Reflexionar
sobre la luz y las tinieblas es muy importante por su estrecha
relación con la vida y la muerte, tanto en el orden natural como en
el espiritual.
Jn
8:12 ...Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará
en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
1
S 2:9 El guarda los pies de sus santos, mas los
impíos perecen en tinieblas...
Is
59:9-10 Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó
la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas;
resplandores, y andamos en oscuridad. Palpamos la pared como ciegos,
y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de
noche; estamos en lugares oscuros como muertos.
Jer
13:16 Dad gloria a
Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que
vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os
la vuelva en sombra de muerte y tinieblas.
Lm
3:6 Me dejó en oscuridad, como los ya
muertos de mucho tiempo.
De
la importancia de la luz y las tinieblas queda constancia en la
Biblia por las innumerables veces que se mencionan. Y más aún si
consideramos no sólo dichos términos estrictamente, sino también
los medios o formas con que se manifiestan y las aplicaciones a
nuestras vidas. La luz puede mostrarse por medio de una lumbrera,
lucero, lámpara, antorcha, fuego, o sol y manifestarse en forma de
día, iluminación, brillo o resplandor. Asimismo las tinieblas
pueden presentarse como noche, oscuridad o valle de sombra de muerte.
La
luz, igual que todas las demás cosas creadas, proviene de Dios. Lo
primero que hizo Dios en el primer día de la creación fue
precisamente la luz. De
las tinieblas y la nada, creó la luz y la vida. Ambas van
inseparablemente unidas, ya que la vida difícilmente puede darse sin
la existencia de luz. Por eso creó Dios en primer lugar la luz y
después todos los seres vivientes. Puede decirse que las tinieblas
conducen a la muerte, mientras que la luz posibilita la vida.
Gn
1:1-5 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la
tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de
Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios:
Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era
buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó
Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y
fue la tarde y la mañana un día.
Sal
36:9 Porque contigo está el manantial de la vida; en tu
luz veremos la luz.
Como
hemos dicho, tanto la vida como la luz proceden del Dios
Todopoderoso; por eso tenemos la seguridad de que el bien triunfará
sobre el mal, la verdad sobre la mentira, la justicia sobre la
injusticia, la vida sobre la muerte y la luz sobre las tinieblas
¡Aleluya!
2
Ti 1:10 ...nuestro Salvador Jesucristo,
el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la
inmortalidad por el evangelio.
Jn
1:4-5 En él estaba la vida, y la vida era
la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las
tinieblas no prevalecieron contra ella.
Dios
es luz en sí mismo, su luz es tan intensa que todo lo ve; no hay
nada que pueda ocultarse de su mirada. Para Él no hay secretos;
escudriña la mente y el corazón de los hombres y penetra hasta lo
más profundo de las tinieblas. Su luz es tan potente que puede, no
sólo alumbrar el camino por donde deben transitar los hombres, sino
también llenarlos de su luz para que puedan reflejarla y ayudar a
los que vagan en la oscuridad a andar por el buen camino.
2
S 23:4 (Cristo,
el Ungido de Jehová)
Será como la luz de la mañana, como
el resplandor del sol en una mañana sin
nubes...
1
Jn 1:5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos:
Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
Jn
1:8-9 No era él la luz (Juan
el Bautista),
sino para que diese testimonio de la luz. Aquella
luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
Jn
12:46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que
todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Sal
4:6 Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza
sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
Sal
139:11-12 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me
encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. aun
las tinieblas no encubren de ti, y la noche
resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz.
Sal
90:17 Sea la luz de Jehová nuestro Dios
sobre nosotros...
Sal
112:4 Resplandeció en las tinieblas luz a los
rectos...
Sal
118:27 Jehová es Dios, y nos
ha dado luz...
Is
2:5 Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la
luz de Jehová.
Is
50:10 ...El que anda en tinieblas y carece de
luz, confíe en el nombre de Jehová,
y apóyese en su Dios.
2
S 22:29 Tú eres mi lámpara, oh Jehová; mi Dios
alumbrará mis tinieblas.
Sal
119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a
mi camino.
Is
60:19-20 El sol nunca más te servirá de luz para
el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová
te será por luz perpetua,
y el Dios tuyo por tu gloria. No se pondrá jamás
tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz
perpetua, y los
días de tu luto serán acabados.
Ap
21:23-25 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso
es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no
tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la
gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Y las
naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella;
y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus
puertas nunca serán cerradas de día, pues allí
no habrá noche.
Ap
22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad
de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los
iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
Como
Él es luz, cuando se manifiesta en gloria a los hombres, aparece
cubierto de fuego y resplandor.
Mt
17:2 Y se transfiguró delante de ellos, y
resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron
blancos como la luz.
Hch
9:3-5 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de
Damasco, repentinamente le rodeó
un resplandor de luz del cielo;
y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por
qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y
le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú
persigues...
En
la naturaleza observamos en muchos lugares diferentes intensidades de
luz y tinieblas, a los que nos podemos acostumbrar; pero una luz
demasiado fuerte nos cegaría y una oscuridad absoluta no podríamos
soportarla por mucho tiempo. A
los
justos en Cristo les va aumentando la intensidad de su luz hasta
brillar como el sol a mediodía.
Pr
4:18-19 Mas la senda de los justos es como la luz
de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.
El camino de los impíos es como la oscuridad;
no saben en qué tropiezan.
Mt
13:43 Entonces los justos resplandecerán como el
sol en el reino de su Padre.
El que tiene oídos para oír, oiga.
La
luz se asocia frecuentemente en la naturaleza con el calor, ya que la
principal fuente de luz, que es el sol, también produce calor.
Cuando éste se oculta, sobreviene la oscuridad de la noche, durante
la cual generalmente enfría la temperatura. Con el fuego ocurre algo
parecido; éste puede emplearse tanto para alumbrar como para
calentar.
Jn
5:35 Él (Juan
el Bautista) era antorcha que ardía y
alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un
tiempo en su luz.
Como
en última instancia la fuente de toda luz y vida es Dios, podemos
conectarnos a Él -así nos exhorta a hacerlo- como a una batería
inagotable para cargar nuestras pilas y alumbrar nuestra lámpara,
así como para encender y avivar el fuego de nuestra antorcha.
En
el ámbito espiritual lo que predomina es la oscuridad, puesto que el
mundo y los que en él están se hallan sumergidos en tinieblas. En
este mundo de tinieblas, la luz es indispensable para no deambular
extraviados. La luz verdadera que alumbra a todo hombre es Cristo.
Los perdidos tienen ojos pero no ven, porque a su alrededor todo son
tinieblas; por eso viendo no ven, porque la oscuridad total se lo
impide.
Jn
12:34-36 ...¿Quién es este Hijo del Hombre? Entonces Jesús les
dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros;
andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las
tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis
hijos de luz.
Hch
26:8 ... para que abras sus ojos, para que
se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás
a Dios...
2
Co 4:4, 6 ...el dios de este siglo cegó
el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la
luz del evangelio de la gloria de Cristo,
el cual es la imagen de Dios.
Porque
Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el
que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Los
cristianos, que son “hijos de luz”, deben resplandecer en las
tinieblas, colocando su lámpara sobre el candelero para que alumbre
a todos los que están en la casa. Reflejando la luz de Cristo, deben
guiar a los perdidos a los pies del Señor.
Mt
5:14-16 Vosotros sois la luz del mundo;
una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se
enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el
candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
1
P 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis
las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable.
En
cierto sentido, tener luz significa tener entendimiento y sabiduría;
significa conocer a Dios y su Palabra, que nos ha sido revelada. La luz de Dios
es la que nos permite andar en sus caminos, según su voluntad. Sólo
en Él podemos hallar la verdad y -valga la redundancia- la verdadera
libertad, paz, justicia, amor, gozo y felicidad; sólo en Él podemos
tener una vida plena y abundante.
Ec
2:13 Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la
necedad, como la luz a las tinieblas.
Is
42:6-7 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la
mano; te
guardaré y te pondré por
pacto al pueblo, por luz de las naciones,
para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel
a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.
Lc
1:78-79 Bendito el Señor Dios de Israel... Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó
desde lo alto la aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas
y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de
paz.
Lc
2:32 Luz para revelación a los gentiles,
y gloria de tu pueblo Israel.
Sal
43:3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; me
conducirán a tu santo monte, y a tus moradas.
En
nuestros estados de ánimo la luz se asocia a la alegría, en tanto
que la oscuridad a la melancolía, el desaliento, la depresión... Expresiones tan comunes como “hoy el
día está alegre" (o triste), revelan que el tiempo atmosférico influye en
nuestro estado de ánimo, en el sentido de que un día claro y
soleado generalmente nos predispone a estar más alegres que un día
nublado. El estrecho vínculo de la luz y oscuridad con los estados
de ánimo se refleja abundantemente en la poesía.
Est
8:15-16 ...La ciudad de Susa entonces se alegró y
regocijó; y los judíos tuvieron luz y alegría, y
gozo y honra.
Necesitamos
la luz que, como hemos visto, es Cristo, para poder ser salvos, para
no vagar en oscuridad por caminos de perdición.
Sal
27:1 Jehová es mi luz y mi salvación;
¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién
he de atemorizarme?
Entre
la luz y las tinieblas no hay comunión posible, como tampoco entre
Dios y Satanás. Por eso los hijos de Dios, que son luz, no deben
unirse o asociarse con los incrédulos, que están en tinieblas.
2
Co 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque
¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y
qué comunión la luz con las tinieblas?
Ef
5:11 Y no participéis en las obras infructuosas
de las tinieblas, sino más bien reprendedlas.
Para
que la luz de Cristo nos alumbre, para que estemos en la luz, es
necesario que estemos en comunión con Dios y los hermanos; si no es
así nos engañamos a nosotros mismos.
1
Jn 1:6-7 Si decimos que tenemos comunión con él, y
andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si
andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia
de todo pecado.
1
Jn 2:8-11 Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es
verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van
pasando, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice
que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en
tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no
hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y
anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han
cegado los ojos.
En
la Palabra, la identificación de la luz con el día y la oscuridad
con la noche, se aplica a la vida del cristiano. La noche es para
dormir, pero los que son “hijos de luz e hijos del día” deben
velar para que el ladrón no los sorprenda de noche.
Ro
13:11-13 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de
levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca
de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La
noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos,
pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías
y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y
envidia.
1
Ts 5:2, 4-6; Porque vosotros sabéis perfectamente que el
día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;
Mas
vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os
sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e
hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto,
no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
Otra
cualidad de la luz es la transparencia. Los “hijos de luz e hijos
del día” debemos andar de tal forma que no haya nada de lo que
tengamos que avergonzarnos, ni nada que temer delante de los hombres;
porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado por la luz.
Mt
10:26-27 Así que, no los temáis; porque nada hay
encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de
saberse. Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz;
y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
Jn
3:19-21 Y esta es la condenación: que la luz vino al
mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus
obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz
y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el
que practica la verdad viene a la luz, para que sea
manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Ef
5:8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois
luz en el Señor; andad como hijos de luz.
Ef
5:13-14 Mas todas las cosas, cuando son puestas en
evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que
manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú
que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
Dios
dotó al ser humano de una serie de órganos sensoriales que nos
permiten detectar e identificar numerosos objetos de la realidad.
Todos los sentidos son necesarios porque así lo estimó Dios al
crearnos, pero sin duda el más relevante para el hombre es la vista.
De su importancia
nos hablan los siguientes versículos:
Mt
6:22-23 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si
tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo
es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así
que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las
mismas tinieblas?
Pero,
¿cómo debemos entender los versículos anteriores? Creo que este
texto no se está refiriendo a la necesidad de tener buena vista para
poder ver físicamente las cosas más claras, sino a cómo miramos
las cosas. La expresión de mirar a alguien con buenos o malos ojos
nos indica la estima que tenemos a esa persona, no tiene que ver con
un tipo de visión física, sino espiritual. Así pues, si vemos a
una persona con buenos ojos, portaremos luz; mas si la miramos con
malos ojos, estaremos en tinieblas.
En
la misma línea estarían los versículos Mt 18:9 y
Mt 5:28. En
Mt 18:9 no
se nos pide que nos auto-mutilemos, lo cual sería un acto
pecaminoso, sino que seamos radicales en rechazar cualquier tentación
que nos entre por los ojos. Mt 5:28 nos
enseña lo importantes que son nuestras motivaciones, ya que para
Dios, que escudriña la mente y el corazón, el mero deseo lujurioso
hacia una mujer del prójimo, equivale a cometer adulterio, aun cuando el acto no se
haya podido consumar.
Mt
18:9 Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y
échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que
teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.
Mt
5:28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer
para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
La
separación que hizo Dios entre la luz y las tinieblas, no hizo
desaparecer estas últimas, sino que ambas realidades coexisten como
la cara y cruz de una misma moneda. Luz y tinieblas se muestran
simultánea o alternativamente en lugares y tiempos diferentes. Así,
mientras la superficie de un océano puede estar brillando con una
luz radiante, al mismo tiempo su fondo puede estar envuelto en
completas tinieblas. También vemos diariamente la alternancia entre
la claridad del día y la oscuridad de la noche. En el plano
espiritual, mientras algunos están en la luz, la mayoría permanece
en tinieblas.
Is
8:22 Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y
tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.
Is
9:2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran
luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció
sobre ellos.
Is
60:1-3 Levántate, resplandece; porque ha venido tu
luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he
aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones;
mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu
nacimiento.
En
ausencia de luz no hay libertad, sino opresión y cadenas. La
oscuridad puede paralizar completamente a las personas y llegar a ser
insoportable para quienes la padecen.
Sal
107:10, 14; Algunos moraban en tinieblas y sombra
de muerte, aprisionados en
aflicción y en hierros.
Los
sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus
prisiones.
Is
42:7 ... para que saques de la cárcel a los presos, y
de casas de prisión a los que moran en tinieblas
Jud
6 Y a
los ángeles que no guardaron su dignidad,
sino que abandonaron su propia morada, los ha
guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas,
para el juicio del gran día.
Ex
10:21-23 Jehová
dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que
haya tinieblas sobre
la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las
palpe.Y
extendió Moisés su mano hacia el cielo, y
hubo densas tinieblas sobre toda la tierra
de Egipto, por tres días.
Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se
levantó de su lugar en
tres días; mas todos los hijos de Israel
tenían luz en
sus habitaciones.
Ap
16:10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia;
y su
reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas.
La
salvación eterna sólo es posible si Dios nos atrae a sí y nos
traslada de las tinieblas a su luz admirable. La condenación eterna
consiste en ser apartados de la luz de Dios y expulsados fuera de su
presencia al reino de las tinieblas. Esto es, sin duda, lo peor que
le puede ocurrir a una persona.
Col
1:12-13 Con gozo
dando gracias al Padre que nos hizo aptos
para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha
librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su
amado Hijo.
Mt
8:12 Mas los hijos del reino serán
echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir
de dientes (ver
también Mt
22:13 y
Mt
25:30).
Que el Señor nos ilumine.
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