo para ser también sus discípulos. En el 21 le pidió específicamente al Padre que permanecieran en perfecta unidad “para que el mundo crea...”, lo cual incluye a la generalidad de los hombres y no sólo a una parte predeterminada. Por tanto Jesús no se desentiende, como pudiera parecer, de los que aún son del mundo, sino que quiere atraerlos por medio de la predicación del evangelio y el ejemplo de unidad de su pueblo. En definitiva, quiere que todos sean salvos (2 P 3:9).

Jn 17:6,9,20-21;
6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son.
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

2 P 3:9; El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

LA EVIDENCIA BÍBLICA DE LA REDENCIÓN UNIVERSAL ES ABRUMADORA

Hasta aquí he comentado una serie de textos que podrían sugerir que Cristo murió sólo por los escogidos. A continuación y como argumento en defensa de la redención universal de Cristo, me limitaré a presentar una selección de textos que, por su gran claridad, no necesitan ningún comentario adicional. Y con ello daré por finalizado este apartado.

Jn 3:16-17; Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Jn 12:46-47; Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.

Ro 5:18; Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

2 Co 5:14-15,19; Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
19 ...Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

1 Ti 1:15; Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero (no dice que vino para salvar sólo a una parte de los pecadores, sino a los pecadores en general; es decir, a todos).

1 Ti 2:4-6; el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

Tit 2:11; Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres.

1 Jn 2:2; Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

1 Jn 4:14; Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

He 2:9; Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.


GRACIA IRRESISTIBLE

Que los hombres pueden resistir la gracia de Dios es muy evidente a lo largo de toda la Biblia, como incluso los propios calvinistas reconocen. Pero, como admitir esto sin más equivale a reconocer que el ser humano tiene la facultad de aceptar o rechazar la gracia de Dios, contradiciendo sus postulados básicos, tratan de sortear este problema recurriendo a explicaciones alternativas que se enmarcan en una terminología creada al efecto.

¿DOS LLAMAMIENTOS, UNO EXTERNO Y OTRO INTERNO?

Es así como distinguen entre un llamamiento externo dirigido a los no elegidos, que forzosamente rechazan la gracia, y un llamamiento interno a los elegidos, que no se pueden resistir a ella. El primero sería un llamamiento ineficaz, mientras que el segundo sería eficaz.

Una de las porciones que utilizan los calvinistas para afirmar que hay dos tipos de llamamiento es 1 Co 1:23-24. Sin embargo, lo que nos muestran estos versículos es que a todos se les anuncia el mismo evangelio, pero unos lo reciben con gozo y otros lo rechazan. Así que, el problema no está en el llamamiento de Dios, sino en la respuesta que da el hombre. El deseo de Dios es que los hombres no endurezcan sus corazones cuando oigan su voz, pero la realidad es que muchos se endurecen y permanecen en incredulidad (Ez 33:11; He 3:7).

1 Co 1:23-24; ...pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

Ez 33:11; Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?

He 3:7; Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones...

La razón de por qué unos abren su corazón a la Palabra, mientras que otros permanecen endurecidos y la rechazan, nos es desconocida; es uno de tantos misterios que aún no nos ha sido revelado. Sabemos que de la semilla sembrada una parte cae junto al camino, otra en pedregales, otra entre espinos y otra en buena tierra, así como lo que sucede con cada una de ellas (Mt 13:1-8,18-23); pero Jesús no nos aclara por qué es así.

DIOS NO SALVA DE MODO ARBITRARIO

El siguiente versículo nos indica que, en base a su presciencia, Dios ordenó para vida eterna a todos los que, llegado el momento, creerían.

Hch 13:48; Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.

Jesús, como Hijo de Dios, también es omnisciente; por eso sabía de antemano quiénes no creerían y quién lo había de entregar. En cuanto a que nadie puede ir a Él, si no le fuere dado del Padre, me remito a la explicación dada en el tema de la elección incondicional, bajo el subtítulo “Los que rechazan ser enseñados por Dios no son elegidos”.

Jn 2:23-25; Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.

Jn 6:64-65; Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.

LA CONVERSIÓN ES DEL HOMBRE CON LA AYUDA DE DIOS

La siguiente porción no nos enseña, como algunos pretenden, que sea Dios quien convierte al hombre, aunque Él ciertamente habla a su corazón para que lo haga. Aquí vemos que Efraín ya se ha arrepentido de su pecado y lo que le pide a Dios es que lo ayude a cambiar, a convertirse.

Jer 31:18-19; Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios. 19 Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.

El caso de Lidia se pone como ejemplo de cómo es Dios quien abre el corazón de las personas para que puedan oír su voz. En realidad no sabemos nada de la vida de Lidia hasta que se encontró con Pablo en Filipos, pero es evidente que estaba dispuesta para Dios, porque lo adoraba y oía las palabras del apóstol. Esto sugiere que a pesar de que aún no se había bautizado, probablemente había escuchado el testimonio de algún cristiano y ya había aceptado al Señor en su corazón. No hay duda de que la salvación procede de Dios, pero el hombre tiene que recibirla, dejando que Él obre.

Hch 16:14; Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.

TODOS PUEDEN ARREPENTIRSE, PERO MUCHOS NO QUIEREN

Termino con la presentación de varios textos que pueden ayudarnos a seguir reflexionando sobre este tema. En ellos queda patente, entre otras cosas, que no se trata de poder sino de querer. Todos pueden aceptar la gracia de Dios, pero la mayoría no quieren, porque prefieren andar en sus propias concupiscencias que someterse a Dios.

Pr 1:24-26; Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, 25 sino que desechasteis todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis, 26 también yo me reiré en vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis...

Mt 23:37; ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!

Jn 5:40; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Hch 7:51; ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

Hch 13:46; Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.


PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS

Los calvinistas argumentan que así como nadie puede ganar la salvación, tampoco la puede perder. Siempre tratan de llevarnos a su terreno razonando con conceptos ajenos a la Biblia. No es cuestión de ganar o perder la salvación, sino de recibirla y retenerla, de aceptar por fe el sacrificio de Cristo a nuestro favor y luego permanecer en Él.

OÍR LA VOZ DE JESÚS Y SEGUIRLO TRAE VIDA ETERNA

Quizás el texto más utilizado por los calvinistas para sostener que una vez recibida la salvación nada puede hacer que se pierda, es Jn 10:27-28. Pero hay otra explicación alternativa a la de ellos. El tiempo verbal de la frase Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna” aparece en presente continuo. Eso significa que las ovejas no oyen su voz de manera puntual una vez (Jesús no dice que sus ovejas “oyeron mi voz”), sino que están oyendo de continuo su voz y siguiendo a Jesús; es decir permanecen con y en Él. Manteniendo las ovejas esa actitud, es cierto que tienen la vida eterna asegurada.

Jn 10:27-28; Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Por otra parte, el hecho de que las ovejas de Jesús reciban vida eterna y no perezcan jamás ni nadie las pueda arrebatar de su mano, es la consecuencia lógica de oír con fe a Jesús, recibirlo en su corazón y seguirlo. No es incorrecto pensar que, si las ovejas oyen la voz de Jesús, son conocidas por Él y lo siguen, es porque son sus ovejas, escogidas desde antes de la fundación del mundo. Pero creo que no podemos descartar como erróneo el razonamiento inverso: que si son sus ovejas, es precisamente porque oyen su voz, son conocidas por Él y lo siguen.

Las relaciones de causa-efecto no siempre están en la Biblia tan claras como nos gustaría. Para ilustrar esto voy a citar tres ejemplos.

Primer ejemplo:

He 1:7 nos recuerda el Sal 104:4. Pero resulta curioso que lo que en uno es complemento directo en el otro es indirecto, produciéndose una especie de inversión causa-efecto.

He 1:7; Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles (mensajeros) espíritus (viento), y a sus ministros llama de fuego.

Sal 104:4; El que hace a los vientos (espíritus) sus mensajeros (ángeles), y a las flamas de fuego sus ministros.

Segundo ejemplo:

Lc 7:47; Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.

Aquí también hay otra posible inversión de causa y consecuencia: ¿Se le perdonó mucho porque amó mucho, o amó mucho porque se le perdonó mucho? Creo que la propia afirmación de Jesús, indica que la respuesta a ambas preguntas es afirmativa; es decir, las dos cosas son a la vez ciertas. Por tanto no se puede hablar de una estricta relación causa-efecto. 

Tercer ejemplo:

2 Jn 6; Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.

EN LA MANO DEL PADRE ESTAMOS SEGUROS, MAS PODEMOS IRNOS

Continúa diciendo Jn 10:29: “Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Este versículo, junto con el 28 que lo precede y los versículos 37, 39, 44 y 65 del capítulo 6 de Juan, son muy claros, en el sentido de que nadie puede ir a Cristo si no es enviado por el Padre, y que al que a Él viene no lo echa fuera, ni se perderá, ni será arrebatado de su mano. Pero junto a estos versículos está el 45, que complementa y equilibra los anteriores para un mayor entendimiento. En él se dice que el Padre imparte sus instrucciones a todos, y que los que deciden oírlas y se dejan enseñar por Él vienen a Jesús. Así que las enseñanzas del Padre están disponibles para todo aquél que las quiera recibir, de modo que a nadie se le impide ir a Jesús.

Jn 6:37,39,44,65;
37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré...
65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.

Jn 6:45; Escrito está en los profetas: y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.

En los pasajes anteriores Jesús se está refiriendo a los que son suyos (sus ovejas), a los que el Eterno en su presciencia conoció desde el principio de los tiempos, a los que desde siempre supo que iban a creer y permanecer en Cristo. Ciertamente Dios ya sabe de antemano quiénes serán salvos, mas nosotros sabemos que somos salvos porque permanecemos en Cristo y porque además el mismo Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.

Ro 8:16; El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

La Palabra nos muestra que las personas pueden venir libremente a Cristo, pero que también son libres para alejarse de Él. Dios no nos atrae ni nos retiene a la fuerza (Jn 6:67-68). Así que, si las ovejas no quieren, nadie las puede arrebatar de la mano del Padre; pero ellas pueden libremente irse. De ahí las innumerables exhortaciones a permanecer en la Biblia.

Jn 6:67-68; Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

A LOS QUE SON DE CRISTO NADA LOS PODRÁ APARTAR DE SU AMOR

Los que son de Cristo permanecen con Él hasta el fin, pase lo que pase, y Él lo sabe; pero, ¿cómo podemos saber nosotros si somos suyos? Pues permaneciendo en Él como antes he dicho. (Ro 8:16).

Ro 8:35,37-39;
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

EL SEÑOR GUARDA A LOS SUYOS HASTA EL FIN

A continuación presento una serie de textos en los que se indica que el Señor Jesucristo confirmará, perfeccionará y guardará a los suyos hasta el fin para que sean irreprensibles delante de Él en su venida. Creo que esto será así, con tal de que nos reafirmemos en la fe y no queramos apartarnos.

1 Co 1:7-8; ...esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; 8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

Fil 1:6; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

1 Ts 5:23-24; Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.

1 P 1:4-5; para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

La siguiente porción que también vi mencionada en alguna ocasión, por el contexto probablemente se refiere a que el Señor librará a Pablo, no de sus propias malas obras, algo que también Dios puede hacer, sino más bien de las malas obras de los adversarios del evangelio contra él y la obra del Señor.

2 Ti 4:17-18; ...Así fui librado de la boca del león. 18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial...

LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO

El hijo menor, queriendo vivir por su cuenta y a su manera, se alejó de la casa de su padre. Allí tenía todo y estaba seguro, pero llegó un momento en que quiso irse y vemos que su padre no lo retuvo a la fuerza. Sabemos que padeció gran calamidad, que regresó a casa arrepentido y que su padre lo perdonó y restauró. De igual modo que decidió voluntariamente irse, también decidió libremente regresar, en el primer caso con gran pesar de su padre y en el segundo con enorme alegría.

Llegados a este punto, se podría argumentar que, a pesar de que hubo un alejamiento temporal, durante todo ese tiempo cada cual mantuvo su condición de padre, hijo y hermano. Podemos preguntarnos: ¿Por qué no llegó a perder definitivamente su condición de hijo? Porque se mantuvo físicamente vivo y sabemos que mientras eso suceda, aún estamos a tiempo de arrepentirnos y volver a nuestro Padre, tal como hizo el hijo pródigo.

En cualquier caso creo que lo más relevante de esta enseñanza es que el hijo pródigo estuvo espiritualmente muerto (Lc 15:23-24), como le ocurre a cualquier hombre separado de Dios, que es el dador y sustentador de la vida. Así que, en mi opinión, lo más reseñable de esta parábola en relación con la perseverancia de los santos, es que el hijo pródigo ¡llegó a estar muerto! Es decir, estuvo vivo mientras permaneció con su padre, estuvo muerto durante el tiempo en que estuvo alejado de él, y volvió a renacer, cuando regresó arrepentido a la casa del padre.

Lc 15:23-24; ...hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

LOS QUE SALEN DE NOSOTROS, PERO NO SON DE NOSOTROS

Se utiliza frecuentemente 1 Jn 2:19 para defender que los que se apartan es porque nunca fueron salvos, ya que éstos siempre permanecen en Cristo. El problema es que se interpreta este versículo de forma aislada, sin tener en cuenta el contexto de todo el capítulo 2, en particular los versículos 17, 24 y 28, que se deben confrontar con el 19.

1 Jn 2:19; Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.

En realidad se está refiriendo a los anticristos, que son los engañadores que niegan al Hijo y por consiguiente también al Padre (1 Jn 2:22-23), o que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne (2 Jn 7). Son personas que por un tiempo conviven con los verdaderos cristianos, mezclados como el trigo y la cizaña, hasta que se hace manifiesta su herejía y se acaban yendo. De ahí que el apóstol nos exhorte a permanecer en Dios, lo cual sólo es posible reteniendo la sana doctrina de la fe (1 Jn 2:24).

1 Jn 2:22-23; ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.

2 Jn 1:7; Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.

1 Jn 2:24; Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

Como ya afirmé en mi comentario sobre varios versículos del capítulo 6 del evangelio de Juan, los que son de Cristo permanecen en Él y precisamente por eso se sabe que son suyos, lo mismo que ocurre en 1 Jn 2:17 (“...pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”). Es cierto que con Cristo estamos seguros y que nadie puede arrebatarnos de su mano, pero eso no obsta para que mantengamos el máximo empeño en permanecer en Él. Si no, ¿por qué Juan nos insta un poco más adelante en 1 Jn 2:28 a permanecer? Entiendo que básicamente por tres razones: 1) por la posibilidad de no hacerlo; 2) porque eso depende de nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo; y 3) porque si no permanecemos, la consecuencia será terrible, nada menos que alejarnos avergonzados de Cristo en su venida, lo cual equivale a la muerte eterna, ya que fuera de Cristo no hay vida.

1 Jn 2:28; Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.

Jn 8:31; Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos...

¿UN NOMBRE INSCRITO EN EL LIBRO DE LA VIDA PUEDE SER BORRADO?

Como ya he venido argumentando, los santos que, según la presciencia de Dios fueron apartados desde la fundación del mundo, permanecen en Cristo hasta el fin, por lo que sus nombres nunca serán borrados del libro de la vida.

Ap 17:8; La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.

Pero a la vez nosotros, que no somos intemporales como Dios, labramos nuestro futuro desde el presente, un continuo presente. ¿Cómo? Permaneciendo en Cristo. Por eso Ap 3:5 nos muestra que un nombre que está escrito en el libro de la vida es susceptible de ser borrado, si no obtiene la victoria contra el mal, algo que sólo le es posible permaneciendo en el amor de Cristo. Asimismo un poco después, en el versículo 11, se le dice al creyente que hay en el cielo una corona de gloria reservada para él; una corona que le pertenece, que es suya, con tal que retenga lo que ha recibido de Cristo, dando a entender que le puede ser arrebatada, si no permanece en Él.

Ap 3:5,11; El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

Las siguientes porciones también apuntan a la posibilidad de que un nombre previamente escrito en el libro de la vida sea borrado:

Ex 32:31-33; Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, 32 que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. 33 Y Jehová respondió a Moisés: al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro.

Sal 69:28; Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos entre los justos.

Ap 22:19; Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.

EL SELLO DEL ESPÍRITU SON LAS ARRAS DE NUESTRA HERENCIA

Los defensores de la doctrina calvinista sobre la gracia afirman que el Espíritu Santo con que es sellado todo aquél que cree, no puede ser quitado. En su argumentación consideran dicho sello como si se tratara de una señal o marca visible en el cuerpo, similar a la que porta el ganado que ha sido marcado con un hierro candente.

Ése fue el caso de Abraham cuando fue circuncidado, al ser la circuncisión la marca corporal de un sello para dar testimonio de la justicia de su fe (Ro 4:11). En cambio, el sello o prueba de que Pablo era apóstol para los corintios (también para los demás creyentes, por supuesto), no era una señal visible en su cuerpo, sino la propia existencia de la comunidad de creyentes en Corinto.

Ro 4:11; Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia…

1 Co 9:2; Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.

Pero centrándonos en el tema que nos ocupa, el sello de los creyentes en Cristo es el mismo Espíritu Santo, que es invisible, lo mismo que su unción, a diferencia de la que se efectuaba sobre los reyes y sacerdotes del viejo pacto. El sello del Espíritu, como dice la Palabra de Dios, son las arras de nuestra herencia en el cielo, que un día disfrutaremos y acerca de la cual ya nos debemos regocijar ahora. Se observa aquí una cierta analogía con los actuales contratos de arras vinculados a la compraventa de un inmueble, así como al otorgamiento de una herencia, lo cual puede facilitar nuestra comprensión del asunto.

A las personas interesadas en adquirir una casa, normalmente se les exige formalizar un contrato de arras, que incluye un anticipo a cuenta del precio, conocido popularmente como paga y señal. En dicho contrato se establece un vínculo legal, mediante el cual el comprador se compromete a completar la totalidad del pago, el vendedor a entregar la propiedad, y ambos a hacer frente a determinadas penalizaciones económicas en caso de incumplimiento. Estas precauciones se toman para garantizar la seriedad de la operación y como un factor disuasorio contra la mera curiosidad, que evite inútiles pérdidas de tiempo.

Pues bien, Dios nos promete una herencia celestial. Para ello sella la promesa con el Espíritu Santo, el cual nos es dado en prenda, como señal de que esta herencia nos será entregada en el futuro. El hecho de que sea Dios quien hace la promesa es en sí mismo una garantía total de su cumplimiento. A diferencia de una compraventa ordinaria, el precio del bien adquirido no lo pagamos nosotros, ni puede pagarse con dinero; ya lo pagó Cristo al precio de su preciosa sangre. 

Por eso, siguiendo la analogía de la compra de una casa, ésta pasa a ser de nuestra propiedad y dominio; pero nada impide que después de poseerla podamos venderla y deshacernos de ella. Por otro lado, como ocurre con las herencias, los beneficiarios pueden aceptarlas o rechazarlas, a su libre elección. En el caso de los creyentes, podemos dejar de creer en esta promesa a lo largo de nuestra vida sobre la tierra, y de este modo renunciar a la herencia.

No se trata, pues, de una marca imborrable, sino de una promesa fiel de la que nos tenemos que apropiar y guardar para siempre en nuestros corazones. Seguir confiando en ella depende de nosotros, contando siempre, por supuesto, con la inestimable ayuda del Espíritu Santo.

2 Co 1:21-22; Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

2 Co 5:5; Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.

Ef 1:13-14; En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Ef 4:30; Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

LA PALABRA NOS PREVIENE CONTRA LA APOSTASÍA

Los siguientes versículos se refieren claramente a la apostasía, exhortándonos a cuidarnos de nosotros mismos y de la doctrina con persistencia para conservar la salvación. Alguien que nunca ha sido salvo, por definición no puede apostatar, porque ¿en qué consiste la apostasía, sino en desviarse o abandonar la fe de Cristo?

1 Ti 4:1,16; Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

2 Ti 2:17-18; Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 18 que se desviaron de la verdad (o sea, se desviaron de Cristo), diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.

LA SALVACIÓN SE CONSUMA PERMANECIENDO EN CRISTO

¿Por qué hay en el Nuevo Testamento tantas exhortaciones a perseverar en la gracia y permanecer en la fe? ¿Por qué Dios le concede a eso tanta importancia? Sin duda por la posibilidad de que no permanezcamos y nos apartemos de Él. En realidad no tengo problema en admitir que la perseverancia de los santos está garantizada; lo que sucede es que para que nosotros seamos contados entre los santos tenemos que perseverar.

Mt 10:22; Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Mt 24:12-13; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo
 

Jn 8:31; Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos(Jesús podía haber dicho, de acuerdo con los postulados calvinistas, “si sois mis verdaderos discípulos, permaneceréis en mi palabra”; esta proposición también sería cierta, pero es mucho más clarificador lo que dijo: que si permanecemos en su palabra seremos sus discípulos, o lo que es igual, que seremos sus discípulos si permanecemos en su palabra).

Hch 13:43; Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.

Hch 14:21-22; Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.

1 Co 9:26-27; Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

Col 1:21-23; ...os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído...

He 2:1-3; Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?...

He 3:6,12-14;
6 ...pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio...

He 10:39; Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma (esta declaración es una evidencia de que aunque nosotros no retrocedamos para perdición, hay otros que sí).

2 Jn 8-9; Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. 9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.

Stg 4:19; Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.

Ap 2:10; No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

¿PUEDE UN CREYENTE VOLVERSE SAL INSÍPIDA?

Los dos textos siguientes parecen indicar que sí; sobre todo si tenemos en cuenta cómo termina el versículo 35 de Lucas (“El que tiene oídos para oír, oiga”). Ahora bien, si eso llega a suceder, el creyente se vuelve inservible hasta tal punto que es echado fuera para ser hollado. Pero, ¿qué significa ser echado fuera? Pues ni más ni menos que ser expulsados de la presencia de Dios, como lo avalan las porciones contenidas en los capítulos 22 y 25 de Mateo.

Mt 5:13; Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

Lc 14:34-35; Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? 35 Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.

Mt 22:11-13; Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. 13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Mt 25:28-30; Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

SI NO PERMANECEMOS SEREMOS CORTADOS POR FALTA DE FRUTO

A sus discípulos que ya estaban limpios por la Palabra que les había hablado, Jesús les manda que permanezcan en Él, porque si no lo hacen (se contempla esa posibilidad) no podrán llevar fruto, por lo que se secarán y serán recogidos para que ardan en el fuego.

Jn 15:4-6,8; Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

PERSEVEREMOS PACIENTEMENTE EN LA JUSTICIA DE CRISTO

-Advertencia en Gn 19:

En este capítulo de Génesis hallamos una referencia escatológica al derramamiento de la ira de Dios sobre las naciones, de la que el remanente escogido por Dios será salvo (Lc 17:28-30). Pero también podemos extraer una enseñanza de orden práctico, tanto a nivel individual como colectivo, para el actual pueblo de Dios.

Lc 17:28-30; Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29 mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. 30 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.

Sodoma, Gomorra y las demás ciudades de la llanura que fueron destruidas, representan el juicio de Dios sobre la tierra y sus moradores en el colmo de su maldad. Los yernos de Lot apuntan a aquellos que, habiendo sido advertidos, no creyeron. En cambio Lot, junto con su esposa e hijas, se refiere a quienes escuchan y creen en el evangelio. A éstos se les mete prisa para que se pongan a salvo, cuando aún están a tiempo. Observamos que, aunque Dios los ayuda en su camino por medio de sus ángeles que los agarran de las manos, deben ellos mismos salir por su propia voluntad y por sus propios pies. Finalmente vemos que la mujer de Lot, la cual había sido salva, volvió atrás su mirada, anhelando lo que había dejado, y pereció en el camino.

En resumidas cuentas, vemos que la esposa de Lot fue salva de la justa ira de Dios porque se acogió a su gracia y misericordia, lo mismo que su marido e hijas. Pero a diferencia de éstos, que alcanzaron la meta final, en el camino ella dejó de mirar a Cristo, por lo cual perdió la fe y desobedeció. La consecuencia de esto fue bien trágica, como sabemos.

Gn 19:17,26;
17 Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.
26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.

Lo mismo que le pasó a la mujer de Lot, le pasó a muchos que eran parte del pueblo elegido y nos puede pasar a nosotros hoy, si no permanecemos en Cristo. Aprendamos de los versículos siguientes:

Ez 20:37-38; Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; 38 y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.

-Advertencia en 1 S 2:

Elí, como sumo sacerdote del linaje de Itamar, tenía la promesa de Dios de que él y su descendencia ejercerían a perpetuidad el sacerdocio; sin embargo, como observamos en el siguiente versículo, dicha promesa fue anulada por permitir que sus hijos violaran el pacto sacerdotal y fueran causa de tropiezo al pueblo. Igual que ellos entonces, nosotros tenemos hoy firmes promesas, cuyo cumplimiento está garantizado por Dios, con tal que queramos permanecer en su gracia.

1 S 2:30; Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.

-Advertencia en Ezequiel 3, 18 y 33:

Los calvinistas no aceptan Ez 33:12-19 (también Ez 3:18-21 y Ez 18:21-28) como prueba de que personas que recibieron de Dios promesas de vida pueden acabar en muerte, aduciendo que entonces estaban bajo el Antiguo Pacto. Pero lo cierto es que la armonía que guardan estos versículos con muchos textos del Nuevo Testamento, que luego presentaré, nos indica que dicho mensaje es perfectamente válido para el creyente de hoy.

Ez 33:13-15; Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo. 14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, 15 ...y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.

-Advertencia en Mt 24:

Tengamos presente que aquí Jesús exhorta a sus siervos, y no a los incrédulos o a los religiosos hipócritas como los fariseos, a estar siempre preparados, orando y velando para hacer su voluntad y no ser sorprendidos haciendo el mal cuando, de modo imprevisto, venga a pedirnos cuentas. El Señor dice claramente que si desobedecemos su Palabra, despreciando a nuestros hermanos y participando con los incrédulos en sus pecados, recibiremos el mismo castigo que ellos en un lugar de tormento.

Mt 24:45-51; ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.

-Advertencias en Mt 25:

Las enseñanzas de Jesús en este capítulo son muy parecidas a la anterior. La parábola de las diez vírgenes se refiere al compromiso entre Cristo y su esposa, la iglesia. Todas son vírgenes que esperan al esposo para celebrar con él sus bodas, pero mientras una parte de ellas es prudente y está preparada en todo momento para recibirlo, las demás son insensatas y la venida del esposo las pilla desprevenidas sin estar preparadas. Sucede que las primeras entran con el esposo a celebrar las bodas, pero a las otras el esposo les cierra la puerta y cuando llaman no las reconoce. Como nos advierte He 2:3, no debemos descuidar esta salvación tan grande.

Mt 25:6-13; Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

En la parábola de los talentos también les habla a sus siervos, no a extraños. Jesús asciende a la diestra del Padre y les entrega sus bienes a sus siervos, repartiendo diferentes cantidades de talentos, a cada uno conforme a su capacidad, para que los inviertan y produzcan con ellos más talentos. Cuando regresa a la tierra y les pide cuentas felicita y recompensa a unos por haber usado los talentos recibidos para producir más talentos, pero desposee totalmente y expulsa de su reino a los siervos negligentes que no negocian con su talento para producir otro.

Mt 25:26-30; Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

La enseñanza que se desprende de esta parábola, es que Dios manda a sus siervos desarrollar los dones y talentos que Él les ha dado, o lo que es lo mismo, tienen que producir buen fruto, el fruto del Espíritu; de otro modo los considera inservibles e inútiles. Por lo que vemos en este pasaje de Mateo, la consecuencia de desobedecer este mandato, no acarrea una mera reprimenda, sino el terrible castigo de ser arrojado de su presencia al reino de las tinieblas, donde será el lloro y crujir de dientes.

-Advertencia en Ro 11:

Aquí se nos dice bien claro que así como muchos israelitas, siendo las ramas naturales fueron desgajados del olivo por volverse incrédulos, cuánto más nosotros, si no permanecemos en la gracia y la bondad de Dios. No debemos pasar por alto que si somos cortados del olivo al que hemos sido injertados, dejaremos de dar fruto, nos secaremos y seremos arrojados al fuego, lo mismo que le sucede a los pámpanos que se separan de la vid (Jn 15:4-6).

Ro 11:19-22; Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. 20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. 21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. 22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.

-Advertencia en 1 Corintios 10:

El siguiente texto es muy ilustrativo. Pablo se dirige a los hermanos en la fe y por extensión a nosotros hoy, recordándonos lo que aconteció a Israel tras su liberación de Egipto, como ejemplo y amonestación para nosotros, para evitar que nos pase lo que le ocurrió a Israel, que era y es el pueblo elegido. No debe pasarnos desapercibido que la liberación de Egipto, el paso bajo el mar, la nube que los acompañaba, el maná, el agua de la roca, y tantas otras cosas, son figura y sombra de lo que había de venir con el nuevo pacto en la sangre de Cristo.

1 Co 10:1-6,11-12; Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. 6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros...
11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

-Advertencia en Hebreos 6:

Los siguientes versículos de Hebreos no pueden ser más claros sobre la posibilidad de que una persona nacida de nuevo renuncie a la fe. Aquí no se está hablando de creyentes que simplemente pecan y luego se arrepienten, sino de algo mucho más grave. Se está refiriendo a personas que, tras disfrutar de todas las bendiciones en Cristo, se apartan de la fe, produciendo mal fruto de forma persistente, y también se refiere a su consecuencia final, que es arder en el fuego eterno.

He 6:4-6; Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.

He escuchado de boca de un predicador que los que “recayeron” son los falsos creyentes que están mezclados con los verdaderos, como se describe en la parábola del trigo y la cizaña (Mt 13:24-30). Pero “recaer” indica que algo o alguien vuelve a caer después de haber sido levantado. Eso encaja perfectamente con las personas muertas en sus delitos y pecados que son levantadas por el poder y la gracia de Dios, pero que después rechazan esa gracia y vuelven a caer en un estado de muerte espiritual.

Además esas personas que recayeron fueron hechas partícipes del Espíritu Santo. ¿Quiere eso decir que simplemente observaron el poder y la consolación del Espíritu Santo en otros que estaban con ellos, pero sin experimentarlo en sí mismos? Al cotejar esta expresión de He 6:4 con las de He 3:1 y He 3:14, podemos ver que las personas que son hechas participantes o partícipes (según la RAE: Que tiene parte en algo, o entra con otras a la parte en la distribución de ello”) son sujetos activos y no meros sujetos pasivos presenciales. Por tanto, los que fueron hechos partícipes recibieron todos, sin exclusión, la unción del Espíritu Santo.

He 3:1,14; Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús…
14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio...

La realidad de que existen personas que después de abrazar la fe de Cristo se apartan del Él, no la desmienten los dos versículos que siguen (7-8), los cuales declaran que aquellos que producen frutos dignos de arrepentimiento, o frutos del espíritu, son bendecidos; mientras que los que producen frutos de la carne son maldecidos y les aguarda el infierno. Aquí el énfasis no está en la calidad de la tierra que bebe la misma lluvia, sino en la calidad de los frutos, aunque éstos sirvan para identificar la clase de tierra. Lo que realmente importa, es que Dios espera de nosotros buen fruto y nosotros debemos producirlo; de ese modo seremos buena tierra.

He 6:7-8; Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; 8 pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.

Que Pablo esté convencido de que los destinatarios de su carta permanecen en la fe, tampoco invalida que los creyentes en general se puedan apartar de Cristo.

He 6:9; Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así.

Por eso el apóstol, al tiempo que los exhorta, manifiesta su deseo de que permanezcan firmes hasta el fin para plena certeza de la esperanza, imitando a aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

He 6:11-12; Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

-Advertencia en 2 Pedro 2:

El contexto de este pasaje gira en torno a los falsos maestros que en un tiempo futuro aparecerían en las congregaciones de los santos, introduciendo sutilmente herejías destructivas, negando la eficacia del sacrificio de Cristo, seduciendo con mentiras a los incautos, arrastrando a muchos a una vida disoluta y comerciando con ellos por avaricia. Entre otras cosas se dice de ellos que han dejado el camino recto, y se han extraviado...” (vs 15), o que para ellos ...la más densa oscuridad está reservada para siempre” (vs 17). El capítulo 2 de esta carta incluye evidencias claras de que alguien nacido de nuevo puede abandonar la fe una vez dada a los santos ¿Qué otra interpretación le podemos dar a los siguientes versículos?

2 P 2:20-22; Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

-Advertencia en la epístola de Judas:

Vemos que en el versículo 3 se exhorta a los hermanos a contender ardientemente por la fe que una vez fue dada a los santos, para no caer en las enseñanzas de los falsos maestros. A éstos se los describe como nubes sin agua arrastradas por todo viento de doctrina (Ef 4:14), como árboles sin fruto, dos veces muertos y desarraigados”, “para los cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”.

Jud 1:5,12-13;
5 Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.
12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; 13 fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.

Aunque a alguien le pueda parecer discutible, para mí la expresión del versículo 12 dos veces muertos y desarraigados” se refiere a personas que después de sufrir la primera muerte en Adán (Ro 5:14; 1 Co 15:21-22), luego se hacen reos de la segunda muerte, por rechazar o, como en el caso que nos ocupa, desarraigarse de Cristo, el postrer Adán (1 Co 15:45); porque nadie puede ser desarraigado si antes no ha echado raíces.

-Advertencia en Gálatas 5:

Esto mismo lo podemos ver también en Ga 5:4,7. Los gálatas habían comenzado bien, pero luego, influenciados por los judaizantes, se desviaron de la verdad ¿Y cuál fue la consecuencia práctica de ello? Pues ni más ni menos que desligarse de Cristo y caer de la gracia. A estas personas les ocurre lo mismo que a los árboles desarraigados mencionados en la epístola de Judas; si se desligaron de Cristo es porque antes habían estado ligados o unidos a Él. Esto creo que no admite discusión alguna.

Ga 5:4,7;
4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?

-Advertencia en Fil 2:

La siguiente porción consta de dos versículos interdependientes, que no podemos separar, si queremos entender el mensaje que trasmiten. Pero los calvinistas hacen prevalecer el versículo 13 sobre el 12, minimizando la importancia de éste.

Fil 2:12-13; Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

En concordancia con He 2:3, se exhorta aquí a no descuidarnos, ocupándonos de nuestra salvación con santo temor. Por consiguiente, el mensaje completo es que Dios es el que produce el querer como el hacer en nosotros, en los que nos ocupamos en cuidar con esmero la salvación, la cual hemos recibido de Él. Como Dios es el que en nosotros produce el querer como el hacer, se nos podía haber dicho en el versículo 12 que no nos preocupáramos por nuestra salvación, pero dice justamente lo contrario ¿Por qué? Porque si descuidamos esta salvación tan grande, no escaparemos al castigo, como les ocurrió a los israelitas que desobedecieron a Dios, transgrediendo sus leyes (He 2:1-3).


CONCLUSIÓN

Considerando los argumentos aquí expuestos, basados en la Palabra de Dios, enseñar que una vez salvo siempre se es salvo me parece una decisión temeraria. Aun suponiendo que estuviéramos equivocados los que creemos que un converso puede dejar de ser salvo, si decide apostatar de la fe, enseñar esto contribuirá a que el creyente ande en santo temor, a que no baje la guardia y muestre más celo por las cosas de Dios. Pero si, como creo, los que están equivocados son los que afirman que es imposible perder la salvación, al impartir dicha enseñanza podrían, sin ser conscientes de ello, provocar tibieza espiritual en una parte de sus seguidores o un relajamiento moral que acabe por apartarlos de Cristo.

Ap 3:15-17; Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

Ap 2:4-5; Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Y si eso llega a ocurrir, algo que a la luz de la Palabra no podemos descartar, sino todo lo contrario, ¿no serían tales enseñantes responsables en alguna medida de su extravío? Esto es algo muy serio sobre lo que debemos reflexionar. Es preferible albergar alguna duda razonable que nos haga extremar la prudencia, que estar seguros de una convicción errónea.

Los creyentes afectados por esta enseñanza calvinista podrían ser víctimas de un exceso de confianza que los lleve a endurecer sus corazones y a caer en el engaño. Eso es lo que les había ocurrido a los judíos a los que Jesús acusó de ser hijos del diablo, aunque se consideraban a sí mismos hijos de Abraham e hijos de Dios y estaban muy orgullosos de ello (Jn 8:39,41-42,44).

Jn 8:39,41-42,44;
39 Respondieron y le dijeron: nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. 42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.

¿Tendría sentido que cada uno de nosotros se preguntara si pertenece al grupo de los elegidos para ser salvos? No, porque no ganaríamos nada con ello, ya que, según los calvinistas, tanto si fuimos predestinados para salvación como si fuimos predestinados para condenación, ya está todo decidido de antemano, sin que podamos hacer nada para cambiarlo.

Pero para los que entendemos de otro modo la Palabra, sí tiene sentido que reflexionemos sobre nuestras vidas, para ver en qué fallamos a Dios y así poder arrepentirnos; para andar en santo temor, poniendo el máximo empeño en hacer su voluntad; para estarle agradecidos; para darle a Él toda la gloria; etc...

Consciente de que este debate podría alargarse por tiempo indefinido, doy aquí por finalizada mi contribución al mismo.

Que Dios sea en todo glorificado. Amén.

6 comentarios:

  1. Completo estudio del calvinismo, recientemente revisado y ampliado. Es el resultado de una reflexión en profundidad del autor, que ha procurado en todo momento mantenerse al margen de lo que otros autores hayan dicho al respecto, por muy prestigiosos que ellos sean. El único inconveniente es su extensión (55 páginas tipo folio), por lo que se recomienda su lectura por partes.

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  2. Considerando los argumentos aquí expuestos, basados en la Palabra de Dios, enseñar que una vez salvo supeditado se es salvo por obras me parece una decisión temeraria. Aun suponiendo que estuviéramos equivocados los que creemos que un converso no puede dejar de ser salvo, si decide apostatar de la fe, enseñar esto contribuirá a que el creyente ande en santo temor, a que no baje la guardia y muestre más celo por las cosas de Dios. Pero si, como creo, los que están equivocados son los que afirman que es posible perder la salvación, al impartir dicha enseñanza podrían, sin ser conscientes de ello, provocar tibieza espiritual en una parte de sus seguidores o un relajamiento moral que acabe por apartarlos de Cristo viviendo con miedo y no con seguridad.

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    1. Una simple analogía, cuando Dios mando a Noe y su familia entrar al arca, está permaneció abierta, y fue Dios quien la cerro... Si salías morirás junto con todas las personas, pero si permaneces en la promesa de Dios de que el mandaría el juicio y el arca sería la única salvación, serías salvó. La situación es la misma, permanecer en la fe no es una obra, es simplemente fe, Pablo mismo enseña que fuimos salvos por gracia por medio de la fe, no por obras, para que nadie se glorien.
      Considerar a la fe como una obra, es contradecir a lo q la misma biblia dice.

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  3. un estudio debil lleno de contradicciones, si un cristiano esta seguro en manos de Dios no puede irse Dios se llegaria a contradecir y los pasajes que usan para hablar de su Salvación por obras se utilizan equivocadamente para creer como verdad una mentira como el arminianismo este post es una blasfemia

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  4. Anónimo1:38

    Llegue a la mitad de tu artículo, pero no me convenciste. Tengo hermanos que no creen en la predestinación, son mis hermanos.

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  5. Anónimo19:23

    Muy buen estudio

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